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Decidir con evidencia y no con creencias

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Las decisiones en todos los niveles deben ser basadas en evidencia, no en anécdotas, experiencias personales o creencias.

En la década de los noventa, se inició un movimiento que transformó la práctica médica: la “Medicina basada en evidencia”, que se define como el uso consciente, explícito, juicioso y razonable de la mejor evidencia moderna para tomar decisiones sobre la atención de pacientes individuales. La medicina basada en evidencia integra la experiencia clínica y los valores del paciente con la mejor información de investigación disponible. Es un movimiento que tiene como objetivo aumentar el uso de investigación clínica de alta calidad en la toma de decisiones médicas.1

La diferencia entre la medicina basada en la evidencia y la medicina tradicional no es que sólo la primera considere la evidencia para la toma de decisiones, ambas tienen en cuenta las pruebas, sin embargo, la clave está en que la medicina basada en evidencia exige mejores pruebas de las que se han utilizado tradicionalmente.1

En medicina ha funcionado como nunca en la historia de la humanidad. En los últimos 30 años hemos visto una mejora en la salud de las personas, disminución de la mortalidad e incremento en la esperanza y la calidad de vida.

medicina de evidencias
Fotografía: El País.

Si este pragmatismo en la medicina nos ha traído grandes beneficios, ¿por qué no lo usamos en todas nuestras tomas de decisiones?

Los tres ganadores del Premio Nobel de Economía de 2019 sí lo han comprendido. Con sus investigaciones han mejorado considerablemente nuestra capacidad para luchar en contra la pobreza mundial; a través de experimentos en campo para comprobar intervenciones y con un enfoque basado en la creación de evidencia han transformado la economía del desarrollo, ahora es un campo investigación floreciente.2

Estos ejemplos son notables y nos demuestran que las decisiones que se toman con base en las evidencias tienen mucho mejores resultados, por lo que debemos de extrapolar este conocimiento a todas las decisiones de la sociedad. Lo que ha generado un movimiento en diferentes ámbitos como la elaboración de políticas basadas en evidencias,3 la gestión basada en evidencia y,4 sin duda, la justicia basada en evidencias,5 así como muchas más donde se está aplicando y se puede aplicar.

medicina china tradicional
Medicina china tradicional (Fotografía: XLSemanal).

Esto podemos generalizarlo en todo lo que realicemos y hagamos, enfocando todos los esfuerzos en aquello que se ha demostrado ser efectivo a través de la investigación empírica, en lugar de sólo por medio de anécdotas o experiencia profesional.

Una práctica basada en la evidencia, que es el uso objetivo, equilibrado y responsable de la investigación actual y los mejores datos disponibles para guiar las decisiones de políticas y prácticas, implica una revisión crítica y continua de la literatura de investigación para determinar qué información es creíble y qué políticas y prácticas serían más efectivas dada la mejor evidencia disponible. También implica una evaluación y garantía de calidad rigurosas para garantizar que las prácticas basadas en la evidencia se reproduzcan con fidelidad y que las nuevas prácticas se evalúen para determinar su eficacia, de modo que se mejoren los resultados y se genere más evidencia.5

No hay duda de que debemos llevar una vida basada en evidencia y exigir que los demás la practiquen, en especial las personas que están a cargo de decisiones cruciales para la sociedad, como lo son políticos, empresarios, ingenieros, médicos y muchos otros profesionistas, personas cuyo impacto de sus decisiones trasciende de su persona al generar implicaciones para los demás.

Referencias:

1.Masic, I., M. Mokovic, B. Muhamedagic. Evidence Based Medicine–New Approaches and Challenges. Acta Inform Med. 2008; 16(4): 219–225. Published online 2008 Dec. doi: 10.5455/aim.2008.16.219-225. Consultado desde:  https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3789163/

2. Press release: The Prize in Economic Sciences. 2019. October 2019. Consultado desde: https://www.nobelprize.org/prizes/economic-sciences/2019/press-release/

3. Cairney, Paul. “The politics of evidence-based policy making”. Oxford Research Encyclopedia of politics. May 2017. Consultado en: https://paulcairney.files.wordpress.com/2015/01/cairney-2017-oxford-politics-of-ebpm.pdf

4. Pfeffer, J., R. Sutton. Evidence-based Management. Harvard Business Review 2006. Consultado en: https://hbr.org/2006/01/evidence-based-management

5. National Institute of Correctio. Evidence-based Practices (EBP). Consultado aquí.


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El mundo cambió por un ser infinitamente pequeño

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Agradezco este texto a los Médicos del Servicio de Infectología del Hospital General de México, ellos y muchos más llevan luchando incansablemente durante toda su vida contra éste y otros seres infinitamente pequeños. Mi respeto y admiración a mis maestros, compañero y amigos que publicaron en la Revista del Hospital General de México estos conceptos.

Autores: Dr. Raúl Romero Cabello, Dra. María Luisa Hernández Medel, Dra. Silvia Noemí Martínez Jiménez y la Dra. Manuelita Zavala Pineda, médicos y profesores del Servicio Infectología Hospital General de México, Facultad de Medicina UNAM y Escuela de Medicina IPN.


Es de madrugada, tengo mucha tos y la fiebre no me deja, no puedo dormir, el cuerpo me duele, estoy sudando, siento que me voy a desmayar. Amanece y tengo temperatura de 38.5, el dolor sigue igual, me baño nuevamente; no importa que me esté bañando cada hora, pero que baje la temperatura, me falta mucho el aire, ¡no me quiero morir! Es mediodía, aún puedo firmar, me urge un notario, ya le avisé a mi hija que lo busque. No puedo estar acostada, no soporto el dolor de espalda y del pecho, lloro pidiéndole a Dios me permita respirar. Es noche y siento empeorar, la asfixia me está matando, me acuesto bocabajo, no aguanto, me bajo al suelo, no soporto, me quedo sentada en la silla toda la noche, pero no duermo, los dolores son demasiado fuertes, ahora también mucho dolor de oídos. Tengo mucho miedo, no quiero acostarme; seguro ya no paso la noche ¡ya no puedo!, como me recuerda cuando tenía 13 años y me dio hipotermia… No hay mejor definición del COVID- 19 que la vivencia del paciente.

Vino del lejano Oriente con corona sin ser rey, microrganismo esférico de la familia Coronaviridae, subfamilia Coronavirinae, los coronavirus fueron identificados por primera vez en la década de los 60 y se conocen a la fecha 39 especies, que se distribuyen en 4 géneros: alfa, beta, gama y delta; los dos primeros infectan mamíferos, a diferencia de los gama y delta que infectan a las aves (1). Los Alfa que están asociados al resfriado común son: HcoV-NL63, HcoV-229E. En los beta tenemos al SARS-CoV (causante del síndrome respiratorio agudo severo) y al MERS-CoV (causante del sídrome respiratorio del medio Oriente), ahora también al SARS-CoV2, el cual en su material genético tiene parecido al de un coronavirus de murciélago y casi un 80% de parecido al SARS-CoV. Son virus de 80 a 220 nanómetros, de ácido ribonucleico en una cadena positiva, de tal forma que pasa directamente a los ribosomas para producir las proteínas que requiere y luego copiarse, tiene una envoltura lipídica proveniente de las membranas celulares con proyecciones proteícas, que le dan la apariencia de la corona solar, a esto se debe su nombre. Tiene proteínas estructurales y no estructurales, el SARS-CoV2 posee 4 proteínas estructurales: la Proteína S, que se fija al receptor de la célula a infectar (ACE2),  Proteína E presente en la envoltura, Proteína M de la matriz y la Proteína N de la nucleocápside. Proteínas no estructurales: Orf1ab, ORF3a, ORF6, ORF7a, ORF8 y ORF10, de las cuales alguna afecta al grupo hemo de la sangre (2,3).

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Imagen: The New York Times.

La descripción del ciclo vital del SARS-CoV2, de manera muy simplificada, consiste en que el virus se une a los receptores celulares ACE2 de la célula a parasitar, se da la penetración del virus, dentro de la célula, el RNA viral induce la producción de proteínas, incluyendo la proteína copiadora del RNA; ya elaboradas las proteínas y copiado el RNA, el virus se ensambla, para a continuación salir de la célula por exocitosis, llevandose como envoltura una fracción de la membrana celular. El SARS-CoV2 queda libre y listo para invadir una nueva célula (2).

Desde el inicio del año 2020 la presencia de este microorganismo entre los seres humanos, primero en China y en el trascurso de los días, semanas y unos cuantos meses en todo el planeta, ha generado cambios no esperados en la dinámica de la vida, en lo individual, familiar, social, comunitario, poblacional y global. Con distanciamiento entre las personas, encierro por disposiciones de cuarentena, cambios en las rutinas de la vida y mucho más. Por otro lado ha ocasionado el desarrollo de sensación de angustia ante el riesgo de infección (miedo), hasta su máxima expresión como terror y el trastorno de pánico con episodios inesperados y repetidos de intenso miedo con dolor de pecho, palpitaciones, falta de aire, mareos, angustia y dolor abdominal, entre otros (5).

Las acciones de la atención para la salud se han visto muy alteradas: la atención del paciente de cualquier patología se cambió con la utilización de cubrebocas, mascarillas, guantes y demás objetos protectores, que han hecho una relación médico paciente diferente, al igual que médico enfermera, paciente enfermera, asistente y todo individuo presente en consultorios, clínicas y hospitales. En el caso de los enfermos con COVID-19, además de lo anterior, una vez consultada la persona e internada en la Institución, pasa a una cama, ese paso, representa la ruptura con su familia y seres cercanos, ya que nunca tendrá visitas durante su internamiento, la comunicación en el mejor de los casos y muy eventualmente será vía telefónica o por vía digital, excepcionalmente por carta escrita por su familiar, que por apoyo y compasión, lee alguien del equipo de salud al paciente gravemente enfermo.

El enfermo hospitalizado se encuentra solo, al grado de que únicamente ve figuras que lo atienden, ya que todos se encuentran con la vestimenta de protección, no ve sus caras, ni su piel, sólo caretas, mascarillas, goggles, uniformes, etc., siempre es tocado y manipulado con materiales plásticos. Al no ver la cara del médico, enfermera, técnico, camillero, afanador, etc., no conoce en manos de quién está. Conforme la evolución de la enfermedad el paciente empeora y si es necesario pasa a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde todo lo descrito se magnifica (4).

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Imagen: BBC.

El enfermo sufre las manifestaciones clínicas en forma progresiva con la doble angustia del daño físico y la soledad. Ante la evolución terminal las últimas palabras que escucha son las de un integrante del equipo de salud, distorsionadas por el aditamento protector, sin haber sentido ni una vez más el contacto con la piel de una persona… muere en situación deshumanizada.

El fenómeno deshumanizante no acaba con la muerte, sus familiares no lo volvieron a ver, sólo en fotografía, no se pudo dar un momento de despedida, ni los rituales de separación final propios de cada sociedad, por tanto, no hay despedida ni rituales de despedida, con las consecuencias emocionales, psicológicas y religiosas. La familia y el entorno social quedan marcados (5).

En el ambito familiar se están dando enormes cambios, la dinámica familiar es otra en la cuarentena, además de encierro, hay limitación del acercamiento físico como el abrazo, el beso, el juego y el encuentro sexual, se generan trastornos emocionales, presiones económicas, irritabilidad de las personas, violencia intrafamiliar, etc.

En lo laboral la inactividad y el trabajo desde casa inducen incertidumbre, miedo a la pérdida del empleo, desconcierto de la productividad propia o el cumplimiento con lo esperado por la empresa, cambios en la remuneración y la posible insatisfacción de las demandas económicas; a su vez todo esto interactúa con la familia, también genera presión por la dificultad de cumplir con el trabajo desde casa, por las distracciones en la misma y la incomprensión de los familiares. Desde luego que hay muchas variantes en función de la actividad laboral de que se trate, los trabajadores informales se ven afectados de forma diferente, ya que su dependencia económica es directa de su actividad, cuando no se trabaja no se obtiene ingreso.

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Imagen: Gaceta UNAM.

La economía, por acción de la pandemia, se ve muy alterada con riesgo a un declive hacia una magna depresión, si no se logra encontrar una fórmula que nos lleve al crecimiento y desarrollo, con la participación de todos los sectores económicos. El paro laboral se traduce en una parálisis de productividad, que nos lleva a desempleo, bajo consumo, mayor pobreza y carencia alimentaria. Esto indefectiblemente nos conducirá a cambios en las políticas nacionales y en las relaciones internacionales, con los riesgos implícitos de los cambios mayúsculos que sin duda vendrán a corto plazo. El Fondo Monetario Internacional ha publicado que la pandemia provocada por el Coronavirus nos llevará a la peor recesión económica desde la Gran Depresión (1).

Al inicio de la tercera década del siglo XXI, el SARS-CoV2, organismo infinitamente pequeño, con dimensiones de sólo algunas mil millonésimas del metro, le dio vuelta al planeta y lo trasformó al punto que la historia, ahora, se divide en: antes y después del Coronavirus (1,6,7).


Referencias:

1. Cedillo-Barron, L., V. López-Perrusquilla, C.J. García, C.G. Visosos (2020) “COVID-19, la enfermedad viral que se diseminó en el mundo”. Rev Avance y Perspectiva 6 (1): 1.

2. Cui, J., F. Li, Z.L. Shi (2019) “Origin and evolution of pathogenic coronaviruses”. Nature Reviews Microbiology 17(3): 181.

3. Guo, Y.R., Q.D. Cao, Z.S. Hong, Y.Y. Tan, S.D. Chen, H.J. Jin, K.S. Tan, D.Y. Wang, Y. Yan (2020) “The origin, transmission and clinical therapies on coronavirus disease 2019 (COVID-19) outbreak – an update on the status”. Military Medical Research 7(1): 11.

4. Guan, W.J., Z.Y. Ni ZY, Y. Hu, W.H. Liang, C.Q. Ou, J.X. He, et al. (2020) “Clinical characteristics of coronavirus disease 2019 in China”. N. Engl. J. Med., Feb 28.

5. Ho, C.S., C.Y. Chee, R.C. Ho (2020) “Mental health strategies to combat the psychological impact of COVID-19 beyond paranoia and panic”. Annals of the Academy of Medicine, Singapore, 49(1): 1.

6. Li, Q., X. Guan, P. Wu, X. Wang, L. Zhou, Y. Tong, et al. (2020) “Early transmission dynamics in Wuhan, China, of novel coronavirus-infected pneumonia”. N. Engl. J. Med. 382(13): 1199.

7. Perlman, S. (2020) “Another decade another coronavirus”. N. Engl. J. Med. 382: 760.


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Sindemia inminente: Covid-19+influenza

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El término sindemia comienza a escucharse con más frecuencia en el día a día, no es un suceso nuevo ya que ha ocurrido en diversas ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad.

La teoría de las sindemias la define como: “Cuando dos o más epidemias coexisten en contextos temporales o geográficos particulares debido a condiciones sociales nocivas”;1 o una sinergia de las epidemias, porque co-ocurren en el tiempo y el lugar, interactúan entre sí para producir secuelas complejas y comparten impulsores sociales subyacentes comunes,2 por ejemplo, las epidemias de VIH y tuberculosis,1 y actualmente la sindemia mundial de obesidad, desnutrición y cambio climático.2

¿Viviremos una sindemia en los próximos meses? Sí, sin duda.

 ¿Qué epidemias tendremos? Seguiremos con la evolución de la pandemia de COVID-19 y además la epidemia anual de influenza estacional en el hemisferio norte.  

sindemia global
Imagen: El Periódico.

Entre estas dos enfermedades respiratorias, sus similitudes y diferencias son considerables. Podemos comenzar citando el gran reto que supone el diagnóstico diferencial derivado de los síntomas que presentan ambas enfermedades. Si bien la COVID-19 nos tiene ante la expectativa de encontrar una vacuna y tratamiento, la influenza cuenta con tratamientos y vacunas efectivas; y ambas convergen sobre las ventajas que trae el diagnóstico y atención temprana, por su mejor pronóstico.

En el caso de influenza, aunque contamos con una vacuna, no cabe duda de que veremos la enfermedad debido a dos factores fundamentales, la resistencia a vacunarse y la producción limitada. No podremos cubrir a todas las personas como lo recomienda la Asociación Mexicana de Vacunología3 y el CDC de Estados Unidos.4

La ONU y la OMS advierten que la demanda de vacunas contra la influenza entre los países del hemisferio norte, ante la llegada de la temporada de invierno, es mayor a la producción. También nos informa que, afortunadamente, este año ha habido “mínimos históricos” de la influenza en el hemisferio sur, atribuyéndolos a las medidas de protección del COVID-19.5 Ante tal panorama, surge la siguiente pregunta: ¿qué pasará en los países hemisferio norte?

sindemia en el mundo
Imagen: Observatorio Regional de Tuberculosis de las Américas.

La sindemia es inminente, pero no podemos dimensionar su gravedad. Por ejemplo, en México el gobierno federal informó que se adquirieron 35.3 millones de vacunas de influenza6 que se aplicarán a nivel público, y tendremos menos de 300 mil a nivel privado. Con el objetivo del gobierno de vacunar únicamente a poblaciones vulnerables y bajo el supuesto de lograr que se apliquen todas las vacunas, sólo el 29% (de un total de 127.2 millones de personas)7 estaría inmunizada contra influenza, lo cual da como resultado a 89 millones de personas, aproximadamente, que serían susceptibles a esta enfermedad.

Teniendo presentes estos datos, debemos de estar preparados para atender ambas enfermedades en todos los grupos de edad. Por ello, tenemos que darles la capacidad a los trabajadores de la salud de diferenciar esas y otras enfermedades, por medio de procesos de capacitación efectivos, brindándoles el equipamiento tecnológico necesario para poder salvar vidas y evitar gastos innecesarios.

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Imagen: The New York Times.

Sabemos que las interacciones entre epidemias amplifican la carga de la enfermedad y que los planificadores de salud pública pueden (o no) intervenir de manera efectiva para mitigar esta carga. Sólo nos queda esperar a que, en esta ocasión, se maneje de manera efectiva con estrategias y acciones de salud pública que estén sustentadas en la ciencia y en la evidencia para evitar un mayor número de muertes.

No podemos olvidar que todos somos responsables de nuestra salud y la de las personas cercanas. Con acciones simples, pero contundentes, como vacunarnos, usar cubrebocas, realizar las medidas de higiene y acudir a recibir atención médica temprana, podemos hacer que esta sindemia tenga un menor impacto que el pronosticado.


Referencias:
Tsai, A.C., Mendenhall, E., Trostle, J.A., Kawachi, I., “Co-occurring epidemics, syndemics, and population health”. The Lancet. 2017;389 (10072): 978.982.

Swinburn, B.A., Kraak, V.I., Allender, S., Atkins, V.J., Baker, P.I., Bogard, J.R., et al. “The Global Syndemic of Obesity, Undernutrition, and Climate Change: The Lancet Commission report”. The Lancet. 2019; 393 (10173), 791-846.

Alianza por la Vacunación. Influenza: Vacuna. [Internet]. [Consultado el 27 Sep 2020]. Disponible en: https://vacunacion.org/influenza-vacuna.html

CDC. Quién necesita la vacuna contra la influenza y cuándo. [Internet]. [Consultado el 27 Sep. 2020]. Disponible en: https://espanol.cdc.gov/flu/prevent/vaccinations.htm

Noticias ONU. La OMS alerta de una posible escasez mundial de vacunas contra la gripe. [Internet]. [Consultado el 27 Sep. 2020]. Disponible en: https://news.un.org/es/story/2020/09/1481302

Rodríguez Calva, P. “Vacuna contra la influenza está lista: López-Gatell”. Excelsior 31/08/2020 22:08. [Internet]. [Consultado el 27 Sep. 2020]. Disponible en: https://www.excelsior.com.mx/nacional/vacuna-contra-la-influenza-esta-lista-lopez-gatell/1403060

CONAPO. Proyecciones de la Población de México y de las Entidades Federativas, 2016-2050. [Internet]. [Consultado el 27 Sep. 2020]. Disponible en: https://datos.gob.mx/busca/dataset/proyecciones-de-la-poblacion-de-mexico-y-de-las-entidades-federativas-2016-2050


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La gran expectativa: ¿la vacuna?

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La historia ha sido testigo de diversas carreras que han marcado a la humanidad, como la carrera armamentista o la carrera espacial, pero nunca una carrera para prevenir enfermedades como la que estamos viviendo actualmente. La carrera vacunal del COVID-19.

No es cuestionable el hecho de que gracias a las vacunas se han salvado muchas vidas, logrando el control y la erradicación de enfermedades infecciosas. Por ello, la excepcional carrera en la que actualmente participan profesionales de la salud, empresas y organizaciones de todo el mundo, tiene un único objetivo: que la siguiente enfermedad prevenible por vacunación sea el COVID-19.

Se están desarrollando más de 131 vacunas, hasta el 13 de septiembre de 2020, varias de ellas ya están siendo sujetas a estudios en humanos, de las cuales se encuentran 25 en fase 1, 14 en fase 2 y 9 en fase 3.1[1]

vacuna pandemia
Imagen: MedPage Today.

Esta carrera vacunal ha creado una gran expectativa, tanto por su gran exposición mediática como por la constante comunicación de los casos y las muertes causadas por la enfermedad que se cuentan día a día. La lista de desafíos que enfrenta la vacuna del COVID-19 es larga: se encuentran los retos técnicos, científicos, de manufactura y distribución, sumándose los desafíos de la esperanza, la expectativa, la confianza y la aceptación de la población.

Hay que tener claro que, así como los éxitos son repetidos millones de veces, en miles de idiomas, en miles de medios y llegan a millones de oídos, los fracasos se van a repetir aún más. Lo que nos compromete a tener mucho cuidado, porque no hay resultados perfectos cuando se investiga algo sin dar lugar y tiempo a descubrir los efectos negativos factibles, un fracaso puede modificar la percepción de la población y hacer que se pierda la confianza no sólo en la vacuna del COVID-19 sino en la vacunación.

vacuna coronavirus
Imagen: NPR.

La comunidad científica tiene la responsabilidad de ser prudente en la realización de los experimentos y en el manejo de los resultados, para no perder ni la esperanza que hoy se tiene hacia la posible vacuna, ni poner en entredicho la efectividad de las vacunas.

La primera pandemia de este siglo, la influenza de 2009, nos recuerda que ya contamos con una experiencia sobre el problema de aceptación a una nueva vacuna. Muchas personas en el mundo se negaron a aplicársela a ellos o a su familia por diversas causas, entre las que sobresale la desconfianza y desconocimiento. Lo que ha traído una consecuencia que hemos arrastrado durante más de 10 años: los mitos e información errónea de la vacunación contra influenza.

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Imagen: The New York Times.

En esta carrera vacunal todo puede pasar, pues los riesgos son muchos, sin embargo, para evitar que más personas enfermen, que más personas pierdan la vida, debemos arriesgarlo todo por descubrirla, debemos ser prudentes y buscar estrategias para que esta gran expectativa genere una confianza que se vea reflejada en una aceptación universal de aquellas vacunas que respondan a protegernos.  

Es decir, que no debemos olvidar que la vacuna no salva vidas, lo que las salva es la vacunación. Y para que eso se logre, que se cumpla la verdadera expectativa y se mantenga la esperanza: CONFIEMOS EN LA CIENCIA, LA EVIDENCIA Y TENGAMOS PACIENCIA.


[1] Corum, J., D. Grady, S. L. Wee, C. Zimmer. “Coronavirus Vaccine Tracker”. The New York Times. Actualizado el 13 de septiembre de 2020. Revisado el 14 de septiembre de 2020 en: https://www.nytimes.com/interactive/2020/science/coronavirus-vaccine-tracker.html


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