Ícaro

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Amigos queridos:

Cuando era estudiante de teatro en CADAC, hace ya algunos ayeres, en una de las pláticas con los maestros surgió el tema de cómo una experiencia teatral puede afectar tu vida. Cada uno compartió anécdotas personales; las de ellos eran impresionantes, mientras que yo, lega aún en los menesteres teatrales, trataba de hilar los recuerdos de aquella obra que, más que una obra, me había parecido el mayor despliegue de habilidades para proyectar, intimar, jugar e improvisar de un actor.

La había visto hacía años, en un pequeño teatro en División del Norte que ya no existía, les comenté acerca de un simpático italiano que se daba a entender perfectamente en su lengua natal, mímica y el cuerpo. Les narré lo sorpresivo que fue para todos que invitara a un miembro de la audiencia para ser su coprotagonista y de cómo sentí que la obra me la dedicó a mí, de cómo esa mirada cómplice se clavaba en mis pupilas invitándome a desnudar el alma y compartir las emociones más profundas, porque sólo éramos él y yo en la sala. De cómo me guió de la risa al llanto, para que naciera la esperanza, de cómo salí con el alma enamorada… pero no podía recordar el título de la obra y nadie sabía de qué les hablaba.

Intrigado con el entusiasmo de la narrativa, el buen Beto Juárez se dio a la tarea de investigar de qué se había tratado. Aún recuerdo su carita con los ojos entrecerrados, meciéndose en un no eterno, como diciendo: “no puedo creer que esta ignara haya vivido esto, sin saberlo”. La verdad fue muy divertida y enriquecedora toda la lección, sobretodo porque se moría de celos.

Ahora sé, que vi Ícaro del Maestrísimo Daniele Finzi Pasca, quien por cierto nació en Lugano, este genio del clown moderno tiene un currículum impresionante como actor, clown, director y coreógrafo. Ha dirigido varias obras para las famosas franquicias del  Cirque Du Solei y Eloise, es fundador de la compañía teatro delSunil y co-creador de la técnica dramática delteatro de la caricia. A través de la investigación que realicé de este hombre, más allá de su genialidad artística, me impactó su calidad humana. Entre otras cosas, pasó años en India cuidando enfermos terminales, estuvo en la cárcel por defender sus ideales… en fin alguien que despierta toda mi admiración y respeto.

Su obra icónica es Ícaro, que ha montado durante 21 años por el mundo en seis idiomas. Cada función es una aventura diferente dependiendo de los humores de la audiencia, para remontarlos a vivir la misma experiencia, la inmersión a su yo interno desnudo de pretensiones y caretas.

Imagínense la emoción con la que recibí la llamada de Beto: “Viene a México y ya tenemos nuestro boleto”. Ojalá no se lo pierdan.

 

Les mando un fuerte y apretado abrazo,

Claudia

 

Teatro de la Ciudad de México ubicado en Donceles #36, Col. Centro Histórico, Del. Cuauhtémoc,  México,  DF funciones 8,9,10,11,15,16,17 y 18 de agosto, ju y vi 20:30 hrs sa y do 13:00 hrs y 18:00 hrs.

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