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Perspectiva económica: realidad vs. narrativa oficial

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De acuerdo con lo expresado en el marco del Segundo Informe de Gobierno, México habría tenido un desplome en el PIB menor al que tuvieron otros países, como España, con un proceso recesivo transitorio en forma de V.

Según esa lectura, estaríamos ante la salida de la recesión, listos para la recuperación, y en mejores condiciones que los países que incurrieron en déficits públicos para implementar estratégicas contra cíclicas, precisamente por evitar que creciera la deuda.

Todo eso sería extraordinario, pero desafortunadamente se aleja de la realidad: somos uno de los países con peor desempeño del PIB, desde antes del Covid-19, y difícilmente puede anticiparse una recuperación vigorosa.

En el segundo trimestre, la caída de nuestra economía fue de 18.9% en la comparación anual: efectivamente menor a la de España en ese periodo (22.1%), pero habría que poner las cosas en contexto. A diferencia de ellos y muchos otros países, nuestra recesión no empezó con la pandemia, sino mucho antes, desencadenada en gran medida por decisiones gubernamentales que deterioraron el clima de inversión y acabaron por reducir a ésta de manera dramática.

economia a la deriva
Imagen: Pancho Perrier.

Por factores preponderantemente internos, México tuvo una contracción de -0.3% en 2019. Este año, desde el primer trimestre de 2020, previo al golpe de la pandemia, ya registrábamos una contracción de -2.2% anual. En 2019, en cambio, España creció 2%, Estados Unidos 2.3%, la Zona Euro 1.3%, el promedio de países emergentes y en desarrollo 3.7%, América Latina 0.1% y el mundo de 2.9 por ciento.

El último informe de estimación económica mundial del Fondo Monetario Internacional apunta a que México tendrá una caída de -10.5% este año, frente a -12.8% de España, -8% de Estados Unidos, -10.2% de la Zona Euro y -9.4% de América Latina y el Caribe. Sin embargo, nuestro país muestra una de las perspectivas de recuperación más débiles en 2021: 3.3% Vs 6.3% de España, 4.5% de Estados Unidos, 6% de la Zona Euro y 3.7% de América Latina.

Para complementar la comparación, el estimado para los países emergentes y en desarrollo es de -3% en 2020 y 5.9% en 2021; en Latinoamérica y el Caribe, -9.4 y 3.7 por ciento respectivamente; y para el mundo, -4.9 y 5.4 por ciento.

Presupuesto poco realista

Con ese trasfondo, el diagnóstico oficial con el que se construye el proyecto presupuestal para el año próximo no parece aterrizado con la profundidad de la recesión y la necesidad de apuntalar la recuperación.

El marco macroeconómico para el Paquete Económico estima una caída de -8% este año y una recuperación de 4.6% para 2021. Baste recordar que la última encuesta de Banco de México registró un promedio de -9.9% para este año y crecimiento de 3.1% en 2021.

La OCDE acaba de revisar a la baja el estimado para México en 2020: 10.2%, 2.7 puntos menos que en junio. Para 2021 lo mantiene en 3%. Moody’s prevé rebote de 3.7% en 2021, tras un -10% en 2020.

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Imagen: El Comercio.

Hemos insistido en que dos puntos podrían parecer poco ante una contingencia como ésta. Sin embargo, para los ingresos tributarios puede hacer la diferencia entre que salgan las cuentas o no alcance el dinero. Así, lo más probable es que incluso crecerá el endeudamiento del país (en relación con el PIB): aun más de lo que hubiese aumentado si se hubiera contratado deuda o usado líneas de crédito disponibles para financiar una respuesta de contención del golpe económico. 

Precedentes

Claramente hay factores internos preexistentes y estructurales, así como decisiones y omisiones en la respuesta a la pandemia, que explican la particular debilidad económica de México. Lo relevante es que no se puede armar e implementar un tratamiento efectivo para mitigar la recesión, así como acelerar y fortalecer la reactivación, cuando la radiografía de la crisis es equivocada.

Básicamente, la debilidad de México en el escenario de corto y mediano plazos responde a tres elementos que están “en nuestra cancha”:

1. Contracción de la inversión privada, debido a una creciente politización que afecta el clima de negocios del país. Sobre todo, a partir de una serie de medidas y actitudes que debilitaron la certeza jurídica.
2. Ante la pandemia, a diferencia de lo que ocurre en casi todo el mundo, lo que hemos visto aquí es ausencia de un plan de emergencia económica a la altura. Cero acciones sustantivas para apoyar a familias y empresas que han quedado sin fuentes de ingresos o las han visto mermadas. Nada para mitigar la pérdida de empleos, ayudar a la gente con un ingreso temporal sustituto, evitar cierres de negocios.
3. Un manejo deficiente de la epidemia. Ha retrasado la reactivación de la actividad económica y no se ve la salida, no obstante que van más de seis meses y México es uno de los países con más contagios y muertes.

paquetaxo 2021
Imagen: Rictus.
Cómo cambiar el panorama

Hay que insistir en la importancia de la caída de la inversión.  En el segundo trimestre del año, ésta representó el 19.6% del PIB: la proporción más baja en 13 años. Pero el problema precede a la pandemia: la tendencia negativa es apreciable desde la cancelación del aeropuerto de Texcoco.

En los primeros cinco meses de este año, cayó casi 21% respecto al mismo periodo del 2019. Pero si nos remontamos a noviembre de 2018, de los 20 meses que han pasado para los que hay información, la inversión física tuvo caídas anuales en 19. En 2019 la caída acumulada fue -4.9%, el mayor retroceso en 10 años, desde la anterior crisis.

En junio vimos cómo México quedó fuera de la lista de AT Kearney de los 25 países más atractivos para inversión extranjera directa. Ahora, un reporte del Departamento de Estado estadounidense señala que el clima de inversión de nuestro país se deteriora por acciones como cambios regulatorios que afectan la certeza jurídica.

Claramente, con la inversión detenida, difícilmente puede pensarse en una recuperación rápida y vigorosa. Menos aún sin apoyos emergentes. Para cambiar la perspectiva, urge actuar en dos frentes:

1. Incentivar la inversión, con una actitud distinta de la que la ha ahuyentado, reducido o postergado, como la discrecionalidad en el accionar gubernamental.
2. Proteger los ingresos de la gente y la continuidad de las actividades económicas y las empresas, a favor de la actividad económica, evitar cierre de empresas y despidos, y estimular el consumo. Hace falta un acuerdo y un plan de emergencia a la altura.

De otra forma, la recuperación de los niveles económicos previos a la pandemia podría tomar el resto del sexenio, sin que podamos esperar crecimientos anuales de más de un inercial 2% tras un débil rebote en 2021.


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Recesión económica en tiempos de guerra ‘pandémica’

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Recesión económica mundial por covid-19 la peor desde la Segunda Guerra Mundial

Los estragos de la pandemia del covid-19 son generalizados y no sólo afectan la condición física de la humanidad, sino que ha tenido consecuencias catastróficas en las actividades productivas, llevando al mundo a un nivel de recesión económica sin precedentes, peor que la registrada en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

El oscuro panorama de la economía mundial para el 2020 fue revelado el lunes 8 de junio por el Banco Mundial augurando una caída Producto Interno Bruto (PIB) global se reducirá un 5,2 por ciento este año. El descenso responde a la suspensión de actividades que se adoptó para contener el avance de la pandemia a nivel internacional.

Según la edición de junio de 2020 del informe Perspectivas Económicas Mundiales de la institución financiera, esta disminución sería “la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial”. Además, los expertos señalaron que es “la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentarían una disminución del producto per cápita”.

En este sentido, se vaticina que el ingreso que recibe, en promedio, cada uno de los habitantes de un país bajaría un 3.6 por ciento, lo que empujaría a millones de personas a la pobreza extrema durante este año. “Esta es una perspectiva profundamente aleccionadora, con la posibilidad de que la crisis deje cicatrices duraderas y plantee importantes desafíos mundiales”, señaló la vicepresidenta de Crecimiento Equitativo del organismo, Ceyla Pazarbasioglu.

Por otra parte, el Banco Mundial prevé que la actividad de las economías avanzadas se contraerá un 7 por ciento en 2020. Asimismo, se espera que los mercados emergentes y las economías en desarrollo se contraigan un 2.5 por ciento durante este periodo, reflejando “su primera contracción como grupo en al menos 60 años”.

Asimismo, la institución internacional advirtió que América Latina, Europa y Asia Central enfrentan riesgos de “efectos indirectos globales” debido a la gran dependencia del comercio, el turismo y los productos básicos.

¿Cuándo va a mejorar la economía mundial?

De acuerdo a las previsiones del Banco Mundial, “las repercusiones negativas” a nivel global “perderán intensidad durante la segunda mitad del año”. El informe considera que el crecimiento económico repuntaría un 4.2 por ciento en 2021.

Sin embargo, la institución aclaró que “las perspectivas son sumamente inciertas y predominan los riesgos de que la situación empeore”, tomando en cuenta la posibilidad de que el brote de covid-19 continúe por más tiempo. Bajo esta premisa, la economía mundial incluso podría contraerse hasta un 8 por ciento este año.

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Recesión en México y la demanda de circulante

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La demanda de circulante por la recesión económica

La recesión económica en México por el coronavirus ha incrementado la demanda de circulante. El monto de billetes y monedas incrementó por primera vez desde 1989.

El primer trimestre de 2020 fue catastrófico para las economías mundiales incluyendo la mexicana. La propagación de un virus mortal procedente de China había obligado la paralización de la actividad económica, el cierre de fábricas, negocios y el confinamiento de la población limitada a salir de sus hogares para realizar actividades esenciales.

La crisis económica en México ocasionada por las medidas sanitarias para contener la propagación de la pandemia del coronavirus, ha generado una elevada demanda de dinero en efectivo para contrarrestar los efectos del freno productivo, un hecho sin precedente desde que hay registros disponibles, aunque esto no se ha reflejado en un mayor consumo.

El monto de billetes y monedas en circulación promedió en un billón 782 mil millones de pesos en abril, 5 por ciento más en términos reales al monto reportado en diciembre de 2019.

Según los registros del Banco de México El incremento de circulante en 2020 representa el primero desde 1989 para un periodo similar. En el mismo lapso del año anterior se reportó una contracción de 3.9 por ciento en términos reales.

El banco central informó que a tasa anual este indicador aumentó 10.8 por ciento en términos reales, y este fue su mayor avance en poco más de tres años, desde diciembre de 2016.

Los billetes y monedas en circulación incluyen los que están en poder del público más los que están en la caja de los bancos.

Los datos revelan que las personas y las empresas están demandando liquidez en la actual crisis ocasionada por el COVID-19. Sin embargo, aun cuando hay más dinero en circulación y las personas y empresas disponen de más recursos para adquirir bienes, el consumo y la inversión se han estancado debido a la crisis sanitaria.

Demanda de circulante y recursos disponibles

De acuerdo con analistas, en tiempos de crisis las personas son más conservadoras en el consumo y no es por preferencia, sino porque la gente ha perdido su trabajo, o tienen temor a perderlo, por lo que reducen su gasto y prefirieren tener recursos disponibles para hacer frente a eventualidades.

Así, según el último reporte de la ANTAD, las ventas mismas tiendas reportaron en marzo, la última cifra disponible, un incremento nominal de 1.1 por ciento anual, el menor en 12 meses, lo que revela cautela por parte de los consumidores.

El incremento en la masa monetaria es reflejo de que “la gente está tratando de quedarse con el efectivo y no pagar muchas de sus obligaciones, como son el pago en los créditos e hipotecas, entre otros”, señaló Miguel González, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Indicó que “un segundo factor tiene que ver con el desempleo, por lo que la población está recurriendo a medidas como retirar dinero, los que tienen, de las Afores y las demás personas a otras cosas para hacerse de efectivo y deshaciéndose de algunos valores”.

José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), indicó que al estar paradas algunas de las actividades económicas, la personas están haciendo más transacciones en efectivo, y además han dejado de solicitar créditos y han dejado de comprar en algunas tiendas por el cierre, afectando al consumo.

En marzo, el crédito al consumo registró un nulo crecimiento, la cifra más baja desde noviembre de 2010, y en tarjetas de crédito reportó una caída de 1.2 por ciento real y se prevé un mayor deterioro en los siguientes meses.

Para los especialistas, el mayor dinero en circulación también tiene que ver con las medidas implementadas por el banco central, de proveer más liquidez a los mercados financieros.

El Banco de México “ha generado una política de flexibilización de su política monetaria, y parte de esto ha sido algunos de sus instrumentos que ha aplicado para intervenir en los mercados cambiarios, buscando dar la liquidez en la economía, lo que ha implicado un incremento a su base monetaria”, agregó De la Cruz.

Las medidas tomadas por las autoridades, como el confinamiento, pueden impulsar los pagos digitales y con tarjeta, lo que llevaría a incrementar los depósitos bancarios en cuenta corriente en los próximos meses y disminuir el dinero en efectivo.

“La demanda de dinero y billetes disminuirá debido al confinamiento y el dinero que se encuentra en la cuenta corriente aumentará”, consideró Raymundo Tenorio, profesor emérito del Tec de Monterrey (ITESM).

Sin embargo, en tiempos de pandemia el dinero “al ser manipulado por muchas personas varias veces en el día, el contagio de coronavirus puede aumentar, por tal motivo, el uso de la tarjeta puede aumentar hacia adelante”, indicó el catedrático.

Con Información de Bloomberg

Y de nuevo, la recesión económica no es a causa del virus

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Mientras estamos invadidos por el miedo al contagio del COVID-19, y la gran prensa y gobiernos culpan al virus de la recesión económica y de la crisis financiera que se asoma, se van poniendo en marcha planes de rescate de empresas con montos billonarios jamás antes vistos.

Nunca antes hubo nada parecido a la derrama de cinco billones de dólares acordada por el G-20; tan sólo a la economía de Estados Unidos se le inyectarán este año dos billones de dólares “y lo que haga falta” en apoyos fiscales, crediticios y subvenciones.

Para tener la dimensión de lo que son dos billones de dólares, considérese que rebasan en 25% el PIB mexicano –1.6 billones de dólares en 2019–; son también el doble en proporción del PIB estadounidense (9%) que el 4.5% del programa con el que Obama rescató a los bancos de la crisis de los títulos hipotecarios chatarra.

Según el sapo es la pedrada; según la recesión son los estímulos con que se intenta superar la caída en 30% del PIB mundial que se espera en los dos primeros trimestres del año.

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Ilustración: Vecteezy

Tan colosales estímulos se justifican políticamente mejor, culpando al virus que analizando las causas de una recesión que, aunque de menor profundidad, de todos modos iba a ocurrir como parte de los ciclos capitalistas.

Ya venían desacelerándose las 15 economías más grandes de los países miembros de la OCDE, que en promedio sólo alcanzaron una tasa de 1.4% anual del 2000 al 2009 y de 1.2% del 2011 a 2018; de 1990 a 1999, antes de la crisis financiera de 2008, habían promediado 2.3%.

El magro crecimiento tuvo como principal soporte el crédito con dinero muy barato, pero en vez de estimular masivamente las inversiones productivas, a falta del estímulo de la demanda solvente de los mercados, las corporaciones duplicaron su endeudamiento, y no para hacer crecer la maquinaria productiva.

Buena parte del crédito barato hizo crecer especulativamente los precios de las acciones bursátiles, hasta crear una burbuja que reventó el lunes negro del 9 de marzo y, al menos en Estados Unidos, otra parte sirvió para pagar jugosos dividendos a los accionistas de las corporaciones más grandes, y para mantener a flote a las medianas y pequeñas –muchas de ellas, consideradas empresas zombi–.

En conjunto, la deuda de las corporaciones de Estados Unidos pasó de 3.2 billones de dólares en 2007 a 6.6 billones en 2019. La urgencia de transferirles recursos se debe a que la recesión dificultará el pago de esa deuda a los bancos, con riesgo de colapso del sistema financiero.

Las corporaciones más grandes y consolidadas tienen menor riesgo de impago, pero la posibilidad es grande entre las llamadas zombis. Por alguna razón, de los dos billones de dólares del plan estadounidense, a las primeras se les apoyará con 500 mil millones y a las medianas y pequeñas con 360 mil millones.

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Ilustración: Diario del Sureste.

Previendo que esos montos no sean suficientes, el consejo de la Reserva Federal se comprometió a “crear” –el término es correcto– tanto dinero como haga falta para mantener el flujo del crédito, lo cual seguramente requerirá más billones de dólares.

La Reserva Federal estadounidense ha sido la única en el mundo en mantener esta prerrogativa, desde la separación del dólar del patrón oro en 1973, simplemente imprimiéndolo sin más respaldo que la obligación de los países importadores de petróleo de pagar en dólares –de la que China, segundo importador mundial del hidrocarburo, se está apartando–, y la disposición del resto del mundo en aceptar dólares como dinero universal.

El Banco de México no tiene esa prerrogativa de “crear” dinero, lo que deja al gobierno mexicano con menores opciones para dar apoyo financiero y fiscal a empresas y trabajadores, pero las hay y debería potenciarlas cuanto antes. Las opciones son contrarias a la ortodoxia en política económica para tiempos normales.

Para amortiguar la recesión y tratar de superarla lo más pronto posible, se tiene que aumentar la capacidad fiscal de apoyos, créditos y subvenciones a la planta productiva; lo primero es abandonar la consigna del superávit primario, asumir un déficit fiscal mayor y contratar deuda externa. Lo otro y muy importante, financiera y simbólicamente, sería que el presidente López Obrador anunciara la decisión de posponer las obras de la refinería en Dos Bocas y del Tren Maya; ni modo, el aeropuerto de Santa Lucía no se puede suspender.


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Construcción en terapia intensiva por pandemia

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Crisis en la industria de la construcción en México por coronavirus

La pandemia del coronavirus ha paralizado al mundial y la industria de la construcción en México no es la excepción y agoniza

Cancelación de toda actividad económica no esencial, fue la orden que ha dado el gobierno mexicano como medida para contener la pandemia del coronavirus que al 2 de marzo ha cobrado la vida de 37 personas e infectado a más de mil 370 personas en todo el país.

La medida fue anunciada el 30 de marzo acompañado de una emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor que limita la movilidad en el país a las tareas básicas de sectores indispensables para el funcionamiento del país, descargando actividades productivas como la minera y la industria de la construcción.

Dado que el sector de la construcción no fue incluido en la lista de actividades esenciales para la economía, la Cámara Nacional de Cemento (Canacem) anunció que sus agremiados suspenderían operaciones.

Jaime Rocha Font, presidente de la Canacem, informó que dejarán de abastecer a la obra pública y privada a partir del sábado 4 de abril, esto incluido a las más de las 62 mil ferreterías del país y otros distribuidores.

En un comunicado, destacó que las empresas afiliadas mantendrán a todo su personal con su salario y prestaciones íntegros, durante el periodo comprendido del 30 de marzo al 30 de abril de 2020.

Por su parte, Eduardo Ramírez Leal, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) informó que en lugar del crecimiento de 1.5 por ciento que esperaban para este año, el coronavirus los impactará con una caída de entre 3 y 4 por ciento.

“Yo creo que después de esto (Covid-19) pudiera haber algunas afectaciones y seguramente el decrecimiento se pueda dar alrededor del 3 o 4 por ciento”, advirtió.

La declaración de Emergencia Sanitaria en México abrió un panorama poco favorable, principalmente para las pequeñas y medianas empresas que dependen de esta actividad como cementeras, concreteras, fabricantes de varilla e insumos derivados del acero, entre otras.

“Entre más tiempo estemos en contingencia, más va a afectar el crecimiento, no solo en la industria sino en la economía de nuestro país y todo el mundo”, dijo Ramírez Leal.

Ricardo Trejo Nava, director general de la firma de análisis Forescatim, anticipó que, en el primer trimestre de 2020, si se envía a una tercera parte de los trabajadores de la construcción a su casa, habrá una caída de 8.8 por ciento y si el 50 por ciento se va a casa, la caída sería de 9.5 por ciento.

Agregó que, con ello, la recuperación se daría hasta finales del año.

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La recesión pandémica

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Indicadores económicos afectados por el coronavirus se encaminan a la recesión

El deterioro de los sectores productivos reflejado en los indicadores económicos afectados por el coronavirus, anuncian una recesión pandémica.

La crisis de salud sin precedentes causó la pandemia del coronavirus que derivó en el deterioro de los sectores productivos como el manufacturero que en el tercer mes de 2020 registró una caída de 3 puntos para ubicarse en 45 unidades, colocándose en zona de contracción por onceavo mes consecutivo, según reportes del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

“Los resultados del Indicador IMEF de marzo anticipan una recesión de la economía mexicana, inducida principalmente por una severa y rápida contracción del sector no manufacturero (comercio y servicios), asociada a las medidas implementadas para frenar la propagación del coronavirus”, señaló Ángel García-Lascurain Valero, presidente nacional del IMEF.

Por su parte, el sector no manufacturero registró en el tercer mes del año una caída de 9.2 puntos para colocarse en 39.4 unidades, lo que representa su mayor baja mensual y su nivel mínimo histórico de la serie del instituto.

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Una recesión pandémica por el coronavirus

Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, coincidió en que los resultados del Indicador IMEF anticipan la ‘recesión pandémica’.

Los indicadores del Instituto están diseñados para que sus valores fluctúen entre 0 y 100, por lo que los niveles superiores a los 50 puntos suelen mostrar una expansión, y viceversa, mientras más cerca esté del cero, se traducirían en una recesión.

El coronavirus ha tenido un efecto negativo en los mercados financieros y en la actividad económica global, la cual repercute en la actividad económica nacional a través de distintas vías.

Los indicadores además señalaron que las medidas tomadas por Estados Unidos para contener la propagación del virus ocasionan una contracción económica hasta que la contingencia dure, y eso afectará a la economía mexicana a través de menores exportaciones, remesas y turismo.

El incremento de la aversión al riesgo por la pandemia ha golpeado a los mercados financieros internacionales, particularmente a los de economías emergentes.

Aunado a ello, la dramática caída de los precios de las materias primas, en particular del petróleo, representa un severo choque adverso para Pemex y las finanzas públicas.

“En nuestro país, el choque de la pandemia llega en un momento difícil para la economía nacional. La actividad económica se encontraba ya estancada, la inversión detenida y el consumo debilitándose”, mencionó Ángel García-Lascurain, presidente nacional del IMEF.

Afirmó que “las medidas implementadas para frenar la propagación del virus, indispensables y atinadas, aunque quizá tardías, tendrán un fuerte impacto adicional, especialmente sobre el sector servicios y comercio”.

Por último, “la intensidad de la recesión es equiparable a la sufrida en 2009, aunque en esta ocasión el sector más afectado será el no manufacturero. Por lo anterior, se espera que esta recesión tenga un mayor impacto sobre el empleo”, declaró García-Lascurain.

Analistas ven caída de hasta 11.3 por ciento en México

Por su parte, el consenso de analistas consultados por el Banco de México (Banxico) estima que la economía mexicana caerá 3.5 por ciento en este año, e incluso, hay intermediarios que esperan un desplome de 11.3 por ciento en la actividad económica, al mismo tiempo que estiman que empeore el clima para los negocios y para la inversión en los próximos meses.

El 94 por ciento de los consultados prevé que el clima para los negocios empeorará en los próximos seis meses, y 97 por ciento consideró que es un mal momento para realizar inversiones, revelaron los resultados de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, correspondiente a marzo.

Según el sondeo, se espera que la mayor caída de la economía local sea en el segundo trimestre, con un descalabro de 7.55 por ciento anual. Se estiman también contracciones en los cuatro trimestres y en el primer trimestre sería de 1.9 por ciento.

Amin Vera, director de análisis económico de BW Capital, indicó que el consenso estaría tomando solo en cuenta los factores del COVID-19 y que pareciera que están previendo que la contingencia acabe en 2 semanas, lo que considera un escenario poco probable.

“Pareciera que están reaccionando solamente al brote de COVID-19, como si la economía no estuviera al borde del colapso desde antes… Básicamente están descontando que todo esto va a acabar en dos semanas, que EU se va a recuperar de inmediato y el gobierno va a dejar sus decisiones erráticas; y ninguno de esos tres factores se ve plausible en el corto plazo”, comentó.

BW Capital estima que, derivado del impacto vírico, la economía mexicana se contraerá 4 por ciento en este año, en un escenario optimista, pero podría ser de una caída de hasta 7 por ciento si la situación no mejora.

Con información de Bloomberg.

La duración de una crisis económica por pandemia

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Duración de la crisis económica por la pandemia del coronavirus

La crisis económica mundial causada por los efectos de la pandemia del coronavirus covid-19 es inminente y analistas económicos de la Universidad de California, Davis, hacen una revisión de la duración que esta recesión tendría con base a lo ocurrido durante otras pandemias.

En su documento de trabajo presentado en el mes de marzo de 2020, los investigadores Oscar Jorda, Sanjay Singh y Alan Taylor señalan que las pandemias deprimen las tasas de interés reales, generan aumentos de salarios reales pequeños y lastran la inversión.

El estudio incluye en análisis del comportamiento de la economía durante doce pandemias y conflictos armados. Los investigadores observaron que los salarios reales terminaron aumentando ligeramente debido a la escasez de mano de obra, mientras que las tasas de interés reales se registraron más baja y proporcionaron un margen fiscal para que los Gobiernos mitigaran las consecuencias.

“Si las tendencias siguen los mismos patrones por el COVID-19, ajustadas a la escala de esta pandemia, la trayectoria económica global será muy diferente a lo previsto hace unas semanas”, escribieron en un informe de trabajo.

“Las pandemias son seguidas por períodos sostenidos, durante varias décadas, con oportunidades de inversión deprimidas”, añadieron.

La principal advertencia identificada por los economistas es que las pandemias pasadas ocurrieron en un momento en que prácticamente ningún miembro de la sociedad sobrevivió a la vejez. “La Peste Negra y otras plagas golpearon a las poblaciones con la gran masa de la pirámide de edad por debajo de los 60, por lo que esta vez puede ser diferente”, dijeron.

En opinión del Fondo Monetario Internacional emitida el 27 de marzo, la economía mundial se encuentra en recesión.

“Ahora está claro para todos que hemos entrado en una recesión, que es tan terrible o incluso peor que en 2009. Esperamos una recuperación en 2021, una recuperación significativa, pero solo si logramos hacer frente al virus en todo el mundo y prevenir problemas de liquidez,” dijo la directora del FMI Kristalina Georgieva

Recesión económica; la historia que se repite

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Crisis económica mundial por coronavirus peor que la recesión de 2009: FMI

La pandemia mundial del coronavirus covid-19 puede convertirse en el factor principal de la peor recesión de la década, similar a la iniciada en 2008 y agudizada en 2009, según estimaciones declaradas por la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

Para el organismo internacional, los costos humanos por el coronavirus obligan a los gobiernos a trabajar en conjunto para proteger a su población y contrarrestar los daños económicos de la pandemia.

En un mensaje compartido en el sitio web del FMI, Georgieva ha destacado que 2020 será “negativo” y ha predicho que el mundo experimentará una recesión “al menos tan mala” como en esa crisis de hace 12 años, pero espera que la economía mundial se recupere en 2021.

Priorizar la contención y fortalecer los sistemas de salud

Para lograr las mejoras señaladas por el FMI, su directora exhorta a que los países a poner suma atención en las medidas de contención y evitar la propagación de la pandemia, además del fortalecimiento del sistema de salud y prepararse para atender a los posibles contagiados.

 “El impacto económico es y será grave, pero cuanto más rápido el virus se detenga, más rápido y fuerte será la recuperación”, reiteró Georgieva.

Al mismo tiempo, se expresó a favor de las acciones fiscales que han tomado varios países para suavizar el impacto por la pandemia y “proteger a los trabajadores y empresas afectados”, así como la decisión de bancos centrales de “aliviar la política monetaria”. “Estos denodados esfuerzos son no solo en interés de cada país, sino de la economía global en su conjunto”, añadió.

Además, la directora del FMI afirmó que el organismo aumentará “de manera masiva” la financiación de emergencia, y señaló que unos 80 países ya solicitaron su ayuda. Asimismo, aclaró que el Fondo Monetario Internacional “está dispuesto a utilizar toda su capacidad crediticia de un billón de dólares estadounidenses”.

“Son circunstancias extraordinarias. Muchos países ya están tomando medidas sin precedentes. Nosotros en el FMI, trabajando con todos nuestros países miembros, haremos lo mismo”, precisó.

El nuevo coronavirus se ha propagado a casi todos los países del mundo, y la pandemia se está impulsando, ha afirmado el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Mientras tanto, el número de infectados en el mundo ha excedido los 360.000, y ya hay más de 15.000 fallecidos.

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