Despedir a un empleado siempre es una tarea complicada, pero es más sano hacer esto a tiempo que permitir daños profundos a tu organización.
Factores como falta de responsabilidad en sus acciones, impuntualidad, retraso en las entregas o tener actitudes que ponen en duda a la autoridad y que causan problemas en el entorno laboral, son motivos de peso para considerar el despido de algún empleado.
“En lugar de dejar que los malos empleados se queden a arruinar tu compañía, debes estar vigilante a ciertas señales muy claras que te ayudarán a distinguir entre un trabajador que solo necesita ayuda y otro que ya no tiene lugar como parte de tu equipo”, dice Entrepreneur.
Evidentemente la calidad del trabajo debe ser uno de los principales parámetros para valorar la calidad del empleado, pero si aún con un excelente desempeño comete cotidianamente este tipo de actos, se convierte en un candidato pleno para dejar la empresa.
En caso contrario está la persona que es cumplidor pero que no demuestra mayor interés en avanzar, prepararse y mejorar. Puede ser que ya no esté a gusto en la organización o definitivamente su vida necesita un giro que lo ponga de nueva cuenta en alerta.
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Y ahora que el mundo digital ya invadió todo los aspectos de la vida y en el mundo de los negocios marcan el ritmo de desarrollo, un empleado que no se ajusta a estas exigencias es probable que muy pronto se convierta en una persona obsoleta.
“El cambio es inevitable, especialmente para una compañía en crecimiento. Los empleados deben sentirse cómodos con las transformaciones y animados a probar sus habilidades”, dice Matthew Bellows, CEO de Yesware.
Si no es así, es mejor poner las cosas en claro y decirle lo que sucederá y si no se adapta, tendrá que dejar su puesto.
Y finalmente, no debes permitir que en tu empresa se dé mal servicio al cliente. Un empleado que tenga contacto con los consumidores y tenga actitudes groseras o no haga bien su trabajo, debe de ser separado de su cargo de inmediato, ya que esto puede dañar seriamente tus ventas y la reputación de la empresa.
Según Entrepreneur, “el 86% de los consumidores dejan de ir a un negocio si experimentan mal servicio al cliente y aun más alarmante es el hecho de que cada persona que tiene una mala experiencia se lo contará a entre 9 y 15 personas más”.
