Amigos queridos:
El domingo fui con mis amigos, Beto y Mariana, a ver la obra del maestro David Olguín, Los asesinos, que se presenta en el Teatro El Milagro.
El planteamiento es interesante, plasma lo que pasa en algún pueblito de Chihuahua en torno a una clica (de esas que ahora tristemente abundan por toda la República, qué paradoja, ahora la Ciudad de México es el lugar más “seguro” del país). La puesta en escena nos muestra como el entorno de estas personas plagado de miseria, analfabetismo, brutalidad y en fin todo un círculo vicioso, los condena casi sin opción a convertirse en asesinos.
Con un poco de humor, nos adentra en la psique del sicariato del más bajo nivel, en donde arrebatarle la vida a alguien es un asunto trivial.
En lo personal me molesta lo que denomino “las obras con agenda”, es decir, aquéllas que tienen como objetivo aleccionarte. Uno de los grandes logros de esta obra es que abre la puerta a la denuncia sobre la terrible realidad en que vivimos sin caer en el dogmatismo.
En ciertos momentos se torna lenta y cansada, en parte por los diálogos que a mi gusto se vuelven un tanto repetitivos al tratar de ser enfáticos y porque el tema no es agradable, al final del día a nadie nos gusta que nos pongan las cosas feas en la cara.
Las actuaciones en general son muy buenas, destacándose la de Laura Almela.
Me parece un desacierto que los personajes hablen con acento de Chihuahua, porque ninguno de ellos logra sostenerlo todo el tiempo. Gilberto Barraza no lo utiliza y su actuación luce mucho más natural.
Tanto la escenografía como el manejo de las luces logran una ambientación perfecta para la obra. Si tienes alergia al polvo o andas agripado te recomiendo la última fila y lleva un tapabocas, lo puedes necesitar (obvio ninguno de los tres llevábamos).
No es una obra divertida, pero cumple bastante bien con lo que se propone y me parece que vale mucho la pena asistir a verla.
Cuando salimos después de un buen estornudo nos fuimos por un café y las opiniones de mis amigos se asemejaban a la mía (aunque pensándolo bien, tal vez no sea un dato significativo porque por algo somos amigos).
Les mando un largo y apretado abrazo,
Claudia
