desaceleración

La reconversión y eficiencia de los recursos a raíz del COVID-19

Lectura: 5 minutos

Y cuando pensábamos que todo era malas noticias para las empresas con el COVID-19, ahora vemos que también hay razones para estar optimistas y aprovechar oportunidades. La pandemia ha llegado para dejar una huella imborrable en la humanidad. Los negocios –y la vida en general– ya no serán los mismos a partir de ahora.

Al relajarse las restricciones del encerramiento en varios países del mundo, muchos esperan que, con mayores estándares de limpieza y distanciamiento social, los negocios continuarán en una nueva forma. Por ejemplo, muchos viajeros dudarán de viajar al extranjero, dado que los aeropuertos se consideran como centrales para la propagación del virus. Las nuevas condiciones forzarán la reconversión parcial o total de activos y oficinas.

La desaceleración de la actividad económica repercutirá en la producción y la rentabilidad de determinadas empresas. Las nuevas medidas sanitarias incrementarán los costos de transporte y disminuirán la agilidad con que se pueden llevar productos de un país a otro. Las empresas que dependen de los bienes intermedios deberán tener opciones de fuentes de abastecimiento.

empresas covid 19
Ilustración: Henry Wong.

Además, como indicó Carl-Henric Svanberg, presidente del Consejo de Volvo Group, después de cambiar la forma en que los ciudadanos viven, trabajan y viajan, y de interrumpir las cadenas de suministro mundiales, la crisis del COVID-19 ahora debe ser aprovechada como una oportunidad para proteger a Europa en el futuro y mejorar la vida de la mayor cantidad posible de ciudadanos de la UE. En este sentido, los países y regiones tenderán a cerrarse para protegerse y recuperarse; buscarán apoyo a lo local.

Las empresas que sean lo suficientemente ágiles para identificar y/o desarrollar proveedores locales o cercanos, y que tengan suficiente liquidez para sobrevivir a períodos de bajas ventas e ingresos, alcanzarán una ventaja competitiva. Como contraparte, existirá una gran ventaja para las empresas que logren identificar estas oportunidades de reconvertir activos y sustituir importaciones de países lejanos, debido a menores distancias y mejores condiciones de transporte.

De acuerdo con Felipe Sandoval, presidente de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial –FEMIA–, en el caso específico de la industria aeroespacial se espera una disminución de la producción con base en la reducción que están viviendo la mayor parte de los constructores como Boeing, Airbus, Embraer, entre otros: por lo tanto, el resto de la cadena productiva debe adecuar sus capacidades… Resaltó que las empresas OEM (fabricante de equipo original, en inglés: Original Equipment Manufacturer), que tenían una sola fuente de proveeduría en Asia, ahora van a buscar nuevos proveedores en México. Esto representa una oportunidad tremenda para la industria en México. Las empresas OEM buscarán una proveeduría dual que los proteja de crisis como ésta.

bancos, empresas, pymes
Imagen: Reporte Índigo.

En el caso particular de México, tenemos la ventaja sobre la mayoría de los países por la cercanía y por estar en el mismo horario con Estados Unidos. En cuanto a las exportaciones a nuestro país vecino, se requerirán “certificaciones” para reanudar las cadenas de suministro. Es la oportunidad para las PyMEs de tener protocolos de seguridad claros, de acuerdo con estas exigencias. Los maquiladores de diferentes industrias y productos ya no pueden ser simples “tomadores de órdenes de compra”, ahora deben pensar en la forma de cumplir mejor las necesidades, no sólo de sus clientes, sino también del último consumidor, conforme a la tan mencionada “nueva normalidad”. Si no podemos cambiar el entorno macro del país, cambiemos el micro de nuestras empresas. Si queremos mantener la competitividad a nivel mundial, adoptemos y adaptemos, a nivel de empresa, las medidas que definan los demás países y empresas transnacionales.

En la reconversión de activos, buscar negocios que se han privilegiado por la pandemia, aquellos que cubren las necesidades básicas. Estos sectores requieren de gran variedad de suministros, en bienes y servicios. Por ejemplo, en el sector gasolinero, hay proveedores de sistemas y equipo que han solicitado a sus clientes evitar las compras de pánico, ¡las ventas están rebasando su capacidad de producción! En este sector, se están realizando inversiones para disminuir costos de operación, como la instalación de paneles solares. Además, buscan disminuir riesgos sanitarios con bombas de autoconsumo. También tienen la oportunidad para reducir los costos fijos mediante la contratación de maquiladores de servicios como, por ejemplo, para mantenimiento de equipo, pistas, imagen. O buscan usos suplementarios de sus activos para aumentar ingresos (anuncios, espacios publicitarios: se tiene cautivo al consumidor por algunos minutos). De lo anterior, se concluye que no es necesario pertenecer directamente al sector básico, se pueden ofrecer productos y servicios al mismo.

empresas y pymes en covid
Ilustración: Feepik.

Para las PyMEs existe también una oportunidad para empezar negocios cooperativistas: cámaras, asociaciones y alianzas para influir, defenderse y lograr mejores condiciones de suministro con economías de escala, para cubrir las necesidades de las grandes empresas que ven entorpecidas sus cadenas de producción y distribución.

Las empresas deben analizar los espacios físicos que tienen disponibles y buscar usos alternativos para su maquinaria y equipo. Honeywell es uno de los fabricantes que se ha unido para apoyar las contingencias de la industria médica. Este reconocido fabricante de componentes aeronáuticos tiene como meta producir más de 20 millones de máscaras desechables N95 mensualmente para combatir el COVID-19 en Estados Unidos, además de continuar con su negocio principal. ¡Creatividad para extrapolar lo que hacen otras empresas, para aplicarlas a la nuestra!

empresas, liquidez, pymes
Imagen: Finect.

¿Problemas de liquidez? Identificar mecanismos de financiamiento creativos. Por ejemplo, hacer líquidos los activos circulantes a través de esquemas ya ofrecidos por instituciones financieras, donde no se demandan mayores estudios de crédito, ya que los propios activos quedan como garantía. Ante esta época de pandemia donde el “efectivo es rey” (cash is king), es imperante tener opciones financieras que protejan la generación de efectivo.

En mi calidad de consultor y director/fundador de una PyME, actualmente me cuestiono y resuelvo, en forma constante, preguntas estratégicas: ¿Cómo sacar mejor provecho a mis activos? ¿Qué usos alternos les puedo dar? ¿Qué otros servicios puedo ofrecer? ¿Cómo me adapto a las nuevas necesidades del entorno? ¿Qué aprendizajes puedo obtener de otras industrias para aplicar a mi empresa?¡Creatividad e innovación dirigida son el nombre de la “nueva normalidad”!


También te puede interesar: Hora de ajustes en la respuesta a la pandemia.

Telecomunicaciones en 2019: Dinamismo con Reconcentración de Mercado

Lectura: 4 minutos

Durante 2019, el sector de telecomunicaciones registró un mayor crecimiento que el de la economía en su conjunto, medido por su evolución de ingresos.

Esta trayectoria contracíclica implica que mientras que la economía mexicana se ubica en un escenario de desaceleración y próximamente recesivo, se registró un sostenido dinamismo de los ingresos generados por la provisión de servicios de voz, datos, video y servicios empaquetados, así como por la comercialización de equipos móviles.

Crecimiento de los Ingresos Telecom en 2019

El conjunto de operadores de telecomunicaciones generó ingresos por $496,942 millones de pesos (mdp.) en 2019, 3.8% más que en el año previo.

Destaca el alza en el segmento de TV de Paga y Servicios Convergentes, al alcanzar un crecimiento anual de 10.5%. Éste es el segundo componente de ingresos sectoriales, con un peso relativo de 20.8% en el total, después de las telecom móviles.

La diversificación de ofertas, el aumento de alternativas en el acceso a contenidos, la mayor calidad y velocidad en la transmisión de las redes, a partir de la creciente inversión en la infraestructura por parte de los competidores cableros; así como el menor precio relativo de los empaquetamientos frente a la contratación individual de servicios, ha impulsado la contratación y preferencia por la oferta de estos operadores.

Ingresos de Telecomunicaciones / (Miles de Millones de Pesos)

telecomunicaciones gráfica
The Competitive Intelligence Unit con información de los Operadores.

Otro motor es la conectividad móvil, que creció 4.7% y alcanza a representar 6 de cada 10 pesos que ingresan al sector.

En franco contraste, el segmento fijo de voz y datos continua su caída secular. A pesar del uso y contratación de Internet en hogares y unidades económicas, sus ingresos se contrajeron 4.6% en 2019, por la continuada sustitución fijo-móvil.

No obstante, en estos días de crisis por el coronavirus, las redes fijas ratificarán su importancia y creciente soporte de transmisión de vastos volúmenes de tráfico de voz, datos y video y de acceso a un cúmulo de aplicaciones de comunicación a distancia, entretenimiento, productividad y plataformas de contenidos.

Incluso, probablemente este fenómeno sanitario traerá consigo un alza en la contratación de estos servicios.

Reconcentración de Mercado: Pérdidas en Competencia

Un elemento que llama la atención, de hecho preocupa, es que el descrito dinamismo sectorial se enmarca por una creciente participación de mercado del preponderante –América Móvil, Telmex-Telnor/Telcel– en el sector. Esto, tanto en términos de sus ingresos monetarios como por el número de suscriptores o líneas.

Si bien en el bienio 2017-2018, su participación de mercado en ingresos se mantuvo relativamente constante, en 2019 repuntó a 58.8% en el cuarto trimestre. Es decir, prácticamente al mismo nivel que hace tres años, cuando se realizó la primera revisión a las medidas de preponderancia.

Participación de Ingresos de Telecomunicaciones del Preponderante

(Proporción del Total, %)

telecomunicaciones grafica, tabla
The Competitive Intelligence Unit con información de los Operadores.

Esta apropiación de ganancias es marcadamente mayor en el segmento móvil.

En términos de ingresos, la subsidiaria del preponderante en este segmento (Telcel) registra una reconcentración de mercado desde 2018. De manera secuencial, en los últimos ocho trimestres, el operador se ha apropiado crecientemente de participación de mercado por la provisión de servicios de voz y datos y comercialización de dispositivos móviles. Al acumular $210,318 mdp. en ingresos móviles, equivalente a un crecimiento anual de 6.7%.

Esta trayectoria ascendente ha llevado el peso de Telcel de 68.2% en el 4T-2017, a 70.7% en 4T-2018 y más recientemente a 72.3% en el 4T-2019. Con esta trayectoria, en breve el preponderante recuperaría sus niveles cercanos a los del inicio de la Reforma.

telecomunicaciones, tabla

Medido a través del Índice de Herfindahl-Hirschman (IHH), la estructura del mercado pasó de un nivel que se aproximaba a los 5,000 puntos durante a 2017 (zona ya de excesiva concentración), a uno de 5,642 puntos al 4T-2019. Esto es, una franca trayectoria ascendente que evidencia una pérdida en las ganancias en competencia, al tomar la forma de “u aplanada” en el último lustro (2015-2019).

Con todo, vemos un agente económico preponderante in crescendo y la competencia va en decadencia.

Este testimonio cuantitativo nos da muestra de la necesidad de ajustar y adicionar medidas que cumplan con este cometido en la regulación asimétrica, para concretar la renivelación del terreno competitivo.

En la próxima revisión al marco regulatorio de preponderancia, aplazada por la contingencia provocada por el coronavirus, el regulador debe no sólo detonar y acelerar la desconcentración de mercado, sino también frenar y revertir la reconcentración en ingresos y líneas, especialmente en el segmento móvil. Toda vez que esto imposibilita el desarrollo de la competencia y una dinámica eficiente del mercado.

Este escenario de dinamismo con reconcentración de ingresos y pérdida de ganancias en competencia es incompatible con el cometido que tiene el regulador de asegurar un crecimiento sostenido, un dinamismo creciente de las inversiones en infraestructura de servicios y una mayor asequibilidad de los servicios en el medio y largo plazos.


También te puede interesar: Telecomunicaciones en 2019: Dinamismo con Reconcentración de Mercado.

El virus no tiene la culpa

Lectura: 3 minutos

Los hechos primero: mucho antes de que la OMS declarara la pandemia por el COVID-19, la economía mundial ya estaba en franca desaceleración. No hay una relación causal entre los dos eventos, aunque al cruzarse, ambos empeoran.

Hay una crisis en proceso desde tiempo atrás y preocupa mucho a los gobiernos de las principales economías ocultar a sus sociedades la verdadera naturaleza de los problemas; la psicosis por el riesgo a la salud contribuye a ocultarlos al escrutinio público, aunque no de todo mundo: el Vaticano está convocando a proponer un nuevo orden económico global.

Sólo para constatar que la desaceleración tiene años gestándose, partamos de la década de 1960 a 1969, cuando el PIB de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón y el Reino Unido creció al 5.1% anual promedio para el conjunto, mismo que, en constante declinación, había caído al 1.2% entre 2011 y 2018.

Estados Unidos crece ahora a 2% anual mientras que Europa y Japón al 1% y las economías de Brasil, México, Turquía, Argentina, Sudáfrica y Rusia, las más importantes entre las emergentes, están prácticamente estancadas.

crisis por coronavirus
Imagen: Head Topics.

El crecimiento chino cayó a menos de 5% en 2019, la tasa más débil en casi 30 años y crecerá por abajo de 4% este 2020. Antes del famoso virus, el FMI había publicado que, “En cualquier escenario, el crecimiento global en 2020 caerá a 2.5 por ciento”.

Los aspectos de la crisis son múltiples, pero destacan la mortandad de empresas, la proliferación de mercados oligopólicos, la preponderancia del sector de servicios en el valor del PIB; la precariedad en la estabilidad de los empleos que además, han abatido la masa salarial, la concentración del ingreso y la menor productividad de la mano de obra.

Esos y otros factores –presentes en Europa, Asia y Norteamérica– se resumen –según la economía marxista y la de Keynes– en el rezago de la capacidad de compra de los mercados, ante una capacidad de producción instalada que, por lo mismo, va quedando sobrada, lo que hace innecesarias mayores inversiones para ampliar la oferta de cosas y necesaria la desaparición de capital excedente, lo que viene ocurriendo vía depreciación de activos físicos y quiebras empresariales.

Demanda y oferta son los dos motores de esta economía de mercado, faltos de la energía que aportan las expectativas de rentabilidad de las inversiones; a esa lógica han respondido las políticas públicas en Europa, Asia y Norteamérica ante la crisis: han dado toda suerte de estímulos a las ganancias del capital, incluyendo el abatimiento de los derechos laborales, la precarización de los empleos y baja de la masa salarial para abatir costos, lo que, obviamente, ahonda la brecha entre capacidad de consumo de los mercados y de oferta de la planta productiva.

crisis por coronavirus
Imagen: Cloudfront.

Contra ese enfoque de las políticas públicas, el Papa Francisco ha convocado a 2,000 economistas y empresarios de 115 países, todos menores de 35 años, para participar en el encuentro “La Economía de Francisco”, a celebrarse del 26 al 28 de marzo próximo en Asís (Italia).

La convocatoria tiene la finalidad de identificar las condiciones para tener una economía socialmente justa, económicamente viable, ambientalmente sostenible y éticamente responsable en el mundo.

La gravedad de los problemas económicos, ambientales y sus derivaciones sociales y políticas puede tener de bueno que facilite la unificación de criterios para construir soluciones.


También te puede interesar: Crisis globales y cambio de época.

Tres visiones de la economía global en 2020: ¿Estamos aquí preparados?

Lectura: 7 minutos

En México, el escenario económico del año que comienza, según lo que perfila una buena parte de los analistas y gestores de mercados y activos financieros, así como empresarios, es de incertidumbre o al menos de prudente contención, en el sentido de unas expectativas más favorables sobre lo que fue el 2019, pero no tanto como para dar por seguro un entorno radicalmente mejor en términos de condiciones para la inversión y el crecimiento. En cambio, para la economía global, en lo general y en particular desde la perspectiva de Estados Unidos, el panorama sí luce relativamente más promisorio, si bien no libre de debate en cuanto a qué tanto, ni mucho menos exento de riesgos.

Para calibrar lo que nos espera en materia económica en 2020, bien vale la pena salir un poco del ensimismamiento alrededor de los problemas internos y voltear a ver cómo se percibe el contexto global desde otras latitudes. Aquí presentamos una aproximación a la visión de algunas de las corporaciones financieras de mayor peso en el mundo, de acuerdo con las posturas que han explicitado y los reportes de prospectiva que vienen realizando desde fines del año pasado. Nos centramos en tres que bien pueden considerarse representativas e incorporamos algunos comentarios.

economia para mexico 2020
Imagen: El CEO.

¿Viento en popa?

Según el informe de perspectiva económica global de Morgan Stanley, publicado el 13 de diciembre, estaríamos ante “aguas más calmas hacia delante”. Destacan una disminución en las disputas comerciales que perturbaron el crecimiento económico en 2019, así como en las tensiones geopolíticas.

Ojalá fuera así. Sin embargo, la crisis por el asesinato de un alto mando militar iraní por parte de Estados Unidos, como estreno del 2020, parece contradecir esa visión optimista de cierre de año, claramente en línea con el excelente sprint final en Wall Street, impulsado con el acuerdo preliminar en la pugna comercial con China, que frenó la entrada en vigor de una nueva tanda de aranceles.

La cuestión es que el conflicto en Medio Oriente nos recordó que, en el mundo actual, como ocurre con el clima en la era del calentamiento global, no pueden descartarse las tormentas inesperadas, mucho menos de cara a las elecciones por la Casa Blanca, con cita para el próximo 3 de noviembre. Además, no es la única región ni el único frente geopolítico capaz de engendrar algún “cisne negro” o cuando menos volatilidad. Basta pensar que el 31 de enero, como cierre de año, Kim Jong-un declaró que Corea del Norte ya no se sentía obligada a cumplir con lo que llamó “una moratoria autoimpuesta de pruebas de armas nucleares”.

kim jong-un y armas nucleares
Fotografía: El Confidencial.

Como sea, según el análisis de Morgan Stanley, se presentan vientos favorables para lo que llama “un tercer mini ciclo de recuperación”, en el marco de la expansión global que se extiende por más de una década. Exponen que en este periodo largo de crecimiento ha habido constantes interrupciones que han mantenido a raya el riesgo de sobrecalentamiento. Ése sería el caso del 2019, con una desaceleración motivada en gran medida por el resurgimiento del proteccionismo comercial, tal como en 2011 se presentó el problema de la crisis de deuda europea y en 2014, la desaceleración de China.

La estimación es que hacia el cuarto trimestre de este año el mundo habrá tenido un crecimiento de 3.4%, que contrasta con el 2.9% para el mismo lapso del 2019. Detallan que la aportación predominante corresponderá a economías emergentes, si bien habría una relativa mejora en Europa, mientras que Estados Unidos continuará sentado sobre terreno firme.

No es un mal escenario para México, aunque hay que recordar que uno de los signos que más llamaron la atención del 2019 fue el desacoplamiento de la trayectoria de nuestra economía respecto del ciclo de la de nuestro vecino del norte. Desde los años 90 íbamos en línea y esa tendencia se rompió, con un crecimiento sólido de su parte y el estancamiento o ligera contracción en nuestro caso. Lo diferente, para el 2020, es que ese motor que concentra más de 80% de nuestras exportaciones iría ahora un poco más lento.

De acuerdo con la última encuesta a especialistas de Banco de México, este año creceríamos al 1.1%, lo cual no sólo está muy lejos del promedio mundial, sino por debajo de la estimación sobre la cual se construyó el Presupuesto de Egresos de la Federación, en 2 por ciento.

riesgos en economia global
Fotografía: Yancuic.

¿Recesión o no recesión?

El optimismo de Goldman Sachs es aún más enfático, desde el título de su Perspectiva Económica Global 2020, publicado antes, el 20 de noviembre: algo así como “una apertura en las nubes”. Según los economistas de su área de análisis, la desaceleración global, que comenzó a principios de 2018, está llegando a su fin y el crecimiento será del 3.4%, desde un 3.1% en 2019. Las causas: condiciones financieras más propicias, un apaciguamiento comercial entre Estados Unidos y China y la reducción de la incertidumbre del Brexit.

Desde la óptica de esta firma, el riesgo de una recesión global sigue siendo más limitado que lo que sugeriría la “curva plana de rendimiento” (cuando existe poca o nula diferencia entre los rendimientos de largo respecto a los de corto plazo) y la baja tasa de desempleo en Estados Unidos, “cuyo valor predictivo para la inflación y un ajuste monetario agresivo ha caído”. En este terreno también destacan la ausencia de déficits financieros importantes en el sector privado en casi todas las economías avanzadas.

Sobre la probabilidad de una recesión de la economía estadounidense en los próximos 12 meses, en esa proyección de Goldman Sachs se resalta que una encuesta reciente de Bloomberg mostró que el promedio entre los analistas era de 33%, pero sobre todo, que su propio modelo estadístico coloca el riesgo en un nivel aún más bajo, de 20 por ciento. Su argumentación es que se ha sobrestimado la relevancia de los factores arriba mencionados, en particular la curva invertida de tasas, que tanto preocupó a mediados del 2019 y que, desde su visión, en las condiciones actuales de los mercados tendería a ser mucho más frecuente y menos significativa que en el pasado.

Hay que tomar en cuenta que, hasta ahora, era prácticamente sabiduría convencional que uno de los anuncios de una eventual recesión era el que las tasas a corto plazo fueran mayores que aquellas que exigen privarse de liquidez por un mayor tiempo. Desde el punto de vista de los analistas de este banco de inversión, los cambios recientes en los mercados, en la economía, en la tecnología, serían tan profundos que alteraron esta ecuación.

Goldman sachs
Fotografía: Portafolio.

Nuevamente: esperemos que sea así. El problema es que no todo el mundo está de acuerdo. En particular, el sector corporativo empresarial parece no compartir esa seguridad que hay en varios agentes importantes del sector financiero. Apenas el 2 de enero, The Conference Board difundió una encuesta entre CEOs y ejecutivos de alto nivel de todo el mundo sobre los factores externos que más les preocupan para este año: por segundo año consecutivo, colocaron en primer lugar a una posible recesión y, en segundo lugar, a la incertidumbre comercial. Más aún, para los presidentes de empresa en Estados Unidos, la recesión pasó de ser la tercera mayor preocupación en el 2019 a la más importante, por encima de la ciberseguridad. 

¿Límites a prueba?

Finalmente, la visión de BlackRock, otro de los mayores administradores de activos del mundo, o más propiamente dicho, la prospectiva de su Instituto de Inversiones, es también optimista, perfilando un año sustantivamente mejor que lo que vimos en el 2019, pero con matices que sugieren tener prudencia.

En su perspectiva, el crecimiento debería ser mayor y, con ello, más limitados los riesgos de recesión, en un contexto más favorable para los instrumentos financieros. Sin embargo, acotan que la política de relajamiento monetario del banco central, que fue un pivote para los mercados en 2019, quedará atrás, además de que las amenazas inflacionarias podrían estar siendo subestimadas, lo mismo que el panorama de distensión comercial que entusiasmó a muchos en diciembre.  

mapa con monedas internacionales
Imagen: chappysworldblog.

En síntesis, este reporte asume una postura “modestamente pro-riesgo para el 2020”, pero sin echar campanas al vuelo: “Poderosas tendencias estructurales están poniendo a prueba los límites”, con capacidad disruptiva suficiente para alterar las circunstancias en el corto plazo y convertirse en directrices de mercado.

No hablan de cuestiones que sólo preocupen en el ámbito financiero, sino al común de las personas: los efectos de las desigualdades crecientes, movimientos populistas y lo que éstos pueden significar en términos de políticas de impuestos o regulaciones. Asimismo, el factor sustentabilidad, las fricciones comerciales e incluso una especie de ánimo de “desglobalización” en algunos sectores. Todo eso, más lo que implica un nivel de tasas de interés tan abajo que limita sobremanera la efectividad de las políticas monetarias.

Los analistas de BlackRock consideran que si en Estados Unidos se acabó el empuje por la vía de una postura expansiva de la Fed, cualquier impulso significativo en la zona euro tendría que provenir de políticas fiscales más agresivas, que no ven en el escenario. En contraste, los mercados emergentes aún tendrían margen para un estímulo monetario, sobre lo cual hay que señalar que así es visto por muchos economistas para el caso de México. El factor clave: que se mantenga el crecimiento.

Son tres visiones que presentan una perspectiva relativamente más despejada a lo que vimos en el mundo en el 2019. En México tenemos también nuestros propios problemas, riesgos y oportunidades. Hay que prestar atención. Ver hacia dentro no basta.