Candidatos de imagen
Hasta el momento las campañas electorales de los cuatro candidatos que aspiran a la Presidencia de la Republica tienen algo en común: nulas propuestas, ataques personales y exaltaciones a los errores del adversario.
Independientemente a las estrategias de campaña y lo que se puede observar en las encuestas, ya existen ventajas. Enrique Peña Nieto, que en medio de las dudas y los ataques es el que ha salido mejor posicionado, incluso más allá de las dudas sobre sus compromisos durante la gestión al frente del gobierno del Estado de México.
Llama la atención, de la misma manera, los cambios de rumbo en la campaña de Josefina Vázquez Mota (PAN). En el caso del candidato Andrés Manuel López Obrador (PRD), se han delineado algunas propuestas muy generales que en sí tampoco se han aterrizado.
Estos capítulos proyectados a la sociedad son un motivo indiscutible de cuestionamiento a los equipos que soportan desde atrás, a sus candidatos.
Debemos ahora prepararnos para agregar en menos de una semana (29 de abril) el inicio de las campañas para elección en la Ciudad de México. En esta contienda, las encuestas ubican con una amplia ventaja al abanderado del PRD, Miguel Ángel Mancera.
El dilema en este momento es el efecto de tal desorden y ausencias, en la intención de voto. De no cambiar el ritmo que hemos visto, trivializan las propuestas, básicamente por el bajo del debate mostrado.
Analistas creen que en las campañas en la Ciudad de México, el escenario podría tornarse todavía más pobre en debate y con poca esencia. Es el diagnóstico que dibujan para Beatriz Paredes del PRI e Isabel Miranda del PAN, lejanas hasta ahora de las preferencias mostradas hacia Miguel Ángel Mancera.
El uso y abuso de las encuestas, pero sobre todo la falta de planteamientos serios y concretos de los partidos hace que los ciudadanos no encuentren en los procesos electorales propuestas para crear una decisión a favor o en contra de los que aspiran a un cargo de elección. Así, todo se reduce a un juego de discusiones sin sentido, poco dedicadas a ser comprendidos y comprometidos en lo frontal, donde el gran perdedor es la democracia.
La sociedad mexicana merece calidad del debate y propuestas. Es tiempo de exigir altura a la clase política, en particular la que busca gobernar en este país.
