Egipto, ¿una democracia al horizonte?

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El 12 de noviembre se planteó finalizar con el estado de emergencia en el que ha permanecido Egipto durante los últimos tres meses, lo que representaría un avance en la democracia que se pretende construir y además podría sentar un precedente para fortalecer las elecciones que se avecinan.

El pasado 14 de agosto, luego del golpe de estado efectuado al presidente Mohamed Morsi y tras la designación de Adli Mansur como presidente interino, él mismo declaró a Egipto como Estado de Emergencia, otra vez.

El día de hoy, se cumplen tres años de aquella situación que puso a Egipto en una nueva crisis política, no obstante la medida adoptada por Adly Mansur, fue la misma que impuso Hosni Mubarak, y la que le permitió establecer una dictadura por más de tres décadas ininterrumpidamente.

El decreto de Estado de Emergencia no pareció agradarles a los egipcios, pues desde que se realizó además de la efervescencia política y social, resultado del golpe de estado y de la inconformidad política que éste propició, las protestas y manifestaciones no han cesado. Esto significa que las fuerzas de seguridad del país tienen concedido el arresto y el registro de viviendas sin que haya una autorización judicial de por medio.  Además, durante estos tres meses Egipto ha vivido bajo un toque de queda. Por lo cual un tribunal ha ordenado el levantamiento del estado de emergencia.

La memoria y la historia cobran suma importancia en este tipo de situaciones, y resulta imposible negar que el pasado llama cuando se revive, sobre todo un pasado que está a la vuelta de la esquina. Esta situación ha resurgido el pasado de los egipcios, los que tras un régimen de censura, respaldado de medidas extra constitucionales y a costa de la violación a los derechos humanos, mantuvo el poder. Hoy cansados, pero más hartos que nunca, no sólo no han dejado de manifestarse y protestar bajo los riesgos que eso implica, sino que además impulsan la discusión y colocan en su epicentro el asunto de la democracia y la libertad que se les debería garantizar.

Una de las discusiones más importantes antes de que se confirmen las elecciones del año próxima será la de la ley antiterrorista y la del derecho a la manifestación, la cual ya ha sido discutida con anterioridad y aprobada por el presidente interino el pasado diez de octubre, y que por ser altamente restrictiva, ésta fue duramente criticada por organizaciones de derechos humanos. Entre una de sus restricciones prohibía las concentraciones frente edificios gubernamentales. Ante las críticas, Mansur dijo que reconsideraría las previsiones y modificaciones a la ley antes de firmarla.

El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Nabil Fahmy, informó que se tiene previsto realizar las primeras elecciones parlamentarias en los meses de febrero y marzo, mientras que las elecciones presidenciales podrían llevarse a cabo durante el verano.

En este aspecto, el fin del Estado de Emergencia podría ser un gran paso para dar un poco de apertura a la democracia e ir cultivando un clima propicio para las elecciones venideras. Una participación electoral que pueda transcurrir en paz y que haga posible relajar la tensión política.

Tal vez, la tan anhelada democracia llegará así, paso a pasito, y no de un gran salto como quisieron alcanzarla. De ahora en adelante será necesario participar más que nunca, pese al cansancio y el hastío,es la única forma de hacerla posible.

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