La frecuencia con la que se interactua en las redes sociales ha comenzado a ser motivo de estudio por especialistas que desean determinar las implicaciones que tiene en las personas el uso de las mismas y un reciente estudio realizado en la Universidad de Pittsburgh, en adultos de hasta 32 años, encontró que los usuarios de Instagram son más propensos a padecer depresión.
A mediados de año encuesta indicaba que esta red social, caracterizada por ser utilizada para compartir exclusivamente fotografías y videos, fue señalada como una de las más peligrosa para la salud mental, esto debido a la ansiedad, depresión y problemas con la imagen corporal provocados por utilizar la aplicación.
Ahora los estadounidenses indican que los adultos jóvenes que usan redes sociales más de dos horas por día son 2.7 veces más propensos a deprimirse. Durante el nuevo estudio se tomaron en cuenta los datos de Facebook que señalan que un usuario promedio pasa 50 minutos navegando en sus distintas redes sociales: Facebook, Instagram y Messenger esto en contraste con los 17 minutos que el adulto estadounidense promedio pasa ejercitándose diariamente.
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De acuerdo con el Huffington Post, muchos expertos culpan a la comparación social, efecto por el cual los usuarios de las redes sociales determinan su propio valor basados en cómo se posicionan ante los demás.
Para Emily Weinstein, investigadora de la Universidad de Harvard, Instagram no solo afecta a la gente joven Y los efectos dañinos de la Insta-envidia probablemente no terminan ahí. “La comparación no solo le ocurre a adolescentes o a personas celosas. Eventos en cualquier etapa de la vida pueden causar esa reacción”.
El medio detalló que para un adolescente acomplejado, ver fotos de bloggers en perfecta forma, puede provocar envidia. Para un soltero de veintitantos años, imágenes de parejas felices pueden causar desaliento. Para intentar reducir los efectos negativos de esta app expertos emitieron las siguientes recomendaciones
Deja de seguir cuentas que no te hacen feliz
“Para algunas personas, el seguir a esos blogs de diseño y decoración en muy calmante, y para otros, esas fotos les causan envidia, porque sus hogares no se ven así”, indicó Weinstein. Si no puedes notar si una cuenta mejora tu salud mental o no, la experta sugiere que la dejes de seguir por algunas semanas y veas si la extrañas.
Recuérdate constantemente que las personas no están posteando sus vidas reales.
“Cuando vemos Instagrams de una modelo o un anuncio, sabemos que esa persona ‘no es real’ , o que ha sido Photoshopeada”, dijo Primack. “Pero cuando ves a tus amigos de la universidad teniendo esa vida maravillosa, tu los conoces como personas reales, así que no piensas en el hecho de que están curando cuidadosamente lo que ponen. Es fácil pensar, ‘Hey, todos están teniendo una gran vida y son más exitosos que yo. Yo tengo problemas’ “.
Postea, da ‘me gusta’, comenta, y mensajea más seguido.
Datos de Facebook, del 2015, indican que sus usuarios pasan más tiempo mirando las redes sociales (conocido como “mirar pasivamente”) que respondiendo a posts o creando los nuestros (conocido como “mirar activamente”).
Un estudio subsecuente de investigadores alrededor el mundo encontró que el uso pasivo tiende a producir comparaciones sociales dañinas y envidia, mientras que el uso pasivo crea sensaciones de conectividad social y amistad. Philippe Verduyn, autor líder del estudio y profesor asistente de psicología en la Universidad de Maastricht en Países Bajos, señaló que comentar y postear fotos en Instagram es preferible a navegar desmesuradamente.
“Es mejor comunicarse activamente con tus contactos en línea: participa con ellos, comparte fotos- te sentirás más conectado con tus amigos en línea ya que es probable que ellos respondan activamente a tus posts también”, aseguró Verduyn.
