#VivaMexico
Este país me ha dado la alegría de vivir y experimentar momentos inolvidables, a la gente que más quiero, mi sustento y mis propósitos. A este país le debo mi educación, las oportunidades que he tenido para crecer personal y profesionalmente, así como mis privilegios. En pocas palabras, para mí ha sido una bendición nacer y desarrollarme en México.
Sólo que más del 80% de todo lo que he recibido en mi país tiene que ver con que nací en una clase social privilegiada donde, por el simple hecho de nacer, pareciera que ya tienes más derechos que el 95% de la población que nació en condiciones mucho menos favorables.
Ese 5% de los mexicanos hemos crecido en un México para muy pocos y donde no tenemos que levantarnos todos los días preocupados y pensando en:
– Qué vamos a comer;
– Cuál brecha voy a tomar de camino al trabajo para que no me asalten;
– Tener que levantarme cuatro o cinco horas antes de que inicie mi jornada laboral para tener agua, que ésta se pueda calentar –en caso de contar con los medios para calentarla– y pueda darme un baño;
– La variedad de transportes públicos que deberé tomar para poder, por fin, llegar a mi lugar de trabajo;
– Que nuestros hijos seguramente respirarán heces y polvo, porque sus escuelas no cuentan siquiera con piso o instalaciones sanitarias;
– El desabasto de medicinas porque como no padecemos la burocracia del IMSS o el ISSSTE, ya que contamos con hospitales privados que nos resuelven cualquier problema médico, ni nos pasa por la cabeza lo que sufren aquellos “menos afortunados”;
– Que no tenemos que esperar semanas para que nos den una cita en una clínica, sin importar la especialidad médica de la que se trate, aunque el problema de salud sea grave y en ocasiones mortal.
No, a ese 5% de la población no le pasa eso. Quienes formamos parte de ese 5% tenemos un México maravilloso porque lo privado –en la mayoría de las veces– es mejor que lo público, sobre todo en las cosas más esenciales como son la salud y la educación. Porque la permeabilidad social no existe y pareciera que ese 5% no quisiera que hubiera más privilegiados.
Alguna vez leí o escuché que 7 de cada 10 mexicanos que nacen pobres se quedan pobres el resto de sus vidas. Ése es el verdadero México, así que… ¿Viva México?
México no es nada sin sus ciudadanos, y si cada vez hay más pobreza, México es más pobre y no vive, muere. Hoy todos le debemos a México, principalmente aquellos quienes tenemos más oportunidades, porque somos los que tendríamos mayor responsabilidad para crear mejores condiciones de vida para las personas que menos tienen y que cada vez haya menos pobres en nuestro país.
Los gobernantes de este país, quienes diseñan y ejecutan las políticas públicas para el desarrollo de sus ciudadanos, los legisladores que proponen y aprueban las leyes que nos rigen, así como los jueces y magistrados que vigilan y pugnan por la aplicación y el cumplimiento de las mismas, son la primera línea de responsabilidad para que a más mexicanos les vaya bien, tengan mejores oportunidades y salgan de la pobreza. Después estamos todos los demás que somos parte de ese pequeño porcentaje que nos educamos y nos alimentamos mejor y tuvimos más oportunidades para desarrollarnos en plenitud.
Cada uno, desde su trinchera, debe pensar en cómo ayudar para que la permeabilidad social cambie y haya cada vez menos pobres. No cabe decir que, porque no soy gobernante, “no me toca”. A todos los que tenemos más, nos toca ver cómo ayudamos a quienes tienen menos. El país nos necesita a todos y entonces, ahora sí, podremos gritar a los cuatro vientos: ¡Que Viva México! Un México que hoy, tristemente, estamos viendo morir un poquito, cada día.
También te puede interesar: No usar cubrebocas refleja mala educación.
Magnífico artículo!!!!
Primero viene el pésimo manejo y la terrible corrupción que han tenido nuestros gobiernos, los pasados y el actual, y después y no menos importante, la responsabilidad social que tenemos como personas para actuar con generosidad con nuestros vecinos. Mi opinión es que somos un pueblo mayormente egoísta, con muy poco compromiso social y político y como bien dices, pareciera que no queremos que haya más privilegiados.
Buen artículo José!