Acuerdate de Acapulco

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Ya sentada frente a la computadora y dispuesta a escribir sobre la Monarquía, esa institución arcaica y rancia,  que en Estados como el español se está retratando hasta el absurdo, al mismo tiempo que ratifica con total claridad su inutilidad; en un momento no solo de grave crisis financiera, sino también social y lo que es más grave, en una profunda crisis institucional que retrata un Estado fallido.

Comienzo a escuchar el nuevo disco de Natalia Lafourcade, un homenaje a Agustín Lara, uno de los grandes compositores mexicano, y de pronto, una de las canciones me recuerda una noticia ya olvidada, que como todas, aún siendo tremendas, son efímeras. Re confirmándome de este modo, como las noticias que publican los medios tienen una vida corta, y poca trascendencia, lo cual convierte a la información, en la gran mayoría de las ocasiones en un impacto social que se genera en un primer momento, pero solo de forma temporal y breve, ya que en pocas hora o escasos días la publicación de una noticia igual, o de mayor importancia la reduce a la categoría de objetos olvidados. Eso lo saben a la perfección los políticos, por lo que su estrategia en un primer momento no es otra, que la de aguantar el temporal, simplemente se pertrechan en unas breves declaraciones públicas hasta que este va amainando. Por eso de no ser por la maravillosa canción que Agustín Lara le dedicó a María Félix según cuenta la leyenda, los terribles sucesos ocurridos hace pocas semanas en el otrora idílico puerto mexicano, ya se me habían olvidado por completo.

Me estoy refiriendo, a la violación de un grupo de jóvenes turistas españolas en la zona de Barra Vieja, a manos de un grupo de individuos armados y encapuchados. A los pocos días, un turista belga asesinado.

Evidentemente el balneario de la costa del Pacífico mexicano, cuya época de oro algunos tuvimos la suerte de vivirlo aún siendo niños, en aquellos maravillosos años 60´s mexicanos, jugando en sus playas de Caleta y Caletilla, o viajando a la isla de Roqueta en aquellas barcas de fondo de cristal, mientras mirábamos absortos los peces de colores; ahora ya no es más que un mero nombre desprestigiado, que ocupa el poco honroso segundo puesto a nivel mundial en violencia, solo superado por la ciudad hondureña de San Pedro Sula.  Una cifra de 143 asesinatos por cada 100.000 habitantes, según los datos Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

Por eso, para aquellos para los que Acapulco forma parte de su imaginario de infancia, como es mi caso, el recuerdo se convierte en la única arma que tenemos, para no dejar caer en el olvido como una simple noticia más,  los terribles sucesos de las últimas semanas, y poder exigir así, que las autoridades competentes vayan hasta el fondo con un ambicioso plan para el restablecimiento del orden y la seguridad.

Evidentemente ya no pasearan por sus playas ni Brigitte Bardot, ni Frank Sinatra, ni John Wayne, ni Elvis Presley; pero sí, una ciudadanía libre, capaz de hacerlo con seguridad en una de las bahías más hermosas del mundo. Por eso para evitar la ausencia de memoria, la evoco, la conjuro en un ejercicio de responsabilidad frente al olvido irresponsable, como referencia para  la re-construcción de uno de los espacios de turismo que fueron emblema de México.

A mí por lo de pronto, la voz de duende de Natalia Lafourcade, me lo impidió.

Acuérdate de Acapulco 


de aquella noche


María bonita, María del alma; 


acuérdate que en la playa, 


con tus manitas las estrellitas 
las enjuagabas. 


Tu cuerpo, del mar juguete nave al garete 


venían las olas lo columpiaban 


y mientras yo te miraba


lo digo con sentimiento,

mi sentimiento me traicionaba.


te dije muchas palabras de esas bonitas 


con que se arrullan los corazones 


pidiendo que me quisieras


que convirtieras en realidades 


mis ilusiones.

acapulco428

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