Carabina 30 30, que los rebeldes portaban, y decían los maderistas, que con ella no mataban. Con mi 30 30, me voy a marchar, a engrosar las filas, de la rebelión.
La letra del corrido mexicano dedicado a una de las más armas de la casa Winchester más utilizadas en la Revolución, es quizás, la que define con gran elegancia, el papel preponderante, la importancia de un arma, para lograr el sueño de tierra y libertad. Sin embargo mientras observo las imágenes de la última matanza escolar en los EE.UU me pregunto cuál sería la letra que le dedicaría a ese rifle AR-15 que comercializa desde el año 1962 la empresa COLT, y que es el preferido por aquellos que deciden matar masivamente sin otro sueño que el de la locura. Ese fúsil semiautomático, rápido y potente capaz de lanzar 100 disparos de muerte sin recargar, evitando así el tiempo que podría ser el la reflexión y por lo tanto el de detener la muerte. Ráfagas de la sin razón.
El gobierno de Barak Obama acaba de anunciar un paquete de medidas pensadas para evitar más tragedias como la de Newton. Reformas relativas al control de armas, a los problemas de salud mental y por último al que para mí es el principal generador de este tipo de matanzas colectivas que suceden con tanta frecuencia en EE.UU: la educación.
Evidentemente ninguna ley puede evitar la violencia, pero eso no imposibilita a que un gobierne proponga medidas que puedan prevenirla. Por eso es cuando menos curioso, observar como países como EE.UU son capaces de legislar y regular hasta la saciedad en otras materias, por ejemplo en lo referente al control de los alimentos en las escuelas, a las normas de seguridad en las edificaciones que las albergan, como pueden ser las concernientes a la protección contra incendios, o las dimensiones de escaleras o ventanas. Pero obvian lo principal, lo intangible, lo inmaterial, aquello que es más importante que el contenedor y sus medidas de seguridad: la enseñanza.
Relegaron la razón por la que se construyeron esos edificios, que no es otra que formar a una sociedad para avanzar y saber convivir en paz y, evidentemente no lo han logrado. Porque el éxito de la reproducción social y cultural está en las bases educativas de la escuela ya que solo desde la convicción de que sin una educación para el desarrollo humano es difícil tener una sociedad diferente, menos violenta. Y es evidente que los valores que hoy se inculcan son inapropiados y destructivos, y esos contenedores ya no sirven en muchas ocasiones ni para entender los nuevos retos académicos que les exigen los cambios tecnológicos, pero tampoco los relativos al desarrollo del individuo.
Es necesario tener en cuenta además, que sociedades como la americana tienen un nuevo reto que acometer con urgencia desde el sistema educativo, y es el referido a la transformación de la familia, que fue durante décadas el transmisor del sistema de valores, por ello la evolución en la estructura y composición de la misma, obliga al propio sistema de enseñanza a asumir y ejercer el papel que antes tenía el núcleo familiar.
La escuela tiene en este contexto histórico la enorme responsabilidad de construir el espacio social, razón por la cual el gobierno de USA tiene ahí, su mayor reto, que no es otro que hacer una revisión en profundidad de los saberes enseñados, y evitar inhibirse y dejar que sean los medios audiovisuales los que en la mayoría de las ocasiones ejerzan el papel de transmisores de valores.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu lo señaló claramente cuando definió el papel de la televisión, cuya función tendría que ser la de reflejar la realidad, y no acabar convirtiéndose en un instrumento que crea realidad, y que utiliza la violencia como elemento cotidiano de entretenimiento.
Hay que repensar la relación escuela-individuo con el afán de desarrollar el concepto de educadores del espacio social, esa es el arma del siglo XXI, un arma de construcción masiva de paz. Frente al AR-15 de la muerte sin razón, usada por individuos educados en los valores de la violencia. Ahora creo saber ya, cual es la letra para ese rifle, la del grupo Expertos Solynieve.
“Yo lo vi, yo lo vi, era un rifle de repetición, yo lo vi, yo lo vi guardado en su estuche del color de la sangre y del color de esta canción, del color del vino y del color de esta canción”
