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La personificación de un político y el regreso al presidencialismo

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De cara a las elecciones presidenciales más importantes en la historia de nuestro país ya observamos cómo se mueven las fichas, los diferentes actores políticos empiezan a ejercer su política para poder ganarse la confianza de la población votante

Concentrémonos con el presidente porque, a pesar de que sus simpatizantes piensen lo contrario, en sus conferencias matutinas sí existe una carga política propagandística importante, aunque quieran maquillarla de acceso a la información pública, es más una promoción del presidente y del partido que representa.

Los intentos del INE de suspender la emisión de las mañaneras eran completamente legítimos, esta es muy distinto a cancelar, como lo quisieron hacer ver para evitar que se interrumpieran las transmisiones.

Esta semana es una más muestra de ello, la semana pasada veíamos cómo la Auditoría Superior de la Federación (ASF) exponía el mal manejo de recursos públicos por parte del gobierno actual, a la mañanera siguiente el presidente retó esta información diciendo que los datos son incorrectos

La ASF horas más tarde emite un comunicado en donde admite haberse equivocado en un proceso que le lleva poco más de 9 meses realizar, pero ¿realmente fue así? 

Lógicamente todos podemos cometer errores, pero que la ASF no haya encontrado esas irregularidades antes de hacer pública la información y sí se fijaron el mismo día en que el presidente dice que sus datos están equivocados, esto lleva a especular que son un organismo displicente o consecuente.

El suceso en sí, como muchas veces, lo usó el AMLO para reforzar su política retórica en donde él es la autoridad moral o justa que enfrenta a la cara mala, la desprestigiada y que todo intento de crítica es simplemente politiquería que busca deslegitimar su gobierno

El ataque a políticos de oposición, el éxtasis del presidente 

La personificación de un político y el regreso al presidencialismo
Fotografía: Cuartoscuro

Los temas de actualidad política son inherentes a la mañanera, especialmente cuando se ahondan en tópicos que involucran a la oposición, se nota que el presidente disfruta hablar de quienes se oponen a su gobierno desde una posición de a autoridad moral

Esta semana surgió la solicitud de la Fiscalía General de la República (FGR) a la Cámara de diputados para eliminarle el fuero al gobernado de panista de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.

La noticia se dio en la noche del martes, cuando se discutían algunos aspectos de la Reforma Eléctrica, inmediatamente la mañana siguiente es Fiscal General, Alejandro Getz Manero se presentó en la mañanera.

No es casualidad su presencia en la conferencia del presidente bajo ese contexto, recordemos también que, en la inauguración de la pista del Aeropuerto de Santa Lucía, estuvo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar.

En el papel estas dos instituciones están completamente separadas del poder ejecutivo o algún otro, pero estos hechos nos muestran un mensaje que indica lo contrario. 

Es ingenuo pensar que el Fiscal General no cuenta con un espacio para declarar sobre las investigaciones contra un gobernador.

Si él decide hablar respecto al tema, todos los medios de comunicación acudirían a donde se encuentre ¿por qué hacerlo en la mañanera?

El presidente especificó que no se trataba de ningún ataque o persecución político, sino de sinónimo de justicia, un discurso que discrepa bastante de lo que decía sobre las acusaciones a otro político.

La defensa a políticos impresentables 

La personificación de un político y el regreso al presidencialismo
Fotografía: El Universal

El caso de la candidatura de Félix Salgado Macedonio por su polémica candidatura a la gubernatura de Guerrero fue muy discutido en la mañanera, pero para AMLO ese caso sí se trataba de una persecución política ¿por qué?

Cuando se dio a conocer la candidatura de Salgado Macedonio y de sus denuncias formales por violación y abuso sexual, el titular de la FGR no acudió a la mañanera, al contario, el presidente fue tajante con un ¨ya chole¨ para que no se hablara más del tema. 

No queremos pensar que esto se deba a que Salgado Macedonio es amigo cercano al presidente o que es candidato por Morena o que Macedonio es, de acuerdo con las encuestasel candidato con más posibilidades de ganar la elección en Guerrero. 

No tener a Salgado Macedonio en la elección significaría que la gubernatura de Guerrero no estaría del todo asegurada y pudiese quedar a manos del candidato por la alianza PRI-PRD, Mario Moreno Acros, quien es respaldado por el senador priista de Guerrero, Manuel Añorve Baños.

La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena le retiró la candidatura este viernes, pero no le quitó la posibilidad de volver a participar de la encuesta porque, si lo hizo una vez, es probable que vuelva a ocurrir.

Esta misma comisión mantuvo el mensaje presidencial de que las acusaciones son agravatorias e infundadas sobre Salgado Macedonio, ¿justicia?, pues cada uno juzgará a su manera. 

https://twitter.com/CNHJ_Morena/status/1365897998941749250

El regreso al presidencialismo 

México queda apartado en decisiones ambientales entre Canadá y Estados Unidos
Fotografía: Europa Press

Todos estos casos son pequeñas señales de la concentración del poder y que el presidencialismo parece volver a México, hoy puede sonar como una señalización apresurada pero no podemos dejar pasar estos mensajes como si fuesen casuales.

Nada en política es casualidad, especialmente en tiempos electorales y Morena sabe y entiende así que su partido no se sostiene sobre otra figura que no sea el presidente, si el presidente no promueve una campaña o un candidato, difícilmente este tenga éxito.

La base de sus votantes elige a Morena bajo la imagen de AMLO y no necesariamente bajo la imagen del político al que está eligiendo en las urnas, esto es bastante peligroso.

Que un político personificado en autoridad moral influya tanto en unas elecciones no es bueno para nuestra democracia, al contrario, la debilita.

Que el presidente cree una discusión política a partir de ¨buenos¨ y ¨malos¨ o ¨aliados¨ y ¨enemigos¨ es muestra de alguien que no quiere a México, sino de alguien narcisista que quiere ser reconocido por todo lo bueno que se haga y que no quiere ser señalado por lo que se haga mal.

El presidente está construyendo su gobierno bajo aquellos en los que vivió por mucho tiempo y se cansó de denunciar.

Aquellos en donde todos son obsecuentes a la palabra presidencial, aquellos que callan las voces críticas y aquellos que quieren hacerse ver los responsables de que salga el sol por la mañana.

Nuestra democracia está bajo peligro cada día con políticos personificados en el poder, es nuestro deber como ciudadanos evitar que esto ocurra y denunciar a aquellos que piensan ser intocables.  

Las consultas populares

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Bien se ha dicho que cada presidente mexicano, cada sexenio, impone a su gobierno su propio sello y su particular forma de gobernar.

A lo largo de la historia hubo presidentes serios, responsables, que atendían desde su escritorio los siempre preocupantes problemas nacionales. Después empezaron a viajar tanto en el territorio mexicano como en el extranjero y, como consecuencia, resultó que poco tiempo permanecían en sus oficinas; acordar con sus colaboradores era punto menos que imposible, o bien, lo hacían en el avión o automóvil. Prácticamente diariamente recorrían el país, e incluso hubo casos que por la mañana visitaban algún estado norteño y por la tarde ya estaban en Yucatán; asistían a eventos faraónicos, mismos en los que se les rendía pleitesías; la forma en que recibían al presidente en los estados no tenía paralelo y toda la entidad, o la ciudad por lo menos, se paralizaba para recibir al “monarca”, a quien, por supuesto, únicamente se le mostraba lo que se le quería mostrar, sin que hubiera la más mínima oportunidad de enterarlo de los problemas reales de la población.

De igual manera, su comportamiento era de auténtico “Santa Claus”, y sin moderación, ni prudencia alguna, repartía dinero u ordenaba obras a diestra y siniestra, sin proyecto de por medio y mucho menos se atendían asuntos prioritarios de cada entidad. Al final, el gobernante decidía las construcciones que deberían realizarse o los beneficios a otorgar, dependiendo siempre del afecto que el Presidente de la República tuviera por el gobernante local.

Se recuerda el caso de un presidente que durante un evento en una comunidad, prometió a la población la construcción de un Tecnológico, pero en voz baja un colaborador le aclaró, “señor, aquí no hay prepas…” y sin más, el mandatario agregó: “sin prepa que ingresen a la educación superior…”; o sea, directo de la secundaria. Nótese el alto grado de intransigencia académica, todo para dar paso a un capricho.

AMLO y fallas politicas publicas
Imagen: Expansión Política.

Los tiempos y las formas no cambian, el presidencialismo mexicano es imperativo, tiránico y dictatorial. El llamado Jefe de Estado concentra tal poder que domina a los otros, quienes, de una forma o de otra, obedecen ciegamente al Ejecutivo. Recientemente lo comprobamos, seis ministros, sin clase alguna, carentes de dignidad, se sometieron a la consigna que sin duda les dio el Ejecutivo, aprobaron una insensatez jurídica y el planteamiento de una pregunta que más que ello es un galimatías, demostrando un servilismo y aún más, una carencia de talento sobre si procede someter o no a juicio a los expresidentes. Situación que, por cierto, es totalmente legítima sin ese “circo” mediático de la “famosa” consulta.

Es evidente que, en el actual gobierno, por más que se diga que son aires distintos, repetimos, las prácticas siguen siendo exactamente las mismas. El Presidente de la República es quien propone a los Ministros de la Corte, quienes deben ser sus súbditos, obedientes e invertebrados.

En el poder Legislativo sucede exactamente igual, aunque se tiene la ventaja, como también sucedió en otros sexenios de que los diputados y senadores, en su buena mayoría, son del mismo partido y, por tanto, caminan de la mano siempre atentos a la línea presidencial.

Una característica del actual sexenio es impulsar consultas, las cuales no reúnen requisitos formales, pero aun así las promueve el jefe del Ejecutivo, sin que tampoco se omita decir el hecho de que todos los días o casi todos, expresa sus puntos de vista por problemas diversos, donde evidentemente se refiere a conservadores neoliberales y otro tipo de adjetivos, que sin duda tienen un corte político partidista, donde el objetivo es la descalificación.

Las consultas populares que se han realizado han tenido severas fallas, ya que los formatos y los espacios para recabar las opiniones ciudadanas resultan reducidos, pero aún más, suelen ser manipulados y sólo se utilizan como justificación para decisiones ya tomadas, tal ha sido el caso de la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, donde cancelar las obras del aeropuerto de Texcoco provocó una gravísima pérdida económica. En el mismo renglón se puede mencionar los proyectos del Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y la cancelación de una fábrica de cervezas en Mexicali, Baja California.

justicia, escudo nacional
Imagen: Reporte Índigo.

Las consultas han sido algo impactantes y sus resultados fuertemente cuestionables, pero ahora sí se está “cocinando” una consulta histórica que tendrá visos legales, y servirá como punta de lanza para juzgar a los expresidentes de México, empezando por Carlos Salinas de Gortari y todos los que le siguieron, aunque no se incluye y se ignora el motivo, al expresidente Luis Echeverría Álvarez.

El planteamiento –aclaramos mi punto de vista–, es sano y digno de aplauso. México no podrá ser nunca distinto y jamás podrá tener a la justicia como un valor de relieve, en donde la igualdad sea cierta y la impunidad desaparezca, en tanto no se juzgue y castigue a los exmandatarios, quienes por sistema y sin excepción, han abusado del poder y han cometido fechorías sin moderación, son perversos delincuentes, autores de delitos graves como el genocidio, sin olvidar asesinatos y estafas millonarias al país.

Lo que hay que dejar en claro, insisto, desde el punto de vista legal y estrictamente jurídico, no hay ninguna razón ni ley que impida castigar con ejemplaridad a los impresentables expresidentes de México. Para ello sólo falta voluntad política, pero sobre todo, el verdadero cumplimiento de la ley. Por cualquier lado que se vea es ociosa e innecesaria la absurda consulta, la cual, además por los serviles Ministros de la Corte, resulta confusa y fuera de lugar.


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