Tecnología

Tecnología e imaginación: el genio más allá del milagro

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Aunque haya quien siga llamando a nuestra época la Era de la tecnología, ésta, la tecnología, es consustancial a la historia humana. Sin ella, viviríamos aún en cuevas.

A cada época le corresponde su propia revolución tecnológica.

Sin el telescopio de Galileo en el siglo XVII, y sin la combinación de lentes que ideó Kepler, tal vez, como el propio Kepler, tendríamos que conformarnos en indagar sobre el cielo a partir de su reflejo en el agua.

Para ambos, y muchos inventores más que para el siglo XVIII habían abierto ya la puerta a un tipo de conocimiento más amplio, debemos en buena medida, que el primer novohispano que le dio la vuelta al mundo lo hubiese hecho sin haber salido nunca de su suelo natal. Se llamaba, Carlos de Sigüenza y Góngora.

En este camino se atribuye a Carl Sagan, el gran divulgador norteamericano de la ciencia, la aseveración de que la “imaginación nos lleva a mundos en los que no estuvimos nunca”.

Cabalmente cierto en más de un sentido. Imaginar es una facultad radicalmente humana. Sólo los seres humanos somos capaces de llevarla a cabo.

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Ilustración: H. Rodríguez.

Y con ello, nos ha sido dado, no solamente a recrear lugares no conocidos, sino también idear nuevos objetos y posibilidades para el mundo existente.

Una definición un tanto acartonada, y cada vez más anacrónica, de la tecnología suele describirla como un mero resultado del avance científico.

La tecnología, empero, y lo que representa excede con mucho esa definición que la sitúa cual arista de la ciencia.

Una epistemología de lo tecnológico abre, así, un sendero en el que lo tecnológico, se muestra capaz de desarrollar nuevo conocimiento.

Indiscutible es, pues, el papel que la tecnología juega para alentar la imaginación y, con ello, suscitar a la vida misma de un impulso que rebasa la pura sobrevivencia.

Encarnada en la herramientas, los objetos, que es capaz de producir, la tecnología no es menos la forma visible de lo que alguna vez alguien imagino como algo posible.

plano
Imagen: Pinterest.

La capacidad misma de soñar con algo, es una forma ya posible de lo imposible.

Todo cuanto existe como producto de lo humano fue, en algún momento, el sueño de alguien, más vale no olvidarlo.

Así, la figura del inventor ha estado ligada de forma históricamente íntima a la del genio. Nadie, quizá, en esa ruta tan fascinante como Leonardo da Vinci, cuyo gigantismo lo hizo además artista.

En el horizonte de lo nacional, o de lo que con el tiempo lo sería, se reconoce en Carlos de Sigüenza y Góngora al primer genio del trasiego que nos llevó de lo novohispano a la construcción de un nuevo país que luego se llamó México.

Historiador, lexicógrafo, “cosmógrafo y catedrático de matemáticas del Rey nuestro Señor en la Academia Mexicana”, como se le reconociese en la sociedad novohispana, Sigüenza y Góngora crea, reflexiona, descubre, discute entre los aportes tecnológicos de su época.

Tan es así que para 1690 es capaz de presentar el libro en el que describe una vuelta al mundo, sin haber salido él, el propio Sigüenza, nunca de la Nueva España.

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Ilustración: Eugene Ivanov.

Bajo el largo título de Infortunios que Alonso Ramírez natural de la ciudad de San Juan de Puerto Rico padeció, así en poder de Ingleses Piratas que lo apresaron en las Islas Filipinas como navegando por sí solo, y sin derrota, hasta varar en la Costa de Yucatán: Consiguiendo por este medio dar vuelta al Mundo. Descríbelos Don Carlos de Sigüenza y Góngora Cosmógrafo, y Catedrático de Matemáticas, del Rey Nuestro Señor en la Academia Mexicana, el gran sabio y genio se vale de la tecnología para contar un prodigio por partida doble.

En el que quizá es el libro con el mayor número de lecturas entre toda su obra, asido de no más que de aquello que la tecnología al servicio de los navegantes y cartógrafos había aportado para finales del siglo XVII, Sigüenza emprende el viaje imaginario que su personaje sufre alrededor de todo el mundo.

Cual motores de la imaginación y las realizaciones humanas, deseo, memoria y necesidad, en un orden que va alterándose sin parar a lo largo de toda la historia de lo humano, dirá Carlos Fuentes, muchos siglos después a Sigüenza.

Llamativo resulta así el que en su origen, Los infortunios de Alonso Ramírez, el nombre corto con el que se conoce el libro de Sigüenza, el volumen estuviese relacionado con las loas que a la aparición de la Virgen de Guadalupe dedicaron los criollos novohispanos.

Un asunto de fe, pues. Un asunto de deseo, memoria y necesidad también.

portada

Pero no menos, un asunto de apropiación de las herramientas tecnológicas disponibles. Una prueba, una más, del modo en que lo tecnológico no solo proporciona un hacer de época, sino también, y por sobre todo, un saber, un imaginar, un desear.

En Sigüenza, el cuerpo y el alma de una nación que, bajo el designio de una aparición milagrosa, el de la Virgen de Guadalupe, patrona del futuro país, comenzaba a asomar.

Un avistamiento de lo que sería nuestra nación.

Nada menos.  

Tecnología y moral: Conectividades solidarias

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Las redes sociales y los dispositivos portátiles son usados a favor de las protestas feministas como armas contra la injusticia.

A mis estudiantes mujeres, llamadas a ser las grandes
protagonistas de la transformación social más importante por venir.
Con cariño y admiración.

En efecto. No es la causa única. Por supuesto. Pero está claro que un motor fundamental de los cambios de visión que, entre una época sobre un hecho, la tecnología es clave.

 La aparición de ciertos objetos, como resultado de la aplicación que sobre ellos se hace del avance en el conocimiento, modifica patrones de conducta, no sólo procesos de producción.

Esos nuevos patrones en las formas ligadas a la economía, como producción, consumo o uso, disparan a su vez maneras de valorar (aceptar o modificar) lo que existe y de relacionarse con ello.

El surgimiento del teléfono en la muy burguesa París de finales del siglo XIX hubo de estar en un principio ligada al deseo de los señores de que sus esposas oyeran la ópera desde sus casas.

Mas, subraya Michel Serres cuando recoge este episodio y reflexiona sobre él, quién iba a decir que más pronto que tarde esas propias víctimas del encierro encontrarían en la idea de colocar esos novedosos aparatos en sus recámaras, la oportunidad para hablar en privado con sus amantes.

ciber feminismo
Ilustración: Luis Dano.

Los objetos se inventan para una cosa, pero una vez inventados, la cantidad y hondura de los cambios sociales que pueden producir escapa por completo de su razón primera.

En el muy brillante ensayo que José Morales, de la Universidad Autónoma de Barcelona, dedica a ese texto seminal que en 1922 fue Naturaleza humana y conducta, de John Dewey, el summum de la cuestión queda claramente plasmado en la afirmación: “la moral es social”.

El bien, alumbra Morales citando a Dewey, nunca es dos veces igual. Con lo que el académico busca colocar la historicidad de la moral como centro de una concepción que la comprenda como un proceso social en permanente construcción.

La moralidad no es fija, tal es el precepto central de la revisión que Morales hace sobre Dewey. La moralidad no está hecha, sino que se hace en cada momento (la sociedad se renueva constantemente), no le pertenece al individuo, pero tampoco a las instituciones, alerta.

Concepciones, que son ideas, valoraciones, que son formas de ordenar el mundo, acciones, que son formas de transformar la naturaleza, convergen sobre la presencia (y el uso, claro) de los objetos existentes y aquellos que irrumpen como novedades.

Imposible, en estos términos, pensar en el cuestionamiento a la moralidad (la validez socialmente construida) de mantener la esclavitud en Estados Unidos de a mediados del siglo XIX, sin la aparición de la industrialización y su irrefrenable despliegue tecnológico.

union social.
Ilustración: Pinterest.

Imposible concebir el vuelco que las ideas sobre el ejercicio coital de la sexualidad como decisión individual experimentan, a partir de que los descubrimientos sobre la concepción dan como resultado una pequeña pastilla que evita el embarazo, y que puede producirse (y venderse) a un costo relativamente bajo.

Con estos dos ejemplos en la bolsa, planteé a mis estudiantes de la Universidad, mayoritariamente mujeres en todos mis grupos, si encontraban alguna relación entre el acelerado cambio tecnológico de esta época y la ebullición social que ha significado que millones de mujeres salgan a la calle a decirle basta a la violencia machista-patriarcal.

La respuesta fue apabullante, lúcida y esperanzadora al mismo tiempo. Hemos dejado de sentir que estábamos solas, me dijo alguna, condensando con ello un sentimiento que se expresó de distintas maneras una y otra vez.

Las redes sociales, y los dispositivos portátiles con los que están esencialmente asociadas, se tornaron en el centro de la reflexión de mis estudiantes. Tres elementos, que bien podrían ser dos, sobresalen aquí: visibilización, y construcción de comunidad.

Por una parte, es bien sabido que un elemento presente en los casos de violencia es la manera en que la víctima siente (asume) que propició (de algún modo) el hecho. Por la otra, el sentimiento de vergüenza, soledad e impotencia que el acto de violencia es capaz de suscitar.

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Ilustración: Statics.

Cuenta una de mis estudiantes un caso que conoce. Cuando una chica disparó un caso de abuso físico, otra se sumó y luego otra, y luego otra, y así.

Cada una, que para entonces ya vivían en distintas ciudades, encontró no sólo que no había sido la “única”, sino que en ello se confirmaba en el agresor una conducta tan repetitiva como criminal.

La visibilidad de la conducta del agresor no como “hecho aislado”, que a su vez hace dudar a la víctima respecto a si fue ella la que “lo incitó”, ha encontrado en las tecnologías de la información una caja de resonancia como no había tenido nunca antes.

Al mismo tiempo, ese “black mirror” que de acuerdo a la distopía que la serie ideada por la BBC pudiera representar la tecnología, se torna, efectivamente, en un espejo que teje una red, una colectividad capaz de transitar a la acción.

Creciente y solidaria, visibilizada y amalgamada por la conectividad, se extiende por todo el planeta una (nueva) moralidad inflexible (qué bueno) frente a la violencia contra las mujeres.

Colectiva y conectiva, implacable y solidaria a más no poder.

De la guerra, 2ª Parte

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La industria militar se vuelve tecnología cotidiana

Si consideramos que la historia se manifiesta a partir de la expresión de un mecanismo de “selección natural” entre los grupos humanos “más aptos” estamos avalando que la parte más animal de nuestra esencia es la que rige nuestro actuar en el devenir de los tiempos. La lucha por la paz, la bondad, la generosidad, la inocencia y la solidaridad no son valores  reconocidos, ni se promueven de forma real. Las polarizaciones religiosas, ideológicas, políticas preservan un sistema en el que la capacidad para sobrevivir se convierte en un asunto de poder económico que, más allá de gobiernos o justicia social o equidad en el acceso, se impone con una ambición que segrega cada vez más.

Las causas de la guerra las hemos explorado en la entrega anterior, ahora lo que quiero revisar es la evolución de la forma de hacer la guerra y algunos beneficios que se han desprendido a partir de la invención científica aplicada en artilugios de guerra. Vamos a ver, en principio, la evolución de las culturas nos ha llevado desde el uso de rocas, hondas y contacto físico directo, a las diferentes formaciones de infantería que utilizaban espadas, arco y flecha, armas de corto alcance como puñales o cuchillos para el combate cuerpo a cuerpo, hasta los ataques nucleares o biológicos a distancia para el exterminio a distancia, es decir, sin que los ejércitos se vean en la necesidad de un enfrentamiento directo y personal.

Guerra.
Ilustración: Variety Magazine.

Por supuesto, fue a partir de la Revolución Industrial la que marcó el mayor cambio en la forma de hacer la guerra. La producción en masa vuelve a ser la causante de una diversificación en las maneras, herramientas y hasta procedimientos para combatir al enemigo. Sabemos entonces cómo se modifican los elementos para la lucha, por lo tanto, hoy vamos a destacar que la industria militar aporta muchos beneficios que terminan por tener una aplicación positiva en la vida cotidiana de muchas personas que están en condición de tener acceso a estos satisfactores.

Es así que en la era moderna las innovaciones militares han sido parte de la carrera por la competencia tecnológica. La mayoría de los avances han sido creados por las culturas más belicosas como Estados Unidos y Alemania, a partir de la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría. En ese momento histórico, los gastos del mundo en guerra se enfocaron a la creación de tecnologías que, aunque pueda parecer paradójico, hoy usamos como objetos cotidianos, por ejemplo:

Sistema de navegación GPS

El Global Positioning System es un sistema generado a partir de una necesidad militar estratégica para localizar la posición del enemigo en tiempo real. Hoy lo usamos de manera cotidiana en cualquier parte del mundo, ya que permite una ubicación bastante precisa de objetos, personas y lugares. Este sistema se inventó en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos en 1964 y funciona a través de la sincronización satelital que cubre todo el planeta. En 1967 el GPS inició su uso comercial. Ofrece ventajas que consisten en el ahorro de tiempo en la ubicación en un espacio, además es económico y práctico. Lo que no podemos perder de vista es que nació como una brújula multiusos para los bombardeos selectivos que realizaban los Estados Unidos durante la Guerra del Golfo Pérsico y en la actual de Siria.

GPS.
Fotografía: Boredpanda.
Microondas

Calentar una sopa en el microondas o prender el televisor con un control remoto son actividades que hoy en día no generan asombro alguno, sin embargo, para aquellos que teníamos que levantarnos de la silla para cambiar un canal o encender el aparato es un beneficio importante. Estas funciones se realizan ya que las ondas electromagnéticas operan bajo un espectro de frecuencia utilizado en la radiodifusión y las telecomunicaciones. Incluso, esta tecnología de microondas es usada por radares con el fin de generar información meteorológica. Pero, ¿cuál es su origen? La tecnología de los radares nació en 1946 con el propósito de tener un localizador de tanques y de maquinaria de guerra. A partir de ahí, todo fue resignificar los usos y agregar elementos, por ejemplo, el diseño de una caja metálica con una abertura para introducir comida –ya sea para calentarla o cocerla, a través de la energía almacenada en un microondas–, modificó para siempre, si no la forma de cocinar, sí la de acelerar los tiempos en la preparación de alimentos para su consumo.

Radares.
Fotografía: Loomislab.
Ultrasonido

Monitorear embarazos, valorar lesiones, dar seguimiento a la evolución o involución de tumores sólidos en diferentes momentos del diagnóstico y/o de tratamientos médicos utilizando el ultrasonido, es una posibilidad que se generó a partir de un invento de la Primera Guerra Mundial. Buscando la forma de protegerse de la amenaza submarina de los alemanes, se utilizaron unos artefactos denominados hidrófonos, que captaban las turbulencias generadas por los submarinos y permitían ubicar la posición de los enemigos. Hoy su uso y aplicación está asociado, sobre todo, a situaciones de cuidado de la salud, lo que, desde mi perspectiva representa un gran avance para la humanidad.

Submarino.
Fotografía: Pinterest.

Como estos ejemplos de inventos, resignificados para su uso diario, existen muchos otros que continuaremos revisando en la siguiente entrega, porque considero que identificar estas aplicaciones positivas de la tecnología de guerra resulta interesante, atractivo y esperanzador. Ante la guerra y su destrucción, lo único que nos rescata es justamente la esperanza, es esa expectativa de que podremos volver a confiar en que lo cotidiano suceda en un ambiente armonioso y pacífico. Sigamos identificando las ganancias de las pérdidas, es decir, la posibilidad de transformar algo utilizado para el mal, en un objeto usado para el bien, para la preservación de la especie.  

Un mundo abierto e interconectado

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De la mano de un cambio tecnológico vertiginoso, en apenas dos décadas, el siglo XXI ha transformado la manera en que nos relacionamos unos con otros, y las expectativas de futuro.

Vivimos en y a través de un mundo abierto e interconectado, regido por una globalización; realidad palpable e irreversible, seña de identidad básica del siglo XXI.

En el tránsito de un siglo a otro, de una época a otra, habrá quien siempre asuma la aldea, y la visión aldeana de la realidad, como un refugio.

Como todo parteaguas, la Primera Guerra Mundial ha de ser vista como un acontecimiento entremundos.

Es decir, que en sí mismo significa como la frontera entre un tiempo y otro. Última guerra del siglo XIX, y primera del siglo que ella misma inauguraba.

El desarrollo de la máquina de vapor, el telégrafo, el foco, el automóvil, la pasteurización, la expansión de los ferrocarriles, la sustitución del fiero por el acero, el desarrollo de los explosivos, entre muchos otros avances, marcarán el preámbulo del siglo XX.

Llamada también la primera globalización, la 2ª Revolución Industrial tiene su apogeo justamente entre 1860 y 1914, los años que preceden a la guerra.

Hace tan sólo unos días, el mundo, una parte de él, cuando menos, celebró el año 101 del cese al fuego en la primera gran guerra. 

El conflicto, desarrollado entre 1914 a 1919, y que pudiera haber cobrado la vida de hasta 30 millones de seres humanos, significa en sí, a la par de su sangriento saldo, por haber sido el primer escenario en donde a gran escala la tecnología prueba su condición no neutral.

Conectividad global.
Imagen: Market competition.

De modo premeditado o no, determinar eso no es lo central ahora, el hecho concreto es que la Primera Guerra Mundial se torna en un gigantesco y macabro laboratorio y espacio de prueba para parte del desarrollo tecnológico de la época.

El uso de la tecnología para fines de la humanidad es tan remoto, o más que la propia aparición de la idea, y la posterior concreción, del monumental Caballo de Troya.

Lo singular, sin embargo, en el caso de la Primera Guerra Mundial son dos cosas. La escala, que es tan grande como nunca lo había sido, por un lado.  Y, por el otro, el hondo abismo en el que derivó el vasto optimismo con que los avances tecnológicos registrados entre 1860 y 1913 invistieron la visión de futuro.

La tecnología, se ha dicho una y otra vez, a la sombra de una definición que corresponde a Manuel Castells, no es buena ni mala; pero tampoco neutral.

Hace un año, el 11 de noviembre de 2018, en París, 50 líderes mundiales se reunieron para dar testimonio de la trascendencia del armisticio de Compiègne.

En ese tiempo, el año que transcurrió entre el centenario del Armisticio y la más reciente celebración ocurrida días atrás, más de 400 millones de personas más se conectaron a Internet.

 De acuerdo con lo que se conoce como The Global State of Digital, en 2018 había un poco más de cuatro mil millones de personas conectadas, este número registró un crecimiento superior al 10%.

En el lapso de un año, entre octubre de 2018 y octubre de 2019, el número de usuarios únicos de líneas móviles telefónicas creció en más de 120 millones.

Mientras la población total del planeta creció en apenas 1%, resulta más que notable el incremento superior al 15% que tuvo el uso de redes sociales, a través de celulares, al sumar a casi 480 millones de personas a este tipo de interacción.

Este crecimiento, sin embargo, presenta la misma problemática que muchos otros tipos de bienes y servicios a nivel planetario: la asimetría, la inequidad.

La calidad y costo del servicio sigue colocando a una buena parte del planeta como mero espectador de la Era digital.

Kenia.
Fotografía: El País.

Baste sólo mencionar que en África meridional (Burindi, Gabón, Kenia, entre otros) la cobertura alcanza cuando mucho a un 12% de la población.

Por su parte, en África del Este (Somalia, Yibuti, Uganda, entre otras naciones) la penetración a duras penas llega al 32%.

La paradoja es clara. Ahí donde más se necesitan las telecomunicaciones y el acceso a los bienes y servicios asociados a la Era digital, es donde se encuentran más escasos, de peor calidad y mayor precio.

Sólo puede haber algo peor que quedar anclado en el atraso; el aislamiento. Entrelazadas, ambas condiciones son, sin duda, el anuncio de que el rezago se perpetuará.

En su momento, el Armisticio dio lugar a la idea de que podría sobrevenir un tiempo de paz y progreso.

Entre los Tratados de Versalles y la furia del nazismo, el mundo volvió a la guerra 20 años después.

Las posibilidades del mundo actual residen hoy en el mundo entero. En la capacidad de éste para verse así mismo de ese modo: abierto e interconectado.

El aislamiento es ya de por sí una condena como para que haya quien, desde una visión provinciana, suponga que a estas alturas es una posibilidad para alguna nación.

De tal pretensión, el costo será altísimo; ya se verá.

Huawei y Estados Unidos: ¿la vida es bella?

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Como en la bella película de Roberto Benigni, “La vida es bella”, en donde un padre judío busca proteger a su hijo de la violencia y del racismo del fascismo alemán en un campo de concentración, lo cual no logra (por cierto), pareciera que también en el caso de la relación entre Estados Unidos y Huawei “la vida es bella”: apenas el 18 de noviembre de 2019 el Departamento de Comercio anunció, en un escueto escrito, que la institución “extiende a Huawei una Licencia General Temporal”. El escrito señala en un par de líneas que el Departamento de Comercio de Estados Unidos –y puntualmente su Buró de Industria y Seguridad (BIS, por sus siglas en inglés)– prolongó por 90 días una Licencia General Temporal para que la empresa china Huawei, así como sus filiales, continuaran con sus actividades en Estados Unidos, incluyendo las compras de Huawei por parte de empresas estadounidenses y sus actividades en el propio Estados Unidos. El mismo escrito del Departamento de Comercio subraya que Huawei continuará siendo monitoreada estrictamente como parte de las empresas monitoreadas (Entity List), bajo los controles de las exportaciones y la seguridad nacionales de Estados Unidos y concretamente la Ley Internacional de Poderes Económicos de Emergencia (IEEPA, por sus siglas en inglés) de 1977.

El tema es significativo desde varias perspectivas

Por un lado, Estados Unidos sigue exigiendo a Canadá la extradición de Meng Wanzhou desde 2018, hija del fundador de Huawei y responsable principal de las actividades financieras de Huawei, por haber violado justamente un grupo de leyes vinculadas con la seguridad nacional y las exportaciones de Huawei a Irán hace décadas. Permitir las actividades de Huawei con sus proveedores y clientes en Estados Unidos, aunque fuera temporalmente, pareciera contravenir a las exigencias legales estadounidenses.

En segundo lugar, en un publicado por Ana Swanson en el New York Times el 15 de noviembre de 2019, señala que la principal problemática doméstica en Estados Unidos es que un grupo de servicios inalámbricos en zonas rurales –con tecnología 3G y 4G, y no la última tecnología ofrecida por Huawei, la 5G– pudieran verse afectadas en Estados Unidos en caso de imponer prohibiciones a Huawei; pareciera que no existieran en la actualidad otras opciones tecnológicas en Estados Unidos que Huawei en las zonas rurales. En pleno proceso electoral en Estados Unidos, la Administración Trump seguramente no querrá perder votos en estas regiones estadounidenses, además de querer enviar señales positivas en las negociaciones actuales entre Estados Unidos y China que se han visto estancadas en las últimas semanas.

Más allá de los posibles resultados en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China –que por cuestiones electorales a la Administración Trump le convinieran que fueran positivas, es decir, que lograran al menos no incrementar los aranceles mutuos– y de los potenciales efectos en zonas rurales en Estados Unidos –de nuevo con potenciales efectos en regiones que pudieran ser consideradas como republicanas para las elecciones de noviembre de 2020 en Estados Unidos–, las tensiones entre China y Estados Unidos continuarán en el largo plazo y más allá de las elecciones en Estados Unidos: como se planteó en esta columna (El Semanario, junio 12, 2019), las instituciones públicas en China han “aprendido” de las amenazas estadounidenses y en el corto y mediano plazo buscarán independizarse (decoupling) tecnológicamente de los proveedores estadounidenses y de otros países, incluyendo Europa y Taiwán: programas para sustituir importaciones en cadenas globales de valor como los semiconductores –por ejemplo, a través de Made in China 2025 y otros esfuerzos recientes ante las amenazas estadounidenses– parecieran justificarse plenamente para China y puntualmente para Huawei.

Huawei.
Imagen: Shuttersotck.

Las tensiones y debates anteriores generan un grupo de lecciones

Por un lado, Huawei se verá sumamente presionada en el corto plazo: la extensión de sus actividades en Estados Unidos –y particularmente de sus proveedores– es un aspecto fundamental que permitirá fortalecer sus esfuerzos en sustituir importaciones hasta 2020 –2021 en hardware y software–. No queda claro, sin embargo, si la extensión del Departamento de Comercio de Estados Unidos incluye explícitamente el uso de Google en los teléfonos de Huawei (y para incluir aplicaciones como Gmail y Google Maps, entre muchas otras).

Para países como México es importante no sólo comprender los debates y discusiones entre las principales economías del mundo, las cuales seguramente continuarán en el mediano y largo plazo, sino que también participar activamente en las mismas: instituciones públicas en México, por ejemplo, pudieran permitir que los teléfonos (inalámbricos) de Huawei utilizaran en México las aplicaciones de Google, más allá de las limitaciones en Estados Unidos.

Lo anterior, sin embargo, significaría una detallada comprensión de las tensiones entre Estados Unidos y China, así como del potencial entre ambos países para México. No se trata entonces de una abstracta comprensión –y hasta de un automatismo del cual México aparentemente se beneficiaría– de las relaciones Estados Unidos-China, sino que en forma muy puntual: México debiera responder a las presiones tanto de Estados Unidos (migración, drogas, inseguridad, etc.) y de China (firma del Memorándum de Entendimiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, participación en el Banco Asiático de Inversión e Infraestructura, etcétera).

Por el momento, las autoridades de la nueva administración en México no han respondido a esta “nueva relación triangular”, Estados Unidos, China y México, en términos puntuales: comercio, inversión, financiamiento, y proyectos de infraestructura.

Telecom Móviles en 3T-2019: Dinamismo con Regresión Competitiva

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La macroeconomía en México se ubica en un escenario prácticamente recesivo, mientras que los principales indicadores de la dinámica sectorial de telecomunicaciones se ubican en una senda de crecimiento positivo.

Así lo evidencia información reportada por el INEGI que registra una contracción de 0.45% en el PIB en términos reales durante el tercer trimestre de 2019 (3T-2019), con relación al mismo periodo del año anterior.

En franco contraste, el mercado de telecomunicaciones móviles obtuvo un resultado positivo, en términos de ingresos, durante el periodo. El valor de este segmento alcanzó un monto de $73,426 millones de pesos, equivalente a un crecimiento anual de 5.0%.

Durante el periodo, el mercado móvil se caracterizó por registrar un alza en el consumo de servicios, contratación de nuevas líneas y adquisición de dispositivos inteligentes, que se tradujo en ingresos al alza para los operadores.

En líneas, se alcanzaron un total de 123.4 millones. A diferencia de los ingresos, estas mantienen una tendencia moderada al incrementar sólo 3.6%.

No obstante, preocupa una vez más, el continuo proceso de reconcentración de mercado en ingresos, tal que América Móvil ostenta 71.8% de los ingresos del segmento, 1.2 puntos porcentuales más que la participación registrada en el mismo trimestre de 2018. Asimismo, destaca que en 15 de los últimos 22 trimestres, el Agente Económico Preponderante (AEP) ha ganado participación de mercado en términos de ingresos.

Dinámica de Ingresos por Operador

Durante el periodo referido, se generaron ingresos móviles por $73,426 millones de pesos (mdp.), cifra que representa una expansión anual de 5.0%. La dinámica de este trimestre es consistente con la observada en el trimestre previo (4.5%), sin embargo, se encuentra por debajo del crecimiento alcanzado durante el mismo trimestre del año anterior (8.6%).

América Móvil obtuvo $52,699 mdp. en ingresos móviles, equivalente a un crecimiento anual de 6.8%. Este crecimiento es atribuible al incremento de 10.5% de los ingresos de prepago, superando los ingresos de postpago en casi dos veces. Consecuentemente, los ingresos por servicios aumentaron 8.2% de manera anual, mientras que los ingresos obtenidos por venta de equipamiento móvil lo hicieron en 4.1%.

Por su parte, Telefónica expandió en 0.5% su cifra de ingresos al generar $6,479 mdp. durante el periodo. Esto atribuible en lo principal a la caída de 3.1% en los ingresos por servicios, que alcanzaron a ser compensados por el incremento de 15.6% en aquellos provenientes de equipos móviles.

En tanto, AT&T alcanzó un crecimiento anual de 0.3% al generar $13,926 mdp. Ello como resultado del aumento de 4.1% por la venta de servicios, que fue parcialmente mermado por la caída de 9.3% en la venta de equipos.

Por último, se estima que los operadores móviles virtuales (OMVs) generaron en su conjunto $321.4 mdp, lo que implica un crecimiento anual del 18.4%. La marcada dinámica al alza en ingresos de estos jugadores en periodos recientes se debe a que algunos han logrado encontrar modelos exitosos de negocio, al ofrecer servicios complementarios a su principal giro.

Trayectoria de Líneas por Operador

El total de líneas móviles ascendió a 123.4 millones durante el 3T-2019, equivalente a una penetración de 97.5 líneas de servicio por cada 100 habitantes, lo cual aproxima en tiempo la previsión de que el próximo año se registre un coeficiente de penetración móvil superior a 100%.

Destaca AT&T por su crecimiento en líneas (7.6%), al registrar 18.6 millones en total. Este se compone por un incremento de 96.7% de sus líneas a revendedores, 14.0% de sus líneas de prepago y una caída de 8.1% en aquellas de postpago. La empresa reportó 69.0% del total de sus usuarios bajo la modalidad de prepago, con una base de contrato (postpago más líneas a revendedores) aún más robusta que el resto del mercado, que alcanza a 31.0% de sus usuarios.

Por su parte el agente económico preponderante, Telcel, alcanzó un crecimiento anual de 1.9%, con 76.2 millones de líneas, resultado del crecimiento de 1.1% de su base de prepago y 5.9% de postpago. Así, el operador alcanzó una proporción de 81.5% de líneas en prepago y 18.5% en postpago.

La base de usuarios de Telefónica incrementó 5.5%, para llegar a 26.9 millones de líneas. Ello explicado por el crecimiento de 4.1% de las líneas de contrato y de 5.6% en prepago. Todo ello, dando como resultado una base de prepago equivalente a 91.0% de sus líneas y la de postpago, 9.0% del total.

Por último, se estima que los operadores móviles virtuales (OMVs) alcanzaron en el 3T-2019 un crecimiento anual de 7.8% para totalizar 1.7 millones de líneas. Esta dinámica es atribuible en gran medida, a que los operadores han logrado probar el valor de su modelo de negocio, al captar una creciente base de usuarios de nichos identificados.

Estructura de Mercado: Reconcentración y Regresión Competitiva

Durante los últimos dos años, el segmento móvil registra un persistente proceso de reconcentración de mercado en ingresos en favor de Telcel, el agente económico preponderante.

En los últimos siete trimestres el Agente Económico Preponderante (AEP) ha ganado participación de mercado por su obtención de ingresos. Tan sólo en el último año, este operador incrementó 1.2 puntos porcentuales su participación de mercado.

Por su parte, durante el último año, tanto AT&T como Telefónica redujeron su participación de mercado 0.9 y 0.4 puntos porcentuales, respectivamente. Por último, los operadores móviles virtuales lograron incrementar 0.05 puntos porcentuales su huella de mercado.

En los 22 trimestres transcurridos desde la Declaratoria de Preponderancia (marzo 2014), América Móvil sólo ha reducido su participación de ingresos móviles en 7 de ellos. Consecuentemente, su participación en ingresos móviles sólo se ha reducido en 1.2 puntos porcentuales, al pasar de 73.0% de ingresos del mercado durante el 1T-2014 a 71.8% en el 3T-2019, equivalente a una reducción promedio de tan sólo 0.06 puntos porcentuales por trimestre. De mantener esta trayectoria, le tomaría 386 trimestres para alcanzar un nivel de participación de mercado en ingresos móviles por debajo de 50%.

Las ganancias en participación de mercado y el proceso de reconcentración de mercado a favor del preponderante, evidencian la insuficiente eficacia de las medidas de regulación asimétrica para rebalancear el mercado en términos de competencia efectiva.

También este fenómeno apunta a la necesidad de aplicación efectiva de las medidas, así como de introducción de otras nuevas, para frenar esta regresión competitiva y alcanzar escenarios de nivelación del mercado.

En términos de líneas, el mercado se desconcentró ligeramente, tal que el operador preponderante redujo su participación de mercado de 63.2% en el 2T-2019 a 61.7% en el 3T-2019, es decir, 1.5 puntos porcentuales. Si bien en los primeros trimestres del 2019, el mercado se reconcentró y en el tercero se revirtió esta tendencia.

Por el lado de los competidores, Movistar mantuvo durante 2018 su participación de mercado en líneas, sin embargo, en los primeros dos trimestres de 2019, se redujo su ponderación, trayectoria que se revirtió en el tercer trimestre al captar 21.8% de los usuarios móviles, 0.4 puntos porcentuales más que el año previo.

Por su parte, AT&T logró durante 2018 incrementar significativamente su peso hasta alcanzar, al cierre del año, un nivel de 15.0% del total de líneas. Durante 2019, se ha logrado situar prácticamente en el mismo nivel, al llegar a 15.1% en el 3T-2019, 0.6 puntos porcentuales más que hace un año.

Finalmente, los OMVs lograron incrementar 0.05 puntos porcentuales en un año su participación de mercado para llegar a 1.4% del total de líneas móviles.

Conclusiones

Aunque el mercado móvil registra una dinámica positiva en ingresos, a pesar del entorno económico adverso, no debemos confiar que continúe este ritmo de crecimiento. Para lograr un óptimo desempeño del segmento, es menester fortalecer y acelerar la aplicación efectiva de las medidas asimétricas en busca del rebalanceo competitivo del mercado, no sólo en líneas, sino también en ingresos.

Se espera que, de cara a la revisión de las medidas de preponderancia, el regulador ajuste los mecanismos de gestación de competencia efectiva, para así alcanzar sus efectos esperados.

Se requiere lograr su eficacia para no perpetuar el peso de mercado del preponderante. Todo ello para asegurar un ecosistema balanceado entre operadores, que se traduzca en beneficios tangibles de largo plazo para los usuarios en términos de calidad, cobertura y precios de los servicios.

Los costos de la falta de competencia y reconcentración a favor del preponderante, se han traducido ya en un escenario de estancamiento de precios y rigidez en las condiciones de oferta. Esto, adicionalmente da pauta a la imposibilidad de mejoras en la provisión de servicios móviles, en detrimento del bienestar de los consumidores mexicanos.

Cuando la educación se mueve, pero hacia atrás

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Hasta hace por lo menos dos décadas, obligar a un estudiante “mal portado” a quedarse inmóvil, era un castigo común en no pocas escuelas.

Se le mandaba a un rincón y, viendo hacia la pared, se le confinaba a ese doble castigo: la segregación y la inmovilidad.

Mas el castigo, que con el tiempo ha ido desapareciendo casi hasta extinguirse, ha sobrevivido sin problema alguno en su versión de sinónimo de disciplina militar.

Legendarios, por parecer estatuas de marfil intocable, han sido por centurias los guardias reales del Palacio de Buckingham, capaces, se dice, incluso, de no pestañar.

La movilidad es el signo de este siglo. De eso no hay duda. No sería la primera vez, sin embargo, que moverse hiciera a lo conocido transformarse radicalmente.

Cual si no hubiese libertad mayor que la de moverse, se sabe de sobra ya lo que el ir de un lado a otro de los comerciantes que acampaban en las afueras de cada feudo, trajo para la historia.

Aquellos lejanos habitantes de los burgos, las afueras de los feudos, sabemos ahora, constituían en realidad una suerte de protoburgueses, que sin saberlo encarnaron el sentido de movilidad del que siglos más tarde se preciaría el capitalismo.

Movilidad artificial.
Imagen: Depositphotos.

 La movilidad física pasó a ser construida en el imaginario como movilidad social, como posibilidad de romper las cadenas de lo que se ha sido, ser por uno mismo, transitar libremente por las rutas de la escala social.

La movilidad es el signo de este siglo, retomemos. El celular es el elemento consustancial de este fenómeno expansivo.

Llevar con uno el celular a donde se vaya, significa portar, trasladar en el bolsillo, de modo literal, la información del mundo, de muchos modos, el mundo mismo.

En el mundo, según algunos reportes, hay actualmente alrededor de 5 mil millones de celulares, repartidos entre siete mil millones de habitantes.

Tales cifras no alcanzan, como se nota de inmediato, a pensar que estamos siquiera cerca de alcanzar el número mágico de un celular por habitante.

Pero el número no deja de ser trascendente. Tanto porque en el recuento de la población se incluye a menores de 10 años, como porque hay países en los que hay más celulares que personas.

Nueva Zelanda, Australia y España tienen más líneas de celulares que habitantes. En América Latina, en Brasil, hace 5 años, había una población de 200 millones de personas, frente a casi 285 millones de teléfonos celulares.

México no ha llegado a cifra parecida, pero destaca el hecho de que de los más de 80 millones de celulares que se reportan, 3 de 4 sean smartphones o teléfonos inteligentes.

La movilidad no es pues sólo moverse en un sentido literal, sino también el sentido, y velocidad, con la que se mueve el entorno, con la que se pasa de un estado de cosas a otro.

Imagen: LearnUpon.

Así, por ejemplo, la multiplicación de los teléfonos celulares, aunado a las crecientes capacidades de éstos, ha terminado por abrirle una posibilidad inédita a la educación no presencial: el mobile learning.

Nada menor resulta, en este contexto, el desprendimiento del mobile learning, aprendizaje en movimiento, de lo que hasta hace poco tenía en el e-learning, aprendizaje a través de plataformas digitales, la mayor expresión de la educación en línea.

Sofía García Bullé, del Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey, llamaba hace apenas unos meses a reconocer en el m-learning características y desafíos propios en relación con otro tipo de experiencias no presenciales.

Escribe García Bullé: “Un enfoque que aprovecha la tecnología móvil para aprender, viene a poner nuevos retos en materia de educación”, para luego centrar en la combinación entre contenidos, tiempo y dispositivos, las condiciones propias de este aprender moviéndose.

Los contenidos del m-learning suelen incentivar el aprendizaje no formal para obtener habilidades, como inteligencia emocional o resolución de problemas… “su práctica de buscar la flexibilidad en el aprendizaje… de forma que los estudiantes puedan cubrir estas secciones cuándo, cómo y donde quieran”, señala la investigadora del TEC.

Del analfabetismo digital al pensamiento complejo

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La muy conocida expresión: “ver en cada cosa, las dos caras de la moneda”, tiene un origen mucho más lejano de lo que solemos imaginar.

Los romanos quisieron rendir culto a uno de sus dioses más preciados, representándolo en sus monedas.

El dios recibía el nombre de Jano y tenía bajo su tutela los comienzos, las transiciones y los finales.

Conscientes de ello, es que los romanos decidieron representar a Jano como una figura bifronte. Es decir, con dos caras.

En este contexto, hablar de brechas digitales implica que la nueva era plantea problemáticas inéditas.

Jano
Imagen: Pinterest.

La más preocupante, quizá, hoy por hoy, es el número de personas que se rezagan día con día de los avances que la expansión de lo digital trae consigo.

Por otro lado, dirigir la mirada hacia las competencias que habrá de requerir el mundo que se abre paso, es enfilar la atención en buena medida sobre quien ya está dentro de este mundo digital.

 Colocarse entre aquellos que buscan avizorar cómo será ese tiempo por venir, y, sobre todo, qué demandará de quien pretenda representar un aporte importante en el mundo laboral.

Así, por una parte tenemos que, según las estadísticas con que se cuenta, de los 617 millones de habitantes de América Latina, 322 millones tienen acceso a Internet, un 52.2%.

Pero que esta cantidad representa sólo el 10.6% de los usuarios que a nivel mundial usan Internet.

Está solo un punto por arriba de África, cuyas cifras son dramáticas en todos los aspectos.

Menos de la cuarta parte de los africanos puede conectarse a Internet, y su participación a nivel mundial llega apenas al 9%.

Digitalización.
Imagen: Pinterest.

El porcentaje de latinoamericanos conectados es significativamente menor que el de los europeos; y no se diga respecto a los norteamericanos. Y se halla por debajo de los ciudadanos de la zona de Oceanía.

En el caso de Europa la cobertura de Internet rebasa el 70% de los habitantes, mientras que en Oceanía llega al 72%.

La cifra más alta la tiene, desde luego, Estados Unidos y Canadá, en cuyos territorios prácticamente el 87% de sus ciudadanos accede a Internet sin ningún problema.  

Este modelo, claramente desigual, se repite a su manera. Como si fuera un espejo macabro, cada nación, por bajo que sea su índice de acceso a Internet.

Por otro lado, la manera en que se han modificado apenas en un puñado de años las competencias da cuenta una era caracterizada por un presente reducido a una fracción de vida hacia otro presente que emerge tan rápido como de nuevo es suplido por otro presente.

De acuerdo con el World Economic Forum, en 2015, las diez competencias o habilidades laborales y personales que tenían mayor valor social y laboral, que eran las más apreciadas era:

  • 1. Resolución de problemas;
  • 2. Coordinación con los demás;
  • 3. Gestión de personas;
  • 4. Pensamiento crítico;
  • 5. Negociación;
  • 6. Control de calidad;
  • 7. Orientación a servicio;
  • 8. Toma de decisiones;
  • 9. Escucha activa; y,
  • 10. Creatividad.

Media década después, algunas de estas habilidades o competencias han cambiado de lugar y otras han dejado su lugar a las necesidades de un mundo que se desplaza incesantemente.

Competencias.
Imagen: Cegos.

Para este 2020, el mismo World Economic Forum presenta las siguientes modificaciones con respecto al de 2015:

  • 1.Como habilidad número más preciada se mantiene la Resolución de problemas;
  • 2. La Coordinación con los demás, segunda en 2015, pasa la 5ª posición, para 2020;
  • 3. Gestión de personas cae del tercero al cuarto sitio;
  • 4. Pensamiento crítico pasa del cuarto lugar al segundo;
  • 5. Negociación cae del quinto al noveno puesto;
  • 6. Control de calidad desaparece, y emerge una nueva categoría: inteligencia emocional;
  • 7. Orientación cae del séptimo al octavo sitio;
  • 8. Toma de decisiones sube del octavo al séptimo lugar;
  • 9. Escucha Activa; desaparece y aparece una categoría nombrada flexibilidad cognitiva.
  • 10. En el cambio que representa el mayor y más radical cambio de concepción, se presentará: Creatividad, que en 2015 fue colocada en el lugar décimo.

De modo pues que Creatividad, cinco años después, se halla solo por debajo de resolución de problemas y pensamiento crítico.

Hoy, está claro, carecer de conectividad es no solo faltar a un derecho humano elemental, sino colocar a las y los individuos en una situación de vulnerabilidad personal y social que perpetuará sus condiciones de pobreza.

Redes.
Ilustración: C. Manuel.

Mas, está claro también, que la conectividad es una condición indispensable, pero no suficiente.

No hay ninguna duda, pues, de la centralidad de los dos ejes sobre los que trabaja AlfabetizaDigital: inclusión y fomento de las creatividades digitales.

Constituyen el detonador que ha de acompañar a la conectividad hacia una nueva agenda tecnológica que sirva a mejorar las condiciones de vida, material y cultural, de las personas.

Sólo así, Resolución de problemas, Pensamiento crítico y Creatividad, las tres habilidades para el mundo de un futuro que ya está aquí, serán una realidad para los más amplios sectores de toda sociedad.

Seamos capaces, pues de sembrar y navegar bajo la mirada al futuro de aquel Jano, sin desentendernos del pasado.