La sangre de las promesas, una reinvención de la tragedia

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Amigos queridos:

La sangre de las promesas es el título con el que se denomina la tetralogía de Wajdi Mousabad conformada por: Bosques, Litoral, Incendios y Cielos.

Existe una profunda relación entre la vida del autor y la temática de sus obras. Nació en Beirut, de donde la familia emigró cuando él contaba con escasos nueve años. Llegaron a Francia, de donde tuvieron que salir seis años después para refugiarse en Canadá. No es de extrañar la huella que dejó el exilio; la pelea de sangre entre hermanos por diferencias religiosas o la búsqueda de sentido de pertenencia a través de rescatar las raíces perdidas.

“En el exilio, tuve que buscarme algo con lo que recrear el espacio de felicidad de mi infancia, algo que volviera a ponerme en relación con la naturaleza”, dice. Resultando, creo, en la reinvención de la tragedia clásica en marcos históricos actuales; mostrándonos como un espejo que las debilidades humanas son las mismas a través de los siglos. Evolucionamos en la tecnología de las armas y siguen siendo para lo mismo: matar a nuestro hermano. Pero también rescata entre nuestras mayores fortalezas el amor y la esperanza. Al final del día, vuelvo a creer en el ser humano, pese a todos sus tropiezos.

En México tenemos la dicha de poder conocer estas cuatro piezas a través de la compañía Tapioca Inn, encabezada por el maestrísimo Hugo Arrevillaga, quién ha montado tres de ellas y nos promete Cielos para finales de año.

Acaban de estrenar Litoral que veré la próxima semana y reestrenaron Bosques. Ambas están en el teatro Benito Juárez. Los montajes de Arrevillaga, suelen ser en un ambiente íntimo. El espacio está diseñado para que el público se sienta integrado con los actores, lo cual es maravilloso por la energía que se crea; pero son pocos los lugares por lo que hay que hacer largas filas y rezar para encontrar boletos. Afortunadamente ya hay preventa en la taquilla del mismo teatro. Cabe señalar que la duración de estas obras es larga por lo que no resulta muy conveniente para gente de edad avanzada.

Gracias a la tenacidad de mi querido Beto Juárez, pude ver Bosques. En dónde acompañamos a Lobo, quién de la mano de un paleontólogo, viaja a través de siete generaciones para recobrar sus orígenes y sin saberlo, a ella misma.

Esta aventura se inicia debido al misterio que entraña la muerte de su madre al darla a luz, hecho que marca su carácter rebelde. Es un viaje a través de la historia en donde se recrean las dos guerras mundiales, así como la guerra francoprusiana, una exploración de los odios entre pueblos hermanos: franceses y alemanes; una muestra de la repetición de patrones en la relación madre e hija, siempre compleja.

Odios atávicos que van permeando en la psique, que envenenan aún cuando la causa hoy resulte desconocida y la maravillosa lección del perdón, no como una emoción de un ser bondadoso, sino como un acto racional a través de la comprensión que es la única versión que puedo concebir.

Todos los elementos de la obra armonizan a la perfección, el trabajo actoral es maravilloso y lo que más me gusto es el gran logro que entraña no perderte entre todas las historias que se entrelazan en diferentes tiempos y con muchos personajes; me parece que esto sólo se puede dar con un gran director y un  texto muy bien logrado, la historia es redonda.

Les mando un largo y apretado abrazo,

Claudia 

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