El cuerpo del escritor y crítico literario será cremado y sus cenizas descansarán al lado de sus padres en Guadalajara.
Ciudad de México.- Según cuentan algunos amigos del fallecido escritor Emmanuel Carballo, él tenía entre sus manos los primeros escritos de Cien años de soledad, obra de Gabriel García Márquez, antes de que un infarto pusiera freno a su paso por este mundo. Lo anterior fue comentado por sus aliados en las letras cuando acudieron a ofrecerle un último adiós en la capilla Provence del Panteón Francés, donde fue velado.
Entre quienes acudieron a ofrecer condolencias a sus deudos, se encontraban el dramaturgo Miguel Sabido, el editor Joaquín Díez-Canedo, los escritores Agustín Monsreal, Ignacio Solares, Eduardo Lizalde, Hernán Lara Zavala, Felipe Garrido y Eduardo Langagne.
El escritor Ignacio Solares aseguró que el último artículo que escribió Emmanuel Carballo fue para la Revista de la Universidad de México y versó sobre García Márquez donde cuenta algo que es verdadero: Fue el primer escritor y crítico mexicano que comentó Cien años de soledad en la revista de la UNAM.
“Con la muerte de Carballo se nos va el mejor hombre de letras, químicamente puro, como decía él, como crítico, y que nos dio un verdadero panorama amplio y fabuloso”, dijo el director de la Revista de la Universidad de México.
Señaló que no entenderíamos la literatura del siglo XX sin saber lo que significó Emmanuel Carballo para dar luz, significado y permitirnos acceder a autores que van desde Vasconcelos, Alfonso Reyes, Carlos Fuentes, hasta llegar a lo que él inventó y llamó “La Literatura de La onda”.
El director de la Academia Mexicana de la Lengua, Jaime Labastida recordó una anécdota en la que Carballo aseguró que cuando muriera necesitaría dos ataúdes: uno para su cuerpo y otro para su lengua.
“No se la mordía para hacer crítica y eso me parece necesario. Alguien puede equivocarse pero lo dice con sinceridad y con pasión y Emmanuel era así”, y agregó que críticos con una capacidad como la suya, quedan muy pocos.
“Manuel era capaz de hacer todas las reseñas de libros publicados en un año y tenía una capacidad de veracidad…Lo conocí hace más de cincuenta años en 1959 cuando dirigía la Gaceta del Fondo de Cultura Económica”
Si bien el escritor y poeta Eduardo Langagne reconoció que a Emmanuel Carballo se le tachó de una persona dura en sus críticas, consideró que fue un lector acucioso, cuidadoso y un crítico imprescindible.
En ese sentido el poeta Eduardo Lizalde mencionó que Carballo era un crítico riguroso, intransigente, pero extraordinariamente lúcido.
“Era un crítico sobre todo de narrativa, pero conoció mi obra desde mis primeros libros. Fue un descubridor de grandes autores y principales narradores de México…Es una muerte lamentable”.
De acuerdo con Ignacio Solares, cuando algo no le gustaba a Carballo lo decía y sus críticas podían ser demoledoras: “Un día me dijo: yo soy malo, pero necesario”.
Por otro lado, adelantó que la Dirección de Literatura de la UNAM dará a conocer el último libro de Carballo titulado Vida y obra de Torres Bodet.
Jorge Mendoza, coordinador de la Enciclopedia de la Literatura en México en la Fundación para las Letras Mexicanas destacó que el escritor y crítico literario dejó obras fundamentales para comprender la literatura mexicana de los siglos XIX y XX.
Es el caso de 19 protagonistas de la literatura mexicana del siglo XXdonde se propuso leer las obras de todos aquellos personajes a los que entrevistó como Rosario Castellanos, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan José Arreola, Juan Rulfo y otras generaciones de contemporáneos.
El Diccionario Crítico de las Letras Mexicanas del siglo XIX y su compilación de dos bibliografías del cuento y la novela del siglo XX.
“Era una figura polémica, en uno de sus libros Notas de un francotirador se define como un aguafiestas al considerar que su papel de crítico encarnaba algunas de estas características, pero también tenía humildad para matizar sus juicios…Él emprendió la literatura como una tarea individual y colectiva, buscó el equilibrio entre la competencia y la colaboración”.
El Semanario Sin Límites, con información de Conaculta
