China

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México y China tienen una gran oportunidad histórica para reforzar los lazos diplomáticos, económicos y comerciales. Esta semana el presidente chino  Xi Jinping llega a México en visita de Estado. El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto reforzará lazos con el gigante asiático que desplazará dentro de unos años a Estados Unidos como la mayor potencia económica mundial.

Por segunda ocasión en este año, los presidentes Jinping y Peña Nieto se encontrarán en sus respectivos países. En abril el mandatario mexicano acudió como invitado especial a la reunión del Foro de Boao y aprovechó para entrevistarse con su homólogo chino. El potencial de la relación es muy importante y prometedor no sólo en términos comerciales sino de inversión, infraestructura, energía y turismo.

Ambos países tienen mucho que ganar si se prioriza una relación diplomática profesional y se superan momentos difíciles del pasado, como la tensión generada con Beijing en 2011 cuando Felipe Calderón recibió al Dalai Lama. El líder tibetano visitará México en octubre pero no será recibido en Los Pinos.

A México le conviene estrechar desde ahora los lazos porque China ha pasado de ser  sólo un exportador de bienes de bajo costo a un creador de nuevas industrias como la biofarmacéutica y la biogenética. La inversión china es un gran imán para el mercado mexicano por su cercanía con Estados Unidos.

Incluso, las empresas mexicanas instaladas en China se muestran optimistas respecto al nuevo rumbo político que están tomando las relaciones con Beijing. Aunque descartan que se vayan a producir cambios inmediatos, el nuevo clima diplomático podría ayudarles a desarrollar sus negocios, abrir nuevos mercados para las empresas nacionales y generar un ambiente de mayor certidumbre sobre todo porque lo importante es pensar a largo plazo y crear estructuras sólidas que permitan profundizar las relaciones comerciales para los próximos 15 años. Vale la pena señalar que los principales problemas que enfrentan las empresas mexicanas son el idioma, la desconfianza, los procesos de negociaciones y la falta de información. Nada que no sea superable.

La demanda china en sectores como el automotriz y alimentario son gran oportunidad para la industria mexicana. Por ejemplo China es el principal productor de automóviles a nivel mundial y México resulta un aliado atractivo por su cercanía con  EU y su amplia industria de autopartes.

Sin duda, el viaje del presidente Xi Jinping a América Latina también incluye una señal de política interna pues trata de apaciguar a los militares chinos como revancha por la visita de Barack Obama a Myanmar y envía un claro mensaje político a Washington en el sentido de que China ya es un jugador global que no teme competirle a la Casa Blanca en su propio vecindario.

Por su parte, el gobierno de Peña Nieto también manda mensajes políticos a Obama sobre la necesaria diversificación de mercados que buscará México para reducir los niveles de dependencia con la Unión Americana.

Al final más allá de los mensajes políticos y de la buena diplomacia, es claro que China lleva ya un buen rato a la alza y tiende a convertirse en este siglo en la primer potencia económica mundial y México se está poniendo de moda a nivel mundial por su acelerado proceso de reformas estructurales aprobadas dentro del Pacto por México y encaminadas a dar mayor competencia y modernizar al país para relanzarlo con mejores herrami

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