En 2011, a propuesta de la Academia Española de la Radio, fue proclamado por los Estados Miembros de la UNESCO, el Día Mundial de la Radio, que en 2012 fue adoptado por la Asamblea General de la ONU.
Desde entonces, el 13 de febrero se destaca la importancia de la radio como medio de comunicación y como agente civilizatorio. Y no es para menos. A lo largo de 100 años la radio ha atravesado el siglo XX y, en lo que va del XXI, sigue teniendo presencia en todo el mundo como el medio más utilizado; ha entrado a la convergencia con el ciberespacio y en la emergencia pandémica se le ha redescubierto en sus posibilidades de compañía, cercanía y fuente de información fiable.
Cada año, el Día Mundial de la Radio establece un tema o aspectos a destacar durante la celebración. Para este 2021 Nuevo mundo, nueva radio es el tema general y lema de la campaña que se complementa con tres subtemas: Evolución, que se refiere a cómo el mundo cambia y con él, la radio evoluciona demostrando su resiliencia al permanecer en el Ecosistema mediático, no obstante las numerosas sentencias de desaparición que ha recibido en diversas ocasiones. El segundo tema del Día Mundial de la Radio es Innovación y refiere a la capacidad de la radio para establecer relaciones con tecnologías emergentes y adaptarse a los nuevos patrones de consumo, y finalmente, se subraya la Conexión como otro de los atributos del medio que responde de inmediato en casos de emergencia, desastres o crisis prestando un servicio social invaluable a todos los grupos de la sociedad.
Es de destacar, también, el papel que la radio ha desempeñado en tareas educativas, específicamente alfabetizadoras, a través de emisoras de servicio público, comunitarias y sin fines de lucro. En América Latina el caso de la legendaria Radio Sutatenza, que nació en Boyacá, Colombia, en 1947, y alfabetizó a más de 8 millones de campesinos, es uno de los referentes modernos de esa tarea instruccional a través de la radio, cuyo modelo se replicó en Chile, Argentina, Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. En México desde 1924, a través de la emisora de la Secretaría de Educación Pública, hoy Radio Educación, el Estado mexicano postrevolucionario impulsó la radioprimaria y la capacitación de los maestros a través de las ondas hertzianas. Y desde los años sesenta emisoras comunitarias como Radio Teocelo y Radio Huayacocotla, en el estado de Veracruz, han realizado tareas educativas y de alfabetización para sus audiencias y comunidades a las que sirven.
Esta impronta educativa de la radio se encuentra ahora, en todo el mundo, frente al reto de la cultura digital y los cambios respecto a la dispersión y fragmentación de las audiencias, la irrupción de los procesos de digitalización en todos los órdenes y los cambios en las mentalidades. Si en el siglo XX la radio enseñó a leer y a escribir, dio cuenta del mundo y construyó imaginarios que moldearon nuestra civilización. En este siglo XXI está también comprometida con la nueva alfabetización: la Alfabetización Mediática e Informacional, aquella que impulsa los procesos de comprensión y análisis crítico de los contenidos, que invita a la eliminación de noticias falsas y rumores, que propugna por una comunicación abierta y colaborativa donde las audiencias también producen contenidos y, además, que tiene conciencia plena de que hacer radio no es hablar ante un micrófono, sino sobre todo, construir narrativas con sonidos y silencios. Construir conocimiento en red, superar el autoritarismo de los mensajes unidireccionales y ponerse del lado de las audiencias.
2021, décimo aniversario de la celebración del Día Mundial de la Radio, larga vida para este medio que, a través de la creación sonora, apela a lo más profundo de lo humano: la capacidad de escucha.
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