Tuvieron que pasar casi cuatro años para que el reglamento para manejar el cannabis medicinal en México fuera publicado. El uso médico de la marihuana se hizo legal en 2017, sin embargo, sin reglas claras, muchos proyectos de investigación y producción estaban en pausa. Raúl Elizalde, Director Ejecutivo de HempMeds, empresa pionera en la venta de productos de cannabinoides extraídos del cáñamo, con presencia en varios países, platicó con El Semanario, sobre la llegada del esperado reglamento que se publicó el 12 de enero pasado en el Diario Oficial de la Federación.
Elizalde es padre de Grace, quien se convirtió en la primera persona en consumir cannabis medicinal legal en México, para tratar la rara enfermedad epiléptica que padece. Este caso, puso la situación en el mapa nacional y llevó a la legalización, sin embargo, Elizalde todavía considera que hay mucho camino por recorrer y se cuestiona sobre la voluntad política para avanzar. Epilepsia, dolor crónico, cáncer, trastornos emocionales y Parkinson, son algunos padecimientos contra los que el cannabis espera combatir bajo el amparo de la ley. ¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar?
¿Cuáles son los principales puntos que marca este primer reglamento para el manejo de cannabis medicinal en México?
“Se va a permitir la investigación científica, ya los protocolos de investigación para poder empezar el desarrollo de fármacos. Eso ya va a estar permitido y ya va a estar regulado de una manera más clara. Porque, si bien ya esta permitido por la ley, no existían los parámetros, los lineamientos para poder hacerlo. Por el otro lado, en el tema de la producción nacional, la SENASICA (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) va a tener que sacar las reglas internas para los permisos o las licencias que va a tener que otorgar para la siembra para poder obtener la materia prima. Ya después, también, la elaboración de los productos y lo que es la prescripción por parte de los médicos. El problema que podemos encontrar es el tiempo en que se puede tardar en tener estos productos disponibles en el mercado. La producción nacional, el desarrollo de fármacos, va a llevar varios años. Son proyectos que llevan un proceso y creo que va a ir avanzando, a lo mejor no con la celeridad que todo el mundo quisiéramos, pero es el primer paso y es algo muy positivo”.
Se habla de que las farmacias necesitarán permisos especiales para vender estos productos, ¿cómo funcionaría la venta de medicamentos?
“Hay que analizar cómo va a empezar a aplicarse esto ya en la realidad. Vienen esos requisitos, por así llamarlo, que muchos de estos todavía no se sabe exactamente a qué tipo de productos se les va a aplicar. Por ejemplo, se tiene que hacer una diferencia de un producto con THC, que sería un psicotrópico, a un producto que no tuviera THC. Tienen que existir este tipo de diferencias dentro de los productos. Se menciona un recetario de código de barras, que se dejaron de usar prácticamente en México, entonces hay que ver cómo se va a elaborar ese proyecto. Aquí deja a cualquier médico poder prescribirlo, pero hay que ver también qué tipo de trámites van a tener que elaborar las farmacéuticas y las farmacias para poder vender estos productos. Todavía no se tienen muchas de estas respuestas, que no se van a tener hasta que COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) ya se siente a explicar a la industria y a resolver las dudas a todos”.
¿Cuándo podríamos comenzar a ver los beneficios de estas reglas en la práctica?
“Lo hemos visto en otros países, no es algo que haya ocurrido en México. Voy a poner uno de los ejemplos: en Colombia tienen este programa de cannabis desde 2016, están sembrando ellos y en este 2020, apenas se empezaron a ver productos en los anaqueles de las farmacias y muy limitados. Entonces, creo que tenemos que aprender de lo que ha pasado en otros países para poder desarrollar estos productos de una manera más rápida. Una de las problemáticas que tuvieron en otros países es que se empieza con reglas muy estrictas, luego empiezan a ver que la industria como tal no puede funcionar de esa manera y empiezan a adaptarse a lo que la industria puede ofrecer. Por eso, en el tema de México, la Secretaría de Salud y COFEPRIS ya deberían de estar ofreciendo talleres o entrenamientos a las empresas del ramo farmacéutico y en general, de cómo van a aplicar este reglamento y tener un poquito de retroalimentación de la documentación de los procesos que ya han avanzado en el mundo. Si tú me pidieras la fecha para tener algún producto ya en anaquel, te podría decir que en alrededor de un año y medio o tres años”.
El cannabis medicinal se legalizó en 2017 en México, ¿por qué tardó tanto en publicarse el reglamento?
“El reglamento se publica porque la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) obliga a la Secretaría de Salud a publicarlo. Si no hubiera existido este asunto jurídico a lo mejor no tendríamos reglamento. Es una realidad que la voluntad política no existía, sino que fue obligada. Si bien es algo muy prometedor, también hay que ver qué tanto la Secretaría de Salud o las autoridades regulatorias querían hacerlo. Al final tuvo que ser un juicio el que empujó este tema”.
¿En qué consiste el autocultivo y el uso industrial, dos de los puntos que no se toman en cuenta en este reglamento?
“El autocultivo no está en la ley como tal, pero es una realidad. El mismo caso que llegó a la SCJN, hablaba sobre el autocultivo y cómo varios grupos de madres y padres, al no tener un producto en el mercado que tenga THC y sus hijos necesitarlo, tienen que recurrir al autocultivo. Este autocultivo lógicamente no se reguló, porque no estaba en la ley, pero no se dio ni siquiera una excepción a la regla o una especie de prórroga o protección a las madres. Esto hubiera sido importante considerarlo, en el inter de poder desarrollar los medicamentos, una especie de prórroga para los pacientes que están teniendo que cultivar el producto para tenerlo. Por otro lado, el Artículo 245, fracción quinta, hablaba sobre los amplios usos industriales y hablaba de productos que no tengan una actividad farmacológica. Esto abría la puerta a diferentes tipos de productos. Esto no se reguló, porque el amparo que obligó a la Secretaría de Salud a publicar este reglamento, iba exclusivamente para el tipo medicinal”.
Este año se espera que también se llegue a una conclusión sobre el uso lúdico del cannabis, ¿cómo ves el panorama?
“Es otra de las obligaciones que está mandando la SCJN. Ya declaró inconstitucional la ley que prohíbe el uso adulto del cannabis y hoy en día se tienen que reformar esos artículos. Ya se había otorgado una prórroga, existe una última prórroga y estamos esperando que para abril de este año ya se esté regulando el uso adulto del cannabis. También los usos industriales con una mayor claridad”.
Con todos estos cambios, ¿se modificará la percepción de la sociedad mexicana sobre la marihuana?
“Culturalmente está cambiando la percepción que se tiene del cannabis y no solamente en México, en todas partes del mundo. Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Colombia, Ecuador, Perú, todos estos países ya tienen una regulación, en algunos casos una regulación medicinal. México se está sumando apenas a esto, es muy positivo. Estados Unidos ya tiene una regulación por estados, pero tiene una regulación global del cáñamo que no tenemos en México y que falta en estos países. Va por buen camino, todavía no estamos donde deberíamos de estar, pero creo que en el mundo se ha ido moviendo y cambiando la percepción del cannabis y de los usos de cannabinoides sobre todo en temas terapéuticos. Estoy seguro que muy pronto vamos a tener productos, así como medicamentos en los anaqueles”.