La decisión de Sebastião Salgado

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Al igual que otros artistas que muestran la realidad en su faceta más cruda, a Sebastião Salgado también se le ha acusado de lucrar con el sufrimiento ajeno. Para Susan Sontag, por dar un ejemplo, la estética que parece una prioridad en sus fotografías, y el que las personas no tengan nombre, deshumanizan su obra. Siguiendo este hilo de pensamiento, el retrato de un niño al borde de la muerte por inanición o de un grupo de esclavos en las peores condiciones, puede convertirse en una imagen sin fuerza para conmover, mucho menos para formar parte del inicio de algún movimiento liberador. Algunos de los defensores de Salgado argumentan, por un lado, que ser artista no significa tener que morirse de hambre y, por otro, que el sentido de la estética no está reñido con la empatía.

¿Cómo es Sebastião Salgado? En La sal de la tierra, nos habla de la transformación que sufrió después de presenciar el genocidio de Ruanda. No fue la primera vez que era testigo de la inenarrable crueldad y del poder de devastación que es parte de la esencia del ser humano. Su lente ya había captado escenas de hombres, mujeres y niños sufriendo más de lo concebible, de seres convertidos en máquinas de trabajo, de guerras, éxodos, ecocidios… Ruanda fue la gota que derramó el vaso. Salgado regresó a Brasil pensando que nuestra especie era una plaga sin redención y que el mundo agradecería su fin. Pero entonces aparece su esposa, Léila, la mujer que lo ha acompañado durante años.

Sebastiao Leila
Leila Wanik y Sebastiao Salgado

Sebastião había heredado una finca y, al igual que tantos lugares destruidos, ésta también había sido presa de la mano del hombre y estaba totalmente erosionada. En las fotos vemos un páramo seco, con una vegetación prácticamente muerta. Léila lo hizo ver el agua bajo el azolve y, poco a poco, árbol por árbol, con infinita paciencia, juntos le devolvieron la vida a ese campo mutilado. Tuvieron cuidado de que la flora fuera nativa de la región, y el lugar ha recuperado una fauna sana y diversa. Se han abierto escuelas, y los lugareños han encontrado en la reserva oportunidades de trabajo.

La sal de la tierra nos muestra a un hombre que decidió volver a confiar en el ser humano. Hay quienes alegan que el documental es subjetivo porque fue elaborado por su familia. Sin embargo, es real que la antigua finca devastada sea hoy un parque nacional con un proyecto social. La sal de la tierra es un ejemplo de que nuestra especie sí tiene redención y que es capaz de resarcir los daños y ser un habitante digno de este planeta.

 

Sebastiao Salgado Génesis
Sebastião Salgado, Libro del Génesis
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