Con casi dos millones de contagios y más de 166 mil defunciones por COVID-19, los miembros del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) siguen dando pruebas de su irresponsabilidad. Ejemplo de ello fue Celia Maya García, precandidata morenista a la gubernatura de Querétaro, quien fue captada baile que baile sin cubrebocas, en un evento partidista.
Por medio de redes sociales, comenzó a circular un vídeo donde Maya García, por tercera vez aspirante a la administración de Querétaro, baila en compañía de un joven al ritmo de música banda. Sin uso de mascarilla y violando la sana distancia, la exmagistrada no perdió la oportunidad de mostrar sus mejores pasos.
El evento de Morena con 130 personas, se llevó a cabo el pasado domingo 7 de febrero en el municipio de San Juan del Río. No obstante, tras un reporte ciudadano, fue localizado por la Unidad Especial AntiCOVID.
La Supervisión Sanitaria Covid19 Querétaro expresó a través de Twitter, que la unidad en materia acudió al inmueble de la fiesta. En este sentido, explicó que los asistentes desalojaron el lugar de forma voluntaria y finalizaron la reunión.
“Tras un reporte ciudadano, la Unidad Especial AntiCOVID acudió a evento realizado en San Juan del Río, donde más de 130 personas se encontraban reunidas, por lo que con la presencia de la autoridad, de manera voluntaria desalojaron el lugar y finalizaron en el evento”, escribió el organismo queretano.
Luego de la tan polémica reunión, la precandidata subió a su cuenta de Twitter, una imagen donde aparece viendo el Super Bowl LV con su equipo de trabajo. De forma contradictoria y hasta para salir del pozo, la morenista se mostró usando el cubrebocas.
Sin embargo, no es de extrañarse que personajes de Morena muestren faltas de responsabilidad ante la pandemia del virus SARS-CoV-2. Esto, sobre todo si se toma en cuenta que hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador violenta las recomendaciones sanitarias.
Pese a su contagio, AMLO sigue sin usar cubrebocas
Luego de haberse recuperado de la COVID-19, el jefe del Ejecutivo tuvo este 9 de febrero su primer evento público. Sin mascarilla y dejando de lado la sana distancia, encabezó la ceremonia por el 108 aniversario de la Marcha de la Lealtad en el Castillo de Chapultepec.
El comportamiento del líder de la autollamada Cuarta Transformación no es de sorprender. ¿La razón? Durante su conferencia matutina del 8 de febrero, dijo explícitamente que no usaría protección, pese a que ya fue víctima del coronavirus.
Bajo el argumento de que “ya no contagia”, López Obrador negó toda posibilidad de utilizar mascarilla. Incluso, contradijo las recomendaciones de Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
“En México no hay autoritarismo, está prohibido prohibir. Todo es voluntario, lo más importante es la libertad y cada quien debe asumir su responsabilidad”, aseguró el tabasqueño.
Y es que aunque de forma tardía, López-Gatell reconoció la importancia de utilizar cubrebocas como medida preventiva ante la COVID-19. Tras meses de seguirle el juego al primer mandatario, el pasado 18 de noviembre pidió a los medios de comunicación promover la utilización del artefacto.
“Qué mejor que en las primeras planas, en lugar de aparecer un planteamiento tipo nota roja donde se destaca la confrontación de tinte político, pusieran todas las mañanas, la primera plana dedicada al ‘usa tu cubrebocas’”, apuntó el funcionario en la Semana Nacional de Transparencia 2020.
Además de irresponsabilidad, la negativa de López Obrador, fundador de Morena, demuestra que únicamente engaña a la población mexicana. Si se recuerda la mañanera del 12 de agosto del 2020, el presidente de la República prometió proteger su boca y nariz siempre y cuando lo recomienden los especialistas.
“Si a mí me dicen los especialistas, que ayuda que yo aparezca con el cubreboca, lo voy a hacer, no tengo por qué no hacerlo”, afirmó el mandatario.
Ahora, con un crecimiento innegable de la pandemia, las recomendaciones del mismo Gatell —estrella del actual gobierno— y hasta su infección del virus, López Obrador sigue sin ser consciente de la gravedad de la crisis sanitaria. ¿A cuántos muertos se tendrá que llegar para que cambie su forma de ver las cosas?