Hasta la actualización del 21 de febrero, México acumuló un total de 180 mil 107 defunciones a causa de la COVID-19. En este sentido, sigue en la tercera posición de fallecimientos por la enfermedad en todo el mundo, sólo por debajo de Estados Unidos y Brasil. ¿Cuántas pérdidas humanas se requieren para que la actual administración reformule su estrategia?
Si bien la llegada de vacunas contra el virus SARS-CoV-2 representa un gran avance, el país todavía no puede cantar victoria. Todo lo contrario, frente al acaparamiento de remedios a nivel internacional, el Gobierno Federal requiere reforzar su política de control y analizar con pinzas la de vacunación.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud (Ssa), el país ha sido escenario de 2 millones 41 mil 380 contagios acumulados de coronavirus. Como puede observarse, el territorio nacional todavía permanece lejos de “aplanar su curva epidemiológica”, tanto como lo está de inmunizar a más de 126 millones de mexicanos.
Y es que en este país no sólo ya se infectó de COVID-19 el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sino el mismísimo encargado de la pandemia, Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud. La situación no es de extrañarse si se toma en cuenta que ellos mismos cayeron en su conjunto de contradicciones y falta de rigor.
A unos días de que se cumpla un año de la llegada del virus a México, el Gobierno Federal sigue sin formalizar el uso obligatorio de cubrebocas o de ser claro con sus conteos. Incluso, el panorama se complicó con una estrategia nacional de vacunación opaca y centralista.
Como era de esperarse, tanto grupos de oposición como gobiernos locales y estatales no han perdido oportunidades de hacerle notar a la autollamada Cuarta Transformación sus yerros. Sin embargo, contrario a escuchar recomendaciones, el Primer Mandatario califica que se trata de mera “politiquería”.
Gobernadores del PAN hacen llamado al Gobierno Federal
Luego de no ser tomados en cuenta en la distribución de la vacuna antiCOVID-19, gobernadores del Partido Acción Nacional (PAN) reiteraron su llamado al Gobierno Federal a fin de que cambio el rumbo de la pandemia. Por consiguiente, lanzaron cinco puntos que bien podrían ser escuchados para unir esfuerzos.
El primero de ellos reside en que el proceso de inmunización se realice en México por medio del Consejo de Salubridad General y sus dependencias estatales. Mientras tanto, el segundo radica en que el plan en materia se amplíe no sólo para el sector privado, sino el social.
El punto número tres consiste en que el Gobierno de la República consulte a otros países que pueden tener exceso de vacunas. Esto, además de los contratos firmados directamente con las empresas farmaceúticas.
Los funcionarios panistas recomendaron que las autoridades firmen de una vez, contratos de vacunas que prevengan la enfermedad ocasionada por nuevas cepas. Asimismo, pidieron que la repartición de dosis se priorice en las zonas de mayor contagio.
AMLO cerrado a escuchar consejos
Aunque todas las predicciones del Gobierno Federal sobre el impacto del coronavirus han sido superadas, López Obrador prefiere seguir solo que reunir esfuerzos. Incluso, sigue empeñado en que su estrategia contra la crisis sanitaria ha dado grandes resultados.
En múltiples ocasiones, el Mandatario Tabasqueño ha rechazado la posibilidad de dar un giro en las acciones implementadas contra la COVID-19. Ejemplo de ello fue el 7 de agosto del 2020, cuando el Jefe del Ejecutivo se negó a modificar su planificación, bajo el argumento de que “la curva estaba aplanada”. Para ese entonces sólo había 50 mil decesos, ahora estamos cerca de los 200 mil.
Más tarde, en su Segundo Informe de Gobierno, López Obrador manifestó que su estrategia “evitó una mayor propagación del virus SARS-CoV-2”. Además, no perdió la oportunidad de resaltar que su gestión encontró grandes deficiencias al sector salud y tuvo que salir adelante con ello.
En noviembre del año pasado, con más de 100 mil muertes en el bolsillo, el Presidente de la República siguió empeñado en continuar con una estrategia ineficaz ante la COVID-19. De acuerdo con el funcionario, sus actos han dado buenos resultados, lo que a su decir ocurre, es que los grupos de oposición se han ido en su contra.
Ahora, en la distribución de vacunas ha pasado exactamente lo mismo. Aferrada en no recibir apoyo de las gubernaturas estatales, la autollamada Cuarta Transformación avanza lento y con incertidumbre en el proceso de inmunización.
Entre escasez de dosis, la falta de transparencia en los contratos con farmacéuticas y una priorización que no contempla a las zonas más afectadas por la pandemia, México sigue en crisis. No obstante, lo preocupante del asunto es que las mismas autoridades siguen sin quererlo ver. Todo lo contrario, desde el mismo Presidente de la República se piensa que “ya hay luz al final del túnel”.
