Movilidad en el DF: antes de todo, todos somos peatones

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No se acaba con el problema de movilidad construyendo más vialidades. Es una premisa que se debe tener presente, si el problema en el DF pretende corregirse. Lo primero, es lo primero y las estructuras dedicadas a los peatones deben mejorarse.

Ciudad de México (elsemanario.com).- El problema de la movilidad no sólo tiene que ver con cómo nos traslademos en el transporte público o en el automóvil. Establezcamos una primicia, antes de continuar, los ciudadanos, todos, somos peatones.

La pegunta inicial es la siguiente: ¿tenemos suficiente infraestructura peatonal en la ciudad de México o nos convertimos en víctimas de la infraestructura vehicular?

Actualmente, desde distintas aristas que tienen que ver con el problema de la movilidad capitalina, el posicionamiento es el mismo: mejorar el transporte y las vialidades existentes, además, de mejorar la infraestructura para el peatón.

Aparte del aumento en las unidades de transporte, el problema de la movilidad en la ciudad se quiso corregir -en apariencia- , construyendo más vialidades; segundos pisos, supervías, etc. Obras que a la larga trajeron más problemas viales por su propia construcción y que no contribuyeron en nada para mitigar el problema.

Es impactante como en las ciudades se viven crisis de movilidad provocadas principalmente por la aplastante infraestructura para ampliar, mantener o crear vías para el auto privado; hecho contradictorio si tomamos en cuenta que el 75% de los habitantes del país se mueve a pie, en bicicleta o en transporte público. A esto se agrega lo siguiente: en el último año se registraron 24 mil muertes por incidentes viales: 66% eran peatones. Esto es causa, en parte, de una mala estructura peatonal.

La calidad de banquetas, puentes, cruces o iluminación debe mejorar. Pero también la llamada educación vial, pues no se trata solamente de poner puentes para las personas que caminan ni de obligar a los peatones a comportarse de acuerdo a la infraestructura vial, esto, según Bernardo Baranda, director para Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP).

Así, es importante replantear para quienes se hacen las ciudades: para los vehículos o para las personas que la caminan o pedalean. En este sentido, Giovanni Zayas, coordinador general de ReCiudad, tiene clara una cosa: somos peatones y todos nos vamos a enfrentar a las atrocidades de una ciudad que por desgracia ya no es diseñada para la gente, sino para los automóviles.

El problema está puesto sobre la mesa; pero no es el único. Otro percance es que con lo anterior, sólo se motiva el uso del auto. Eso se refleja cada vez que en la capital se edifican nuevas viviendas, las cuales incluyen cajones de estacionamiento, en teoría, para mejorar la movilidad; al final, con ello sólo se garantiza la presencia de más vehículos en la calle. ¿Por qué asegurar el estacionamiento del auto cuando bien se podría mejorar la oferta en el transporte?

La oferta de estacionamientos nulifica la posibilidad de reducir el uso del automóvil; esto a su vez, garantiza otra cosa: la congestión vial y la contaminación ambiental.

Aunque debe destacarse que 17% de los que actualmente usan el Metrobús, anteriormente se transportaban en automóvil. Por lo que no es imposible corregir la manera en que nos movemos.

Aunado a esto, en la capital del país han surgido nuevas formas de moverse que se suman al transporte tradicional. Una de ellas, es la idea que se ha intentado promover para todos aquellos que utilizan el auto: compartirlo; no viajar sólo una persona en él. Si, por ejemplo, 5 personas viajan en el mismo automóvil por las mañanas camino al trabajo o a las escuelas, se gana en las calles el espacio que utilizarían otros cuatro autos. Si esa acción se replica entre más personas, las calles quedarían sin la presencia de tantos automóviles, privilegiando el paso del transporte y los peatones. Claro, para ellos también deben mejorarse los transportes actuales, en estructura y en oferta, pues la demanda los rebasa.

Esa es una posible solución para mitigar el problema actual, una presente en el discurso para la mejora en la vialidad desde hace varios años. Además de nuevas formas de transporte que motivan compartir el automóvil y distintos transportes que pretenden llegarle a los usuarios capitalinos, cuidando en el camino, la calidad del aire. Pero esas opciones y soluciones, se tratarán en la última entrega que EL SEMANARIO presenta sobre el problema de la movilidad en el DF.

Por Alberto Cedeño.

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