Expertos pronostican que en el futuro Internet será omnipresente, y fluirá en la vida humana como la electricidad, para perfilarse como la moderna Revolución Industrial.
Internet ha tomado protagonismo en la mayoría de las actividades humanas, la facilitación de interconexiones y la proliferación de dispositivos móviles, ha revolucionado la dinámica social y las telecomunicaciones.
La red también ha encontrado un campo más allá de los usuarios, ha llegado a los objetos, dispositivos móviles, electrodomésticos, sensores, etc., un mundo alterno que se encuentra interconectado, intangible e invisible pero que se encamina para rebasar los alcances que en su época tuvo la Revolución Industrial.
“No somos conscientes de lo que va a impactar el Internet de todas las cosas (Internet of everything), lo hará aún más que la revolución industrial del siglo XIX”, ha señalado Jorge Lang, director de Innovación y Soluciones de Intel Corporation para el sur de Europa.
Es el llamado “Internet de las cosas” (IoT), concepto acuñado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), para denominar la relación entre objetos y personas, de hecho también contempla la interacción entre objetos.
Esta relación señala la conexión que se establece entre personas y objetos con Internet, expertos indican que se trata de la digitalización del mundo físico.
Esta tendencia a la digitalización del mundo real es cada día más visible, cuando décadas atrás parecía imposible hablar de una homologación del mundo digital y la vida cotidiana.
La red ha evolucionado de ser en principio sinónimo de conectividad, para después tocar terreno económico al optimizar procesos y servicios como el comercio electrónico, hasta llegar a la etapa actual donde es generadora de experiencias personales marcadas por el auge de la movilidad, las aplicaciones y las redes sociales.
“Sin casi darnos cuenta hemos pasado por tres etapas en la vida de Internet y hemos pasado de la web economy a la app economy. La siguiente fase será el Internet de todas las cosas, es decir, en la que estén conectados dispositivos y sensores”, ha puntualizado José Manuel Petisco, director general de Cisco en España.
En la actualidad hay más de 10 mil millones de objetos conectados a nivel global, se espera que la cifra alcance los 50 mil millones en 2020.
Internet, la moderna Revolución Industrial
Internet es el nuevo colonizador del siglo XXI, su conquista abarca no sólo a los objetos sino también a las propias personas, implementado nuevas reglas de operación y dirigiendo los procesos de negocio.
De acuerdo a José Manuel Petisco, director general de Cisco en España, el IoT, “será una tendencia que transformará todos los mercados e impactará en todas las industrias”.
La apuesta por el futuro del mercado del “Internet de todo” es de 19 billones de dólares a nivel mundial, de los cuales 14.4 billones derivarán del ámbito privado y 4.6 billones del público, según cifras de la compañía internacional Cisco.
En el panorama por venir, la personalización y la individualidad serán el centro de las dinámicas de la red, cuyo impacto se reflejará en la oferta de servicios y productos.
“(Las ofertas) ya no serán generales para un grupo de gente sino personalizados al máximo en función de los gustos y preferencias de cada persona” aseguró Jorge Lang.
Además de este impacto, el “Internet de todas las cosas” se configurará como un agente de anticipación, pues permitirá el análisis de datos en tiempo real, con lo que se podrá predecir tendencias y optimizar la toma de decisiones logísticas, como por ejemplo la gestión de ciudades, energía consumida, entre otros.
Al expandir la digitalización al mundo cotidiano, la vulnerabilidad de sufrir ataques también incrementa, por lo que el escenario de interconexión del futuro debe responder a las necesidades de seguridad virtual, para garantizar el óptimo desempeño del IoT.
“Todo estará conectado a Internet, a la red abierta, no a redes privadas, y todo será susceptible de ser hackeado; así que hay que trabajar para que los dispositivos incorporen la tecnología de seguridad necesaria”, añadió Lang.
En 2025, Internet fluirá como la electricidad
Analistas del Centro de investigación estadounidense Pew Research pronostican que en el futuro “la mayoría de la gente accederá (a Internet) de forma tan sencilla, que fluirá en sus vidas como la electricidad”.
A través de un estudio conformado por más de 2 mil expertos en tecnología, se definieron los patrones que tendrá la red para el año 2025.
Entre los pronósticos se encuentra el auge del “wearable computing” o tecnología vestible, derivado de la conexión entre accesorios y la web, que pronto, en opinión de los expertos, hará a la tecnología inseparable de la actividad humana.
El uso de tecnología portátil permitirá disfrutar de una realidad aumentada que añadirá información adicional al mundo real.
“Serán menos los que tengan que utilizar un teclado y un ratón o el dedo para interactuar con Internet. No tendrán que estar necesariamente sentados frente a una pantalla, tecleando palabras o haciendo click en vínculos para que la Red sea parte de su vida” destacó Efe Lee Rainie, director del Centro de Internet del Pew Research.
En el futuro “Internet será tan omnipresente, que estará en las prendas que vestimos, en las habitaciones en las que estamos, en los automóviles y autobuses en los que viajamos, en el paisaje”.
El fenómeno por venir, según los especialistas, se compara con lo que hoy en día se vive con la electricidad, “estaremos permanentemente en Internet pero sin pensar ni siquiera en ello”.
No pasará mucho tiempo para que todo lo que rodea el entorno social sea inteligente y esté conectado.
El siguiente escenario es la integración total de los individuos al entorno de Internet, donde se gestionarán grandes cantidades de información (big data), los ambientes serán más eficientes y los espacios aportarán nuevas experiencias centradas en el individuo.
Los pronósticos de esta gran influencia de Internet podrían alcanzar la definición del conocimiento, “el mayor impacto será el acceso universal a todo el conocimiento humano” ha expresado Hal Varian, jefe de Google.
