El equipo encabezado por la especialista Fanny Unikel Santoncini, se encarga de reparar la movilidad del torso y los brazos de la figura, informó el INAH
Estado de México.- Con más de 200 años de antigüedad, la escultura de la Virgen Dolorosa, utilizada durante la procesión de Semana Santa en la comunidad de San Bartolo Cuautlalpan, Estado de México, es restaurada por especialistas y estudiantes de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRYM).
El equipo encabezado por la especialista Fanny Unikel Santoncini, se encarga de reparar la movilidad del torso y los brazos de la figura, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), mediante un comunicado.
La escultura de la Virgen Dolorosa ha recibido limpieza mecánica y físico-química con uso de alcohol, proceso que eliminó el barniz verdoso que la cubría.
Asimismo, se resanó con pasta de carbonato de calcio y pasta de aserrín de colorín. Con ello, se reintegró la policromía de todas las partes resanadas.
Con el sistema operativo llamado rigatino (rayado de distintos tonos), los especialistas en restauración de escultura policromada repararon el lóbulo de una oreja y el ojo de la escultura, así como el mecanismo que le daba movimiento.
Integrante del equipo de restauración y estudiante de la ENCRYM, Susana Hoyos, comentó que la escultura sufrió una invasión de insectos, lo cual provocó que varias de sus piezas se dañaran.
Anteriormente, añadió, la figura contó con una primera intervención en la que se aplicó pintura vinílica que le dio un aspecto amarillento y verdoso.
Por su parte, Angélica Millán, también integrante del seminario y equipo de especialistas, resaltó que se está trabajando para implementar un mecanismo de recuperación de la movilidad de la figura.
“Ese es el objetivo de la restauración, aunque no será con la pieza original, pues la escultura se tendría que partir a la mitad y eso no sería lo más adecuado”, apuntó.
Elaborada a base de distintos tipos de madera, como colirín, caña, pino y su base de cedro blanco, la escultura cuenta con una profundidad de 50 centímetros, mide aproximadamente 1.10 metros de largo y 50 centímetros de ancho.
Además resaltaba entre los pobladores de San Bartolo Cuautlalpan en Zumpango, Estado de México, gracias a su teatralidad, ya que sus brazos se acercaban a su cara como si estuviera llorando.
Debido a que las piezas de la escultura no son tan comunes, recuperar la movilidad de la Virgen Dolorosa servirá para mantener la tradición, refirió el INAH.
