Bajo el argumento de dar libertad a todos los sectores de la población, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha dejado en manos de los gobiernos estatales e instituciones particulares la decisión sobre el regreso a clases presenciales. Sin embargo, su aprobación podría tomarse como una salida fácil hacia un área donde su administración no implementó apoyos durante el confinamiento y ahora carece de un plan claro sobre el proceso de vacunación.
Durante la conferencia matutina de este 2 de marzo, el primer mandatario aseguró que el escenario ideal para el regreso a clases presenciales requiere la inmunización del personal docente y de los adultos mayores. No obstante, advirtió que cada gobierno o institución cuenta con la libertad para definir el regreso a aulas.
“No estoy prohibiendo. Cada gobierno puede tomar sus decisiones, incluso los colegios particulares. La indicación que tiene la secretaria de Educación es que se respete la decisión de padres de familias, maestros y directivos de las escuelas”, dijo el funcionario.
La postura del jefe del Ejecutivo además de ser riesgosa, contradijo las indicaciones que hizo la Secretaría de Educación Pública (SEP) desde el inicio de la pandemia de COVID-19: regreso a clases presenciales hasta semáforo verde. Asimismo, dejó ver que su gestión no tiene contemplado algún tipo de programa para las instituciones del sector privado, quienes actualmente enfrentan una severa crisis.
Escuelas privadas en crisis
A casi una año de las suspensión de clases en los centros educativos, las instituciones privadas han resultado severemente afectadas. De hecho, la Asociación Nacional de Escuelas Particulares (ANEP) advirtió que sus centros regresarían a operar el pasado 1 de marzo.
De acuerdo con la SEP, a lo largo de la jornada del lunes no se registró la apertura para el regreso a clases en aulas en planteles particulares. La Secretaría señaló que los organismos actuaron de forma responsable y los invitó a seguir en curso del semáforo epidemiólogico.
Pese a lo anterior, la ANEP ya ha manifestado la peligrosa crisis que las escuelas privadas están enfrentando. Según, datos del de la Asociación, alrededor del 40 por ciento de los centros particulares han desaparecido a raíz del confinamiento ocasionado por el virus SARS-CoV-2.
La ANEP explicó que la cartera vencida de las escuelas privadas se ha incrementado hasta en un 100 por ciento a lo largo del último año. Esto sobre todo porque los padres de familia se han negado a pagar las colegiaturas por la falta de clases presenciales.
Y es que ante la urgencia del sector educativo particular, la autollamada Cuarta Transformación no ha implementado ningún programa de apoyo. Parece que su distanciamiento con la esfera privada también está dirigido hacia la educación, pese a que se trata de un derecho constitucional.
Cabe señalar que López Obrador ha dicho que no está en contra de las escuelas privadas, pero que su obligación es garantizar la educación universal y gratuita. Aún así su argumento quedó refutado con la pandemia de COVID-19.
Resulta que con base en datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en México más de 257 mil niñas, niños y adolescentes han estado imposibilitados de recibir clases a la distancia. La escasez de equipos y materiales para estudiar, también es una muestra de la desigualdad que enfrenta el país.
Gobierno Federal sin estrategia de vacunación para las escuelas
La Política Nacional de Vacunación del Gobierno Federal no contempló en ningún apartado la inmunización de personal docente y alumnos para el regreso presencial de clases. Incluso, la distribución de dosis en el estado de Campeche no estaba asignada en la estrategia sanitaria.
Además de la atención del personal médico, la actual administración se basó especialmente en un criterio de edad. En este sentido, luego de la repartición de dosis en miembros del sector salud, se espera la aplicación en:
-Adultos mayores de 60 años;
-Personas de 50 a 59 años;
-Habitantes de 40 a 49 años;
-El resto de la población.
Con ello quedó de manifiesto que la vacunación en el personal educativo será aún más confusa de lo que ya ha sido. La situación no deja de ser preocupante, porque además de la crisis económica que representa para algunas instituciones, se está gestando otra contingencia: la de trastornos y afectaciones emocionales en la niñez y adolescencia mexicana.
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