TPP-11

Continúa el desastre de México en el TPP-11

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Como señalé en mi artículo México y el TPP-11: Crónica de un desastre anunciado, la relación comercial de México con sus seis nuevos socios del TPP-11 se ha caracterizado por una muy reducida exportación mexicana hacia esos países, misma que durante los primeros 11 meses de los dos años de operación, continúa mostrando resultados negativos, ya que en 2019 y 2020 hay un decremento de nuestras ventas en relación con 2018, de -480 y -742 millones USD, respectivamente, totalizando -1,222 millones USD menos.

Para los primeros 23 meses de vigencia del TPP-11, el decremento de nuestros envíos a esos países fue de -1,538 millones USD.

Por el contrario, las importaciones procedentes de esos países en 2019 registraron un incremento de 3,580 millones, mientras que en 2020 hubo un decremento de -134 millones USD. Sin embargo, el incremento en relación con el año 2018 totalizó 3,446 millones USD.

Como consecuencia de este negativo proceso, el déficit para los primeros 11 meses de 2019 y 2020 fue de -15,955 y -16,083 millones USD, es decir, -4,060 y -4,188 millones USD superior al de 2018, lo que representó un incremento del déficit de -8,248 en 22 meses. Para los 23 meses de vigencia, el déficit acumulado fue de -33,685 millones USD.

Comentarios

La firma del TLCAN fue el resultado de un proceso lógico de formación de bloques que se estaba realizando en el concierto internacional y una desregulación que implicó una apertura comercial muy necesaria.

Es relevante señalar que México tenía enormes ventajas comparativas en este proceso, sobre todo por su experiencia y habilidades en la manufactura, además de que era el vecino más cercano a los dos países que constituían el mercado más importante del mundo.

Esto había convertido a México en un país muy competitivo que, además, tenía una enorme complementariedad con sus socios del TLCAN, motivo por el cual lo habían considerado como un socio estratégico.

Canadá y Estados Unidos también constituían el mercado de importación más grande del mundo, con un muy alto nivel de vida y con el que habíamos logrado un trato preferencial para nuestros bienes, servicios y la IED (Inversión Extranjera Directa).

Desgraciadamente, la competitividad que México había alcanzado por las reformas realizadas en los 80 y principios de los 90, no pudo ser sostenida, debido a que durante el período de Ernesto Zedillo no hubo reforma alguna que contribuyera a ello y, a partir del año 2000, cuando se agotaron los beneficios de las reformas antes señaladas, la pérdida de competitividad fue enorme.

Esto, aunado a la carencia de una estrategia para ubicar y consolidar la posición de México en la región del TLCAN, al nulo desarrollo de las ventajas competitivas, así como a la carencia de programas que permitieran aprovechar las supuestas ventajas negociadas y cumplir con los acuerdos paralelos en materia de medio ambiente. Y, principalmente, con los estándares laborales –a través de los cuales se hubiera logrado mayor productividad y mejores ingresos para los trabajadores mexicanos– se generaron enormes retrocesos en la economía mexicana.

Conviene señalar que, en marzo 1991, Labour Canada elaboró el estudio Comparison of Labour Legislation of General Application in Canada, The United States and Mexico, mismo que yo, siendo Consejero Comercial de México para Quebec y las Provincias Marítimas de Canadá, inmediatamente envié a BANCOMEXT, a la SECOFI, al Consejo Empresarial Mexicano de Asuntos Internacionales (CEMAI), a la Secretaría del Trabajo, a diversos organismos empresariales y al Embajador de México ante la Organización Mundial del Trabajo, a fin de que se tomara en cuenta para hacer convergente nuestra legislación con la de Canadá y Estados Unidos, así como para incrementar la competitividad de México, favorecer la creación de empleos y elevar el nivel de vida de la población.

Desgraciadamente, al parecer nada de su contenido fue tomado en cuenta y, como siempre, en 2019, les agarraron las prisas a nuestros funcionarios para cumplir con los términos que exigía el T-MEC y se pusieron a “trabajar” a la trompa y talega en la materia.

La situación fue agravada por la firma compulsiva de TLC’s con otros 46 países y por una desgravación unilateral totalmente ilógica, de tal manera que México empezó a registrar un déficit comercial creciente y con un mayor número de países, incluyendo a aquellos con los que no había firmado TLC’s.

En este sentido hay que señalar que, en su mayor parte, el dinamismo que ha presentado la exportación mexicana ha sido originado por empresas transnacionales radicadas en México que, a través de políticas corporativas muy exitosas, realizan operaciones intrafirma utilizando a nuestro territorio como un centro de costos y añadiendo reducido valor en sus procesos de maquila, aunque, también hay que señalar que ha habido empresas netamente mexicanas que han podido compensar las enormes desventajas estructurales de la economía mexicana con base en su enorme productividad a través de inversión y la utilización de tecnología de punta.

El enorme déficit generado en la relación comercial con los 6 nuevos socios del TPP-11, nos dice que México no estaba preparado para afrontar este ilógico compromiso en el mercado internacional como tampoco lo estuvo para firmar TLC’s con la mayor parte de los otros 46 países con los que se habían firmado estos instrumentos, simplemente, porque el deficiente marco sistémico no permitiría a la planta productiva nacional producir en un nivel competitivo.

Lo peor es que, por andar firmando TLC’s con quien se dejara, no se aprovechó la ventaja de tener un trato preferencial con los países de TLCAN y, por tanto, no se logró la ansiada integración comercial y productiva con nuestros vecinos, así tampoco se generó mayor valor agregado en el país y en la región, pues especialmente, a partir del año 2000, ha sucedido todo lo contrario.

Apuntes finales

Los antecedentes negativos que se presentaron en comercio exterior durante 26 años, no fueron suficientes para poner en alerta a los teóricos y funcionarios a fin de evitar que continuaran con la firma compulsiva de TLC’s, especialmente con los que serían los 6 nuevos socios de México en el TPP-11 pues, estos países, son mucho más competitivos que México.

En el año 2019, de un total de las 140 variables que miden la competitividad de México con esos países, sólo tenemos ventaja en 18 y una desventaja total de 122.

Especial referencia hay que hacer a la pésima calidad de las instituciones públicas y sus 5 agregados, debido a que esto significa que en México no hay capacidad para establecer políticas públicas realistas que incidan en el positivo desarrollo del país, así como tampoco hay capacidad para definir programas y proyectos coherentes con visión a largo plazo. Como consecuencia, el resto de las variables también reciben pésima calificación.

Durante el primer año de operación del TPP-11, el incremento del déficit y de los países con los que se registra este desbalance es manifiesto pues, la negativa situación originada por el deficiente marco sistémico en México no ha permitido a la planta productiva nacional trabajar en un nivel competitivo, por eso, en el año 2019, se añadieron 3 países al universo con el que tenemos déficit y el mismo se incrementó en -183,388 millones US.

A pesar de esta deplorable situación, los teóricos del comercio exterior mexicano continúan con la aplicación de sus dogmatismos y ahora nos hablan de coordinar la implementación sin problemas de la federación Transpacífica y ampliar la membresía del Tratado de Libre Comercio de 11 partes, misma que contempla a la Gran Bretaña, China y Corea, países con los que tampoco podremos obtener ganancia alguna pues, en el período 1993/2019, acumulamos un déficit de -983,273 millones US, lo que confirma el desastre anunciado al añadirlo a nuestro déficit con el resto de países con los que hemos firmado un TLC y para alcanzar un déficit total de -1,880,399 millones US en el año 2019.

Apoyar la ampliación de membresía del TPP-11, sin duda alguna, es un acto de irresponsabilidad total que en nada beneficiará a nuestro país pues, en México, el marco sistémico en el que las empresas mexicanas tienen que trabajar no ofrece grandemente las condiciones para producir en un nivel competitivo y, menos, para poder enfrentar un reto a todas luces desfavorable a nuestro país y que continuará dañando a la planta productiva nacional y al bienestar de los mexicanos.


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México y el TPP-11: Crónica de un desastre anunciado

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Ellos se ríen de mi porque soy diferente.
Yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.

El Acuerdo de Asociación Transpacífico es un Tratado firmado inicialmente por Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, el 3 de junio de 2005 y que entró en vigor el 1º de enero de 2006.

A partir de 2008, Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, Perú y Vietnam declararon su intención de adherirse a este acuerdo. Estados Unidos manifestó su deseo de participar en febrero de 2008.

En 2011, después de haber sido nombrado Subsecretario de Comercio Exterior, el Dr. Francisco de Rosenzweig Mendialdua señaló que “era imposible que México no participara en el proyecto de comercio internacional más grande del mundo”, por lo que en junio de 2012, la Secretaría de Economía anunció la intención de nuestro país señalando que, siendo Estados Unidos nuestro socio comercial más importante, era necesario que participáramos en las negociaciones a fin de defender los intereses de México y orientar las negociaciones a nuestro favor.

Conviene señalar que, desde el momento en que los altísimos funcionarios mexicanos manifestaron la intención de participar en el TPP-12, comenté su incongruencia, pues la nula competitividad de nuestro marco sistémico, frente a los que serían sus seis nuevos socios de Asia y Oceanía en el TPP (Australia, Brunéi, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam), era total y se reflejaba en la negativa evolución de nuestros intercambios con esos países a través de un déficit comercial abultado y creciente en el período 1993-2012, mismo que ascendió a -84,669 millones USD.

Cuando el 23 de enero de 2017, Estados Unidos anunció su retirada definitiva del Tratado, los funcionarios mexicanos, de una manera inexplicable, ilógica e irresponsable, mantuvieron a México en el proceso de negociación exhibiendo un liberalismo dogmático, señalando que “mucho se había trabajado y avanzado” en las negociaciones del TPP-12, por lo que continuaron obcecados con las negociaciones, así como con la promoción de la firma y ratificación de lo que se convirtió en el TPP-11, mismo que resultaba desventajoso para nuestro país en todos sentidos.

En los siguientes seis años, desde que se decidió participar en ese “proceso de integración”, el déficit de México con los seis países continuó creciendo y se duplicó pasando de -7,252 millones USD en 2013 a -14,410 millones USD en 2018, y acumuló un déficit total de -65,849 millones USD en este corto período.

Comentarios

Pareciera que la participación de México en las negociaciones del TPP se realizó por dogmatismo, en aras del libre comercio, pero sin un análisis técnico y razonado, sin tener una base sólida que permitiera conocer adecuadamente las condiciones, riesgos y posibilidades de nuestro país para lograr una actuación exitosa, empezando por la competitividad.

Increíblemente, uno de los argumentos que se esgrimieron como determinantes para participar en ese Acuerdo fue que, a través del mismo, se lograría ampliar la cuota para el acceso del aguacate mexicano al mercado japonés; situación que resultaba totalmente ilógica pues, desde el año 2005, México tenía un acuerdo con Japón mismo a través del cual se hubiera podido manejar bilateralmente, en lugar de llevarlo a un foro multilateral en el que la eventual ampliación de las cuotas tendría que ser compartida con los otros socios. Algunos de ellos resultan competidores directos para México en la producción de aguacate como son los casos de Chile y Perú, así como Nueva Zelanda que, aunque este último ahora orienta su producción a satisfacer al mercado interno, su enorme desarrollo tecnológico en materia de agrícola lo convertirá en un fuerte competidor nuestro, un hecho que en múltiples ocasiones señalé como una incongruencia más de nuestra política de comercio exterior y de la estrategia de promoción.

Los negativos resultados del intercambio en los 20 años precedentes, con los que serían los seis nuevos socios, no fueron suficientes para advertir a nuestros funcionarios del derrotero que seguiría nuestra relación comercial con ese grupo pues, en ese período, se acumuló un déficit de -168,120 millones USD, equivalente al 94.34% del déficit total de México.

Tampoco lo fueron los siguientes seis años del periodo 2013-2018, en que el déficit creció 99% al pasar de -7,252 millones USD a -14,410 millones USD, con un acumulado de -65,849 millones USD, mismo que corresponde al 117% de nuestro déficit total.

Lo peor es que México no percibió la gran oportunidad que hubo de retirarse de las negociaciones del Acuerdo cuando, en febrero de 2016, Estados Unidos decidió retirarse del mismo, en el que parece que fue el único acto coherente del presidente Donald Trump en relación con el comercio internacional, ya que la relación de ese país con Asia, se había traducido en un enorme proceso de desindustrialización por la relocalización de numerosas plantas manufactureras norteamericanas en el continente asiático.

Para México, esta obcecación se convirtió en uno más de la serie de desaciertos y errores que se han cometido en materia de comercio exterior en los 26 años más recientes pues, nuestro país, también había registrado la salida de más de 2,000 empresas exportadoras de nuestro territorio, principalmente norteamericanas, 900 de ellas dedicadas a la maquila.

Como resultado de este proceso, la supuesta integración comercial y productiva que se estableció como objetivo en el TLCAN no se ha logrado y, por el contrario, el resultado ha sido una nociva “Integración de la Importación” con Asia, pues el 30.08% de reducción en la importación que México registró procedente del TLCAN en el periodo 1997-2019, prácticamente se trasladó a Asia.

Así, en los 26 años de apertura comercial instrumentada a través de la firma de TLC’s con 54 países y una apertura comercial basada en una desgravación arancelaria unilateral totalmente ilógica, México acumuló un déficit total de -178,207 millones USD del cual, como se ha señalado, -168,120 millones USD se registraron con los 6 países del TPP-11.

Apuntes finales

El libre comercio es bueno cuando se realiza de una manera inteligente y México le apostó a ese proceso que, durante el período 1994-2000, imprimió enorme dinamismo a las exportaciones y a la economía nacional debido a que las reformas estructurales realizadas en los 80 y principios de los 90, hicieron a nuestra economía muy competitiva.

Desgraciadamente, durante el período de Ernesto Zedillo no hubo reforma alguna que permitiera mantener la competitividad, como tampoco la hubo en los sexenios posteriores, de tal manera que la pérdida de competitividad del marco sistémico, aunado a la carencia de una política de comercio exterior y de una estrategia con programas, proyectos y políticas públicas realistas, ha generado un gran deterioro de nuestro comercio exterior y de nuestra economía porque en este período estas actividades han sido realizadas bajo un esquema de improvisación y simulación. 

Como consecuencia de la serie de incongruencias registradas en relación con el TPP-11, durante los primeros 22 meses de operación del Acuerdo, el déficit con los 6 nuevos socios del TPP-11, continuó elevándose debido a que en dicho período nuestras exportaciones registraron un descenso de -1,095 millones USD, en tanto que las importaciones procedentes de esa región se incrementaron en 3,245 millones USD.

Así, el déficit en ese periodo ascendió a -29,083 millones USD e, incluyendo a Japón, el socio con el que ya teníamos un TLC desde el año 2005, el déficit se elevó a -49,007 millones USD.

La firma del TPP-11 vino a ser lo que en una ocasión llamé la cereza de un pastel amargo e indigesto, pues constituye la culminación de un proceso de deterioro de nuestro comercio exterior que se ha convertido en una pesadilla y una competencia desleal para la planta productiva nacional.


Notas:
Funcionarios mexicanos en la luna”;
México: más teoría y nada de práctica”.


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México en el TPP-11 a 20 meses de operación

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Ellos se ríen de mi porque soy diferente.
Yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.

De acuerdo con cifras estadísticas del Banco de México, durante los primeros ocho meses del 2020, las exportaciones mexicanas a los seis nuevos socios de México a través del TPP-11, ascendieron a 1,292 millones USD, es decir, 792 millones USD menos que en el año 2018. Por el contrario, las importaciones procedentes de esos países ascendieron 12,907 millones USD, con un incremento de 2,781 millones USD con respecto al año 2018, lo que generó un saldo negativo de -11,615 millones USD. Esto representó un incremento de -3,573 millones USD en el déficit que registramos con esos seis países en el año 2018.

Por el contrario, las importaciones procedentes de esos países ascendieron 12,907 millones USD, con un incremento de 2,781 millones USD con respecto al año 2018, lo que generó un saldo negativo de -11,615 millones USD. Esto representó un incremento de -3,573 millones USD en el déficit que registramos con esos seis países en el año 2018.

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Sin duda, ésta es una situación que a todas luces resulta negativa y que es continuación de un proceso largo de deterioro de nuestra relación con esos países durante los 26 años más recientes, misma que yo advertí, pero que los altísimos funcionarios encargados de diseñar la política y la estrategia de comercio exterior al parecer no quisieron ver ni oír y, por tanto, ignoraron.

En el periodo 1993-2018, las exportaciones mexicanas a sus seis nuevos socios de ese bloque ascendieron a 30,796 millones USD, en tanto que las importaciones alcanzaron un monto de 181,279 millones USD.

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Esto generó un déficit de -150,483 millones USD, mismo que, desgraciadamente, no condujo a que nuestros funcionarios pensaran en todo lo que no funcionaba en nuestra política de comercio exterior y que era difícil que pudiéramos competir con ellos, empezando porque no éramos ni somos competitivos y porque se ha carecido de una estrategia de comercio exterior realista que permita aprovechar adecuadamente las oportunidades que presenta el mercado internacional.

En este sentido, hay que señalar que, de las 140 variables que miden la competitividad de México en relación con sus seis nuevos socios del TPP-11, sólo tenemos ventaja en 18, en tanto que registramos total desventaja en 122, y que en las variables peores calificadas se incluyen: la calidad de las instituciones públicas, el capital social, la actuación del sector público; los trámites y las regulaciones; la incidencia de la corrupción, la visión a largo plazo y, sin duda, la meritocracia e incentivación, que nos habla de una burocracia sin méritos ni capacidad para diseñar una estrategia, con programas, proyectos y políticas públicas realistas que incidan positivamente en el desarrollo económico del país.

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Desde los primeros 20 meses de operación del TPP-11, la situación resulta deprimente para México, pues mientras nuestras exportaciones a esos países apenas alcanzaron la cifra de 3,788 millones USD, las importaciones siguieron incrementándose para llegar a 33,005 millones, lo que generó un déficit de 29,217 millones USD en este breve periodo.

Comentarios

En abril 20 de 2018 publiqué un artículo en El Semanario con el título México: Supuesto país bisagra entre el TLCAN y el TPP, en el cual incluí los siguientes comentarios:

Los funcionarios encargados de diseñar la política y estrategia de comercio exterior de México justificaron e insistieron en que se había decidido que nuestro país participara en las negociaciones del TPP porque Estados Unidos ya lo estaba haciendo y, siendo nuestro principal socio comercial, no había duda de que deberíamos participar en dichas negociaciones para cuidar los intereses de nuestro país.

 Ahora nos dicen que, si Estados Unidos no está en el  TPP es una acción de ventaja estratégica para México, porque a diferencia de Vietnam, Japón, Australia y Nueva Zelanda, México sí tiene un Acuerdo de Libre Comercio en América del Norte, y nuestros funcionarios señalan que se ha insistido en la importancia de este acuerdo pues los términos del TPP no cambiaron a pesar de la salida de Estados Unidos, con lo cual México se convierte en la bisagra entre las dos regiones o mercados Asia Pacífico y Norteamérica con grandes ventajas comerciales para nuestro país.

Esto nos muestra el gran desconocimiento que hay por parte de nuestros altísimos funcionarios de la operación real del comercio internacional y, lo que es peor, de nuestro comercio exterior, además de que nos muestra que la imaginación de nuestros funcionarios no tiene límites ni lógica.

 Al respecto, hay que señalar que, en la realidad, la palabra bisagra utilizada por el Secretario de Economía quiere decir país maquilador con funciones básicas de ensamble y con reducido valor agregado en la reexportación, pues eso es en lo que han convertido a nuestro pobre país, situación que quieren ratificar, continuar y profundizar con el TPP.

 El problema en sí, no es que seamos maquiladores, sobre todo, porque así fue el inicio de “nuestro proceso de industrialización” hace más de 50 años; el problema reside en que seguimos siendo un país maquilador, pues no aprovechamos nuestras ventajas comparativas y no desarrollamos ventajas competitivas ni siquiera en relación con nuestros muy cercanos vecinos del TLCAN para integrarnos comercialmente con Canadá y Estados Unidos pero, mucho menos, productivamente debido a la carencia de una política de comercio exterior y una estrategia realistas, con políticas públicas, programas y proyectos que nos permitieran aprovechar la ventaja de tener acceso preferencial al mercado más grande del mundo.

Ildefonso Guajardo
El doctor Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía (2012-2018), explicando cómo operaría México en calidad de bisagra en el TPP-11.

Una semana después, el 27 de abril de 2018, publiqué otro artículo, TPP la cereza de un pastel muy amargo e indigesto, que a la letra decía:

Para México, la cereza de este amargo pastel y culminación del ilógico y aberrante proceso de regresión ha sido la ratificación del TPP, un instrumento que nuestros teóricos y funcionarios promovieron, y nuestros senadores ratificaron, a pesar de todas las contradicciones que tuvo desde su origen y de las enormes deficiencias que presenta nuestro país frente a sus “nuevos socios” y que se resumen en la nula competitividad del marco sistémico que tenemos debido a la pésima calidad de las instituciones públicas, a la poca confianza en sus políticos y a la pesada tramitología.

Sin duda alguna, nada podremos ganar en esta loca aventura y mucho vamos a perder.

Apuntes finales

La aplicación de modelos y teorías dogmáticas da la idea de que se desconoce nuestra realidad y, por tanto, el nivel de competitividad, la estructura de la planta productiva nacional, la oferta exportable, la operación real del comercio internacional y de nuestro comercio exterior por parte de los altísimos funcionarios mexicanos, encargados de definir la política y la estrategia de promoción del comercio exterior y la inversión extranjera, lo que ha generado un peligroso proceso de desindustrialización del país que se manifiesta en la decreciente generación de valor agregado y riqueza en nuestro territorio, así como en la pérdida de bienestar de numerosos núcleos de la población.

Los resultados negativos que arrojó la firma compulsiva de TLC’s con 48 países, no fueron suficientes para advertir y poner en alerta a nuestros improvisados funcionarios habilitados como expertos en comercio internacional, sobre lo que sería la consecuencia de la firma del TPP-11, de manera que prosiguieron con un proyecto dañino para nuestra planta productiva y para el país en general.

Yo sería un mal mexicano si me vanagloriara de que, la predicción que hice sobre el pésimo desarrollo que tendría nuestro comercio exterior con sus nuevos socios del TPP-11, resultó cierta. Sin embargo, nuevamente hago notar la necesidad de diseñar una estrategia realista que, especialmente en este momento, aproveche la recomposición que obligatoriamente sufrirá la estructura del comercio internacional, pues la misma generará una serie de enormes oportunidades.


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Evolución de la relación de México con el TPP-11 en 19 meses

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El mayor placer de un hombre inteligente
es aparentar ser idiota delante de un idiota
que aparenta ser inteligente.
Anónimo.

Tradicionalmente, cuando oíamos del número 19, pensábamos en un momento de placer, solaz y esparcimiento relacionándolo con el final de un juego de golf en el hoyo 19, sin embargo, ahora el panorama es completamente distinto pues, normalmente, el número 19 está relacionado con el COVID-19, lo que nos hace estremecernos por el virus que asuela a la comunidad internacional y, muy especialmente a México situándolo como el 4º país con el mayor número de decesos por esta pandemia.

Adicionalmente, habría que señalar que en el mes de julio también se cumplieron 19 meses de que, desgraciadamente, entró en vigor el TPP-11, mismo que en numerosas ocasiones señalé que tendría resultados muy negativos para México.

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Desafortunadamente, el tiempo me ha dado la razón, pues en estos 19 meses el déficit de México con los seis nuevos socios de México totalizó -27,465 millones, de los cuales -17,602 millones USD, correspondieron al año 2019 y -9,863 millones a los primeros siete meses de 2020.

Para el período de enero de 1993 al mes de julio de 2020, el déficit total fue de -177,983 millones USD, equivalente al 14% de PIB de México en el año 2019.

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Comentarios

Durante los primeros 12 meses de operación del TPP-11, las exportaciones mexicanas a sus seis nuevos socios decrecieron -540 millones USD y para los primeros siete meses del 2020 el decremento fue de -788 millones USD, en total -1,328 millones USD.

Por lo que se refiere a las importaciones procedentes de ese origen, en el período 2018-2019 registraron un incremento de 2,652 millones USD y un decremento de -6 millones USD para los primeros siete meses en comparación con 2018.

Como consecuencia de esta “evolución” puedo decir, sin duda alguna, que en estos 19 meses seguimos cayendo en un hoyo –que no es el último de un campo de golf– en nuestra relación con nuestros “nuevos socios” del TPP-11, misma que tanto alabaron y promovieron los teóricos y funcionarios mexicanos porque, supuestamente, sería muy positiva para México y, aunque en este período el déficit se redujo con Malasia en 173 millones USD, con Australia en 66, con Nueva Zelanda en 20 y con Brunéi en 3 millones USD, es decir, 262 millones en total, el déficit de México con esos seis países pasó de -23,959 a -27,465 millones USD en los 19 meses más recientes.

Apuntes finales

Ciertamente, los funcionarios encargados de diseñar la política y la estrategia del comercio exterior nos dirán que el TPP-11 está funcionando a todo vapor, sin señalar que esto es a favor de “los socios de México”, pero con pésimos resultados para nuestro país. 

Así, los resultados en la relación con esos países seguirán deteriorándose porque, en los 25 años más recientes, nada se ha hecho para resolver los problemas estructurales de nuestra economía, ni tampoco se ha definido una estrategia de comercio exterior que permita aprovechar adecuadamente las cada día más reducidas ventajas comparativas y competitivas que todavía tenemos.


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México: 18 meses con el TPP-11

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Ellos se ríen de  mi porque soy diferente,
y yo me río de ellos porque todos son igualitos.

Anónimo

Es sorprendente la evolución del comercio exterior de México con sus seis nuevos socios del TPP-11 en los primeros 18 meses de su vigencia.

En el año 2019, las exportaciones mexicanas hacia esos seis países registraron un decremento de -540 millones USD, así como de -616 millones USD en los primeros 6 meses del 2020, en total, un decremento de -1,056 millones USD para primer año y medio de operación del TPP-11.

Por el contrario, las importaciones procedentes de esos seis países en el 2019 se incrementaron 2,652 millones USD, y en los primeros seis meses de 2020 lo hicieron en 781 millones USD, es decir, un total de 3,467 millones USD.

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Como consecuencia, en el año 2019 el déficit para México fue de -17,602 millones USD en tanto que, para los primeros seis meses de 2020 alcanzó la cifra de -8,242 millones, es decir, un saldo negativo para nuestro país de -25,844 millones USD en el periodo de referencia.

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Comentarios

Durante más de seis años señalé el grave error que se cometía al promover la negociación y firma del TPP debido, fundamentalmente, a la nula competitividad del marco sistémico con el que tenía que trabajar la planta productiva mexicana, pues esto representaba una desventaja enorme frente a costos mucho más reducidos de sus principales competidores, en este caso, específicamente, los seis “nuevos socios” del TPP-11.

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La historia de los intercambios con esos países durante más de 25 años, en que se acumuló un déficit de -168,1200 millones USD, no fueron antecedentes suficientes para que los teóricos y funcionarios encargados de diseñar la política y la estrategia de comercio exterior pensaran en la imposibilidad real de, siquiera, reducir un poco el desbalance comercial con esos países.

Los primeros 18 meses de su vigencia nos muestran que eso fue una incongruencia total debido a que los impulsores, promotores y negociadores del mismo, fundamentalmente eran teóricos cuya experiencia se reducía a la negociación de numerosos TLC’s en que los resultados también eran, en su mayor parte, desfavorables para México.

Al final, los funcionarios encargados de las negociaciones, lo único que “sabían” era “negociar y olvidar” como atinada y acremente se los señaló el Parlamento Europeo en un informe que elaboró sobre la evolución del TLCAN y del TLCUEM, independientemente de que a través de una ilógica apertura comercial basada en una desgravación unilateral totalmente incoherente, generaron una competencia desleal para la planta productiva nacional, lo que no permite que los empresarios compitan en igualdad de condiciones; de ahí el  creciente déficit que se registra en la balanza de nuestro comercio exterior, así como con un mayor número de países, según se puede ver en el cuadro sintético que se presenta a continuación.

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Apuntes finales

Cada día va a ser más difícil que la planta productiva nacional pueda competir, pues su problema no es de productividad, sino de un pésimo marco sistémico que los teóricos del comercio no consideraron al negociar y firmar irresponsablemente TLC’s al por mayor, situación agravada por una desgravación unilateral.

Aunado a esto habría que pensar que, prácticamente, la estructura de promoción del comercio exterior ha sido fracturada gravemente, motivo por el cual ahora es más difícil tener una estrategia que permita promover de manera adecuada la exportación y atraer inversión extranjera directa.


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TPP-11 por la recuperación económica

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Miembros del TPP11 se unen por la recuperación económica tras la pandemia

Altos funcionarios de los 11 países de América y Asia que integran el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT) se reunieron virtualmente para analizar una estrategia que permita una rápida recuperación de los estragos económicos del coronavirus.

Con México como anfitrión, Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Japón, Malasia, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam tendrán su tercera reunión de la comisión del tratado, mientras la pandemia -que ha cobrado la vida de más de 701 mil 500 personas en todo el mundo- desata una profunda recesión global.

Los países que integran el TIPAT, vigente desde 2018, poseen una población conjunta de 506 millones de habitantes y representan un 15 por ciento del comercio internacional, un 13 por ciento del Producto Interno Bruto mundial y el 14 por ciento de la inversión extranjera directa (IED) global, según cifras oficiales.

En junio, Reino Unido anunció que buscaría acceder al bloque como una opción tras su salida de la Unión Europea para tratar de superar los desafíos planteados por el coronavirus y de diversificar sus relaciones comerciales.

La secretaria mexicana de Economía, Graciela Márquez, publicó en un artículo el miércoles que en la reunión se analizará la posibilidad de ampliar el acuerdo a nuevos miembros, sin dar detalles.

La embajadora del Reino Unido en México, Corin Robertson, respondió más tarde a Reuters que sigue siendo la intención de su país unirse al TPP-11, aunque acotó que el proceso de aplicación y adhesión toma algún tiempo y, por tanto, no habrá anuncios importantes en el encuentro del miércoles.

“La membresía (…) ayudará diversificar nuestros vínculos comerciales y cadenas de suministro y continuar fortaleciendo nuestras relaciones comerciales con socios clave como México”, dijo.

Márquez, por su parte, agregó que la reunión será además una “oportunidad para fortalecer la cooperación en materia de abasto de medicinas y equipo médico y (…) discutir propuestas para impulsar la economía digital”.

Autoridades mexicanas han dicho que el TPP-11 le brinda oportunidades de diversificación mediante condiciones de acceso preferencial a naciones con las que no tenía acuerdos.

“Podremos consolidar nuestra posición en cadenas regionales y globales de valor, por ejemplo, en los sectores automotor, electrónico, químico, farmacéutico, aeroespacial o agroalimentario”, dijo Márquez.

No obstante, desde el sector privado advierten que China será la primera barrera a superar para que el TPP-11 signifique una mayor exportación desde México, porque la canasta exportadora local coincide con la china y la mayoría de los miembros tienen al gigante asiático de socio principal.

“La oferta de exportación de manufacturas mexicanas básicamente tiene la misma matriz exportadora de China hacia esos países, con la ventaja para China de que cuentan con mayor cercanía y competitividad logística”, dijo el economista mexicano José Luis de la Cruz.

“El acuerdo a México le va a generar un mayor déficit comercial, más que (…) ventajas”, agregó el experto, quien preside la Comisión de Estudios Económicos de la Confederación de Cámaras Industriales y teme que China use el acuerdo para triangular mercancías hacia México e, incluso, a Estados Unidos.

México: Mal en el TPP-11 en 17 meses de vigencia

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El mayor placer de un hombre inteligente
es aparentar ser idiota delante de un idiota
que aparenta ser inteligente.
Anónimo.

Durante los primeros cinco meses del 2020, la tendencia mostrada en la balanza comercial de México en el primer año de operación del TPP-11 ha continuado, ya que la exportación mexicana a sus seis nuevos socios, sigue decreciendo en tanto que la importación continúa incrementándose.

Así, en los primeros tres meses del 2020, las exportaciones mexicanas decrecieron -247 millones USD en comparación con el año 2018; para los siguientes cuatro meses el decremento fue de -391 millones USD; y para los primeros cinco meses el decremento fue -541 millones.

tpp 17 meses

Contrariamente, las importaciones procedentes de esos países en el primer periodo se incrementaron en 2,061 millones USD; para el segundo periodo el crecimiento fue de 2,463 millones USD, en tanto que para el tercer periodo, el incremento fue de 1,737 millones USD. De tal manera que nuestro déficit con esos países pasó de -11,115 millones USD en los primeros tres meses a -14,765 millones USD en los siguientes cuatro meses y, para los cinco meses, el déficit fue -18,147 millones USD.

TPP en 17 meses

Incluyendo a Japón, el déficit fue de -21,239 millones USD en el primer periodo; de -28,118 en el segundo y de -34,468 millones USD para el tercero.

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Sumando los cinco primeros meses de los tres años, el déficit con los seis nuevos socios fue de -44,027 millones USD, e incluyendo a Japón, el déficit totalizó -83,825 millones USD, prácticamente el 20% del total de nuestras “exportaciones” en el año 2019.

Comentarios

Las previsiones de nuestros funcionarios, de una mayor exportación e “integración” con los seis nuevos socios del TPP-11, no se han cumplido y, contrariamente, los vaticinios realizados por el suscrito se constatan cada día que avanza la supuesta “implementación” de ése que, desde su origen, ha sido un aberrante proyecto mismo que en el futuro tampoco acarreará beneficio alguno para México, y continuará con una incidencia negativa en la economía mexicana al dañar grandemente a la debilitada planta productiva mexicana; misma que sufre las consecuencias de una competencia desleal generada irresponsablemente por los altísimos funcionarios y teóricos del comercio exterior mexicano, al realizar una apertura comercial totalmente desordenada en aras de un libre comercio que ha sido pésimamente manejado.

La carencia de experiencia en la práctica, en el campo de trabajo y el desconocimiento de la realidad mexicana que caracterizó a los improvisados burócratas habilitados como expertos en comercio internacional que negociaron los numerosos TLC’s firmados por México, se ha traducido en constantes regresiones en nuestro comercio exterior y en la economía mexicana en general en los 25 años más recientes, pero muy particularmente a partir del año 2001, motivo por el cual hemos visto caer a la economía mexicana en el ranking mundial del 9º al 15º lugar. Nuestro valor agregado en la exportación descendió de 59% a 37%; nuestra posición como destino de la IED pasó de la 4ª a la 16ª posición; nuestra posición en materia de competitividad cayó de la 34ª a la 48ª posición y nuestro PIB per cápita perdió 30 escalones al pasar del 42ª al 72º lugar.

Parte importante de este deterioro es originado por la reducida competitividad del marco sistémico en el que, como lo señala el Foro Económico Mundial, la pésima calidad de las instituciones públicas mexicanas ha sido determinante, pues las deficiencias que las caracterizan les han impedido definir una estrategia coherente, con programas, proyectos y políticas públicas realistas que incidan positivamente en el desarrollo del país mediante la creación de empleos y riqueza que generen bienestar.

TPP  tabla

En el año 2019, de un total de 140 variables que miden la competitividad de México en relación con sus socios del TPP-11 de Asia y Oceanía, tenemos ventaja en 18 y desventaja total en 122, lo que permite prever que México no tiene elementos para equilibrar la relación con esos países, sino todo lo contrario.

Apuntes finales

La serie de antecedentes negativos que México había registrado en su relación con los 48 países con los que había firmado TLC’s, que incluía un déficit creciente con la mayor parte de ellos y que se traducía en los enormes retrocesos de la economía mexicana que he señalado en el apartado anterior e, inclusive, un extraordinario déficit con los seis países de Asia y Oceanía con los que se pretendía asociar a México a través del TPP-11, no fueron suficientes para que los altísimos funcionarios encargados de diseñar la estrategia de comercio exterior se pusieran a pensar y en alerta sobre las enormes desventajas que México tenía para firmar dicho acuerdo.

Influidos por su liberalismo dogmático, nuestros altísimos funcionarios firmaron dicho instrumento mismo que, en los 17 meses de vigencia, continúa mostrando resultados cada día más desastrosos para la planta productiva nacional y, en general, para nuestro país, lo que debería obligar a la administración actual a recapacitar sobre la política y la estrategia de comercio exterior que ha estado vigente durante los 26 años más recientes.


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Manda mensaje importante paquete de Leyes T-MEC

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En medio de la parte más angustiante de la pandemia, el Congreso anunció el paquete de reformas y nuevas leyes que darán cumplimiento a diversas disposiciones del T-MEC, cuya vigencia iniciará este próximo 1 de julio. En muchos de los conceptos reformados, se aprecia una simple progresión lineal para mejorar algunos desajustes que el tiempo ha provocado; en otros cambios, se muestra un ánimo reformador que no alcanza una explicación precisa.

El paquete se conforma por la Ley de Protección a la Innovación Industrial (que abroga a la Ley de la Propiedad Industrial, actualmente vigente), la Ley de Infraestructura de la Calidad que abroga la “Ley de Normas”; reformas a la Ley Federal del Derecho de Autor y al Código Penal Federal en materia de grabación no autorizada de obras cinematográficas, la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación y reformas muy relevantes a la Ley Federal de Variedades Vegetales.

Varias observaciones deben formularse ante la inminente publicación de estos nuevos ordenamientos en nuestro escenario legal. La nota que emerge como sobresaliente, es la sana prontitud con la que el Congreso está habilitando periodos y recursos extraordinarios para cumplir con los estándares incluidos en el T-MEC. De paso, estamos dando cumplimiento a compromisos asumidos también en el otro tratado ya en vigor en nuestro país, que es el llamado TPP-11, y el que firmamos con la Unión Europea el año pasado y se encuentra en proceso de aprobación.

leyes t mec
Ilustración: Víctor Solís.

En un resumen apretado de los cambios trascendentales en materia de Propiedad Industrial, se debe destacar la adaptación de los trámites ante el IMPI a las herramientas digitales, evitar el abuso en el otorgamiento de patentes dobles para invenciones ya previamente protegidas, la ampliación del plazo de protección de los modelos de utilidad a 15 años, la posibilidad de presentación de solicitudes de marca que comprendan productos y servicios de diversas categorías, y la inclusión de un procedimiento conciliatorio que mucho ayudará a resolver conflictos por vía de la mediación.

Mención especial merecen la llamada prórroga de patentes, que es una figura particularmente polémica, por medio de la cual al titular de una patente –especialmente en el sector farmacéutico– se le debe reponer el tiempo perdido en el trámite, cuando las demoras se deban a la autoridad. Este apartado podría generar retrasos en tener versiones genéricas de algunas medicinas, lo que repercutirá en gastos adicionales en el sector salud. El otro tema trascendental en la nueva normativa es el cambio de paradigma en el reclamo de daños y perjuicios por violación a derechos de propiedad intelectual, que ya podrán seguirse directamente por vía civil, o solicitar al IMPI su dictaminación.

El segundo punto que llama la atención es el predominio de leyes de Propiedad Intelectual en el paquete de reformas. De las seis leyes alcanzadas, cuatro se dirigen a temas sensibles de estas materias, desde la modernización completa de la ley que regula patentes y marcas, hasta la de variedades vegetales. En el caso de derechos de autor el cambio no es voluminoso, pero toca dos temas altamente sensibles, como lo es la posibilidad de suspensión como medida preliminar de sitios web sospechosos de violar derechos de autor y la inclusión, como delito, de la práctica de grabar películas en salas de cine. Esta tendencia enfatiza lo que ha sido una constante en las exigencias de Estados Unidos en las negociaciones, para que se respeten sus derechos de Propiedad Intelectual en los mercados físicos y los digitales.

propiedad intelectual
Ilustración: Diario Sur.

Las otras dos leyes en proceso de promulgación obedecen a temas técnicos. La llamada Ley de Infraestructura de la Calidad, no exenta de polémica en su texto, vendría a sustituir a la Ley Federal sobre Metrología y Normalización, y la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación que claramente debe adaptarse al nuevo contexto operativo del tratado.

La conclusión más importante que podemos desprender de esta noticia es que, a pesar de los abiertos desencuentros entre el sector empresarial y el gobierno federal, sigue imperando un ambiente que reconoce la necesidad que tenemos de mantener el modelo de apertura comercial que desde hace 30 años definimos como eje del crecimiento económico del país. Por otro lado, el mensaje evidente es que en lo político nuestro país sigue claramente alineado con las altas esferas del poder en Washington y que, mientras sigamos en esa ruta, podemos rescatar ideas y programas que dependen de esos ejes.

Habrá que empezarse a preguntar, entonces, si las afectaciones a intereses comerciales de inversión extranjera que hemos visto suceder en el pasado, no obedece al color de sus banderas.


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