¡Festejos a tope!

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El sábado 7 de septiembre de 2019, fue una alegría mayúscula asistir al sur de la Ciudad de México al feudo de la amistad Arroyo, las localidades quedaron abarrotadas para ser testigos del cierre de la temporada sabatina novilleril que se celebró con gran categoría en el ruedo de su plaza de toros. Durante la temporada, los festejos fueron organizados por Pepe Arroyo, quien estuvo pendiente hasta del mínimo detalle, junto con su eficaz equipo de trabajo.

El festejo fue abierto por el rejoneador Marco Bastidas, quien con un novillo de Palma del Río, propiedad de Arturo Lebrija, fue más voluntarioso que certero en su quehacer ecuestre; y los que se llevaron el reconocimiento popular fueron los Forcados Mexicanos, quienes –como acostumbran– se rifan el físico a cuerpo limpio tarde a tarde, en aras de sentir la adrenalina del riesgo y continuar con esa tradición portuguesa en México.

Forcados Mexicanos.
Fotografía: Al Toro México.

Uno de los tantos valientes forcados de Portugal, Pedro Caixinha, director técnico de fútbol, dejó México y regresó a su país “en busca” (coloquialmente hablando) de nuevas pegas en su profesión, que le deseamos sean afortunadas, ya que con el complicado toro de Cruz Azul, no pudo consumar el anhelo de su afición de verse campeones de liga y tuvo que dejar el timón de la nave azul en otras manos.

La novillada se convirtió en un concurso de ganaderías, y el festejo se alargó un poco, puesto que debía implicar mayor concentración en la suerte de varas; ante esto, hubo que colocar a los cuatro novillos en diferentes distancias, para que los jamelgos que trabajaron horas extras, pudieran probar a los astados en sus arrancadas y embestidas; así como los picadores Erick y César Morales, que lograron alguno que otro puyazo con la torería que les caracteriza.

En el segundo tercio, con el segundo astado de Huichapan, de nombre como su propietario, Don Adolfo Lugo –quien estuvo acompañado en el palco ganadero por su hijo y su preciosa nieta–, Christian Sánchez logró un par de muchos redaños aguantando la embestida y al relance; en el balcón, Don Adolfo se asomaba con el par de banderillas, verdaderamente una reunión espectacular, valiente y artística.

Mientras tanto, los subalternos atingentes aguardaban en su sitio.

Cristian Sánchez.
Christian Sánchez, torero mexicano (Fotografía: Al Toro México).

De las filas de los monosabios, se despidió Porfirio Sánchez dando una sentida vuelta al ruedo entre el cariño de un público casi todo amigable, en el ruedo sureño.

El astado con mayores cualidades lo fue “Anfitrión” de Pepe Arroyo, de una ganadería que lidia muy poco en novilladas y corridas de toros, pero que acusó buena crianza y su origen en reses de San Martín, Garfias y Chucho Cabrera.

En su fenotipo y genotipo fue el más destacado de la novillada, pues concursó y además recibió –por orden del juez de plaza, el matador Gilberto Ruiz Torres– el homenaje del arrastre lento al finalizar su lidia.

Cercano quedó en las cualidades anteriores el novillo “Mil Sabores” de José María Arturo Huerta, el primero de la tarde fue para los novilleros de a pie.

Sebastián Ibelles en el sorteo se llevó “el gato al agua”, pues le correspondieron los novillos de los Pepes, Huerta y Arroyo; al primero no lo aprovechó cabalmente por diferentes razones y con el segundo le estaba ocurriendo otro tanto de lo mismo, hasta que se centró y tuvo sus momentos más brillantes.

Ibelles.
Sebastián Ibelles, novillero mexicano (Fotografía: Tauropasión).

Al final después de fallar en la suerte suprema, le fueron otorgadas dos orejas, producto más del ambiente bonancible que se generó en Arroyo, que de una actuación rotunda. Ante su entorno, supongo que con mayor madurez, tomará más adelante, notas para apuntalar cualidades y corregir defectos de un torero que está en la formación de busca de una futura alternativa.

El segundo novillo de Huichapan embestía con buen estilo, sin embargo era muy tardo, y Cristian Antar lo aprovechó bien en su embestida, y aunque el trofeo que le otorgaron fue un poco más de lo esperado, el mexiquense demostró tener cabeza y temple como buenas herramientas en el ruedo; y así podrá seguir formándose en el intento de llegar a grandes alturas en el futuro.

El cuarto, “Leal Amigo” de La Venta de Romero de Chavo Gómez, fue el menos potable y por ello no hubo de piña para Antar, que junto con su paisano Sebastián, fueron los nombres más destacados en la temporada novilleril y, con los debidos merecimientos, actuaron con gran esmero en el festejo final. Merecen más oportunidades, se las han ganado.

Por último, el pasado domingo 8 de septiembre de 2019 en Madrid, constatamos con pesar que Arturo Macías pasó nuevamente por el quirófano, como consecuencia de ese afán de conquistar Las Ventas y no arredrarse ante nada. Respeto mucho su ambición, y lo que deseamos todos es que se recupere pronto un torero que demuestra en el ruedo su vocación por trascender en la capital del toreo español, y si lo dejan, seguro estoy de que algún día lo hará, cuando las posibilidades sean mejores. Ojalá y se las abran, se las merece.

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