Economía global en expectativa por el mundial

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Millones de personas alrededor del planeta estarán pendientes del evento deportivo que  cada cuatro años reune a los mejores equipos nacionales, y a pesar de que al igual que los juegos olímpicos genera altas expectativas, es verdad que el mundial de futbol tiene el poder de paralizar a toda una nación.

A casi dos semanas del saque inicial del primer encuentro, Brasil, quien es el anfitrión, aún mantiene interrogantes que mucho tienen que ver con el ámbito económico. Obtener una sede para el campeonato debería impulsar a la economía del país y más si el anfitrión llegase a ganar. Con el equipo que cuenta, Brasil puede entonces afirmar que tiene grandes posibilidades de levantar el hexacampeonato  a pesar de que cuenta con problemas económicos, políticos y sociales.

La presidenta Dilma Rousseff tiene que afrontar diversos asuntos como bajar la tasa de desempleo que, contrario a lo pensado, ha incrementado el número de personas que no cuentan con un empleo formal. Además de lograr que la inversión privada ingrese al país y así su economía crezca al 4.5 por ciento. Para esto, se deben aprobar algunas reformas, por lo que requiere el voto de confianza de los ciudadanos, además de un buen grupo de campaña yaquelas elecciones para su reelección serán en octubre próximo.

Mientras el ministro de turismo aún tiene altas expectativas para que existan ingresos mayores a los tres mil millones de dólares, varios analistas económicos se mantienen escépticos  de dichos beneficios, prediciendo que el evento quizás tenga un menor impacto en el producto interno bruto del país.

Solo hay que ver que al inicio del proyecto se estimó que se invertirían mil 200 millones de dólares, cifra que a la fecha ya fue rebasada, superando los tres mil 500 mdd, cifra que equivale cerca del uno por ciento del PIB anual que el país carioca obtuvo entre 2010 y 2013. A pesar de los aparentes efectos beneficiosos de albergar el evento, los especialistas sólo esperan que Brasil gane un 0.4 por ciento en términos de PIB.

Quizas los brasileños amen el juego, pero eso no quita que  en general, se perciba un ambiente de desilusión debido a las condiciones de vida que su gobierno no ha podido mejorar, desatando protestas y otros problemas que han preocupado a mucha gente antes del primer encuentro.

Luego del mundial, Brasil espera mejorar ese 2.2 por ciento que parcialmente han obtenido, por lo que si Rousseff busca reelegirse en octubre, deberá obtener un gran resultado en la cancha económica mundial.

La conexión entre el suceso en el balompíé y en la economía local no está garantizado, el evento de entrada ya trajo consigo fallas por las que el pueblo ha protestado. Los altos costos y la implementación de impuestos y aumentos en insumos han traído consigo el descontento de los habitantes de las principales ciudades.

Cuando Francia ganó el mundial en el “Parc des Princes” los aficionados salieron a las calles a celebrar, pero su economía no varió mucho respecto a lo que de manera usual obtenían en materia de turismo. Luego, en el año 2002 una de las dos selecciones que albergó la copa del mundo logró un sorprendente avance dentro de las eliminatorias – terminó en cuarto lugar –, pero aún así Corea del Sur todavía era considerada como una economía en desarrollo, de igual manera ocurrió con Alemania, Italia, Sudáfrica y España; aunque a los africanos sí les benefició albergar la justa, a los Alemanes sólo los posicionó durante el verano del 2006, mientras que los ganadores de ambas competiciones no percibieron mejoría alguna en sus respectivas monedas.

Y es que, en términos económicos, los mundiales de fútbol no son buenos tiempos para los mercados financieros. De acuerdo a especialistas, no son sólo los aficionados quienes se muerden las uñas cuando sus equipos se enfrentan.

Según el maestro en economía e investigador de la Universidad de Oxford, Pinar Dogan, durante la primera copa del mundo celebrada en Uruguay en 1930 se produjo la gran depresión, mientras que durante 1990, una recesión azotó los Estados Unidos, y en 1998  el mercado de bonos tuvo un quiebre cuando, a la vez que el rublo ruso, se devaluó haciendo que creciera su deuda.

Aunque agrega que la correlación no es del todo perfecta como en el caso de la declaratoria de quiebra de varias empresas en Internet, propiciando la recesión del punto com en 2002, el cual tuvo el punto de quiebre un año después, sin embargo, aclaró que la próxima justa es suficientemente paralela con un problema económico que se avecina. Comentó que debido a la competencia entre el Banco Central Europeo con los EE. UU, se podrían desatar problemas económicos para este año, que coincidirían con otro mundial de futbol.

Aunque algunos bancos centrales ya saben qué hacer ante una posible deflación, otros podrían salir afectados como Nueva Zelanda, Corea del Sur,  China, Japón y la zona Euro además de algunos países en desarrollo, entre ellos México quien se encuentra en debate si se encuentra en una recesión económica o no.

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