De poperos a artistas

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La escasez, al ser interiorizada, nos impide ver el progreso que hemos alcanzado, o los beneficios de la superación, afirma Sartre, somos incapaces de desprendernos de nuestro estado anterior y, a pesar de haber progresado, seguimos padeciendo en nuestras limitaciones. Los cantantes de música pop, los actores de cine, alcanzan la fama, son millonarios, les piden autógrafos en el supermercado y en el aeropuerto, su vida está registrada en papel couche y, esto, que para cualquier mortal es el pináculo de la gloria, para ellos no es suficiente, no poseen el rango de “artistas” de los que hacen ARTE, del que se expone en museos y se vende en ferias, es una escasez interiorizada.

El cantante Alejandro Sanz decidió superar esa escasez y ahora es “pintor”, está exponiendo sus obras, entre ellas, un retrato de la Familia Real Española. Sus pinturas no alcanzan el nivel ni de grafiti, y además las explica: “Representa en cierto modo que todos somos seres humanos y que todos somos reyes”, se agradece la profunda reflexión, a la que le podríamos agregar que todos son artistas y cantantes de música pop.

La interiorización de la escasez también la padece José María Cano, planetariamente famoso en los 80 con el grupo Mecano, y ante el pánico del olvido se dio de alta como “artista”; hace cuadros con cera, enormes y pesados, que no son pinturas encáusticas, sino bloques de cera que copian las páginas del Wall Street Journal, que se venden en 300 mil dólares, a pesar de carecer de propuesta estética y lenguaje. Reproducir fragmentos de periódicos en tamaño mega no aporta más que un periódico y es un recurso ultra explotado en el arte VIP.

Alejandro Sanz Arte

El pasado popero otorga provenance y memorabilia a las obras, eso justifica que existan, disculpa su calidad y le da argumentos al galerista; basta con que diga que el autor vendió millones de discos, y es suficiente para que el coleccionista crea que compra arte o, por lo menos, algo que pueda presumir a sus amistades. Sylvester Stallone se hace pintor, y es tan malo como Sanz, el cantante no conoce los límites. Evidentemente, la fama impide ver la realidad.

Ante los infra niveles que esgrime el arte VIP, con obras como papeles mojados con “sangre de cadáver asesinado por el narco” o sentarse horas en una silla, arrastrar un hielo, y demás genialidades, la farándula puede obtener fácilmente el título de “artista” y lanzarse a conquistar nuevos escenarios. En cambio, los artistas VIP son la escasez interiorizada y exteriorizada, tienen asimilado que, entre más escasa de inteligencia sea la obra, es más “intelectual”, que la obra esté mal realizada o que ni siquiera la hayan hecho, como el caso de un readymade, o que el performance sea una penosa demostración de escatología e incontinencia, los hace merecedores de becas y reconocimientos. La fama es la verdadera escasez de los VIP. Ellos, por ser reconocidos en la calle, por tener millones de admiradores, por llenar estadios, darían hasta su urinario.

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juan carlos meza

salud y éxitos
Excelente este articulo

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