El ‘me duele más a mi que a ti’ podría no ser del todo falso. La ciencia explica lo que es sentir verdadera empatía por tus hijos.
Ah, es un clásico materno: ‘esto me duele más a mi que a ti’ …o al menos eso profesaba tu progenitora cada vez que hacías una travesura y te tocaba tremenda tunda. Conforme fuimos creciendo nos cuestionamos si realmente eso que solía decir era cierto ¿Es verdad que los padres pueden padecer el sufrimiento de sus hijos?
La ciencia moderna nos dice que sí. De acuerdo con el departamento de psicología de la Universidad Northwestern, Estados Unidos, existen contextos en los que la empatía parental llega a ser físicamente dañina. Ellos intentaron descubrir si la empatía, más allá de sus buenas características, tenia algún efecto directo en la salud física o mental de los padres que son extra aprensivos con la situación de vida por la que están pasando sus hijos.
Ahora bien, es sabido que todos los padres crean una conexión con sus hijos pero ¿es posible exceder la empatía que sienten por ellos? El estudio examino a 143 padres de adolescentes con síntomas depresivos para conocer si existía un costo inmunológico para estos empáticos padres.
Mientras que a los adolescentes se les pidió un auto reporte completo acerca de medidas sobre la empatía que recibían y los síntomas depresivos; a los padres se les tomó una muestra de sangre para analizar la producción de cuatro citoquinas proinflamatorias para medir si existía algún tipo de producción bacteriana causada desde el propio cuerpo.
Una serie de interacciones significativas en torno a los marcadores inflamatorios surgieron. Por ejemplo, aquellos padres que mantenían una empatía más profunda con sus hijos mostraron una producción citoquinica inflamatoria demasiado elevada cuando sus hijos mostraban más síntomas depresivos. Al contrario, aquellos padres con poca producción citoquinica inflamatoria se mostraron menos empáticos a los síntomas de sus hijos.
Los resultados proveen un soporte importante para la hipótesis que las investigadoras Erika Manczak y Devika Basu intentaron comprobar: los padres con una gran capacidad de empatía son especialmente sensibles psicológicmente a los propios síntomas psicopatológicos de sus hijos, provocándose así enfermedad y desgaste físico. De acuerdo con las autoras del estudio:
Los padres que son más capaces de tomar el punto de vista de los demás y se comprometen más emocionalmente, experimentan más visceralmente y se sienten más agobiados por la angustia de sus hijos.”
Los autores explican que está curiosa correlación podría ser válida para otros tipos de sufrimiento y no sólo para la depresión e invitan a generar una serie de cuidados preventivos en torno al cuidado de jóvenes con depresión pero especialmente para su estructura familiar que, como se pudo comprobar, sufre de igual forma con las problemáticas por las que pasa alguno de sus miembros. Todo gracias a la empatía.
Por Diana Caballero
