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Estabilidad versus Evolución en la Cuarentena

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Escucho muchas veces durante estos días de resguardo en casa, la frase “esperamos a que todo vuelva a la normalidad”, y no dejan de sorprenderme estas palabras por varias causas:

Aún no tenemos claro cuándo regresaremos a las actividades laborales plenas.

No sabemos la forma en que se dará el regreso a las actividades.

Desconocemos si las condiciones laborales después del regreso serán similares.

Es muy probable que los hábitos y conductas se modifiquen en alguna forma.

¿Entonces esperan que todo se mantenga igual?

Sin embargo, hay otro grupo de personas que dicen “estamos aprovechando este momento para innovar y plantear soluciones diferentes” y me hacen reflexionar:

Aun sin saber cuándo se regresará a la actividad laboral plena, están ellos plenos de actividad diferente, adicional a la que usualmente tenían.

Desconocen la forma y las condiciones laborales del regreso, pero están proponiendo alternativas.

No conocen las circunstancias futuras, pero están analizando mucha información y preparándose para la incertidumbre.

¿Están construyendo ellos su propia circunstancia?

cerebro, consciencia, relojos de arena
Imagen: El País.

El dilema es sencillo, ¿espero a que regresen las circunstancias que conozco o preparo escenarios futuros que tal vez no se den?

Dependiendo de nuestras particularidades, elegiremos cuál de estas alternativas deseamos que suceda y plantearemos nuestros argumentos.

Si soy una organización poco movible, con mercados y productos que el cliente conoce y demanda, personal altamente entrenado y especializado, elegiré regresar a una situación conocida. Donde me sienta cómodo, mi eficiencia y rentabilidad fortalecen la supervivencia y el desarrollo, mis programas de expansión y crecimiento están sustentados en mi fuerza de marca, mis valores agregados, cultura y hábitos de mis consumidores, o la dificultad de sustituirme.

Por otro lado, una organización con enfoque de innovación, que busca y promueve la obsolescencia anticipada, gusto por el riesgo o necesidad de hacerse un espacio en el mercado, buscando nichos diferenciados, programas de expansión y desarrollo fundamentados en el cambio de hábitos y consumo, elegirá y usará esta circunstancia para analizar y promover propuestas diferentes.

antes y despues de la pandemia
Ilustración: Vior (El Clarín).

Ambos planteamientos tienen sus defensores y detractores, tienen argumentos válidos, conocimiento claro de sus fortalezas y debilidades, con el cual defienden su postura y esgrimen discursos. Sin embargo, la respuesta correcta no dependerá de sus percepciones, dependerá del correcto análisis de información en cuanto a:

Cómo se modificarán las necesidades de los consumidores o usuarios.

Qué tan sustituibles son.

Cuánto entienden las necesidades que se tendrán.

Los especialistas seguramente agregan variables; capacidad de inversión, comunicación, fuerzas de marca, de mercado, grado de satisfacción, capacidad de los equipos de trabajo, etc., pero en realidad todo tendrá que ver con las tres principales mencionadas anteriormente.

crisis psicologica pandemia
Imagen: The Journal.

Se tiene que voltear a ver a la sociedad que, durante estas semanas se mantiene encerrada en sus casas, ha demostrado una evolución que deberá ser analizada en el futuro, da paso a la creatividad y demuestra un uso diferente de las herramientas para solucionar los problemas cotidianos, las mecánicas e interacciones cambiaron y entendieron que se puede hacer “de otra forma”; y cuando las personas entienden que hay alternativas y las aprenden, cambian en sus “modos”. Hoy las personas han aprendido que hay mas vías, tenemos que estar atentos para que estos cambios no nos superen como organización.

Estas condiciones serán válidas para las organizaciones privadas, las ONGs, asociaciones y partidos políticos, instituciones de educación, inclusive en la forma de gobernar. Más allá de defender o promover una de estas dos ideas, es importante entender las circunstancias de la organización que lidero o participo, porque lo complicado será no saber mi propia condición y no estar preparado para lo que vendrá.

Por ello…

Con visión de futuro a corto plazo, ¿cuál de estos escenarios estás promoviendo en tu organización?


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Ante la incertidumbre sanitaria y económica, “Prospectiva, una mirada al futuro”

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#ProspectivaUnaMiradaAlFuturo

“Prospectiva, una mirada al futuro” nace en plena contingencia sanitaria y económica, con la intención de compartir una visión personal y de conjunto sobre los grandes retos que asolan a la sociedad en el ámbito empresarial, público, científico y académico, y cómo estos pueden convertirse en agentes de cambio para México, a través de la cooperación y la colaboración, utilizando la “Prospectiva” como herramienta clave para la planificación estratégica.

Este espacio hará las veces de plataforma de inteligencia y difusión para las tendencias globales, vistas como oportunidad para México. Desde una visión holística y de futuro, posibilitaremos el acercamiento de posturas entre los lectores y agentes relevantes, creando vínculos reales entre organizaciones y personas comprometidas con el desarrollo de nuestro país.

futuro del mundo
Imagen: Future Energy Perspective.

Para ello, desarrollaremos contenidos e ideas desde múltiples enfoques, dando oportunidad a la reflexión, pero sobre todo a la utilización de estos elementos como soporte para las estrategias e iniciativas que se estén desarrollando. En primera instancia, nos centraremos en las grandes megatendencias: Globalización, Demografía, Urbanización, Tecnología y Cambio Climático, para posteriormente identificar el espacio donde podríamos desarrollarnos y consolidar una posición referente como país.

Hoy en día, resulta clave para el desarrollo de cualquier estrategia o iniciativa contar con los datos, información y conocimientos correctos y actualizados, ya que sin estos recursos difícilmente podremos desenvolvernos adecuadamente en los escenarios complejos y dinámicos en los que nos encontramos. Estos nuevos recursos, deben ser sinérgicos entre sí, además de transversales, posibilitándonos con ello la confección de estrategias flexibles, con capacidad de respuesta y crecimiento, y principalmente exitosas.

mirada, ola, avalancha
Imagen: New scientist.

El 2020 e inclusive el 2021, se visualiza como años complicados, repletos de incertidumbre, y que serán un punto de inflexión en la organización social, política, económica y tecnológica, tal cual la conocemos. Para muchos expertos, hemos comenzado una nueva desaceleración económica que se prolongará durante los próximos meses, pero la realidad es otra, ya que llamar desaceleración a la crisis, es engañarnos y no ver en la situación, la oportunidad de reconvertirnos y salir fortalecidos.

En este sentido, la única forma que tendremos para afrontar esta situación es desarrollar acciones encaminadas a la generación de valor, fortalecimiento de relaciones entre agentes y el posicionamiento de las regiones a nivel nacional e internacional, a través de la innovación, cooperación y colaboración, con una visión de futuro, que nos ayude a evitar contingencias como las que estamos viviendo en este momento y establecer acciones de largo recorrido, basadas en prospectiva.

Las épocas de incertidumbre se distinguen por ser tiempos de reflexión y de oportunidad, en donde el ingenio aflora, y sobre todo cuando hablamos del ingenio mexicano. Esta época traerá consigo nuevas necesidades y espacios que deben ser cubiertos por acciones coordinadas entre los agentes empresariales, sociales, públicos, académicos y científicos, atendiendo a la formación del personal, la promoción del talento local y la optimización de los recursos.

emprendimiento, futuro
Imagen: Seed world.

Es por todo esto que hoy, y más que nunca, necesitamos sumar esfuerzos de todas las formas posibles, identificar las oportunidades que podemos desarrollar de manera individual y en conjunto, promover una cultura basada en el conocimiento, innovación e inteligencia, así como establecer espacios de reflexión, debate e interacción que fomenten lo anterior y muchas cosas más.

Por último, espero que esta primera entrega de “Prospectiva, una mirada al futuro” sea motivante y retadora, por lo que les invito a que no duden en hacerme llegar sus comentarios y recomendaciones al correo electrónico ricardolopezrobles@outlook.com o vía Twitter a @rlopezrobles.

Hasta la próxima entrega y recordar #YoMeQuedoEnCasa.

Autodidaxia, cibersociometría y otros paradigmas post COVID-19

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Una nueva condición de la vinculación social está emergiendo, la cibersociometría y la autodidaxia cunden a la par que la pandemia COVID-19 y a un ritmo que ya habrían querido los fracasos del boom del dot-com al comienzo del siglo.

Algunos estudios demuestran cómo es que la productividad aumenta hasta en 13% en las actividades de home office, una nueva confianza y ética de las relaciones virtuales está haciendo aparición y su consideración mueve inversiones y genera nuevas oportunidades.

Las ventajas ergonómicas se reflejan directamente en la productividad y el confort de los individuos. Haciendo el trabajo desde casa, crea una mejor atmósfera laboral. Una más eficaz supervisión basada menos en actitudes y más en resultados, está tomando lugar. Desde el punto de vista ergonómico, el diseño más vanguardista de oficinas no puede compararse con el espacio diseñado, ajustado y concebido por el propio individuo que es en casa un especialista en el uso del espacio.

Algunos problemas ligados al ambiente laboral simplemente no tienen cabida en el ejercicio del teletrabajo –abusos sexuales, agresiones, discriminación, etc.–. Los fenómenos concomitantes telepresencia y teleacción son una función de la conectividad, por lo que en este sentido puede haber diferencia en el sistema de supervisión y de trabajo en equipo, pero no en la productividad general como lo demuestran diversos estudios.

autodidaxia y teletrabajo
Imagen: Marketing Directo.

La telepresencia, teleacción o presencia a distancia, es decir, la presencia vicaria y acción presente de cosas ausentes, la representación por el producto del trabajo materializado, por una parte, o de la instrucción expresada por medios mecánicos o electrónicos, son consecuencia lógica de la nueva condición productiva. Dos condiciones nuevas aparecen, las materiales e impersonales de supervisión y performance, y las inmateriales, como la percepción y los estados anímicos. 

El mayor riesgo de empleabilidad se presenta para los funcionarios de nivel medio. Los llamados gerentes o supervisores cuya función tiende con el teletrabajo a desaparecer, los altos mandos y los trabajadores de menor rango están obligados a producir, los primeros porque un componente importante de su ingreso está en la productividad, ligada está al performance en las ventas, y los segundos porque su pendular se juega entre tener y no tener trabajo.

Uno de los problemas, sin embargo, que se perciben en el trabajo domiciliado sobre todo en países del primer mundo, es el relativo a la falta de socialización de las personas, “me siento solo(a)” es una referencia si no generalizada, sí recurrida. En todo lugar el hacinamiento puede ser también un problema, “no tengo espacio para trabajar”, “hay mucho ruido-ambiente”.  

Sin embargo, la relativamente nueva condición que aparece con el aumento y la confiabilidad en las redes y en la calidad de las conexiones, implica también nuevas conductas. Trabajar a distancia permite distanciarse del lugar de trabajo y encontrar mejores condiciones de hábitat.

autodidaxia y confinamiento
“Interior con una chica dibujando”, Pablo Picasso, 1935.

Por otra parte, los sistemas de conectividad, la calidad de la óptica, los estudios ergonómicos están siendo integrados por compañías especializadas en la provisión de servicios. Estos ejercicios están dando resultados y creciendo exponencialmente en todo el mundo.

La reciente reunión extraordinaria del G-20 fue llevada a cabo en una de estas plataformas y funcionó muy bien logrando que los Jefes de Estado se sintieran más a gusto con su uso que en los constreñidos espacios oficiales, e híper-mediados de los centros de conferencias, u hoteles en donde por lo general se llevan a cabo. Al término de esta pandemia –porque debe tener un fin– el mundo tecnológico habrá dado un giro importante, orientándose ahora paralelamente a las comunicaciones interpersonales para favorecer las grupales. Esto está muy caliente; durante el fin de semana he recibido varios mensajes de advertencia con relación a las fragilidades en seguridad de la plataforma Zoom, por ejemplo, que he estado utilizando para algunas de mis comunicaciones de trabajo y alternándola con Avaya Spaces, que siendo más robusta para presentaciones, es todavía menos amigable para las conversaciones que no requieren la constante consulta a documentos, archivos o imágenes.

Esto sugiere que hay paralelamente al uso de las plataformas, una guerra industrial desatada, voraz a veces en la industria y que algunas apps serán nulificadas o compradas por terceros más robustos y ágiles. Nada sorprendente en un mercado canibalizado y dominado por los grandes productores que están atentos siempre a la orientación de los mercados.

Otra de las tendencias mayores que hemos resentido en este período sui generis que acusa, entre otras cosas, la fragilidad biológica de la especie, es la tendencia a la autodidaxia. Durante mucho tiempo la educación, muy importante, había sido dejada en manos primero del clero y otras instituciones religiosas como la yeshiva o la madrassa, luego del Estado y más tarde de la industria privada que ha sabido desarrollar enormes consorcios y franquicias. Hoy, sin embargo, las personas están tomando en sus manos su formación y al hacerlo descubren su valor, se sorprenden de su potencial abriéndose a un nuevo mercado laboral. Los educandos están reconociendo que son la punta sumatoria de las fuerzas que animan sus vectores individuales, asumiendo con sorpresa a veces su diferenciación y las posibilidades que ésta les ofrece.

autodidaxia y confinamiento
Ilustración: Dribbble.

Así, vemos proliferar los cursos en línea, las charlas cortas como las que está proponiendo Air B&B sobre los más diversos temas, las que ofrecen individuos o consorcios como Khan o como Tedd, o más estructuradas didácticamente como las sugeridas por The Big Canvas. Así las cosas, veremos también después de la pandemia una fuerte tendencia a la autodidaxia, a la autoformación, las escuelas estarán más orientadas a la provisión de mecanismos de amalgamamiento del conocimiento decidido por los individuos, la educación será la forma y no el contenido del proceso de enseñanza-aprendizaje.

La empleabilidad de las personas está pasando así por un proceso de autogestión a partir de la autoevaluación. En este período se ha acentuado la conciencia de los aprendizajes realmente adquiridos, bien cimentados y sobre todo el reconocimiento de las propias capacidades e intereses.  Paralelamente a la conciencia de identidad, que ya hemos discutido en otros artículos, está la conciencia de las capacidades reales de las personas, ligada a una mejor percepción de las destrezas específicas que los sistemas tradicionales de evaluación y sanción de la educación tienen dificultad para reconocer.

La educación digital se hace esencial para la puesta en valor de las propias capacidades y para el acceso a la formación continua, la teleacción y las oportunidades. Hay un nicho importante entre el coding y los usos que no están siendo debidamente atacados, y que parte de la necesidad de proveer respuestas tangibles a problemas reales a partir de las propias capacidades de navegación en el ciberespacio.

En lo sucesivo hay un nuevo código cibernético de los valores, “ciber-honor”, es honrar los compromisos del espacio virtual de la misma forma que se honran los compromisos del mundo analógico. Hay aquí menos pretextos, “temprano es a tiempo, a tiempo es tarde”. Hay un costo temporal de la puesta en plataforma que debe ser considerado y que es menos propenso al accidente del tráfico de vehículos y los transportes públicos. La palabra empeñada en el ciberespacio es también palabra de honor.

home office
Imagen: Freepik.

Quizá las plataformas digitales sirvan particularmente a la cultura mexicana de negocios tan proclive a la procrastinación que hace perder recursos económicos y temporales. Decir no es tan apreciado como decir sí. Ambas condiciones implican un involucramiento de las personas y en ambos casos la relación personal debe quedar inafectada. Business as usual y tan amigos como siempre.

Está emergiendo una nueva sociometría donde el terreno se ha emparejado, en la red son menos eficaces las miradas inquisidoras y más recurridos los métodos productivos y objetivos; menos jerarquía y más eficacia parece ser la regla. Esto deberá beneficiar en gran medida a nuestro país tan proclive al boato, a la cursilería jerarquizante, heredada de épocas coloniales, ahora el “mande usted”está siendo remplazado por fórmulas menos entreguistas e igualmente respetuosas de la persona. Una cibersociometría vinculada al carisma y al conocimiento, a la solidez ética y moral aparece así, imponiéndose a las pirámides de autoridad.


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Estado emprendedor; un camino para México

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Iniciando la hibernación, llegó finalmente a mis manos “El Estado Emprendedor” de Mariana Mazzucato, cuya lectura había diferido por algunas semanas en espera del ansiado “respiro”. Miren ustedes nada más qué clase de respiro. Bien dice el refrán hay que tener cuidado con lo que deseas…

Pues nada, que el texto de Mazzucato para nada defrauda, al contrario, está lleno de buenas ideas, excelentes ejemplos pero, sobre todo, de una sólida argumentación para romper algunos de los mitos más acabados en materia económica, y en particular, en relación al papel que el Estado debe asumir en relación a la actividad emprendedora de la iniciativa privada.

Hasta hoy, las dos visiones que han dominado el rol del Estado es, la primera, la de corte socialista, que pretende depositar en su rectoría una gran parte de la actividad económica crucial de un país, como el más grande generador y distribuidor de valor en esos modelos; en la segunda perspectiva, el Estado debe recular para dejar a los particulares, y a las leyes del mercado, la actividad preponderante, limitando la participación a labores subsidiarias de apoyo social, adelgazándose y desregulando para incentivar la confianza y la inversión. En este modelo, es meritorio que el Estado ofrezca todos los apoyos posibles para que las empresas crezcan, incluso otorgando subsidios y sacrificando cargas fiscales.

estado mazzucato
Mariana Mazzucato, economista italo-estadounidense.

Mazzucato plantea, como premisa, que el Estado puede ser la fuerza más emprendedora del mercado y la que puede realizar las necesarias inversiones de riesgo que cualquier economía requiere, en particular las de la era digital. Se deja atrás la idea de un Estado burocrático, ineficiente y errático en materia empresarial, para dar paso a una concepción en la que el gobierno se vuelve un socio que aporta capital y que recibe beneficios cuando se tiene éxito. De esa manera, damos la bienvenida a una suerte de fondo de inversión, capitaneado por un Estado que traspasa la línea del “apoyo”, para convertirse en agente directo del cambio, generando innovación y competitividad.

El texto está plagado de ejemplos contundentes sobre el papel crucial que los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, China y otros países han desplegado para ser parte en la generación de tecnologías disruptivas en ámbitos de información, programas de computación e informática, farmacéutica y energías verdes. Casos que demuestran que no se trató sólo de aportar capital de riesgo, sino de generar demanda que fuese capaz de arrastrar el crecimiento de empresas proveedoras, muchas de ellas, por cierto, hoy líderes mundiales en sus campos de actividad.

Una de las nuevas premisas del análisis de Mazzucato descansa en la necesidad de redistribuir los beneficios de la inversión exitosa, ya que es inaceptable que, si los recursos surgen de los impuestos pagados por todos, la rentabilidad se concentre en las empresas. Éste parece ser uno de los grandes logros de la autora, esto es, visualizar al gobierno como un socio que recibe ganancias a partir del éxito de las inversiones realizadas, adquiriendo entonces nuevos recursos para mayores emprendimientos. En ese punto la teoría plantea, inclusive, la coparticipación del Estado como titular de los derechos de las patentes resultantes.

estado emprendedor
Ilustración: iStock.

Esta alternativa supera por mucho a las que engloba la llamada “tercera vía”, entendida como una síntesis de las ideologías más extremas del socialismo y el capitalismo, a fin de crear un sistema progresista basado en el modelo tradicional de economía mixta. Y, no, en este caso estamos hablando de un modelo en el que el Estado pone su enorme poder generador de economías anchas, aprovechando el “saber empresarial” de la iniciativa privada para crear empresas exitosas de las que adquiere participación accionaria.

Los postulados de esta teoría nos llegan en un momento de gran apremio, en el que las opciones de sistemas económicos se han vuelto escasas y sus promesas francamente gastadas y pueriles. Es ésta una propuesta refrescante, inteligente, y abre un espacio posible para decisiones prácticas y comprobables.


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Forjar comunidad en medio del conflicto, el caso de Israel

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Voy en un tren. Por un momento me siento desubicado. Me imagino que estoy en el Hauptbahnhof de Zúrich, el tren es idéntico. Pero suben jóvenes entre 18 y 19 años. Todos tienen armas largas, se sientan. Duermen a los pocos minutos. Hay negras que parecen de Eritrea, varios blancos, rubios, parecen rusos; otras podrían ser de la Italia Mediterránea. Mujeres y hombres atractivos. Son militares de ambos sexos. Después entenderé que la relación de Israel con su ejército es clave para entender su diversa comunidad.

Subimos a un taxi (en Israel no hay UBER), el chofer no habla inglés, lleva un kipá bordado en la cabeza. Google me ayuda: platicamos por el celular. Le pregunto para qué es el radio que trae encendido, lo veo inquieto. Nos enteramos que participa como paramédico de zona, es voluntario. Pasó un accidente que queda cerca y no puede ir porque nos tiene como pasajeros. En cada lugar en donde está tiene que auxiliar. Hablamos de Tikkun Olam: concepto de reparación del mundo, no es Tzedek (filantropía) pero no le pagan por hacerlo. “Salvar una vida es salvar al mundo” dice. Le menciono México y me habla de Cancún y del Narco. Le impacta el narco y la violencia.

taxi, transporte, Israel
Fotografía: The Times of Israel.

Nadie se presentó haciendo alarde de sus medallas, ni hablando de sus logros. Querían conocer quién estaba del otro lado. Había un profundo interés por el diálogo. No había jerarquías ni sacos ni la pose naturalizada de las cenas mexicanas. En el viaje visitamos a una premio Nobel, comimos y charlamos con veteranos de guerra, científicos, rabinos, médicos y muchas personalidades. Hubo algo en común: humildad y austeridad.

En las calles me pasó lo mismo. Inquieto por esa falta de jerarquía que contrasta con la de un México clasista, cuestioné varias veces a qué se debía; las respuestas se repitieron: al ejército. Ahí aprenden, es obligatorio para todos los judíos, beduinos y otras minorías no árabes. Obliga a convivir. Todas las clases y colores se reúnen. Estar en situación de precariedad crea la vulnerabilidad necesaria para pertenecer. El rico y el pobre pasan hambre, ambos tienen miedo a morir. Ven un futuro común.

Como mexicano cuesta trabajo pensar en el ejército como el cemento de la sociedad. Allá es la norma. Otra coincidencia con Suiza: en el país europeo sólo el 5% de su ejército es profesional, y toda la milicia se debe a que es obligatorio el servicio militar. Tal vez la diferencia del país alpino y el Mediterráneo es que éste obliga más a las mujeres a participar. A pesar de ello, los suizos mantienen un ranking en igualdad de género que los posiciona mejor que las israelíes: son el veinteavo lugar e Israel el 46. México es el 50 de 146. ¿Será que la disciplina y la comunidad podrían ser forjadas por una institución como un ejército civil? ¿Ese ranking será un retrato verdadero de la situación de género? Israel ya tuvo una primera ministra.

Suiza e Israel
Imagen: Bucher Tax AG.

Llamo a Omer. Me lleva a donde van los jóvenes a divertirse. Él acaba ir al ejército. Es un bar en el corazón de la ciudad blanca. Intrigado por su experiencia en el ejército, le preguntó mucho sobre el tema. Es un joven muy inteligente, apenas tiene 21 años, pero tiene una visión de un mundo muy amplia. Sueña con ir a otros lugares, estudiar, ser empresario. Su abuelo y su padre hicieron las primeras plantas desalinizadoras en el mundo. Ellos son empresarios e innovadores. Él busca algo semejante. Me platica de las start up de Israel. De lo difícil que es acceder a las Universidades. Medicina es una de las más complejas. Al llegar a la charla del ejército le explicó lo que me ha impresionado. El poder de cohesión y el que no haya jerarquías. Reflexionamos y le pregunto: ¿qué pensarías de que el ejército acepte árabes no judíos? Medita y dice: “es una decisión difícil, así debería de ser. Pero no podemos arriesgar en tener al enemigo dentro. Hace años había bombas en las ciudades. No hemos logrado esa unidad.” ¿Pero no crees que el ejército la logre como lo ha logrado con todos? Dice que sí, pero que el riesgo es muy alto. Habla de cómo lo han intentado mitigar: el porcentaje de alumnos de medicina es más alto de árabes no judíos, por ejemplo, así existen muchas iniciativas para equilibrar lo que hoy no se puede equilibrar. No es un blanco y negro.

Hablo con Lior, una mujer delgada, blanca y de pelo negro. Su nariz semeja a un perfil persa. Es una mujer atractiva. Se presenta como una promotora de los valores judíos. Habla de las iniciativas de la ciudad. “Será la primera vez que habrá transporte público en Shabatt”. Está emocionada del logro, antes las obras, toda la infraestructura pública se paraba. Ron Huldai, el alcalde de Tel Aviv, a quien Lior ayuda, es un visionario. Sabe que una ciudad que no se mueve se muere. Sabe que el transporte si se centra en las minorías, suple a las mayorías. Miles de personas no creyentes se tienen que transportar. La verdad de unos no se puede imponer a la de todos.

Ron Huldain
Ron Huldain (Fotografía: Haaretz).

Lleva una argolla de matrimonio. Le cuestiono sobre qué hace su esposo. “Esposa”, me cuenta: es comandante del ejército. Llama más mi atención, sé que el matrimonio en el mundo judío tiene que ser religioso. Le pregunto si hay matrimonio civil y me dice que no, se casó en Nueva York. Lior: ¿me dijiste que eras promotora de los valores judíos cómo comulga eso con la imposibilidad de casarte, podrías adoptar? “Tendría que hacerlo fuera. Los valores judíos no son religiosos”. La reflexión es profunda. Hay valores como el Tikkun Olam, como el de comunidad, como muchos otros que son parte de la cultura judía. Amaga al final y dice: “es más David, no soy creyente, habemos muchos judíos ateos que valoramos nuestra comunidad y nuestros valores, por eso los promuevo”. 

Tel Aviv es una ciudad orgullosa de su comunidad gay. Contrasta con el espíritu clásico y conservador de Jerusalem. Estoy seguro que mucho hay de la mirada de Ron y de muchos visionarios en un país en el que las minorías tienen voz. Pero ese contraste también es Israel. Un estado religioso que también se juega en tejer una urdimbre religiosa, con distintas religiones y con entramados laicos.

tikkun olam, reparar el mundo, frase israeli
Imagen: Congregation Beth Shalom.

Alguna vez un amigo me dijo que tenía miedo a leer un libro porque se sentía muy bien y no quería que el libro lo afectara para pensar en algo que no había pensado hasta ese momento y entonces afectar así su calma. Nunca hubiera pensado recordar esa reflexión después de un viaje. Ni una imagen, mucho menos un souvenir podrían resumirlo o expresar lo que ha significado y lo que ha movido en mí. Muy probablemente eso se debe a que este viaje fue detonado y planeado por un educador natural, uno de esos maestros que están dispuestos a cambiar vidas y a transformar: un pensador y un actor sistémico. Hace tres meses de eso y sigo pensando en muchos aspectos, leyendo sobre el lugar y reflexionando.

La estructura de este viaje fue parecida más a la de un día escolar. Mi amigo así planea su vida: horarios destinados a temas: “Eso lo aprendí muy joven y así le sigo haciendo, es el mejor consejo para manejar el tiempo”, eso me dijo hace un par de años Pepe Galicot. Yo no lo he podido lograr. Cada hora o cada dos horas un tópico. El viaje fue así: en vez de clases hubo diálogos, encuentros, búsquedas, visitas pensadas con la meticulosidad de una curadora de arte. Israel es esa cruza extraña entre guerra y paz, entre pasado y vanguardia, entre orígenes y modernidad. División-unión: ying-yang perpetuo y contradictorio en búsqueda de equilibrio y raíces. Vida y muerte.

Jerusalem, bandera
Imagen: Cuadernos de Viaje.

El viaje me deja muchas preguntas. ¿Qué podríamos hacer como mexicanos para forjar comunidad? ¿cómo entablar un diálogo en la diferencia?, ¿hay valores mexicanos?, ¿sería distinto el tejido social con un ejército civil? Todas son preguntas que parecen utópicas. Lo que más impresiona es que en 72 años los israelíes sean una población viendo al futuro, con una gestión clara de las diversidades y afrontando claras adversidades, pero con una visión y deseo compartidos. Voy de regreso al aeropuerto, es el primer sábado con transporte. Veo niños de 5 o 6 años caminando y jugando solos en el parque. Me pregunto si mis hijos o los hijos de mis hijos podrán hacer lo mismo. En el ranking global de paz, Suiza es el onceavo país más seguro, e Israel el 148 de 168, uno de los más bajos (México está en el 140); aunque en homicidios hay 45 en Suiza, 110 en Israel (y 32 mil en México, todas cifras del 2017). 

Algo deja Israel: si sueñas en algo y luchas por algo, es posible lograrlo.


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Innovación y gestión del conocimiento, los costos de la inacción

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Vivimos la Revolución del conocimiento. Tal es el signo de nuestro tiempo. El resorte fundamental para construir condiciones en las que la aplicación de ese conocimiento se convierta en el insumo básico de sociedades basadas en la innovación.

El llamado de la época actual ha dejado de radicar en el acceso a la información, por la información misma.

Hoy, la dinámica mundial pone en primer plano el desafío que supone crear condiciones para que esta información se torne en pensamiento crítico, con capacidad para resolver problemas y creatividad hacia la innovación.

La base de su capacidad innovadora descansa por ello en una sociedad capaz de crear, retener, impulsar y utilizar con valor social las competencias complejas que formen en sus propios ciudadanos.

Transitar de la información al conocimiento, sin embargo, no es un movimiento natural al que los cuerpos sociales tiendan, sino más bien resultado de una noción de gestión del conocimiento como política de Estado.

Si el conocimiento no se constituye en el motor de este desplazamiento, de poco habrá servido dotar a los ciudadanos de formas cada vez más amplias y rápidas de acceder a la información.

innovacion y conocimiento
Ilustración: Conditio Humana.

Ya en el lejano 1973, el sociólogo norteamericano Daniel Bell, al publicar El advenimiento de la sociedad post-industrial, habría de utilizar el concepto “sociedad de la información”.

Más tarde, en los años noventa, como se sabe, Manuel Castells, el sociólogo español, dejó marcado aquel tiempo que se abría por el título de su libro ya clásico: La era de la información: economía, sociedad y cultura, publicado en 1996.

Así fuera desde la mirada de un mundo pre-expansión de las computadoras y sin imaginar Internet siquiera, Bell atina en colocar al conocimiento como el engrane central del mundo que viene. Noción que luego va a ser corroborada por Castells.

La clave, dirá el español, está en propiciar e identificar las posibilidades de generar círculos de retroalimentación que, de manera acumulativa, establezcan una relación de mutuo estímulo entre la innovación y sus usos.

El tiempo tecnológico que nos ha tocado vivir cuenta como una de sus señales de identidad más clara el modo en que los usuarios se apropian de la tecnología y la redefinen.

En esa medida, y aquí radica quizá su poder mayor, estas tecnologías, dice Castells, “no son sólo herramientas que aplicas, sino procesos que desarrollar”.

De ahí que sea esencial incentivar el protagonismo que las sociedades puedan tener, antes que en aplicar las herramientas, en diseñar y desarrollar nuevos procesos de inclusión y transformación social.

Se trata de comprender, entonces, a la mente humana, y su capacidad innovadora, ya no únicamente como parte del sistema de producción, sino como un componente productivo e innovador directo.

caja de pandora
Ilustración: Alexander Lavin.

En palabras de Castells, estamos frente a una era en la que “por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no sólo un elemento decisivo del sistema de producción”.

El paso, pues, entre información y conocimiento habrá de centrarse en las posibilidades reales que los individuos tengan para contar con competencias superiores.

Acceder al conocimiento, para compartirlo dentro de una organización o entorno social, se volverá tan trascendente, de este modo, como la competencia para valorarlo y asimilarlo.

Se trata, ya se ve, no solamente de que la ciudadanía cuente con información, sino que ésta pueda devenir en conocimiento.

Es decir, en la capacidad-posibilidad de generar procesos de comprensión compleja que transformen los sistemas y produzcan innovaciones con pertinencia y valor social.

Información sin espacios y condiciones para el desarrollo y aplicación del conocimiento, imposibilita multiplicar su acceso, ser compartida y usada por grupos sociales cada vez más amplios.

Ciertamente, ha sido en este contexto el mundo de las organizaciones productivas donde se ha asentado durante los últimos años la noción de “Gestión de conocimiento”.

Se ha entendido por ella el control de los procesos que aseguran que una empresa sea capaz de aprovechar el desarrollo y la aplicación del conocimiento en sus procesos productivos.

innovacion e ia
Imagen: MuyPymes.

La definición, empero, no inhabilita la oportunidad de asirse a ella para ampliarla hacia los ámbitos que determinan la manera en que las sociedades se organizan.

Del mismo modo que una deficiente gestión del conocimiento desemboca en que los procesos de una organización productiva se vuelvan anacrónicos, disloquen o, de plano, colapsen, de tal hipótesis la sociedades mismas no son ajenas.

La innovación es un proceso continuo, de eso no hay duda. Como tampoco de que se trata de un estadio que se propicia y al que se accede.

Una sociedad llega a ser innovadora, no es innovadora per se. Y ese llegar a ser está marcado por su éxito en estimular la formación en competencias complejas.

Que el Estado se desentienda de la gestión del conocimiento es grave y será cada vez más costoso con el tiempo.

¿Que el conocimiento puede expandirse? Sí, sin duda. Que el desconocimiento también, sí, trágica y raudamente.  

Porque el desconocimiento no es sólo el contrario del conocimiento; es el signo de la ineptitud para resolver, de la incomprensión respecto del mundo y de la impericia frente a la vida.

Nada menos.

Innovando en las empresas mexicanas

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No hace falta defender el postulado de que la innovación es, en el mundo, uno de los diferenciadores que conducen al éxito empresarial. En tiempos de crisis, la generación de diferenciadores de mercado y de nuevas soluciones marca el ritmo en todos los segmentos. La “tecnología adaptativa”, propia de economías emergentes, convoca a todos para enfocarnos en crear y crecer. Hoy, poseer grandes infraestructuras orientadas a la innovación deja de ser un imperativo para el éxito.

Pensemos en cada unidad productiva, centro de investigación y universidad, en la manera de impulsar nuevos productos y procesos. Aquí, algunas ideas simples que espero ayuden a repensar la estrategia:

Desarrollo de la cultura de Innovación y Protección Jurídica

Muchas empresas asumen que se encuentran “al día” en sus campos de actividad, porque siguen publicaciones especializadas o asisten a ferias o congresos internacionales. Desde luego, ésa es parte de las tareas que deben ser contempladas, pero de ninguna manera agotan el objetivo.

Implantar en la cultura de la compañía los principios de la innovación continua requiere de un trabajo calculado, de estrategias, metodología y resultados medibles. Cuando la empresa cuenta con un departamento de investigación y desarrollo estas prácticas suelen ser parte ya del vocabulario normal de los empleados y los directivos, pero aun así, es necesario que esa cultura pueda permear a todos los integrantes. Las buenas y novedosas ideas suelen provenir de donde menos se espera, o bien, de quienes tienen experiencias en áreas de ventas, logística, etc. No hay que olvidar que, para muchas empresas, una campaña exitosa de marketing o de publicidad puede hacer la diferencia en sus logros a lo largo de los años.

Una empresa que ha introducido estos principios en su cultura, en forma recurrente, discute proyectos, conceptos y propuestas y dispone de los canales necesarios para darles trámite hasta documentar sus resultados, sean buenos o malos. Lo que tal vez en cierto tiempo no dio resultado, más adelante puede ser muy exitoso.

Desde luego, uno de los puntos esenciales en la creación de esta cultura es la continua comunicación que la empresa procure de los temas y logros relevantes en materia de innovación.

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Ilustración: Pinterest.

Revisión y protección de creaciones propias

La práctica demuestra que, muchas veces, la ceguera de taller impide ver lo que es obvio hacia el interior de la empresa, pero que, para un competidor sería novedoso y muy valioso. Ese efecto lleva a que, por formar parte de los procesos cotidianos, una ventaja competitiva protegible en forma de secreto industrial o patente, se pase por alto; o que un elemento de distintividad protegible bajo alguna de las nuevas figuras como las marcas olfativas o la imagen comercial, se ignore.

Implantación de esquemas de recompensa

Partiendo del hecho de que la mayor parte de las invenciones de empresas japonesas proviene de los empleados que participan en la línea de producción, resulta imperativo implementar mecanismos de recompensa a los grupos de trabajo que logran innovaciones aprovechables para la corporación.

Para ese fin deben incluirse en el reglamento interior las políticas explícitas que se diseñen para premiar económicamente a quienes aporten nuevas soluciones, definiendo las formas y montos de regalías que podrán trasladarse a los protagonistas. Además, esto permite dar cumplimiento a la obligación legal que existe para estos supuestos.

Como parte del sistema de innovación de la empresa, es recomendable contar con procesos bien definidos para reportar los hallazgos, valorarlos, y en su caso, dar seguimiento para lograr su protección legal.

Prever en los contratos de trabajo y con terceros, cláusulas de cesión de derechos

La ley laboral en México contiene ciertas previsiones orientadas a regular el tema de las invenciones de los trabajadores, reputando como propietario al patrón, siempre y cuando el trabajador hubiere sido contratado para fines de investigación y desarrollo, al que, además, debe pagarse una remuneración proporcional.

A fin de dar certeza a ambas partes, es recomendable definir el monto o pago proporcional respectivo, pero además, es aconsejable que también los contratos con empleados de otros departamentos o áreas, incluyan cláusulas de cesión a favor de la empresa, ya que la posibilidad de innovar no se limita al departamento de investigación y desarrollo.

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Ilustración: Expansión.

Asimismo, debe incluirse una referencia contractual a la información relativa a secretos industriales, que de la misma manera el empleado puede generar en el desarrollo de su trabajo, y que conviene asegurar como activo de la corporación a través del contrato.

Finalmente, en este punto es también aconsejable que la empresa revise y perfeccione sus contratos con proveedores, maquiladores y con terceros que desarrollen innovación por encargo, a fin de asegurarse de que los derechos resultantes de cualquier avance técnico serán de su propiedad.

Difundir entre empleados los resultados de inteligencia competitiva

No sólo resulta esencial que la empresa contrate servicios de monitoreo de patentes gestionadas por competidores a nivel global, sino que los resultados sean conocidos, discutidos y aprovechados por empelados y funcionarios de la empresa. Exponerse a este tipo de información es altamente inspirador para los equipos que trabajan en innovación.

No existe un mecanismo más efectivo para estar informados de las tendencias de vanguardia en producción de tecnología que los bancos de patentes, y al mismo tiempo, ofrecen oportunidades concretas de negocio a través de la contratación de licencias, o aprovechando soluciones técnicas del dominio público.

Realizar vinculación con centros de investigación y universidades

Una de las mejores formas para impulsar la generación de innovación en las empresas, consiste en acercarse a universidades y plantearles la problemática que se enfrenta para resolver ciertos aspectos específicos de determinadas industrias. Las mentes de los investigadores de los centros académicos están entrenadas para encontrar, desde los modelos científico y de experimentación, alternativas que suelen sobrepasar, por mucho, los escasos recursos de las propias corporaciones. Al pasar de ingeniería básica a ingeniería aplicada, las soluciones se vuelven patentables y los resultados para la empresa pueden ser extraordinarios.

Como siempre, es necesario contar con un contrato adecuado que prevea cómo y quién obtiene los derechos de Propiedad Intelectual, a fin de evitar situaciones de conflicto. Para las universidades, muchas veces el estímulo de formar parte de estos proyectos es la de publicar los resultados, lo que, si no se regula adecuadamente, puede poner en riesgo la novedad que se requiere para patentar.

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Ilustración: El Heraldo

Aplicar para financiamiento y tratos fiscales favorables

Existen múltiples fondos y recursos que las empresas pueden aprovechar para impulsar proyectos tecnológicos novedosos, de manera que no graviten sobre sus propias finanzas. Además, los apoyos pueden también incluir asesorías especializadas, patentamiento mundial, y otros rubros del proceso que facilitan escalar y comercializar la tecnología.

También las empresas debe buscar asesoría experta para identificar el tipo de exenciones o subsidios que la ley fiscal suele otorgar para estimular la inversión en innovación. En nuestra experiencia, sorprende que normalmente son empresas de origen extranjero las que optan por obtener financiamiento de fondos públicos, o para aprovechar los beneficios impositivos que las leyes mexicanas ofrecen.

Difundir casos de éxito

Una de las mejores formas de crear cultura de innovación e inspirar nuevos proyectos, consiste en divulgar las historias de éxito de conceptos, productos o procesos desarrollados por la empresa. Esos casos crean una especie de tradición juglar dentro de la compañía, trasladando de generación en generación los principios que promueven atreverse a crear nuevas soluciones.

Este tipo de comunicación no sólo debe procurarse al interior de la compañía, sino que se puede convertir en una acción explícita de comunicación hacia clientes y competidores.

Son sólo algunas ideas. Cada persona, en su área particular de actividad tiene capacidades inexploradas para imaginar soluciones novedosas. Muchas simples, muchas prácticas, todas protegibles.