IoT (Internet de las Cosas)

Llegan reglas “duras” para Internet y redes

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La reforma “digital” que se incluyó en el paquete de leyes promulgadas el 1º de Julio pasado –y ya en vigor–, en forma silenciosa –por no decir “mimetizada”–, dio un giro de 180 grados a nuestra ley en la materia. Podemos decir, inclusive, que de esta manera concluyó una discusión que tomó más de una década resolver en el país.

Digo que nos tomó casi una década resolverlo porque en el 2011 el Senado mexicano se negó a aprobar la promulgación de un tratado internacional antipiratería –el llamado ACTA–, que había sido ya firmado por el Ejecutivo, y que obligaba a México a incorporar en su ley interna lo que apenas hoy se consolida. Muy importante entender, entonces, qué sucedió en nuestro país para pasar, de una posición a favor de libertades irrestrictas en Internet, a otra de limitación de contenidos protegidos por derechos de autor. Ha sido ésta una batalla larga, desgastante, mundial, en la que los avances de la posición pro-defensa se han dado en pequeños lapsos y metro a metro.

El tema no es menor. Internet y las redes sociales se han convertido en la herramienta que ha transformado el mundo, otorgando a cada ciudadano, y a cada grupo, un lugar y una voz. La construcción de la opinión pública a partir de la transversalidad y la posibilidad de interacción de las redes digitales ha transformado nuestros hábitos: cómo estudiamos, cómo nos comunicamos, cómo compramos, cómo nos divertimos, en sí, cómo vivimos. La parte onerosa y gris de este mundo virtual hiperconectado es la de los autores y titulares de derechos, que sólo parcialmente han recuperado la opción de cobrar por la explotación de sus obras en el campo digital.

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Imagen: elTOQUE.

Lo que los sistemas jurídicos no han podido lograr, en términos de disuadir conductas lesivas a través de las muchas rutas que tiene la piratería, plataformas como Spotify, iTunes y Netflix, lo han alcanzado en algunos segmentos de mercado, reduciendo significativamente los costos del disfrute de música y películas. Sin embargo, en rubros como el software, los videojuegos y los libros, los índices de tráfico ilegal de contenidos siguen siendo alarmantes.

Bajo las nuevas reglas que incorpora la ley de derechos de autor y el Código Penal, el que posea derechos sobre determinados contenidos, podrá solicitar a las plataformas el retiro inmediato de los mismos, dando prueba de su reclamo; si la solicitud cumple méritos mínimos el contenido será “bajado”, dando oportunidad a la otra parte de probar a su favor y eventualmente lograr mantenerse en la plataforma. Otros alcances de la regla permitirán, también, lograr órdenes efectivas contra sitios web sospechosos de violar derechos de autor, como medida inicial en un juicio.

En el entorno digital, esperar a que una sentencia, después de varios meses (o años), reconozca un derecho y ordene suspender operaciones resulta inútil, especialmente con las facilidades de relocalización y reconexión que ofrece Internet –y las redes sociales–, bajo múltiples identidades (perfiles y nombres de dominio). Por este motivo, la posibilidad de detener a los sitios ilegales en forma expedita resulta medular en el combate a la piratería digital, aunque a muchos les parezca un acto de censura que vulnera en forma grave derechos fundamentales de libertad de expresión.

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Imagen: La Voz.

En países que han aplicado estas reglas desde hace años, es factible que se ordene a un proveedor de servicios de Internet (como Infinitum o Total Play), cortar el servicio a un usuario que es detectado bajando contenidos ilegales en forma reincidente. Es decir, si el suscriptor es detectado bajando películas u otras obras de sitios ilegales, podrá llegar a ser dado de baja sin haberse seguido un procedimiento previo. Veremos cómo funcionan estas disposiciones en el nuestro.

Para los puristas, este tipo de medidas implican violaciones graves a los derechos de audiencia y debido proceso, y claramente representan pérdida de libertades civiles. Para el otro bando, estas medidas son las únicas que pueden permitir la operación eficiente de las redes digitales, con seguridad para todos y permitiendo a los autores el ingreso que el sistema les reconoce.

Desde luego que muchas de las interrogantes hoy abiertas por la nueva legislación, sólo se irán respondiendo en los meses y años por venir, según si la aplicación de las reglas pasa por los filtros de las autoridades administrativas y del poder judicial. Aun así, resulta paradójico que este cambio, de clara orientación “neoliberal”, se presente en estos tiempos.

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#SmartWater: Internet de las Cosas para la Base de la Pirámide

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Pocos elementos de la vida son tan importantes como el agua. Su presencia es un indicador generalizado de bienestar personal y social, mientras que su carencia o escasez generan crisis. Efectivamente, la escasez de agua utilizable por el ser humano se traduce en efectos por demás nocivos, como enfermedades, hambre, muerte e incluso guerras y otros tipos de conflictos sociales.

Para nadie es un secreto que el agua es un elemento clave del desarrollo integral. La humanidad y su devenir histórico lo demuestran: acueductos, plantas potabilizadoras, presas, cárcamos. Todos, obras de infraestructura destinada a que las grandes civilizaciones se alleguen del vital recurso.

En parte ahí radica la importancia de un novedoso ejercicio de impacto social en donde una aplicación tecnológica celular, sensores de monitoreo y redes 4G han sido la base del proyecto radicado en la Ciudad de Mérida y la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (JAPAY), autoridad local de agua, anfitriones de esta iniciativa denominada “Smart Water”.[1]

Así, esta inteligencia tecnológica aplicada en términos del Internet de las Cosas (IoT), ha dado lugar a la convergencia de esfuerzos de empresas tecnológicas, órganos gubernamentales del agua y, sobre todo de la comunidad de Mérida, Yucatán, que ha sido la beneficiaria. En el proyecto confluyen soluciones de tecnología móvil, trabajo comunitario y apertura gubernamental, todo con el objeto de optimizar el monitoreo de la calidad del agua y transparentar esa información.[2]

En el proyecto ha destacado la receptividad tecnológica de la JAPAY y del Gobierno del Estado, quienes demuestran que en su DNA se encuentra la innovación, insumo esencial del buen gobierno, pero también la transparencia ante la sociedad, elementos poco observables en universo de instancias públicas de México.[3]

Smart Water echa mano de las redes de telecomunicaciones de última generación, sensores, software móvil y, en general, de soluciones de IoT para asegurar un monitoreo en tiempo real de la calidad del agua. Pero también pone a disposición de la comunidad dispositivos y la aplicación móvil. Dime H2O para transparentar información de calidad del agua.  

Iniciativa Smart Water

Este proyecto es una respuesta a las adversas condiciones de relieve de la Península de Yucatán, las cuales hacen que el acuífero sea altamente susceptible a la contaminación por actividad humana. El alto nivel de susceptibilidad exige un mecanismo de monitoreo en tiempo real y acceso a la información de este de una forma tan ubicua que sólo las tecnologías móviles lo permiten.

Conectividad móvil, software y sensores

Los elementos tecnológicos del proyecto Smart Water involucran tres ejes fundamentales: sensores de monitoreo de calidad del agua, software especializado y redes 4G.

Los sensores inteligentes permiten recolectar información en tiempo real de parámetros específicos de la calidad del agua y se encuentran instalados en dos puntos de potabilización y distribución de la Ciudad de Mérida. En términos técnicos, la calidad se refiere a factores como la turbiedad, el cloro libre, el carbón orgánico disuelto (COD), el carbón orgánico total (COT), la conductividad del agua, la temperatura, los nitratos y el pH.

La conectividad 4G es fundamental, al constituir el canal de comunicación para que las autoridades y la comunidad se informen ubicuamente sobre la evolución de la calidad del agua. Las autoridades podrán tomar acciones correctivas en casos de desviación de la norma y los ciudadanos podrán observar constantemente la calidad del recurso hídrico administrado por la autoridad.

App Dime H2O

Smart Water
Fuente: The Social Intelligence Unit para la Iniciativa Smart Water.

Otro componente es el sistema y la aplicación Dime H2O, los cuales, por un lado, permiten cargar la información de los parámetros para su análisis y generan un Índice de Calidad del Agua, que concentra la información crítica generada por los sensores y, por el otro, proveen la comunidad y a la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (JAPAY) acceso al índice.

El elemento social

Familias de la colonia popular Dolores Otero y circundantes en Mérida recibieron teléfonos inteligentes con la aplicación Dime H2O precargada, asimismo, fueron alentados a participar en campañas educativas dedicadas a promover la cultura del agua.

Estas campañas educativas, conocidas como Ferias del Agua, representan el elemento de cohesión entre tecnología y comunidad. Una plataforma digital permite a la comunidad acceder a información crucial de calidad del agua, pero para que eso suceda, la sociedad requiere de acompañamiento del proyecto para aprender a aprovechar dicha plataforma en un nivel óptimo.

Entregar plataformas móviles no es suficiente, debe existir un ejercicio de acompañamiento y seguimiento para garantizar el óptimo aprovechamiento comunitario, esto representa el corazón de las Ferias del Agua.

Impactos y beneficios

En términos de eficiencia para las autoridades de agua locales, Smart Water y su aplicación Dime H2O permitieron al personal de JAPAY ahorrar 80% del tiempo destinado a la recolección de muestras de parámetros de calidad del agua específicos (Turbidez, el cloro residual, la conductividad y el pH).

Smart Water
Imagen: VOX.

Asimismo, en lapsos de tan sólo tres días, los sensores recolectan más de dos mil mediciones de parámetros como nitratos, carbono orgánico disuelto y carbono orgánico total. Mucho más que lo recolectado a través del muestreo tradicional.

En lo que toca a su dimensión social, Smart Water, a través de sus intervenciones, demostró que 99% de la comunidad participante tiene mayor confianza en su conocimiento sobre la calidad del agua.

Vivimos en la era de la abundancia en la innovación tecnológica. Es crucial conducirlos y enfocarlos en el desarrollo integral. El agua, al ser una condición sine qua non para la vida, las personas y las comunidades tiene efectos transversales en toda la operación social y económica. Por ello, aparejar su administración con la tecnología del más alto calado es fundamental.

Smart Water es un ejemplo de ello. Detona el poder de las Tecnologías de la Información (TIC) para vigilar la calidad del agua, dando un doble beneficio: el gubernamental, al facilitar la operación de las autoridades y el social, al promover la transparencia en la era digital.


Notas:
[1] Este programa es coordinado por The Social Intelligence Unit, auspiciado por Qualcomm® Wireless Reach™ y que suma los esfuerzos y experiencias de s::can, Grupo LAN y Colectividad Razonatura, en campos de tecnología de monitoreo de calidad del agua, desarrollo de software y desarrollo sustentable, respectivamente.
[2] Video del proyecto Smart Water-Dime H2O disponible en: https://bit.ly/2PBxh5D
[3] Caso de Estudio: Smart Water. Disponible en: https://bit.ly/34Fr7px

Habilitadores para el despliegue de 5G en México

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La quinta generación (5G) es un nuevo hito en la industria de telecomunicaciones móviles, que habilitará no sólo mayores velocidades de descarga de datos por Internet en su comparativo respecto al 4G, sino que también permitirá la conexión a una gran variedad de dispositivos con una conexión de baja latencia (demora en la transmisión).

Es así que facilitará el desarrollo de aplicaciones y dispositivos que coadyuven a una mayor eficiencia en los procesos productivos y en la realización de actividades en las que interviene la conectividad.

Este gran cambio estimulará una nueva era de conectividad en los dispositivos, al posibilitar de manera efectiva la conectividad en autos, la entrega remota de servicios de atención médica e Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés).[1] Todo ello bajo un entorno de uso óptimo del espectro radioeléctrico, eficiencia energética, cobertura ubicua y amplia capilaridad de las redes.[2]

Conectividad 5G
Imagen: Metro Latam.

El 5G se está comenzando a desplegar de manera global y de manera más expedita que generaciones celulares previas. Por lo que prácticamente es una realidad, aunque aún no en México.

Con 5G serán posibles “velocidades de descarga superiores a un gigabit por segundo y una capacidad de respuesta sin precedentes […] la transmisión de video 4K está destinada a ser prácticamente ubicua e ininterrumpida, tal como transmitimos música hoy. Los juegos con calidad de consola se transmitirán en dispositivos móviles a través de la nube, y nuestros teléfonos tendrán acceso casi instantáneo al procesamiento en la nube, almacenamiento e inteligencia artificial para aplicaciones pesadas como el procesamiento de video”.[3]

Se proyecta que en 2022 el tráfico de 5G equivaldrá a 12% del total cursado en redes móviles en el mundo. Aunque se estima que para ese año sólo 3.4% de las conexiones correspondan a esta tecnología, estas generarán en promedio 2.6 veces más tráfico del que registran aquellas de 4G, por lo que su impacto en el tráfico total será mayor.[4]

Por otro lado, se prevé que 5G enaltecerá al dispositivo móvil a convertirse en un elemento revolucionador de la operación social y productiva, aun más de lo que lo es ya hoy. De esta forma, en el año 2035 esta evolución tecnológica habilitará un beneficio económico de $12.3 trillones de dólares, proveniente de su impacto multindustria, desde el comercio minorista hasta la educación, desde el transporte hasta el entretenimiento, al permear a una gran variedad de productos y servicios.

Se prevé que la cadena de valor de 5G móvil, por sí sola, podría generar hasta $3.5 trillones de dólares en ingresos en 2035 y generar un aproximado 22 millones de empleos. Todos estos beneficios, en su conjunto, impulsarían el crecimiento del PIB mundial, con una contribución equivalente a aquella de un país del tamaño de India, el cual actualmente se posiciona como la séptima economía más grande del mundo.[5]

Por ello, diversos gobiernos del mundo se han enfocado en la instrumentación de políticas públicas, regulatorias y de administración eficiente del espectro radioeléctrico, así como en la determinación de acciones legislativas con el propósito de incentivar el despliegue e inversión en infraestructura de telecomunicaciones de 5G.

En este sentido, México debe concertar, planificar y determinar cuál será la vía para materializar esa realidad tecnológica. Ello en favor de la conectividad plena y eficiente en México y, por consiguiente, en beneficio de todos los mexicanos y la actividad económica en el país.

Conectividad.
Imagen: Grupo Alitra.

OCDE: Habilitadores para el Despliegue de 5G

Como ya refirió anteriormente, la tecnología 5G servirá como un tejido de conectividad unificador, con la capacidad de conectar prácticamente todo. Será así, la plataforma de innovación para servicios y aplicaciones que aún no se han creado, al tiempo que satisfará las necesidades de conectividad para las próximas décadas.

En un análisis de la Organización parra la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y las perspectivas de lo que 5G podría implicar para los mercados, se apunta que su correcta implementación y democratización se requiere cumplir con algunos habilitadores, entre los que destacan los que a continuación se refieren.[6]

En primer lugar, al ser el espectro uno de los activos esenciales para las comunicaciones móviles, debe existir una planeación eficiente a largo plazo, en la que se reordene con el objetivo de utilizar las bandas más adecuadas y una asignación equitativa entre operadores para evitar concentraciones de mercado.

En segundo lugar, la implementación de 5G requiere de un gran despliegue de sitios celulares, por lo que es menester una política eficaz de compartición de infraestructura, así como reglas claras e incentivos para el despliegue de recursos de red. Todo ello en un ambiente de competencia que permita un retorno de inversión y una democratización tecnológica. Asimismo, se requiere la estandarización de reglas para el despliegue de infraestructura, así como una adecuada reglamentación de los derechos de vía. Con ello se dotará de certidumbre a las inversiones realizadas.[7]

Por último, la conectividad por sí sola no será suficiente para aprovechar todo su potencial, sino que también se requiere desarrollar y utilizar las tecnologías y dispositivos adecuados para el uso eficiente de esta red. Por ejemplo, un elemento esencial para alcanzar su potencial completo es el hacer más “inteligentes” a los dispositivos. Ante la gran cantidad de dispositivos que se conectarán con 5G, sería ineficiente que la inteligencia sólo se encuentre en la red o en la nube. Por lo que los dispositivos deberán tener inteligencia suficiente para percibir, razonar y actuar por su cuenta, al procesar datos y transmitir sólo el contenido relevante de vuelta a la nube.

Por lo tanto, deben utilizarse chips de conectividad 5G que cuenten con inteligencia artificial incorporada. Con ello se pueden obtener beneficios de seguridad, al frenar la salida de datos confidenciales de los dispositivos; beneficios en rapidez, al contar con capacidades de procesamiento sin asistencia en la nube; y beneficios en eficiencia, al iniciar un proceso de análisis de la información desde el dispositivo.

Así, el internet de las cosas habilitado por 5G, se complementará con la inteligencia artificial, para realizar un manejo de datos relevantes a la nube y agilizar el procesamiento eficiente de la información.[8]

telefonia
Imagen: Informabtl.

Recomendaciones para México

Los beneficios de 5G son prometedores y más aún, difíciles de cuantificar.

Para ello es necesaria una asignación eficiente del espectro, una alineación y promoción de incentivos a la inversión para el despliegue de infraestructura, un soporte tecnológico adecuado para su plena utilización, así como un plan de ruta para que todo ello sea posible.

Es precisamente en esto último en lo que la instituciones y agentes económicos deben enfocarse, en la definición de su ruta de despliegue, lanzamiento e implementación, así como, en la generación de sinergias con las distintas industrias y sectores que harán uso crítico de estas capacidades mejoradas.

Los ejemplos empiezan a multiplicarse en Latinoamérica, más los de Escandinavia, Europa Continental, Reino Unido, resto de Norteamérica, entre otros. Para empezar a la brevedad el proceso de transición a 5G, apremia el diseño de una estrategia de política pública y regulatoria, acciones de vinculación multindustria, modelos comerciales y esquemas de inversión para el aprovechamiento óptimo y oportuno de esta evolución en México.

Los consumidores y la industria de telecomunicaciones en su conjunto están a la expectativa de la definición y puesta en marcha de las acciones estratégicas para la oferta efectiva de 5G. Es momento de adoptar 5G, que debe partir de una alineación de esfuerzos desde los jugadores del mercado y las instituciones públicas para alcanzar este nuevo hito tecnológico.

El avance tecnológico es, sabemos, una ventana de oportunidad para cerrar nuestras brechas de desarrollo, de conectividad, de productividad, entre muchas otras. Sin duda, México está aún a tiempo de planear su adopción, debiendo para ello acelerar el diseño e instrumentación de su despliegue.


Notas:

[1] El Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) se refiere a aquella red de objetos interconectados por diversas tecnologías que, haciendo uso de Internet, recopilan, procesan e intercambian información con el objetivo de facilitar procesos y la administración de cualquier tipo de tareas.

[2] Qualcomm, “Leading the LTE IoT evolution to connect the massive Internet of Things”, Julio 2018. Disponible en: http://bit.ly/2Kv2RPW

[3] Qualcomm, “5G is rolling out globally — and faster than any G before it”, OnQ Blog, Junio 2019. Disponible en: http://bit.ly/2KxvCeN

[4] Cisco, “Cisco Visual Networking Index: Global Mobile Data Traffic Forecast Update, 2017–2022”, Febrero 2019. Disponible en: http://bit.ly/30Q11hY

[5] Campbell, Karen, et al. “The 5G economy: How 5G technology will contribute to the global economy.” IHS Economics and IHS Technology, 2017. Disponible en: http://bit.ly/33AKqRE

[6] OECD, The Road to 5G Networks: Experience to Date and Future DevelopmentsOECD Digital Economy Papers, No. 284, OECD Publishing, (París, 2019), https://doi.org/10.1787/2f880843-en

[7] OECD, The Road to 5G Networks, https://doi.org/10.1787/2f880843-en

[8] OECD, The Road to 5G Networks, https://doi.org/10.1787/2f880843-en