Recientemente el actual régimen de gobierno decidió dar por terminado el Seguro Popular, y en su lugar se creó el INSABI (Instituto Nacional para la Salud y el Bienestar).
A raíz de este cambio es propicio analizar y tratar de prospectar hacia dónde se debería dirigir el sistema de salud en México.
En la actualidad, el principal sistema que brinda servicios de salud es el IMSS, el cual atiende alrededor de 83 millones de personas, le sigue el INSABI que atiende como 53 millones de personas, luego el ISSSTE, con más o menos 10 millones, más el IMSS Bienestar, El Ejército, Pemex y, otros más, como pueden ser los hospitales privados.
Si sumamos, el número anda alrededor de 150 millones, y la población actual en México es de aproximadamente 125 millones de personas, así que obviamente los números no cuadran, esto de manera clara nos lleva a deducir que hay duplicidad en los registros.
En mi opinión, a medida que pase el tiempo, será muy complicado, además de inhumano, negarle los servicios de salud a la población, la misma Constitución nos dice que todos tenemos derecho en nuestro país a ser atendidos dignamente si estamos enfermos o, por ejemplo, en su caso, la atención correcta a una mujer que está embarazada.
Si es así, me parece que es conducente replantear la visión que tenemos de todo el sistema de salud.
El sentido común me dice que, si a la larga todos deben ser atendidos en igualdad de circunstancias, lo más justo es que esto se pague de los impuestos generales, y resulta de esta manera porque quien mayor poder adquisitivo tiene y más gasta, aporta más.
Es momento de plantear que desaparezcan las cuotas obrero-patronales y se sustituya este ingreso por un aumento al IVA, no tengo los números, pero especulo que podría andar en un IVA que oscilara entre el 22 y 25%. Además que ya se ejerce un presupuesto importante asignado a todos los sistemas de salud que paga el gobierno y que por lo tanto ese dinero proviene de los contribuyentes.
Al eliminar las cuotas obrero-patronales, tanto la industria como el comercio, drásticamente se harían mucho más competitivos y podrían ofertar mejores precios a la población y, por supuesto, la informalidad (ilegalidad) perdería mucho de su ventaja competitiva y creo que tendría una tendencia a la baja de manera importante.
Puedo estar equivocado porque cada industria o comercio tiene una diferente composición en la integración de sus costos, pero en general, creo que el impacto del aumento en el IVA deberá ser compensado con la caída en el costo que implica la cuota obrero-patronal. Quienes sí saldrían afectados serían los importadores de producto terminado, pero realmente esto a la larga apoyaría a la producción de productos fabricados en nuestro país con el consecuente aumento en la demanda de empleo.
Desde luego, el IMSS cuenta con el sistema hospitalario que mejor estructura y capacidades tiene, por eso es el instituto que debería liderar la transición, que si se hace bien planeada, tendría que ser exitosa.
Queda pendiente el tema de las pensiones –que no es exclusivo de México–, el cual es muy complicado y a la larga va a ser imposible financiarlo. De alguna manera espero que se encuentre una solución viable, pero es un tema a analizar en un artículo posterior.
En resumen, este planteamiento no es nuevo, pero me parece que con el paso del tiempo si seguimos manejándonos inercialmente con el sistema de salud que hoy tenemos, vamos a colapsar y las distorsiones cada vez serán mayores y, por lo tanto, el descontento de la población en general irá irremediablemente en aumento.
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