Presentan versión “inédita” de Quinta sinfonía

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El Proyecto Música para Todos mostró de forma gráfica y didáctica, a través de la interpretación de piezas emblemáticas, la influencia de los ritmos africanos en el desarrollo de las músicas tradicionales del continente americano.

Ciudad de México.- Con una sorpresa musical culminó el espectáculo  Po, po, po, ponnnn: el misterio de Beethoven, el “estreno mundial” de una versión inédita de su Quinta sinfonía, con la cual el sordo de Bonn “se adelantó” más de un siglo a su época.

Reunido en el foro principal de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), cuya 33 versión concluyó este lunes 18 de noviembre,  el público escuchó con asombro y deleite cómo esa primera versión de tan famosa partitura sonaba como un mambo de Pérez Prado.

Y es que de acuerdo con el narrador del grupo Proyecto Música para Todos, Beethoven había recibido la extraña y desconocida influencia de un músico de origen africano a quien escuchó tocar en una plaza de Viena.

Ese artista era en realidad un esclavo africano que había logrado escapar de sus captores ingleses y llegado hasta ese punto del planeta luego de un fantástico recorrido por distintos países del continente americano, en los cuales su cultura musical tuvo gran influencia.

Se trata de la historia imaginaria de Mondongo, narrada a través de los ritmos de la agrupación que se presentó al mediodía de este lunes y puso a bailar a niños y niñas, acompañados de sus familias, en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Fue un viaje por la amplia y colorida geografía de ritmos y géneros musicales de América, que tuvo como punto inicial la aportación de Mondongo para que en Colombia se desarrollaran el vallenato y la cumbia.

En su paso por Brasil, la fiesta de Carnaval se vio enriquecida por sus tambores africanos, con los cuales, la samba y la batucada incitaron a mover las caderas y las piernas de los asistentes a un ritmo frenético y alegre.

El periplo de Mondongo lo llevó a Puerto Rico, donde sus ancestrales conocimientos sonoros se fusionaron para dar paso a la guapachosa Bomba; y de allí dio el salto a la bahía de Santiago de Cuba, lugar en el que creó el son montuno, alimento espiritual de los isleños.

Mondongo fue llevado por sus captores ingleses a Nuevo Orleans, Estados Unidos y en esa ciudad además de aprender a hablar inglés y francés, fue determinante para el surgimiento del fox-trot, el charleston y el jazz.

Integrado por cinco músicos, un cantante que al mismo tiempo fungía como narrador y una animadora, el Proyecto Música para Todos mostró de forma gráfica y didáctica, a través de la interpretación de piezas emblemáticas, la influencia de los ritmos africanos en el desarrollo de las músicas tradicionales del continente americano.

La historia del espectáculo siguió con la llegada de Mondongo al puerto de Veracruz en donde se estableció en un lugar llamado San Lorenzo de los Negros y fue partícipe de la cadencia y sensualidad tropical del danzón.

Luego de una hora, el espectáculo concluyó cuando de manera inesperada, un hombre vestido de forma extravagante con un largo saco, pantalones cortos y peluca blanca, apareció sobre el escenario.

Casi de forma inmediata, el narrador lo presentó al público. Se trataba de Beethoven, caracterizado por un actor, quien dirigió el “estreno mundial” de la versión inédita de su Quinta sinfonía.

Los primeros compases de la pieza fueron reconocidos de inmediato por la audiencia, que comenzó a tararearla, aunque súbitamente su ritmo sobrio dio paso a sonoridades más ligeras y alegres, propias del mambo, que nadie pudo dejar de bailar.

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