Integrantes de la Alianza por la Salud Alimentaria aseguraron que a un año del lanzamiento de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control de Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, ésta política “ha fracasado” por fallas de origen y la influencia de la industria alimenticia.
Ciudad de México.- La Alianza por la Salud Alimentaria denunció la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control de Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, “ha fracasado” debido a que tiene diversas fallas de origen y está bajo la influencia de la industria.
Xavier Cabada, de El Poder del Consumidor; Alma Meneses, de la Red por los Derechos de la Infancia (Redim); y Jorge Ramírez de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), lamentaron que a un año de su lanzamiento, la estrategia no muestre consistencia ni determinación para lograr disminuir el crecimiento de la epidemia de obesidad y diabetes.
En conferencia de prensa, consideraron que esto se debe a “los intereses de la industria y falta de voluntad política de quienes están al frente de su implementación, lo que pone en riesgo a las futuras generaciones de mexicanos”.
“Hace parecer que el Ejecutivo Federal no tomó en cuenta una de las advertencias de la Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien expresó una profunda preocupación por el aumento de la prevalencia de la obesidad en la infancia”, sostuvo Xaviera Cabada.
La activista recordó que la directora de la OMS advirtió no será una tarea fácil defender la importancia de la prevención para proteger el capital humano saludable y la supremacía de los intereses de la salud por encima de los económicos y los de otros sectores. “Más bien parece indicar que el Ejecutivo ha querido hacerlo fácil al adoptar las medidas propuestas por la misma industria y ahorrar la batalla de confrontar sus intereses”, señaló.
Los integrantes de ASA denunciaron que el gobierno “lanzó un falso discurso de prevención sin confrontar los intereses privados y las prácticas de la industria alimenticia refresquera”.
Añadieron que la regulación sanitaria es “limitada permisiva, con criterios elaborados de la industria” además de que el Ejecutivo ha incumplido su palabra de asignar la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a prevención.
Al respecto detallaron que el monto asignado para 2015 para la prevención de la obesidad y sobrepeso es de apenas 336 millones 732 mil 221 pesos, lo que representa sólo un alza del 2 % en relación al presupuesto asignado para este rubro en este año, lo cual es una cantidad “ridícula” ya que la recaudación por el impuesto de bebidas azucaradas este año ascendió 12 mil 400 millones de pesos y para el próximo año ascenderá a 18 mil 271 millones de pesos.
Además, “los recursos que prometieron se etiquetarían del impuesto al refresco para acciones de salud, no se han reflejado ni en las escuelas, ni en el ambiente que permea alrededor de ellas”, afirmó Xaviera Cabada.
También indicaron que entre las fallas de origen de la estrategia están el hecho de que los criterios nutrimentales y regulaciones elaborados por la industria, limitadas permisivas, guían la regulación sanitaria; que la publicidad dirigida en la infancia sigue siendo accesible a la audiencia infantil y además el etiquetado no es claro ni fomenta decisiones saludables sino todo lo contrario.
Por su parte, Jorge Ramírez, de la Fundación Interamericana del Corazón, destacó que los lineamientos elaborados para los espacios escolares no se aplican en las escuelas a través de un programa que permita su seguimiento y evaluación.
En tanto, Alma Meneses, de REDIM, señaló que “al no tener una regulación amplia de todos los medios a través de los cuales se genera la publicidad para niñas y niños, se perpetua una violación directa al derecho a la información y el derecho a la salud de niñas, niños y adolescentes”.
Asimismo reprochó que será hasta el 2015 cuando se regulen muchos otros alimentos con alta densidad calórica. “Hay cereales que se publicitan porque establecen que lo único que se limitan son los chocolates, confitería y las bebidas azucaradas y deja hasta el 2015 galletas, cereales y leches endulzadas”, dijo.
