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Regreso a clases: ¿Realmente estamos preparados para un aprendizaje virtual?

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Se espera que en este regreso a clases del próximo lunes 24, más de 30 millones de estudiantes en el país reciban contenido educativo a través de emisiones de radio y televisión, cuadernillos de trabajo y el uso de las plataformas de Internet. Un derecho que no está al alcance de todos.

Objetos como cuadernos forrados, colores, lápices, libros, uniformes escolares, que se encontraban en la lista de útiles escolares que se entregaba a los padres de familia, serán sustituidos por laptops, computadoras, wifi, auriculares, teléfono con cámara frontal…, éstos serán los nuevos útiles que tus hijos requerirán para el nuevo regreso a clases.

Si no formas parte del 44.3% de la población que cuentan con estas facilidades de conectividad, tus hijos contarán con recursos adicionales como las clases por televisión y radio.  

La familia Luque vive en Veracruz. Su rutina ha cambiado desde el inicio de la pandemia y mientras mamá se va a trabajar, papá también trabaja pero desde casa, y se queda con dos niñas de 8 y 11 años. Lo que más le preocupa a Jorge, el padre de familia, es que no pueda administrar sus tiempos entre su trabajo, la educación con sus hijas y los quehaceres del hogar. Pero este no es el único problema que enfrentan muchas familias mexicanas, la nueva y costosa lista de materiales pone en aprieto el bolsillo de muchos padres.

México es uno de los países que ha tardado en desarrollar plataformas digitales y no ha logrado llevar la conectividad a muchas zonas rurales del país; por lo que en convenio con algunas cadenas televisoras, el secretario de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, puntualizó que esta modalidad de aprendizaje virtual tiene una base pedagógica y equitativa, los materiales y libros de texto gratuitos serán distribuidos en todas las entidades necesarias y “los alumnos seguirán con los planes, programas y aprendizajes esperados”.

El Semanario Sin Límites recorrió las calles del centro capitalino, y como era de esperarse, nos encontramos con una multitud de padres que han acudido a la Plaza de la Tecnología en busca de equipos de computación para sus hijos. Los mismos vendedores de los diversos locales aseguran que muchos padres buscan accesorios de vía digital reconstruidos o usados como smartphones, iPads y laptops, que seguramente no tienen una duración mayor a 4 meses por lo menos.

404 error – Acceso inhabilitado

Aun cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló que México es el país con peor calificación en educación en línea, la pandemia forzó al sistema educativo a mirar hacia una dirección digital que permitiera a los alumnos mantener la cuarentena y evitar la propagación del virus, sin arriesgar su aprendizaje educativo. Sin embargo, hay que recordar que no es nuevo este tipo de implementación de educación a distancia por medio de la televisión y radio, un ejemplo, las telesecundarias.

Ángel Tinajero es profesor de telesecundaria en la localidad de Aquismón, San Luis Potosí, y junto con otros profesores han tenido que adecuar las actividades educativas en dos ejes: la propuesta de televisión y un cuadernillo de actividades. –Al inicio de la pandemia –nos comenta Ángel– nos pidieron hacer un cuadernillo de actividades que contemplara todos los contenidos del periodo marzo-junio y también que usáramos plataformas como Google Classroom, como organizadores virtuales que nos permitiera continuar con la evaluación del alumnado. Pero al no contar con accesos y facilidades de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en la comunidad, sólo el 2% de los estudiantes pudieron continuar con su educación.

La falta de accesibilidad no es el único problema en esta modalidad educativa: “Por desgracia, nos enfrentamos a un problema nacional, pues más allá que no contemos con apoyo del municipado ni del gobierno, tampoco contamos con el apoyo de los padres… No existe una recepción ni apoyo por parte de ellos, y su involucramiento con la educación de sus hijos es nula”.

¿Papá, qué tan involucrado estás?

Como buen padre, Jorge procura brindarles la mejor educación, pero con la pandemia y la nueva modalidad educativa, no cree que la educación virtual sea lo más adecuado para ellas a nivel primaria… y menos para él. 

“La manera de trabajar se vuelve más complicada, como padres estamos acostumbrados a que los niños vayan a la escuela, sabes que están ahí y que sus maestros se encargan de su educación… En México hay una gran prejuicio sobre la calidad de la educación pública a la privada, pero también la crisis económica no te permite pagar más la colegiatura, y tienes que irte por la primera opción”, dijo Jorge.

Como otras familias, la familia Luque recibía programas semanales de la maestra a través del grupo de WhatsApp, los requerimientos de evaluación eran a través de videos en los que se mostrara a los niños trabajando sus actividades. Aunque esta evaluación resulta dudosa, tampoco reflejaba un aprendizaje real en los alumnos.

“Como papá, apoyo en las mañanas con la educación de las niñas, y programo mi trabajo en la tarde, pero al final del día no puedo con todo… también necesito dedicarle tiempo a mi trabajo… ahora tengo que sacar trabajo y escuela”.

¿Existe alguna oportunidad para un sistema educativo en crisis?

Daniel Galicia, ex profesor del Colegio Jaime Sabines en Texcoco, entiende la preocupación de los padres y la desconfianza que generan en ellos el que un televisor sea el nuevo profesor de sus hijos. Pero el problema educativo no reside en el medio por donde se imparta la educación, sino en qué forma se plasman esos contenidos: “algunas prácticas de enseñanza siguen siendo tradicionalistas, el problema es que, aún en plataformas digitales, el modelo se mantuvo, y no motivan una participación activa en los jóvenes para generar conocimiento de forma interactiva”. 

“Los padres cuestionan los nuevos modelos educativos y desconfían del valor educativo de la institución y de la enseñanza a través de plataformas y videollamadas. Esta pandemia vino a cuestionar el papel de la escuela y del maestro en su función de sólo dictar la clase”. “Como profesores, no podemos decir si esta iniciativa funcionará o no a largo plazo, pues los alumnos no asisten con regularidad a las sesiones virtuales… no se puede saber el grado de aprendizaje real”.

Brecha de conectividad en los Estados

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En México, se registra un balance creciente de aquella población con acceso a Internet, especialmente al alza durante esta pandemia, a partir de trasladar la operación productiva, social, educativa, cultural, de entretenimiento, entre otras a nuestros hogares.

Al cierre de la primera mitad del año, se contabilizaron 87.3 millones de internautas, lo que implica que una proporción de 76.0% de los mexicanos de seis años o más tendrán el potencial de comunicarse, entretenerse, informarse e incluso aprender y trabajar, durante este periodo de cuarentena que aún no tiene una fecha cierta de término para gran parte del mundo.

No obstante, el acceso a la conectividad y su potencial aprovechamiento, no es homogéneo en todo el territorio nacional. Si bien se han registrado avances significativos en las métricas nacionales, ésta no ha sido una realidad para todas las entidades federativas de nuestro país, puesto que algunas han permanecido consistentemente en rezago frente a otras hiperconectadas.

brecha de conectividad
Ilustración: Aleks Orel.

IDT-Mx: Brecha de Conectividad Estatal

De acuerdo con un análisis realizado por The Social Intelligence Unit (The SIU: www.the-siu.net) se identifica una heterogeneidad en el acceso, utilización y capacidad de aprovechamiento de las TIC entre los estados del país, a partir de utilizar el “Índice de Desarrollo de las TIC” (IDT), elaborado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en su versión adaptada y actualizada para México (IDT-Mx en adelante).[1]

El IDT-Mx, basa su metodología en el indicador global comparable y replicable en el tiempo para 167 países, tal que dimensiona los avances y persistencia de la brecha de conectividad para propiciar el progreso humano y acelerar el crecimiento y desarrollo de las sociedades, en este caso de las entidades federativas.

Este indicador toma valores entre 0 (nulo desarrollo) y 10 (máximo nivel de desarrollo de las TIC).

brecha de conectividad

De acuerdo con esta métrica, el nivel nacional registró un marcado avance, al registrar un incremento de 1.65 puntos o de 48.2%, al pasar de alcanzar 3.42 en 2016 a 5.07 puntos en 2018, a la mitad del camino para ser equivalente a un pleno desarrollo de las TIC.

No obstante, entre las entidades federativas, The SIU identifica una notable disparidad, puesto que seis (CDMX, Nuevo León, Sonora, Baja California Sur, Baja California y Quintana Roo) superan por más de un punto el promedio nacional, pero cuatro (Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Chiapas) se encuentran más de un punto por debajo de éste.

Estos últimos sistemáticamente se posicionan como los de menor disponibilidad y accesibilidad de las TIC, circunstancia que es menester nivelar.

En términos generales, 20 de las 32 entidades federativas registran un nivel medio alto o alto en el IDT-Mx, todas con una ganancia en su puntuación respecto al ejercicio previo. Sin embargo, debe ser motivo de preocupación y dedicación de esfuerzos la persistente brecha de conectividad entre los estados con mayor y menor IDT-Mx.

Lecciones de Política Pública

Estas circunstancias demuestran la necesidad de enfocar las estrategias de promoción de despliegue y aprovechamiento de la conectividad en los estados en los que es menor el nivel de desarrollo de las TIC.

El diagnóstico que provee el IDT-Mx y su actualización, publicada por The SIU, provee un punto de partida para el desarrollo de líneas de acción de los esfuerzos para desplegar una más efectiva política pública y privada de conectividad, sobre todo en aquellos estados con mayor rezago.

Ésta es una guía para los hacedores de política pública federal, pero especialmente estatal, para cumplir y garantizar el derecho constitucional a la conectividad y consecuentemente, nivelar su uso y aprovechamiento entre la población mexicana.


Notas:
[1] The SIU, “Índice de Desarrollo TIC para México y Brecha Digital” (Junio, 2020). Disponible en: https://bit.ly/2zZ8x2b


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El valor del celular y la tecnología en la familia

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El acelerado ritmo de la tecnología nos está llevando a perder lo poco o mucho de humanidad que llevamos dentro de nosotros. ¿Se han percatado en sus comidas de fin de semana en algún restaurante cuando todos los miembros de una familia llevan un celular, se sientan, y siguen pegados al teléfono? Se molestan cuando el empleado que los atiende interrumpe para preguntar qué desean tomar. Contestan de mala gana y regresan al aparato, y sucede con todos invariablemente.

Si llevan a un pequeño de dos a tres años lo entretienen con un iPad, seguramente para evitar que dé lata, mientras él se comporta como lo que es, un niño, inquieto, deseoso de conocer, ver, aprender, de dar guerra, es por instinto.

Confieso que mis hijos ya casados, y con sus respectivos hijos, aplican la misma forma, el celular o el iPad. Me doy cuenta que la comunicación ya no existe, y se supone que ir a comer en “familia”, dadas las ocupaciones de todos los miembros, debería ser para convivir genuinamente y compartir cómo nos ha ido en la semana, ya sea en la escuela, el hogar, el club, el trabajo, los planes que todos tenemos y cómo los vamos a lograr, a ejecutar, etc. Es muy lamentable que nada de esto surja.

¿Acaso los niños que no tienen para un celular o un iPad, viven infelices?, ¿cómo es su vida?, ¿realmente ellos sí pueden convivir con su familia?, ¿disfrutan el tiempo juntos? No dudo que en su casa tengan una TV y que, como la mayoría de las personas, vean películas, noticias, programas o series, pero estoy seguro de que su convivencia es mejor porque se da en conjunto y todos participan de la misma.

Si pasamos a otros casos relacionados con el confort y el menor esfuerzo, sólo pensemos cuando nos invitan a una comida cualquiera, y de acabarse el hielo o los refrescos, teniendo cercana una tienda de conveniencia a 100 metros, siempre predomina la preferencia de ir en coche en lugar de caminar un poco. Hay familias, en otras circunstancias (y no sólo económicas), que caminan más para ir por cualquier cosa que haga falta sin la necesidad de sacar el auto.

tecnologia y celulares.
Ilustración: Medium

También cuando se trata de las tareas escolares, el panorama es distinto en familias que cuentan con recursos, en donde hay computadoras óptimas, una buena red de Internet, impresoras, y en general, la mejor tecnología disponible para el cumplimiento de las labores de la escuela sin salir de casa. Pero, en contraparte, ¿qué pasa con las familias de pocos recursos?, ¿tendrán computadora?, ¿Internet?, ¿impresora?, desde luego que no, y si hay dinero tendrán que acudir a un cibercafé –con mucha prisa para que no se les acabe el tiempo comprado de Internet, sacar la mayor información posible, y si les sobra, pedir que le impriman la información y cumplir con la labor escolar para el día siguiente–. Claro que también están las zonas de WiFi que ha instalado el gobierno (aunque no seguras, las hay), pero faltaría solucionar el tema de imprimir.

¿A qué voy con todo esto?, recordemos el tema toral de esta columna “desigualdad”, ¿se dan cuenta del abismo que sufre la mayoría de los niños en nuestro país?, ¿cómo podemos pedir mejor educación para nuestros hijos cuando existe esa brecha enorme de clases sociales?

Si bien es cierto, un sector de los industriales con buenas o regulares intenciones donan equipos de computo a las escuelas (sí, algunos dirán que lo hacen para no pagar impuestos, pero ¿por qué ver lo negativo todo el tiempo y no lo positivo?, están dando herramientas a los niños para evitar que esa “brecha” sea más grande cada día).

Les pregunto ahora, ¿puede realmente haber competencia entre un estudiante con la última tecnología existente a su alcance, y la de otro niño que no tiene idea ni siquiera de cómo prender una computadora?, ¿estar ajeno a las noticias no sólo tecnológicas, sino ambientales, industriales, alimenticias, etc.? Es obvio que no, luego entonces, ¿qué hacer? Desde mi opinión, promover que las empresas importantes donen (con o sin impuestos) equipos, tecnología a las escuelas, ya que está visto que el gobierno no lo hará, y si lo hacen, será porque en esas escuelas asisten conocidos, hijos de empleados del mismo gobierno, secretarias o compadres; si no se han dado cuenta, el sistema no ha cambiado y ni cambiará.

Para muestra del año que termina, si bien es cierto que existían muchas asociaciones “rémoras” que vivían del presupuesto sin hacer absolutamente nada, no todas eran iguales. Por eso se cortó de manera tajante con todas, aunque creo que se pudo haber hecho algo mejor, como realmente investigar las instituciones que eran productivas, separarlas de las deficientes, y quitarles los impulsos, desapareciendo todos los vicios. Lo que ha pasado es una pequeña muestra de que falta personal preparado, instruido, con “sentido común”; no todo estaba corrompido, ¿qué se hizo con la gran cantidad de dinero que supuestamente se ahorró?, ¿dónde está?, ¿por qué no hacer lo mismo con los partidos políticos?, reducir el número de integrantes en la Cámara de Diputados (¿la mayoría trabaja?), del Senado. Si vamos a hacer una limpia, que sea “completa” y veamos si hay voluntad política para llegar hasta allá.

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Imagen: ULCM.

De la bandera de principio de año gubernamental, el “huachicol”, ¿quiénes han caído?, ¿cuánto dinero se ha incautado?, los líderes, ¿ya se les comprobó algo?, hay miles de carpetas de investigación, cierto, pero ¿se está investigando en realidad? O, una vez más, ¿es atole con el dedo?

Se le pregunta al Ejecutivo en sus mañaneras sobre este tema, pero la respuesta va a Saturno, pasa por Mercurio, se detiene –el clásico impasse– pero no responde nada de lo que se le cuestionó… así, nadie puede.

Como mencionaba al principio, teniendo un cierto camino recorrido con sus altas y bajas –cómo todos los que trabajamos–, sugería que en las próximas reuniones propias de la bella época decembrina, hicieran el ejercicio de que a la hora de recibir a sus invitados en una reunión familiar, pusieran una cesta, y de la manera más amorosa y cortés pedir a todos que pongan sus equipos celulares dentro de la misma y se dediquen a volver a hacer lo que se acostumbraba antes de la llegada de los mismos. Les aseguro que, aunque al principio algunos se molesten, al final de la velada agradecerán que se les haya inducido amorosamente a convivir con lo más importante que hay para el ser humano, “la familia”, “la amistad”, recuerden que ninguna de éstas se compra, se podrá fingir, cierto, pero ésa se delata o reconoce muy fácilmente.

Sólo me queda agradecer sus comentarios, sugerencias y desearles que tengan unas festividades llenas de amor, y que el 2020 les traiga principalmente salud y, de ser posible, bienestar.

Si gustan, nos seguimos leyendo.