La Historia Oficial de México, en muchas ocasiones
es muy mentirosa, ridícula y tan absurda
que exalta al inepto, al corrupto y al asesino.
Arnulfo R. Gómez García.
El pasado 23 de junio se cumplieron 97 años de la postulación del General de División Arnulfo R. Gómez como Candidato a la Presidencia de la República por el Partido Nacional Antirreeleccionista para 1928.
Al respecto, me permito comentar que en el número 101 del mes de diciembre de 2016, la Revista Relatos e Historia en México que dirige la Doctora María Nieves Noriega de Autrey, publicó un muy interesante artículo de la Lic. Rosa Albina Garavito, en el cual se habla del asesinato de mi abuelo, el General de División, Arnulfo R. Gómez.
Por considerarlo de interés a continuación envío la nota que elaboré con algunos comentarios, precisiones y más detalles de ese pasaje deleznable de la Historia de México que, desgraciadamente, no fueron publicados completamente en esa prestigiada Revista debido a falta de espacio en su sección Cartas a la Redacción.
Conviene señalar que parte de la información que utilizo en esta nota y otras que he elaborado en los tres años más reciente, es resultado de la apertura mostrada por la SEDENA para acceder a sus archivos y sacar la historia de sus expedientes, lo que ha permitido conocer detalles verdaderos más allá de la Historia Oficial de México, misma que yo he definido más realistamente señalando que La Historia Oficial de México, en muchas ocasiones es muy mentirosa, ridícula y tan absurda que exalta al inepto, al corrupto y al asesino y que, sin duda, es enteramente aplicable a tres individuos a los cuales hago referencia en esta nota: Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Joaquín Amaro.
Carta dirigida a la Doctora María Nieves Noriega de Autrey, directora de la Revista Relatos e Historias en México
Respetada Doctora Noriega de Autrey:
Por medio de la presente la felicito por la muy interesante información que contiene su revista Relatos e Historias en México.
Me permito comentarle que el artículo de la Lic. Rosa Albina Garavito, en el número 101, nos aporta una serie de datos muy interesante sobre su abuelo, Don Abundio Elías Lucero, así como de su tío, Plutarco Elías Calles a quien, como dice la Lic. Garavito, Don Abundio le decía “El Loco Plutarco”.
Conviene señalar que Álvaro Obregón, “su amigo”, era más preciso, crítico y cruel con Calles, pues lo consideraba un ser pusilánime, timorato y agachón, motivo por el cual lo motejaba como “Mi Teniente Correlón” y, además lo bautizó como “Plutarco Elías Corres”; asimismo, quiero hacer la aclaración sobre una imprecisión y que la Lic. Garavito Elías refiere como la visita de Doña Chonita (Encarnación Elías) a su tío Plutarco, para pedir clemencia a favor de su esposo, el General de División Arnulfo R. Gómez.
Dicha visita no se realizó debido a lo que a continuación narro, pero también es preciso señalar que, si esa visita se hubiera realizado, nada hubiera cambiado pues el que mandaba en el periodo 1924-1928 era Obregón, y Calles era simplemente su pelele, una figura decorativa sometida totalmente a los deseos de Obregón.
Desde principios del año 1927, la familia del General Gómez había sido enviada a Estados Unidos a fin de sustraerla de los peligros que podría presentar la contienda electoral al enfrentarse a Álvaro Obregón, un individuo que durante su gestión como presidente de la República, entre 1920-1924, se ganó la reputación de egocéntrico, frívolo, ambicioso, corrupto, cínico, perverso, traicionero y asesino, características que confirmó durante el periodo 1924-1928 en que a través de Calles ejercía el poder y estableció un régimen de terror que la Historia Oficial de México se ha encargado de ocultar y distorsionar.
En la realidad Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Joaquín Amaro crearon el prototipo del funcionario corrupto de la burocracia mexicana y, lo peor, es que este arquetipo se convirtió en un paradigma para numerosas personas que ingresaron a la Administración Pública Mexicana a partir de 1920, es decir, desde que esos personajes dirigieron al país, por eso la calificación de México como uno de los países más corruptos del mundo, actualmente; por eso también, la imagen tan deteriorada del Ejército Nacional Mexicano, que durante largo tiempo ha tenido que arrastrar la pésima fama que le crearon Obregón, Calles y Amaro, sin que al momento haya sido posible borrarla totalmente.
Amaro, queriendo crear un mito “novelesco y amable” sobre esta asociación delictuosa señaló en alguna ocasión que ellos eran “Los Tres Mosqueteros”, a lo cual Vox Pópuli respondió que parecía que Amaro aparte de tonto, era sordo pues lo que realmente les decían era “Los Tres Más Rateros”.
Antes de iniciar su campaña electoral, el General Gómez decidió visitar a su familia en Estados Unidos y, por insistencia de Plutarco Elías Calles quien estaba obedeciendo las órdenes de Obregón, a su paso por Sonora se vio obligado a reunirse con Obregón, reunión en la cual no se llegó a acuerdo alguno con respecto al deseo de Obregón y Calles de que renunciara a proseguir con la defensa del principio de Sufragio Efectivo No Reelección, para lo cual le ofrecían designarlo Gobernador del Territorio de Baja California, según palabras de Calles: “Olvídate de la democracia y esas cosas, te ofrecemos ser Gobernador de Baja California, te puedes hacer millonario, tan rico como Abelardo [Abelardo L. Rodríguez] ”, ofrecimiento que el General Gómez rechazó señalando que él se había involucrado en la lucha armada por sus principios democráticos, por su compromiso con la sociedad y no para hacerse rico.
Conviene señalar que Abelardo L. Rodríguez se había convertido en un ente inmensamente rico por la corrupción que lo caracterizó y que fue el tema principal de la investigación y serie histórica de televisión realizada por History Channel bajo el título “Embajadores de la Mafia”, y en la que hacen un largo reportaje de la corrupta gestión de Abelardo L. Rodríguez como Gobernador y Presidente de la República, apoyado, dirigido y solapado por Calles. Esta investigación señala que Abelardo, quien también se convirtió en un pelele –en este caso de Calles–, fue el primer presidente mafioso al ser uno de los iniciadores de la mafia latinoamericana relacionado con la siembra de amapola, el juego, el tráfico de alcohol y de drogas, y para ello permitió e impulsó la construcción de casinos de la mafia norteamericana, él mismo llegó a tener uno de los casinos más importante en Baja California con el nombre de Agua Caliente.
De la reunión con Obregón, el General Gómez salió envenenado y fue gracias a un médico chino en Los Ángeles que el General se salvó de morir, sin embargo, su organismo quedó seriamente dañado, motivo por el cual durante la campaña electoral que realizó, mostró serios problemas de salud, independientemente de que en ese periodo fue objeto de otros atentados contra su vida.
Doña Chonita llegó a México casi una semana después del fusilamiento del General Gómez ya que, como he señalado, residía temporalmente en Los Ángeles y, antes de desplazarse a México en ferrocarril, en un viaje de más de tres días, tuvo que hacer arreglos para dejar a sus hijos Arnulfo y Aida Gómez Elías en un internado en esa ciudad.
Por estas circunstancias, el día 6 de Noviembre, el funeral del General Gómez fue organizado por el Coronel Guillermo Rosas Flores, su Secretario Particular, y por el Presidente del Partido Nacional Antirreeleccionista, el General Vito Alessio Robles quien, muy valientemente y exponiéndose a las represalias y violencia que caracterizó a México durante el periodo 1920/1928 –en que Obregón mandaba, Calles obedecía y Amaro asesinaba– realizó el velorio en su domicilio de la quinta calle de Chihuahua 107, en la Colonia Roma, lugar en donde se reunió una multitud de aproximadamente 30,000 personas para presentar sus respetos al General Gómez y que, en cortejo fúnebre que se realizó a pie hasta el Panteón Francés de La Piedad, sumó a más de 50,000 personas.
El General Alessio Robles, como Presidente del Partido Nacional Antirreeleccionista expresó en la oración fúnebre dedicada al General Arnulfo R. Gómez:
“El alma joven de un viejo luchador levanta el vuelo. Un paladín de los ideales revolucionarios ha muerto.
Descansa en paz; nosotros te ofrecemos seguir empeñados en la lucha de principios…
El general Gómez ha caído; pero el antirreeleccionismo sigue vigorosamente en pie… es un ideal que se destaca por encima de los hombres.
Los crímenes, las bastardas ambiciones y las situaciones bochornosas sirven de mortaja a sus autores. Los principios son la aureola de quienes sucumben por ellos”.
Ya en México, Doña Chonita no pudo alojarse en su casa ubicada en la calle de Arquitectos 107 (hoy Miguel Schulz), Col. San Rafael, debido a que la misma había sido saqueada por órdenes de Obregón, por un contingente de funcionarios y soldados comandados por el Lic. Fernando Torreblanca quien, después de haber sido Secretario Particular de Obregón, le fue impuesto a Calles como Secretario Particular para dominarlo totalmente (y después fue impuesto por Calles a Emilio Portes Gil). También se dice que Obregón presionó a Calles para que “aceptara” a Torreblanca como su yerno, casándolo con su hija Hortensia.
Por esas circunstancias, durante su permanencia en México, Doña Chonita se hospedó en la casa del Coronel Paulino Fontes Ruiz, amigo y partidario del General Gómez, quien había sido Director de los Ferrocarriles de México y Secretario Particular del Presidente Venustiano Carranza, lugar a donde acudieron numerosas personalidades a presentar su pésame, incluyendo a la más famosa vedette de esa época, María Conesa “La Gatita Blanca”, admiradora y partidaria del General Gómez, a pesar de que en ese momento era querida del General José Alvarez, Jefe del Estado Mayor del dizque “presidente” Plutarco Elías Calles.
Conviene señalar que en el colmo del cinismo y desvergüenza, el Lic. Fernando Torreblanca, posteriormente alardeaba y presumía de que usaba las mancuernillas del General Gómez, mismas que había robado durante este acto de rapiña totalmente deleznable y, durante el cual robaron todos sus objetos, enseres y archivos personales.
Incluyendo la información que el General Gómez había recopilado y procesado para publicar un tercer libro sobre la milicia mexicana con el título de Historia Militar de México, mismo que era un complemento del libro El Centinela (1924) que fue mejor conocido como Manual del Ordenanza) y de Estudios Militares (1926); después de un viaje de estudios que realizó a West Point, a Fort Benning y Fort Riley en Estados Unidos y a los principales centros de estudios e instalaciones militares en Europa y el Norte de África, mismo a través del cual hacía una serie de propuestas para la reestructuración e institucionalización del Ejército Nacional Mexicano –algunas de las cuales Amaro se apropió y presentó “como ideas suyas” y entre las cuales se incluye la idea que el General Gómez considero básica y fundamental para el desarrollo del Instituto Armado: la creación de la Escuela Superior de Guerra que, el General Arnulfo R. Gómez, propuso el 15 de enero de 1926, junto con una serie de otras 26 ideas para crear un Ejército Nacional Mexicano sólido, moderno y eficiente que cumpliera adecuadamente con su función sustantiva, así como con funciones que iban más allá de la milicia y que incluía aspectos sociales, económicos y políticos–.
Debido a los actos de rapiña arriba descritos, prácticamente, la familia del General Gómez carece de recuerdos físicos de su muy querido antepasado ya que sólo se rescataron algunas fotos, su bigotera, tres monedas que estaban dentro del estuche de su bigotera, sus polainas de campaña y algunos otros documentos que habían quedado en poder del Coronel Guillermo Rosas Flores y del Coronel Fernando López Portillo Horn, ambos sus Secretarios Particulares.
Conviene señalar que el Coronel Rosas Flores, consciente de que Doña Chonita no llegaría a tiempo para el sepelio del General Gómez, le cortó un mechón mismo que obra en mi poder.
Importante es señalar que Doña Chonita nunca quiso regresar a México, se quedó a vivir en Los Ángeles y fundó el Restaurante El Carmen, que se convirtió en un exitoso restaurante de alto nivel que entre sus clientes regulares contaba a personajes como D.W. Griffith, Cecil B. DeMille, Boris Karloff, Ricardo Montalban, Nat King Cole, Loretta Young, Diego Rivera, Busby Berkeley, Mario Lanza, Vincent Price y al muy joven John Wayne, quien se dirigía a Doña Chonita como “Mamá”. En el siguiente anexo, incluyo el menú de The Original EL CARMEN CAFE mismo que contiene una breve reseña referente a los primeros 50 años de su existencia, señalando que fue inaugurado el 15 de septiembre de 1929, un mes antes de que estallara la crisis del “stock market” y la Gran Depresión; y que a pesar de esos tiempos difíciles, siempre se mantuvo como un restaurante con gran afluencia de comensales que inclusive, frecuentemente hacían cola para conseguir una mesa.
Arnulfo Gómez Elías, hijo mayor del General Gómez, tampoco quiso regresar a México pues no concebía la idea de que hubiera un país en el que toda clase de delitos, abusos e injusticias fuese lo normal y que los transgresores quedaran impunes, además de que los convirtieran en héroes como sucedió con Obregón, Calles y Amaro, cuando realmente son una vergüenza y deshonra para el Ejército Nacional y para México.
Arnulfo, después de estudiar la carrera de abogado en Estados Unidos, fue miembro destacado del Cuerpo Diplomático de ese país, habiendo sido Jefe de Misión en Chile, Argentina y Portugal, así como Asesor del Secretario de Estado de la Unión Americana.
Su hermana, Aida Gómez Elías se convirtió en Maestra de Letras Inglesas y regresó a México a principios de los años 50, habiendo fundado el Instituto Boston, de Educación Primaria, y la Escuela Secundaria General Arnulfo R. Gómez, misma que estaba clasificada en el lugar 173 de un total de 1,342 escuelas en el Distrito Federal. Aida Gómez Elías se casó con el hijo del Coronel Paulino Fontes Ruiz y Angelita Buelna: Paulino Fontes Buelna.
Finalmente, me permito comentar que Eliseo Cid de León, quien aparece como donador del paliacate que utilizaron para vendarle los ojos a mi abuelo al fusilarlo y que forma parte de la colección de objetos exhibida en el Museo Alessio Robles de Saltillo, Coahuila, era Mayor del Ejército Mexicano y fue la persona que recibió su cuerpo en la ciudad de Jalapa, habiendo sido el encargado de acompañarlo en su traslado por ferrocarril hasta la ciudad de México.
Importante es hacer notar que el General Gómez llevaba en los brazos unos soportes para ajustar las mangas del saco que vestía cuando lo fusilaron, motivo por el cual algunos escritores e historiadores erróneamente hablan de que el General Gómez fue atado a un poste para sostenerlo durante su fusilamiento, lo cuales es totalmente incorrecto, pues a pesar de estar seriamente enfermo y de que se estremecía por la fiebre que lo aquejaba, valientemente se situó ante el paredón y el pelotón de fusilamiento, y en la foto que se presenta a continuación se puede notar la ausencia del supuesto poste al que algunos han señalado que lo ataron.
En mi próximo artículo presentaré detalles del asesinato de mi abuelo, el General Arnulfo R. Gómez que fue disfrazado de fusilamiento después de un juicio sumario totalmente irregular, en el que no se le permitió declarar debido a que lo retuvieron en el tren que lo condujo de Teocelo a Coatepec y, por tanto, no estuvo presente en su juicio.
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