Cannabis medicinal: un remedio en pausa

Lectura: 8 minutos

Mi abuela tenía un frasquito con una especie de pomada con hierbas, una vez lo abrí y le pregunté qué era: “marihuana”, me contestó con toda tranquilidad. La palabra me espantó. ¿No era eso una droga?  ¿Por qué mi abuela la tenía ahí en su casa como si nada? ¿Qué no era ilegal? Supongo que se trataría de un bálsamo para el dolor de los malestares que la aquejaron con la edad. Una planta inocente en casa de una mujer mayor, extremadamente católica, a quien no le interesaban sus efectos psicotrópicos, ni la maldad con que la sociedad había envuelto esa simple palabra. “Marihuana”. Vienen muchas cosas a la mente.

Si imaginas la planta medicinal de una abuelita, es muy diferente a si piensas en su uso recreacional o lúdico, recientemente aprobado por el Senado de México para volverse legal. “El ‘switch’ en tu cabeza” cambia por completo si cierras los ojos y piensas en la mota como diversión o medio para relajarte, me explica José Lugardo Espejel, fundador y CEO de Sativa Care, en entrevista para El Semanario. “Quiero puntualizar algo que no se dice lo suficiente: el uso medicinal y el recreacional, no son tan diferentes el uno del otro”, sentencia.

Sativa Care es un centro que brinda asesoría para el tratamiento de diferentes enfermedades por medio de cannabinoides, compuestos químicos de la marihuana. Con un grupo de especialistas certificados por The Medical Cannabis Institute, atienden cuestiones médicas, psicológicas, nutricionales y de cuidados personales por medio de productos derivados de la planta.

Ellos, como muchos otros médicos e investigadores, están esperando que la ley de México sea más clara en cuanto al uso medicinal, puesto que desde que se aprobó en 2017, no se ha avanzado mucho en materia legislativa. Tres años después, el Senado de la República aprobó despenalizar el uso lúdico de la marihuana, que ahora quedará en manos de la Cámara de Diputados, para que la ley cambie oficialmente, a más tardar el próximo 15 de diciembre. La Ley Federal para la Regulación del Cannabis, permitirá a los adultos cargar hasta 28 gramos de marihuana, lo que equivale a una cajetilla de 28 cigarros, así como tener entre seis y ocho plantas en su casa para su consumo personal.

“El proceso regulatorio es bien interesante, porque una de las cosas que pasó en 2017 fue que dejaron una ley aprobada, pero no tenías como todas las reglas del juego ya redactadas”, explica Lugardo Espejel. “Desde ese punto de vista, muchas de las organizaciones que estábamos ya involucradas, activamente en esa transición a través de la ley de 2017, pues nos quedamos ahí como volando, esperando, a la expectativa”.

Dicha ley, aprobó la comercialización de algunos productos con cannabis y derivados, con un nivel bajo de THC (tetrahidrocannabinol), responsable del efecto psicotrópico. Pero en cuanto a fármacos y productos medicinales, no existen ni se producen en el país.

Marihuana
José Lugardo Espejel, fundador y CEO de Sativa Care / Foto: Cortesía

“Afortunadamente, lo que hemos empezado a ver es que, no sólo la opinión pública, sino también desde el punto de vista de la investigación, estamos empezando a ver movimiento”, asegura Espejel. “Ahora ya tenemos mucho conocimiento de que hay múltiples proyectos de investigación dentro de nuestro país, con protocolos autorizados y que, básicamente, están sólo esperando a que puedan solventarse todos los tipos de trámites en términos del cultivo, para que puedan acceder a materia prima y entonces iniciar estas investigaciones”.

Beneficios detenidos

Camilo Ríos Castañeda, jefe del Departamento de Neuroquímica del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, también platicó sobre el tema. Él ha encabezado diversas investigaciones sobre las aplicaciones médicas de la marihuana, por ejemplo, en una condición epiléptica conocida como “Status epilepticus”. Sin embargo, no han logrado desarrollar más allá de un modelo experimental en animales, debido a los obstáculos en la ley.

“No hemos podido avanzar mucho más, porque aún existe la restricción para hacer experimentos”, confiesa. “Los hemos tenido con animales, hemos tenido que comprar reactivos que no son propiamente derivados de cannabis, de la planta, sino que son derivados sintéticos de los componentes de la planta”.

Su esperanza es que con los nuevos cambios, México por fin pueda avanzar más en este sentido. “Los productos que se usan para el tratamiento de epilepsia en niños, que fue lo que dio origen inicialmente a esta ley, ahora ya vamos a poder producirlos en México, las compañías farmacéuticas mexicanas van a poder competir con los productos vegetales que se obtienen aquí en México, para el tratamiento de la epilepsia en niños. Síndrome de dravet, por ejemplo, es una de estas epilepsias en la que aparentemente tiene un buen efecto. La FDA en Estados Unidos, aprobó el uso del cannabidiol para este padecimiento en niños, que no tiene otro tratamiento. Es una oportunidad para nuestro país, industrial y de todo tipo”, expresa.

“Ha sido la planta más estudiada de la historia”, agrega el CEO de Sativa Care. “Es una planta que, a la fecha, produce al menos entre 2 mil 500 y 3 mil artículos de divulgación científica a nivel mundial cada año. Esto es muy importante, porque muchas personas piensan, ‘bueno, es que falta investigación’, la realidad es que no falta investigación. La investigación es concluyente, en relación a múltiples enfermedades”. La mencionada epilepsia, el dolor crónico, cáncer, trastornos emocionales y Parkinson, son algunos de los padecimientos que pueden tratarse, según el especialista.

Marihuana
Camilo Ríos Castañeda, Jefe del Departamento de neuroquímica del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía / Foto: Cortesía

Adicción peligrosa

“Lamentablemente hay mucha publicidad respecto a los posibles efectos positivos de la marihuana, sin embargo, esto está bastante sesgado”, suelta de golpe Mariana Azcárraga, directora del Centro Universitario de Salud y Bienestar de la Universidad Panamericana y especialista en adicciones, quien no está muy convencida de la aprobación del uso lúdico.

“La realidad es que la marihuana sí causa dependencia, sí causa adicción y tiene unos efectos a la salud que hay que considerar, tampoco podemos pretender que no”, advierte Azcárraga.

Entre sus efectos adversos considera problemas respiratorios y hasta enfermedades mentales. “Sí hay una relación directa entre trastornos mentales y el consumo de marihuana”, asegura. “Aumenta el riesgo de inicio de esquizofrenia en personas que tienen vulnerabilidad genética, eso sí está comprobado. Y pareciera que empeora el pronóstico de aquellas personas que tienen ansiedad y depresión, sobre todo cuando se consume en edades tempranas. Parece que causa alteraciones en el neurodesarrollo en adolescentes”.

“Hay patologías muy particulares que se benefician de estos medicamentos, pero no de la marihuana. El consumo de marihuana fumada, no se recomienda porque tenemos todos estos riesgos pulmonares y del neurodesarrollo. Los beneficios a la salud de fumar marihuana no existen, no hay beneficios a la salud”. La especialista incluso compara la marihuana con el tabaco: “hace 100 años los médicos lo recomendaban y 50 años después dijeron ‘oigan, da cáncer y ya hicimos todas las medidas’”.

Sin embargo, lo que sí considera es que la prohibición no es la salida adecuada. “Destinar los recursos a las medidas prohibitivas o punitivas, no mejora la situación. En los últimos seis años, hubo un aumento bastante alto en el consumo de marihuana, a pesar de todas las medidas que existen. Tampoco la prohibición nos ofrece un buen panorama. Pareciera que lo que tenemos que hacer es invertir en prevención”.

Una prohibición mal planteada

El pasado 2 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la Comisión de Estupefacientes, retiró el cannabis de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, donde estaba clasificada como una de las drogas más peligrosas, junto con otras como la heroína. Dos años atrás, la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció la utilidad médica de esta planta.

Marihuana
Foto: Cuartoscuro

“La prohibición de la cannabis tiene muchos años, muchas décadas y es una prohibición que, naturalmente, no debió de ocurrir, pero que determinó muchas cosas en el contexto internacional, en cómo clasificamos sustancias a nivel internacional”, expresa el encargado de Sativa Care, quien aplaude los avances que se han hecho en años recientes, sobre todo en lo referente a la clasificación de los distintos componentes de la cannabis, como el THC. “Esta molécula en específico, ha sido regulada como una molécula que tiene un alto potencial de adicción y que no tiene ningún potencial terapéutico. Naturalmente, la evidencia científica contradice directamente estas dos premisas”, asegura.

“Tanto tiene beneficio terapéutico, como no tiene un alto riesgo de adicción”, añade Espejel. “Esto es muy importante, porque la Ley General de Salud básicamente tiene que jugar con las reglas y normativas internacionales y no podemos, de manera unilateral, contradecir estos estatutos y estos acuerdos internacionales de cómo clasificamos las sustancias”.

Ríos Castañeda, por su parte, opina que los errores de la prohibición están en las clasificaciones, puesto que, aunque la marihuana fumada podría estar sujeta a discusión, otros componentes de la planta son seguros para su uso médico e industrial. “Esto viene de hace 100 años, cuando en Estados Unidos se tomó esta determinación de prohibir todas las formas de la planta incluyendo aquellas formas que no son psicoactivas”, explica. “El cáñamo, por ejemplo, no contiene sustancias adictivas, pero se incluyó injustamente dentro de esta ley. El cáñamo tiene aplicaciones industriales muy importantes para la fabricación de fibras, de telas, bolsas, todo este tipo de productos que requieren esta fibra”.

En busca de la regulación

Lugardo Espejel explica que la regulación de la marihuana en un mercado legal puede traer muchos beneficios, como se ha visto en otros países que ya realizaron esto, como Canadá o Uruguay.

Asegura que en este panorama, los crímenes violentos han reducido en un 12.5% y ha bajado el consumo de otros medicamentos, como también lo complementa el jefe del Departamento de Neuroquímica. Los consumidores, agrega, prefieren la marihuana a otras drogas como las anfetaminas o la cocaína. “Lo que se debe controla es la producción y distribución, no la criminalización por posesión”.

Ríos Castañeda va más allá y apuesta por que la Ley para la Regulación del Cannabis, sea el primer paso para un posible Instituto de Toxicología. “Puede ser la base para una serie de estudios para la investigación de la farmacodependencia. Evidentemente, como cualquier otro producto psicotrópico, el cannabis tiene un potencial adictivo, eso es innegable, entonces tenemos que hacer investigación (…) Vamos a tener con el Instituto del Cannabis, no sólo una producción controlada por el estado, sino también una vigilancia epidemiológica de los efectos potencialmente dañinos del cannabis y quizá lo podamos extender a otras drogas más peligrosas y de mayor adicción”.

Por otro lado, si bien el uso medicinal y el lúdico parecen ser opuestos y hasta contradictorios, en opinión de fundador de Sativa Care, no necesariamente debe ser así. “Nos dimos cuenta de que los dos usos principales de la cannabis medicinal o recreacional o cualquier uso que se le dé a esta planta son, número uno: el dolor y número dos: la relajación”, explica. “Y no tienen mucho que ver con el tema, por ejemplo, de una percepción de la sociedad en relación a un uso recreacional indiscriminado, errático, como nos lo habían enseñado de niños a todos nosotros”.

Marihuana
Foto: Cuartoscuro

Aunque la cannabis no cura ninguna enfermedad, ha demostrado su efectividad en infinidad de síntomas, desde dolor físico hasta emocional y para esto él considera tanto los diversos medicamentos, como el simple hecho de fumar para relajarse. “Muchas familias en México utilizan cannabis hoy día para algún dolor crónico, muchas familias usan cannabis hoy día para dormir mejor, para relajarse, para lidiar un poco mejor con los problemas de la vida. Esto es salud. También es, en muchos casos, recreación, pero entonces creo que la línea ahí es donde nos confundimos un poco”, declara.

“Si hay muchas familias que tienen temor, yo les preguntaría más bien si ellos o ellas conocen a alguna de sus tías, alguna de sus primas, alguno de sus abuelos que tengan ahí guardado algún remedio, algún producto de cannabis, seguramente muchas de nuestras familias lo tienen y no veo ninguna relación para alarmarse de eso”.

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
1 Comentario
Más viejo
Nuevo Más Votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Anónimo

Asies

1
0
Danos tu opinión.x