La mayoría de los expertos coinciden en que el problema se origina en su mayor parte, en un 95%, en los centros penitenciarios del país.
En México, el delito de extorsión ha crecido en los últimos tres años de manera significativa, aseguró Arturo Ávila, presidente de IBN.
En entrevista con Excélsior TV, el directivo destacó que los datos nacionales con los que se cuenta sobre este delito no son precisos, ya que un número importante de las víctimas no denuncian estos hechos ante las autoridades.
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De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, citados por Ávila, la incidencia delictiva nacional del delito de extorsión ha ido en incremento en los últimos 3 años. Pasó de 5,072 delitos en el 2015 a 5,271 en el 2017 y 5,624 en el 2017.
Estos datos son congruentes con los arrojados a principio de mayo por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, realizada por el INEGI, en la que se destaca que la extorsión es el segundo delito que se reporta con mayor frecuencia en el país, después del secuestro.
Las autoridades mexicanas definen este delito como la presión que, mediante amenazas, se ejerce sobre una persona para obligarle a obrar en determinado sentido.
De igual forma, el Artículo 156 del Código Penal de nuestro Estado establece que:
“A quien con ánimo de lucro para sí o para otro, obligare a otra persona, con violencia moral o intimidación, a realizar, omitir, o tolerar un acto o negocio jurídico en perjuicio de su patrimonio o del de un tercero, se le impondrá de doce a dieciocho años de prisión y de ochocientos a mil días multa”.
¿Qué hacer en caso de extorsión?
La mayoría de los expertos coinciden en que el problema se origina en su mayor parte, en un 95%, en los centros penitenciarios del país.
En caso de ser víctima de una llamada de extorsión, se recomienda conservar la calma, identificar el número telefónico del que se recibe la llamada, ignorar a los extorsionadores, indicándoles que no se les escucha bien para que repitan una y otra vez lo que dicen y colgarles el teléfono bruscamente, ya que en la mayoría de los casos, los criminales desisten y no vuelven a llamar.
Lo más importante es no revelar por ningún motivo revelar información personal. Tras recibir una llamada de este tipo, se debe contactar de inmediato con la Policía Federal.
Con información de Novedades Quintana Roo
