catrina

Día de Muertos virtual

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La pandemia provocada por el mortífero SARS-CoV-2 ha cambiado y trastocado todo, incluso, las manifestaciones culturales más arraigadas en México como las celebraciones del llamado “Día de Muertos”.

Baste decir, para recalcar su importancia, que estas celebraciones nacionales son emblemáticas en el mundo al estar catalogadas como Patrimonio Inmemorial de la Humanidad por la Unesco. 

Pero la “nueva normalidad” impuesta por el coronavirus obligó este año a los mexicanos a celebrar a sus muertos, por primera vez, más lejos de ellos que nunca, pero eso sí, con vistosos altares y ofrendas virtuales para recibir a sus difuntos, las cuales fueron difundidas ampliamente en las redes sociales.

altar y ofrenda, Día de Muertos
Fotografía: FanFan.

La gran paradoja de este momento inédito es que nunca habían muerto tantas personas cercanas, queridas y conocidas en tan poco tiempo, pero la alta peligrosidad del virus nos impide estar con familiares en sus últimos momentos, acudir a sus funerales y abrazar a los amigos afectados por la calamidad.

Hoy, la prioridad es cremar cuerpos, postergar festejos y cerrar los 119 panteones de la Ciudad de México para impedir que aumenten los contagios

La relación de los mexicanos con la muerte es milenaria. Desde los asentamientos teotihuacanos, cuyo origen se remonta entre los años 300 y 100 a.C. De hecho, esta civilización dio origen a los aztecas.

Investigaciones científicas de 2006 arrojaron que, en la zona arqueológica de Teotihuacan, había restos de cosméticos (maquillajes) empleados en ritos post mortem

altar y ofrenda, Día de Muertos

Para los aztecas la oposición entre muerte y vida no era absoluta como la vemos nosotros. Creían que la vida se prolongaba en la muerte. 

Con el sincretismo, la fusión de las dos razas trastocó y modificó las tradiciones, los cultos y los mexicanos adoptamos, obligadamente, costumbres españolas, pero con pinceladas de nuestros antepasados prehispánicos.

De Mictecacíhuatl, “la Señora de los Muertos” para los aztecas, pasamos por la época de la Colonia con su Santa Muerte, para llegar a la popular Catrina, del gran grabador José Guadalupe Posada, oriundo de Aguascalientes. 

Catrina, Día de Muertos
Fotografía: NRT Zacatecas.

Me detengo aquí, porque esa caricatura de la muerte cuyo nombre original fue Calavera garbancera, bautizada así porque de ese modo designaban a quienes vendían garbanza y, pese a tener sangre indígena, pretendían hacerse pasar por europeos, renegando de su origen y de su herencia cultural. 

Pero el ingenioso muralista Diego Rivera, la rebautizó como La Catrina y con ese nombre el grabado caricaturesco se convirtió en ícono mundial.

La Catrina, sin duda, es una muestra de la dualidad con la que el mexicano ve a la muerte, esa visión ambivalente que nos ha llevado a nombrarla de más de 100 maneras.

La picardía mexicana es única: le decimos la tilica, la parca, la chingada, la chupona, la calaca, la descarnada, la dientona, la enlutada y más de noventa sobrenombres más.  

altar museo Dolores Olmedo
Fotografía: Altar del Museo de Dolores Olmedo.

Y es que nos infunde un profundo respeto y dolor, pero también la invocamos, la retamos y hasta nos burlamos de ella. 

El punto es que, por su singular historia, en ningún lugar del mundo como en México se maltrata tanto a la muerte, se le ponen tantos apodos, se le invoca, pero también, y hoy más que nunca, se le teme, y se le rinde culto.

La pandemia golpeó nuestra tradición milenaria de rendirle culto a los muertos, de hecho, la misma muerte, o más bien, el miedo a ella, nos orilló a cancelar las celebraciones.

Ofrenda Palacio Nacional, Día de Muertos
Ofrenda en Palacio Nacional (Fotografía: IMER Noticias).

Y es que lucen hermosas las ofrendas virtuales, pero nada como el olor a copal, a flor de cempasúchil y el papel picado que viste esos altares monumentales; los multitudinarios desfiles de disfraces, las calaveras danzantes, el atole con tamales, el pan de muerto y toda la riqueza cultural y el colorido del Día de Muertos a la mexicana. O, ¿tú no lo extrañaste?


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