Cuando ellos despertaron… todo seguía siendo política

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#CuandoDespertaron

Había una vez un dirigente de un partido quien, mientras dormía, soñaba que le habían encomendado ganar una elección a como diera lugar. Al tratarse del partido que detentaba el poder, este dirigente recibía órdenes de sus superiores. No procedía solo y su margen de decisión era, por no decir poco, casi nulo. Pero eso iba a cambiar, en los sueños, todo era posible.

Mientras soñaba, el dirigente revisaba los perfiles de los precandidatos y encontró que, en un estado del sur de país, uno de los precandidatos había sido acusado por violación. Su indignación era total.

—¡Cómo era posible que siquiera pudiera registrarse como precandidato una persona acusada de semejante delito!, pensaba el dirigente.

Seguía su sueño y se veía como todo un super héroe (con capa y toda la cosa) y que, levantando el vuelo cual superman, llegaba al palacio de su superior y le informaba sobre su hallazgo. Su superior, indignado, le ordenaba que por ningún motivo permitiera que ese precandidato siquiera participara en la elección interna. Había muchas personas valiosas en ese estado que perfectamente podrían ser los candidatos, sin esa sombra de duda que aquejaba al precandidato mencionado. Reconfortado, el dirigente voló de regreso y rápidamente anunció a todo lo largo y ancho del país, que retiraban a ese precandidato y que, si quería ir a la contienda, no lo haría arropado por su partido. La ovación no se hizo esperar, sobre todo la de las mujeres de ese estado del sur del país quienes, agraviadas, se sentían liberadas de no tener la posibilidad de que su gobernante fuera un violador.

El dirigente despertó de su sueño y estaba muy contento, se sentía reconfortado; pero unos momentos después, se miró al espejo y recordó quién era. Ya no tenía la capa, ni parecía súper héroe. Recordó que el personaje violador, que veía en su sueño, no había sido detenido y que el partido que aquel dirigente encabezaba, lo arropaba. Se deprimió entonces.


Había una vez un hombre supremo quien, mientras dormía, soñaba que todo funcionaba bien en el país que gobernaba. La pobreza no existía, el desarrollo económico era impresionante y el empleo crecía de forma exponencial. La violencia e inseguridad eran cosas del pasado y su combate a la corrupción había sido tan efectivo, que ahora todas las compras de gobierno eran concursadas, informadas en el preciso momento en que se llevaban a cabo y perfectamente registradas. Este hombre supremo vio entrar, por la ventana de su palacio, a un súper héroe vestido de capa. Era el dirigente de su partido. Lo recibió con júbilo y, cuando escuchó sobre el hallazgo de aquel hombre que osó registrarse como precandidato del partido donde ellos militaban, aun siendo acusado por violación, el hombre supremo le ordenó a su dirigente que, por ningún motivo permitieran que ese precandidato siquiera participara en la elección interna.

El hombre supremo despertó de su sueño y estaba muy contento, se sentía reconfortado, después se miró al espejo y recordó quién era. Estaba convencido de que todo lo que hacía estaba bien, y que lo que había soñado era lo que estaba pasando en el país que gobernaba. Lo único que no le cuadraba del sueño era por qué le había ordenado a su dirigente que no permitiera que ese precandidato violador participara en la elección interna. Se regocijó de recordar que eso sólo lo había soñado y que efectivamente, para él, lo importante es quién pueda llegar a ganar una elección y no qué antecedentes tenga.


sueno bestia

Había una vez un candidato a un gobierno de un estado del sur de un país quien, mientras dormía, soñaba. Para él era un sueño dulce, pero para cualquiera que viera lo que soñaba, era una pesadilla. En el sueño, sometía a mujeres, las amedrentaba. Las violaba una y otra vez. Aparecían más mujeres afectadas, en la medida en que el candidato tenía más poder. Se regocijaba del poder y lo usaba para tener más mujeres sometidas, asustadas y vulnerables. Su risa era una carcajada malévola. Se sentía un animal poderoso y bufaba estruendosamente mientras las mujeres trataban de huir sin conseguirlo. Las pisoteaba, las tomaba del cuello y las engullía como un monstruo hambriento. Después, veía en su sueño cómo todo se le venía abajo, porque un super héroe llamado dirigente y su superior lo dejaban solo y no apoyaban su candidatura.

El candidato despertó de su sueño y estaba muy angustiado, su corazón palpitaba aceleradamente y sudaba.

—“¡Cómo es posible que me quitaran mi candidatura!”, pensaba.

Se miró al espejo y recordó quién era. Se sintió tranquilo y en paz, seguía siendo candidato y sus sueños se harían realidad. Por lo menos eso pensaba él.


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