¿De verdad el señor presidente aclaró los cuestionamientos sobre un par de calcetines que usó en un maratón y que causaron revuelo en las redes sociales?
Ciudad de México.- Sonaba el despertador, eran las 6 am y como cada mañana, mientras realizaba mis menesteres, prendí la televisión para escuchar las noticias: “Dólar alcanza máximo histórico frente al peso”, “PRI y PAN cambian de dirigencia”, “Donald Trump encabeza las preferencias electorales” citaban algunas notas.
Fui directo a la cocina, prendí la estufa, puse la tetera sobre el fuego y mientras esperaba a que hirviera el agua algo llamó mi atención. Parecía una nota más sobre nuestro presidente, quizás otro escándalo por algo que dijo en algún discurso u otra costosa propiedad sin declarar. Y a pesar de que esas primicias ya no me sorprendían, ésta me tomó por asalto: “Peña Nieto aclaró en Twitter confusión sobre sus calcetines…”
Al principio pensé que se trataba de una broma, de aquellas notas que aparecen en esas publicaciones de sátira, entonces subí el volumen, no creía lo que estaba escuchando ¿de verdad el señor presidente aclaró los cuestionamientos sobre un par de calcetines que usó en un maratón y que causaron revuelo en las redes sociales? El tweet del primer mandatario citaba: “Aclarando el #calcetagate” y lo acompañaba una foto de la polémica prenda.
Me pregunté: ¿Cómo era posible que el primer mandatario estuviera más preocupado por aclarar el llamado calcetagate que cuestiones más importantes como la caída del peso frente al dólar, la fuga del Chapo, o hasta las declaraciones contra los mexicanos del que pudiera convertirse en presidente de los Estado Unidos, el señor Donald Trump?
En mi opinión, me parece que el ejecutivo federal podría ordenar sus prioridades ya que los “asuntos importantes” no coinciden con los del resto de la ciudadanía, casi me sentí como en la Francia del siglo XVIII, cuando los monarcas galos vivían en una realidad cuasi alterna a la del resto de la población y me vino a la mente aquella polémica frase que pronunció la reina María Antonieta: “Si (los súbditos) no tienen pan, entonces que coman pasteles”.
