Una sustancia natural podría ser la clave para tratar la depresión, aunque su venta y distribución se encuentra actualmente prohibido.
La psilocibina, sustancia química que contienen los hongos alucinógenos, ha sido nombrada “terapia de avance” por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), lo cual ha llevado a un avance en la investigación sobre su uso para tratar la depresión.
Esta designación se introdujo en el 2012 y está reservada solo para tratamientos para enfermedades graves y potencialmente mortales que pueden ser mejores que las existentes.
La psilocibina es un medicamento de la Lista I, según la Administración de Control de Drogas (DA), pero esta y otras drogas psicodélicas últimamente han ganado popularidad como tratamientos prometedores para enfermedades mentales. En agosto, una prueba de psilocibina para tratar la depresión obtuvo por primera vez la aprobación de la FDA.
Los resultados del ensayo hasta ahora parecen haber sido prometedores para los pacientes con depresión resistente a otros tratamientos, y la FDA le otorgó la clasificación mencionada, lo cual podría reducir el tiempo necesario para obtener una aprobación final.
A pesar de que la depresión es muy común, son muchos los pacientes que no logran encontrar un tratamiento efectivo.
Según cifras de la Organización Mundial de Salud (OMS), 615 millones de personas sufren depresión en todo el mundo. El tratamiento más utilizado es una combinación de terapia psicológica y medicamentos, lo cual funciona para la mayoría de los pacientes con esta enfermedad, pero incluso este método de dos vías falla para muchos.
Entre el 10 y el 30 por ciento de estas personas no encuentran alivio con los medicamentos tradicionales, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) comúnmente recetados. Hay alrededor de otras 10 clases de medicamentos antidepresivos, pero para algunos pacientes, todos fallan.
E incluso cuando funcionan, los pacientes pueden tardar meses en sentir los efectos y ese alivio puede venir con efectos secundarios desagradables y, a veces, insoportables, como náuseas, insomnio y disfunción sexual. Pero, la psilocibina es radicalmente diferente de estos tratamientos existentes.
Los ISRS y otros antidepresivos funcionan al hacer que el centro emocional del cerebro, la amígdala, sea menos sensible a los sentimientos negativos intensos, mientras que la psilocibina parece hacer lo contrario.
En las exploraciones cerebrales de pacientes a los que se les ha administrado el tratamiento de depresión experimental, la psilocibina parece estimular la actividad emocional en la amígdala.
Tras este estímulo, los pacientes pueden procesar mejor sus sentimientos y sentirse aliviados de sus síntomas depresivos algunas semanas después de comenzar el tratamiento.
Otra investigación sugiere que el medicamento “reinicia” los circuitos neuronales que crean circuitos de retroalimentación negativos en el cerebro de los pacientes.
La creciente evidencia que respalda la utilidad de la psilocibina llevó a la FDA a dar el visto bueno a la compañía Compass Pathways a expandir su ensayo clínico del compuesto a los EE. UU. La empresa pronto comenzará una prueba en el Reino Unido y después en Canadá y los Países Bajos.
La depresión ya es reconocida ampliamente como una afección médica, y ahora la FDA considera que es “grave o potencialmente mortal”.
“Estamos entusiasmados de continuar este trabajo con nuestro ensayo clínico sobre la terapia con psilocibina para la depresión resistente al tratamiento. La FDA trabajará estrechamente con nosotros para acelerar el proceso de desarrollo y aumentar las posibilidades de que este tratamiento llegue a las personas con depresión lo más rápido posible”, comentó un vocero de Compass Pathways.
Sin embargo, el nuevo tratamiento puede tardar de 3 a 9 años en ser completamente aprobado.
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