El gobierno federal dio ya el banderazo de salida a los principales proyectos de infraestructura como la primera señal para acelerar el ejercicio del gasto y la inversión pública durante este año y enfocarlos a la reactivación de la economía mexicana. El propósito de la administración del presidente Enrique Peña Nieto es dar claras muestras a los mercados e inversionistas nacionales y extranjeros que con la plataforma que sentaron las reformas estructurales aprobadas en 2013, México es el nuevo centro de oportunidad para los negocios a nivel global.
Por esta razón desde el viernes, se inició la agenda de inversión pública para acelerar el crecimiento económico a tasas anuales superiores a 4 por ciento. Los proyectos de infraestructura incluyen la construcción del segundo piso de la autopista México-Toluca y la licitación del ferrocarril transpeninsular de Mérida, Yucatán, a Punta Venados, Quintana Roo, y del tren eléctrico de la zona metropolitana de Guadalajara, así como la ampliación en breve del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Para 2014 el gasto en infraestructura es de 118 mil millones de pesos, casi 40 por ciento más que el del año pasado.
Se trata de enviar claras señales de dinamismo y reactivación económica. El momento mexicano es aquí y ahora. Incluso el influyente banco de inversión Merrill Lynch destacó este fin de semana que México se encuentra este año en una mejor situación económica que el resto de América Latina, debido a su mayor vinculación con Estados Unidos, cuya economía seguirá en recuperación. “México es el país mejor ubicado para beneficiarse más de la nueva perspectiva global, en tanto que los países de Sudamérica se verán más adversamente afectados. Esto no es sorprendente debido a que casi 80 por ciento de las exportaciones mexicanas van al mercado estadounidense”, agregó.
Sin duda, ahora que se acaban de cumplir 20 años de entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México se encuentra mejor hoy que hace dos décadas y el reto para el país es convertirse en plataforma exportadora de América del Norte, en el marco de las negociaciones del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), para lo cual es fundamental la reforma energética.
Algunos analistas de Nueva York consideran que la economía mexicana sorprenderá este año al mundo con un crecimiento cercano a 4.5 por ciento, por la gran expectativa abierta por las reformas estructurales aprobadas el año pasado y por el mayor crecimiento de la economía estadounidense, esperado en 2.6 por ciento en 2014. Más aún, señalan que México tiene la oportunidad de posicionarse como una oasis en la economía internacional.
En cualquier caso, el gobierno de Peña Nieto se enfocará al crecimiento de la economía y al mismo tiempo, a reforzar su estrategia para mejorar la seguridad en el país. Todo con el objetivo central de generar mayores empleos que permitan empezar una nueva fase para superar los niveles de pobreza, marginación y desigualdad que afectan ancestralmente a los mexicanos.
