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La Iglesia de San Ignacio De Loyola a 60 años de su inauguración

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Aunque la idea de construir la iglesia de San Ignacio de Loyola en la esquina de Horacio y Molière en Polanco, como capilla del prestigiado Instituto Patria se gestó en 1951, no fue sino hasta el 31 de julio de 1961 que se logró inaugurar. En efecto, en 1953, el padre Rodolfo Mendoza, S.J., encargado de la obra y primer capellán de la iglesia, comunicó al eminente arquitecto Juan Sordo Madaleno la invitación para ser el director de la obra. Asimismo, el padre Mendoza invitó al prestigiado contador público Wilfrido Castillo Miranda para encargarse de la tesorería, al señor arquitecto Luis Girault Esteva para encabezar la comisión técnica y al entonces pasante de ingeniería Jorge de la Mora Llaca para que actuara como secretario ejecutivo, quien se hizo apoyar de su hermano Luis y del arquitecto José Adolfo Wiechers, socio de Sordo Madaleno. El equipo acordó pedir a don Salvador Ugarte, director del Banco de Comercio, actuar como presidente y al licenciado Raúl Valdés Villareal como secretario del patronato de Fomento Cultural AC, que finalmente se constituyó junto con otros integrantes.

También se solicitó la opinión del arquitecto Alonso Mariscal, entonces director de la facultad de arquitectura de la UNAM, quien aunque hizo ciertas aportaciones, siempre dio su lugar al arquitecto Sordo Madaleno. Según señaló el padre Rodolfo Mendoza en su reseña con motivo de los 50 años de la construcción de la iglesia, también destacó la intervención de Virginia Armella de Aspe, quien “se ingenió para adornar la iglesia con tal acierto y distinción, que sentó la tradición de buen gusto en los adornos que han sido de tanta satisfacción para cuantos asisten… para orar en la sencilla austeridad, en la mística penumbra, como en los templos góticos, en la discreta sinfonía de luces con que bañan su altar los vitrales, que sin decir ninguna plegaria las dicen todas”. Matías Goeritz calificó la iglesia como “el más alto exponente de la arquitectura religiosa moderna… Al entrar a ella se siente uno inclinado a orar, a meditar”.

El arquitecto Sordo Madaleno fue quien encontró en Madrid, España, al artista Pablo Serrano, quien realizó la escultura del polémico Cristo que preside el altar. “De modernísimo estilo expresionista, resultaba nuevo y desacostumbrado en una Iglesia y como objeto de culto”. En palabras del propio padre Mendoza:

El Cristo de Pablo Serrano
El Cristo de Pablo Serrano.

El mensaje que se percibe más inmediatamente es el del holocausto redentor del Hijo de Dios: su cuerpo de larguísimos brazos, que nos abrazaron a todos los hombres, a los miles de millones que vivieron, que vivimos y vivirán; con manos crispadas de dolor y grandes para dar; de piernas largas, cansadas de moverse por los senderos escabrosos interminables de la malicia y de la volubilidad humana; su cuerpo, todo él en ademán de entrega total y sin reservas, de una entrega ofrecida y donada. Y ese rostro maravilloso que expresa el dolor y el amor infinitos de Dios; tiene tristeza y dolor pero sin reproche ni condenación; tiene amor sin medida pero con la Suprema dignidad de Dios. Pocos rostros, si es que alguno, expresan tan magistralmente el perdón”.

Cabe mencionar que durante algún tiempo, a instancias del padre Manuel Ignacio Pérez Alonso, la iglesia albergó unos fantásticos cuadros que Miguel Cabrera pintó para la casa de formación de los jesuitas en Tepotzotlán, pero fueron devueltos a su lugar de origen puesto que interrumpió la escena minimalista concebida por el arquitecto Sordo Madaleno. También son de destacar los espléndidos vitrales concebidos por el mencionado arquitecto Adolfo Wiechers. La réplica de la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe, colocada a la derecha del altar, fue donada por la señora Carmen Riba de Cervantes.

Luego de 56 años de intenso funcionamiento, el entonces Rector de San Ignacio, el padre Joaquín Gallo Reynoso, identificó filtraciones de agua en las paredes de la iglesia y a sugerencia del actual Rector, el padre Carlos Vigil Ávalos, se invitó al ingeniero Francisco Escamilla Llano de la Universidad Iberoamericana, para planear y ejecutar los trabajos de conservación y mejora que actualmente se están llevando a cabo, conforme a la autorización que dio el Instituto Nacional de Bellas Artes. El padre Vigil nombró como su asesor para la supervisión de los trabajos al ingeniero José Antonio Cortina Suárez, con cuya ayuda se ha logrado mantener el proyecto dentro del presupuesto inicialmente establecido. De los 30 millones de pesos faltan aún por recabar 3 millones.

Los trabajos de conservación y mejora incluyeron el arreglo de la cimbra de cemento y Siporex, sobre la cual se apoya la emblemática cerámica de color amarillo que cubre el exterior de la iglesia, material que fue proveído originalmente por el dueño de la mencionada empresa, Rolph Anderson y su directivo, mi tío Álvaro Yarza Alonso. Al momento se ha concluido el 95% de los trabajos en el interior de la iglesia y se espera que la cerámica exterior quede colocada totalmente hacia finales de mayo próximo. Se espera poder llevar a cabo en la iglesia las celebraciones de Semana Santa y la reinauguración oficial el 31 de julio, día de San Ignacio de Loyola, a los 60 años de la Bendición original, a la cual se espera asista el Emmo. Sr. Cardenal Carlos Aguiar Retes.

Quienes hemos estado cerca de esta iglesia no podemos dejar de recordar la labor pastoral y de diálogo espiritual del padre Fernando Suárez, el último director de primaria del Instituto Patria, cuya voz privilegiada lo llevó muchos años a Radio Vaticana y cuyos sermones aún son recordados. Hoy día la marcha de la iglesia al mando del padre Carlos Vigil Ávalos se ha dinamizado con la pastoral del padre Daniel Stevens y el grupo de empresarios que analiza su papel a la luz del evangelio, proyecto a cargo de Francisco Palafox Padilla, los cuales no han cesado con motivo de la pandemia. Quiera Dios que la Iglesia de San Ignacio de Loyola retome aliento en esta nueva fase de su historia, en beneficio de los feligreses de la zona.

Quien tenga interés en contribuir con la conclusión de los trabajos de conservación y mejora de la iglesia, pueden depositar en la cuenta de la Fundación San Ignacio de Loyola, A.C., CLABE 002180701077526747, en Banamex.


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Por COVID-19, se extiende Miércoles de Ceniza

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Las diferentes organizaciones religiosas de la Ciudad de México (CDMX) podrán repartir ceniza desde el domingo 14 hasta el miércoles 17 de febrero. Esto, con el objetivo de evitar aglomeraciones ante la presencia de la COVID-19.

Por medio de un comunicado, Arquidiócesis Primada de México dio a conocer las indicaciones para celebrar el Miércoles de Ceniza. En este sentido, además de comenzar con la repartición desde el domingo, los templos podrán extender sus horarios de las 7: 00 a las 19: 00 horas del día.

Cabe señalar que serán los mismos feligreses quienes se apliquen la ceniza o podrán llevarla a casa a fin de tener un momento de reflexión sobre su significado.

La Arquidiócesis recomendó celebrar una Eucaristía durante la mañana del 17 de febrero. No obstante, la reunión deberá ser a puertas abiertas y bajo todas las medidas sanitarias.

Asimismo, la organización religiosa sugirió realizar por la tarde del miércoles una misa sin gente, a fin de que se transmita a los hogares mexicanos. Incluso, pidió a las parroquias la entrega de subsidios que resalten la importancia de la ceniza.

Cardenal Carlos Aguiar Retes y sus retos

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Hace tres años, el 5 de febrero, un día especial para la Iglesia en México y, especialmente, para la Arquidiócesis Primada. En esta fecha se celebra al primer mártir mexicano, San Felipe de Jesús, martirizado en Japón con un gran grupo de sacerdotes y fieles laicos. En una fecha como ésta, también el Cardenal Aguiar comenzó su ministerio en esta gran ciudad como Arzobispo Primado de México.

D. Carlos, después de haber estado en Texcoco y luego en Tlalnepantla, llega a la Arquidiócesis de México siendo una de las más pobladas de la cristiandad. Los retos no eran pocos después de haber sido gobernada durante 22 años por el Cardenal Norberto Rivera con su estilo propio de gobierno y con no pocos problemas, tanto en el clero como en la misma administración.

La Arquidiócesis estaba dividida en ocho zonas pastorales o vicarías como se le conoce a la jerga clerical. Al frente de cada Vicaría estaba encargado un obispo auxiliar que prácticamente fungía como autónomo en su propio territorio y con el consiguiente aparato burocrático y administrativo. Si bien este modelo administrativo daba ciertas ventajas al obispo encargado de la zona y al mismo clero, también creaba una falta de identidad dentro de la Arquidiócesis. Con la llegada de Carlos Aguiar, muy pronto se dio a la tarea de hacer consultas entre los mismos obispos auxiliares, el clero, vida consagrada, así como organizaciones eclesiales y civiles. Todo ello con la finalidad de crear tres nuevas diócesis y reestructurar los órganos administrativos para una mejor atención de los files y evitar una burocracia innecesaria.

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Imagen: Cuartoscuro.

Con el consentimiento casi unánime de los consultados y después de pedir la anuencia del Episcopado Mexicano, el Santo Padre, el papa Francisco dio el consentimiento de crear las diócesis de Xochimilco, Iztapalapa y Azcapotzalco. Con ello, se pretendía que las familias, jóvenes, niños y adultos mayores tuvieran una mejor atención espiritual y pastoral. Creadas estas nuevas diócesis, la Arquidiócesis Primada queda con una población de cerca de cinco millones de habitantes. De este modo, se podía administrar y dirigir los destinos de la Iglesia acorde con los postulados del papa Francisco.

Las prioridades del Cardenal han sido la formación de los futuros sacerdotes, por lo que los primeros cambios significativos los hizo en el Seminario Conciliar de México, buscando que los jóvenes, que sienten la llamada a ser sacerdotes, tengan  un ambiente donde no sólo aprendan Filosofía y Teología, sino que aprendan a ser pastores según el corazón de Dios, mediante una formación integral, en donde desarrollen su crecimiento humano y espiritual y aprendan una aplicación de la Teología en la vida de la Iglesia. Por lo que los seminaristas que cursan la última etapa, ahora llamada Etapa de Configuración con Cristo Buen Pastor, viven en parroquias acompañados por un párroco y un sacerdote formador; pero no sólo por ellos, sino por la comunidad parroquial, en donde comiencen a vivir y participar de los procesos pastorales, participen y acompañen los grupos parroquiales y el consejo pastoral, toquen la iglesia viva de un modo constante y  no sólo en apostolados o actividades de un fin de semana.

También la implementación de un año donde los jóvenes que concluyen sus estudios de filosofía, etapa de Discipulado, después de vivir la experiencia de la comunidad del seminario por tres años, donde se adquieren convicciones propias, salen y viven con sus familias, buscando un trabajo para mirar y vivir la experiencia de la vida cotidiana de todo hombre o mujer que se tiene que ganar su propio pan para vivir. No es un año de prueba o un receso de formación, sino un momento personal donde el joven seminarista debe de entrar en un discernimiento profundo de su vocación, confrontando su propia vida con las exigencias de la vida sacerdotal.

En la formación sacerdotal, D. Carlos ha puesto mucho énfasis tanto en la formación del clero como en el seminario, subrayando la “tolerancia cero”. Es decir, erradicar y en su caso denunciar todo abuso que algún sacerdote pudiera cometer con menores. Así mismo, se creó una comisión diocesana interdisciplinaria para atender a las víctimas de abuso sexual y a sus familias.

Las parroquias en las grandes ciudades se enfrentan a muchos retos para que los laicos participen en las actividades parroquiales y se identifiquen con su comunidad y puedan recibir una sólida formación bíblico-teológica. Para facilitar todo esto ha propuesto la creación de unidades pastorales, o sea, agrupar tres o cuatro parroquias vecinas, con identidad social, donde la feligresía desarrolle su conciencia de pertenencia a la iglesia, se facilite su participación; unificando fuerzas con agentes de pastoral suficientes para atender las diferentes áreas y servicios con mayor facilidad y eficacia.

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Imagen: Cuartoscuro.

Ante los desplazamientos constantes de las familias, las largas jornadas de trabajo, etc., hacen casi imposible que muchas familias acudan a su parroquia. Por eso ha creado las así llamadas “parroquias personales” en algunas empresas para atender a los empleados en su lugar de trabajo.

Para que una diócesis funcione bien, es necesario tener una administración transparente y una economía solidaria. Por eso desde su llegada, D. Carlos se dio a la tarea de reorganizar las dimensiones de la administración. Tarea nada fácil en el ambiente clerical pero que con constancia y perseverancia, poco a poco, se puede crear una estructura que, si bien los frutos son lentos, en un futuro cercano se verán los beneficios para que los sacerdotes tengan una jubilación adecuada a las circunstancias, atención médica y otras prestaciones que les ayuden a tener seguridad en su futuro tanto personal como pastoral.

La pandemia que estamos viviendo por COVID-19 también en la iglesia ha causado muchos estragos. Iglesias cerradas y sacerdotes contagiados. No por ello, D. Carlos estuvo ajeno a los problemas de las familias y ordenó prestar asistencia social en las zonas más pobres de la diócesis. Asimismo, se crearon también centros de escucha para ayudar  a las personas que habían caído en situaciones de depresión y desánimo.

El Cardenal Aguiar no es un hombre de “reflectores”, al contrario, prefiere el anonimato y lo que busca es que, tanto los sacerdotes como los fieles laicos, den lo mejor de sí buscando siempre la espiritualidad de la comunión para que con su servicio contribuyan a hacer de esta sociedad un mundo más humano y justo.

En estos tres primeros años de su ministerio episcopal en la Arquidiócesis de México, además de felicitarlo, queremos que todas sus iniciativas de evangelización contribuyan a hacer un modelo de vida pastoral, espiritual y humana.

Que el Señor lo bendiga en su labor.


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El Papa Francisco y la homosexualidad

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El Papa Francisco ha vuelto a cimbrar a su propia iglesia, y algunos sistemas políticos y jurídicos del mundo, al anunciar la aprobación de uniones civiles entre personas homosexuales, que el catolicismo ha estigmatizado por siglos, basado en las sagradas escrituras, como un crimen nefando –que se aplica a personas o acciones que son consideradas abominables o nocivas, y que según el Diccionario de María Moliner, no es de buen gusto hablar de ellas–, y  se ha aplicado a personas de diferentes tendencias sexuales hasta llegar a la tortura, y penas inusitadas como la muerte en la hoguera o apedreadas por la comunidad. Las palabras del pontífice no tienen desperdicio al decir que “Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Lo que tenemos que hacer es crear una ley de uniones civiles. Así están, cubiertos legalmente. Yo apoyé eso”. Estas rotundas palabras las hizo en una entrevista para el documental Francesco del Festival del Cine de Roma, que realizó el cineasta Evgeny Afineevsky.

La declaración papal refrendó otra anterior realizada en un vuelo a Brasil el año de 2013, a una pregunta de un periodista sobre su opinión en relación con un cura supuestamente gay, al afirmar: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad. ¿Quién soy yo para juzgarlos?”. Y que no fue tan sorprendente como la de “Dios no es católico”, misma que se apresuraron a eliminar de los principales noticiarios del mundo por sus repercusiones en su inmensa feligresía. En esta época la homosexualidad dentro de la propia iglesia, reflejada en los miles de abusos sexuales que han cometido lo sacerdotes y que, tal vez, siempre llevaron a cabo, pero debido al poder eclesiástico férreo se ocultaron, pega de lleno en el corazón de la Santa Sede.

papa y homosexualidad
Imagen: Falco.

Las reacciones no se hicieron esperar, principalmente en Europa y Estados Unidos. Sus críticos siempre han dicho que la homosexualidad es un “trastorno” o “desorden”, según uno de los más influyentes padres de la iglesia, Tomás de Aquino, y que debe ser atendido por los psiquiatras. Antes, en el Antiguo Testamento, en el libro Levítico, las penas eran aún más severas para quienes practicaban la prostitución en todas sus formas, incluyendo el adulterio. Las redes sociales –esos lavaderos cibernéticos que en todo están, menos en misa, como dice el dicho popular– se inundaron de críticas a Francisco, principalmente entre las clases conservadoras, con miles de adjetivos con actitudes de odio al comentario en cuestión, y digo comentario porque no tiene valor ni siquiera de documento eclesiástico; pero también existe la corriente progresista que lo apoya y matiza las breves, pero contundentes palabras del polémico líder de la iglesia católica.

Las frases son claras, no obstante, ya han sido sometidas a análisis rigurosos de acuerdo con la perspectiva religiosa o ideológica que se les juzgue. En mi opinión, hay dos relevantes: las que consideran a los homosexuales como miembros de la familia, y desde luego la aprobación de leyes sobre las uniones civiles. La primera indica que la familia debe ser incluyente, no discriminarlos y, aún más, no echarlos fuera del seno familiar porque esto constituye ya no un deber religioso, sino una responsabilidad humanística. De allí que todos son “hijos de Dios” y no pueden de ellos hacer seres miserables por su género diferente, porque no existe, aun siquiera, base científica definitiva para determinar el origen de las diferentes formas de la homosexualidad (LGBTTQ). Y, la segunda, porque la unión civil asegura los derechos y obligaciones de los individuos, como son las herencias, pensiones y demás prestaciones sociales a las que deben tener acceso. Porque el Papa no habla de matrimonio entre personas del mismo sexo, que se mantiene en que esta relación o vínculo debe ser entre individuos de diferente sexo.

El tema da para mucho más, pero por ahora quedémonos con el reclamo de Reinhard Marx, arzobispo de Alemania: “La Iglesia debe disculparse con los homosexuales por haberlos marginado”. 


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Laicidad y oscurantismo

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Aproximadamente del siglo V al XIV fue el período de la historia al que se le suele denominar como oscurantismo. En dicho período predominó el dogma sobre cualquier asomo de avance científico, en esa época nadie podía cuestionar el dogma religioso, hablo particularmente del mundo occidental, y consecuentemente de la iglesia católica.

Bajo esos dogmas la Tierra era plana, el Sol giraba en torno a ésta y las epidemias eran capricho o enojo de Dios, pues así lo decían las sagradas escrituras (o bien la interpretación que algunos hacían de esos textos). Esto era o debía ser incuestionable, las cosas eran así por designio divino.

Este período duró cerca de mil años y fue un período de la historia sombrío con una producción científica reprimida y casi nula. La iglesia –católica– en lo que a Occidente se refiere, se empeñó en negar cualquier forma de avance científico, suprimió toda ideología que fuera contraria a sus intereses y obligó a la población a no cuestionar su autoridad y sus afirmaciones.

Galileo y el santo oficio
Imagen: Prensa Libre.

Fue la época en que la Santa Inquisición juzgó a Galileo Galilei por afirmar precisamente que las cosas eran al revés, que era la Tierra la que giraba en torno al Sol. Galileo es el ejemplo icónico, pero fueron miles o centenares de miles de personas las que, por sus ideas, fueron privadas de la vida por la Santa Inquisición.

De hecho, fueron más los años en los que la sociedad estuvo detenida por los caprichos de quienes dominaban (y en muchos casos siguen dominando) la fe. Efectivamente, la “Santa” Inquisición inició aproximadamente en el año 1184 y se prolongó hasta después de La Conquista.

Así, el Santo Oficio con sus horripilantes herramientas de tortura como “el potro” o “la pera”, se convirtió durante siglos en la institución garante para mantener la fe a toda costa. La intención era negar y evitar cualquier explicación del mundo y el universo que fuera contraria a la biblia. La ciencia era la gran enemiga, la gente no moría por enfermedad sino porque así lo había decidido Dios.

condenados por la Inquisición
“Condenados por la Inquisición”, Eugenio Lucas Velázquez,1860 (Museo del Prado).

Visto así, es probable que los grandes avances como la llegada del hombre a la Luna, hubieran sucedido 500 o más años antes. Sin duda fue la iglesia la gran culpable del freno científico centenario por el que la humanidad tuvo que pasar. Es a ella y sólo a ella a quien debemos que se hayan perdido cerca de 1000 años de historia, de evolución y de progreso.

Es por ello que sorprende que aún en la actualidad existan personas que nieguen la valía de un Estado laico y democrático. La laicidad, entendida no como la prohibición de ninguna religión, sino como el derecho individual de creer en lo que cada uno quiera hacerlo, ésa es la mejor garantía de que todos aquellos individuos que deseen profesar alguna religión puedan hacerlo.

oscurantismo inquisicion
Imagen: La Izquierda Diario.

Lo que no se vale, es darle juego a una religión en particular, ya que todas en lo general, han demostrado que al querer imponer sus dogmas, terminan afectando a la sociedad en su conjunto. La laicidad no es ateísmo, como la religiosidad no necesariamente implica una actitud dogmática similar a la de la época del oscurantismo. Hoy cada vez más, los creyentes (de cualquier dogma religioso) conjugan a su forma la creencia de su fe con el avance de la ciencia. Salvo casos excepcionales, el grueso de los creyentes de cualquier religión, se sirven por ejemplo de la medicina, la que es a su vez, producto del avance científico y la libertad de investigación.

Avance científico y libertad de investigación que no se podrían dar más que en un Estado laico, en el que se separe claramente el mundo del pensamiento mágico de aquel del pensamiento reflexivo y científico. Así pues, es nuestra obligación promover la laicidad y la libertad tanto de investigación como expresión.


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El pensamiento católico sobre la dignidad y la vocación de la mujer

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La interpretación de la Iglesia de algunos textos bíblicos y de su tradición milenaria (el aggiornamento), reconoce la aportación insustituible y la influencia de la mujer en el mundo contemporáneo, a tal grado, que la hace representante y arquetipo de todo el género humano, descubre en Dios cualidades femeninas, reconoce la igualdad esencial entre hombre y mujer en el matrimonio, así como los derechos de la mujer, incluyendo el de su desarrollo profesional, sin oponerlo y sin menospreciar su primordial trabajo en el hogar familiar y en la educación de la prole, derivado de su rol exclusivo en la maternidad.

Se sea o no creyente de la trascendencia de la vida, y se sea o no practicante de alguna religión, puede interesar al lector conocer o profundizar en la visión que la Iglesia Católica tiene sobre la dignidad y la vocación de la mujer, especialmente en estos momentos en que todos nos inquietamos ante la magnitud de los feminicidios que ocurren en el mundo entero y en nuestro país en particular.

mujer torturada
“El martirio de Santa Águeda”, Sebastiano del Piombo (1520).

Aunque la Iglesia ha producido una enorme cantidad de documentos sobre el tema, el documento principal de la época moderna es la Carta Apostólica Mulieris Dignitatem de Juan Pablo II, precisamente sobre la dignidad y la vocación de la mujer, publicada en 1988. Se trata de la continuación de los documentos del Concilio Vaticano II que reconocían ya la influencia, el peso y el poder alcanzados por la mujer en el mundo y la ayuda que pueden dar a que la humanidad no decaiga.

El principio bíblico en el que se funda esa visión es el que señala que “creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y mujer los creó” –el humanum integrum conforme al cual los dos sexos constituyen lo humano–.  El texto reconoce la igualdad esencial entre el hombre y la mujer desde el punto de vista de su humanidad. Se trata de la compañera de la vida con la que el hombre se puede unir como esposa, llegando a ser una sola carne y abandonando por esto a su padre y a su madre. El hecho de que el ser humano, creado como hombre y mujer sea imagen de Dios, significa que hombre y mujer son creados como unidad de los dos en su común humanidad, existen recíprocamente el uno para el otro, para la ayuda recíproca y complementaria, desde las diferencias que existen entre ellos.

Aunque Dios es espíritu y no posee en sí mismo cualidades masculinas ni femeninas, en el lenguaje bíblico se encuentran comparaciones que atribuyen a Dios cualidades masculinas y también femeninas. En efecto, al referirse al supuesto abandono de Yahveh, se utiliza las siguientes analogías femeninas “¿acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas?”, y “como uno a quien su madre lo consuela, así yo os consolaré”, se trata del amor femenino de la madre como característica de Dios. 

primera mujer y primer hombre
“Adán y Eva”, grabado de Durero (1504).

La descripción bíblica del pecado original en el Génesis, independientemente de la distribución de papeles entre Adán y Eva, es pecado del hombre, creado por Dios varón y mujer, esto es de nuestros progenitores. Con claridad meridiana en la Carta Apostólica se sustenta la igualdad entre hombre y mujer en el matrimonio y que “la mujer no puede convertirse en objeto de dominio y de posesión masculina”, como algunos textos antiguos señalan. Se reconoce que en nuestro tiempo la cuestión de los “derechos de la mujer” ha adquirido un nuevo significado y se acepta la justa oposición de la mujer frente a lo que expresan las palabras bíblicas en torno al matrimonio de “él te dominará”, pero se señala que esto no puede conducir a la masculinización de las mujeres, pues perderían su riqueza esencial, ya que los recursos personales de la feminidad no son menores que los recursos de la masculinidad, son sólo diferentes.  

Cristo fue ante sus contemporáneos el promotor de la dignidad de la mujer, pues era cercano a ellas, a grado tal que los fariseos lo acusaban por recibir a pecadoras y permitirles ungir sus pies con aceite perfumado. En el Evangelio aparecen gran número de mujeres de diversa edad y condición, incluso pecadoras públicas y adúlteras. Ante la mujer sorprendida en adulterio, Jesús parece cuestionar a los acusadores: “¿no es quizás también y, sobre todo, la confirmación de vuestras transgresiones, de vuestra injusticia masculina, de vuestros abusos?”, Jesús también protege la dignidad de la mujer al decir al hombre, en el Sermón de la Montaña, “todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”.

En cuanto a las mujeres cercanas a Jesús, se recuerda a aquellas que estaban a sus pies en la cruz, su madre, la hermana de su madre y María Magdalena, quienes mostraron una fidelidad más fuerte que los apóstoles. También fueron mujeres las primeras en llegar al sepulcro a constatar la resurrección, todo lo cual pone de manifiesto la importancia que la tradición dio a la mujer desde los primeros tiempos.

mujer con manto de jesus
“Santa Verónica”, Hans Memling (1475).

Con su potencial maternidad, la mujer es la que paga directamente por ese común engendrar, que absorbe las energías de su cuerpo y alma, por lo que el hombre contrae una deuda con ella. El hombre se encuentra siempre fuera del proceso de gestación y nacimiento del niño y debe conocer su propia paternidad a través de la madre. La mujer como madre y como primera educadora del hombre tiene precedencia específica sobre el hombre. El paradigma bíblico de la mujer culmina en la maternidad de la Madre de Dios y se materializa en la Carta a los Efesios al decir “maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella”, “el que ama a su mujer se ama a sí mismo”.

En la Conclusión de la Carta Apostólica, la Iglesia da gracias por todas las mujeres, al genio femenino de todos los tiempos, tanto por las que velan por el ser humano en la familia y por las consagradas a Dios en su virginidad, como por las que trabajan profesionalmente, cargadas de gran responsabilidad social.

Como se podrá apreciar, no coincide con el pensamiento católico, aquél que use, abuse, se aproveche, denigre o maltrate a una mujer. Ahora todos tenemos la oportunidad de construir juntos una cultura renovada de la igual dignidad de la mujer y del hombre, aplicada en todos aquellos aspectos familiares, religiosos y sociales. Ojalá no la desaprovechemos.


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¿Colaboración entre Estado e Iglesia?

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La iniciativa de ley presentada el pasado 11 de diciembre por la Senadora de la República, María Soledad Luévano, a favor de enmendar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, puede ser considerada como un disparo en una catedral. En ella se plantea la “colaboración” entre las iglesias y el Estado en múltiples espacios que pertenecen por ahora a los gobiernos municipales, estatales y federal.

Aduce la legisladora motivos de libertades y convicciones éticas, humanas así como religiosas, entre los que destacan la objeción de conciencia (la posibilidad de no cumplir con la ley por principios morales y religiosos), el acceso a los medios de comunicación, un desarrollo social compartido, asistencia de autoridades con tal carácter a los actos religiosos públicos  como el tener derecho a adquirir propiedades inmuebles con asistencia espiritual en los centros de salud, así como en instituciones de asistencia social, estancias infantiles, estaciones migratorias e incluso en instalaciones de las fuerzas armadas.

iglesia y estado
Ilustración: Es de Politólogos.

Uno de los argumentos de dicha reforma invoca que la citada ley debe actualizarse por ser obsoleta. Esta fue promulgada durante el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) el 15 de julio de 1992 –con motivo de la apertura que se dio al reconocer el gobierno mexicano las relaciones con el Vaticano y la seguridad jurídica de las iglesias en México, después de 145 años de haberse cancelado éstas–. Comentario al margen: si se procediera con este criterio no alcanzaría el tiempo al Poder Legislativo, en indefinidos periodos, para modificar todas las leyes vigentes de los siglos XX y XIX.

La legisladora zacatecana es afín políticamente a Ricardo Monreal, jefe de la bancada de Movimiento Regeneración Nacional. Sus antecedentes políticos y administrativos los vinculan estrechamente. En los orígenes priistas de ambos, ella fue la Oficial Mayor del Gobierno de Zacatecas, cuando su padrino político gobernó aquella entidad, y actualmente es la presidenta de la Comisión de Administración de la Cámara de Senadores, lo que la hace aún más cercana. Él, al ser cuestionado por la polémica iniciativa, se ha limitado a decir que “todas las voces serán escuchadas”; ni aprueba ni descalifica. Lo que conduce a pensar que “a confesión de parte relevo de prueba”, como gusta decir a los abogados leguleyos.

Aunado a lo anterior, cabe preguntarse qué se esconde detrás de tal iniciativa que agita, una vez más, las turbulentas aguas de las relaciones entre el Estado y las religiones del actual gobierno, presuntamente demócrata liberal, pero no de izquierda como muchos lo tildan; empezando por Andrés Manuel López Obrador, quien se presenta públicamente como un cristiano confeso, mas no católico.

separacion iglesia y estado
Ilustración: @Kal.

¿Actúan por cuenta propia Ricardo Monreal y su ahijada política? ¿Existe una diestra que mece la cuna? ¿Se trata de un buscapiés para medir la reacción de los sectores e instituciones que se ven afectadas o favorecidas? ¿Hay una mano mística (¿?) detrás del tema? El hilo de preguntas es largo y grueso. Las respuestas podrían darse en este enero del 2020, cuando se discuta la iniciativa en las Comisiones correspondientes, y de ser aceptada, en el pleno de la Cámara de Senadores.

Sin embargo, como dice el dicho popular, el horno no está para bollos. Los registros históricos de la cuestión religiosa han pasado por muchos filtros. Desde el movimiento de Independencia de 1810, cuando la Iglesia católica anatematizó con saña inaudita a los padres de la Independencia –léase, a vía de ejemplo, el acta de excomunión del cura Miguel Hidalgo– la sangrienta Guerra de Reforma ( 1858-1861) entre conservadores y liberales del siglo XIX, y la Guerra Cristera en los años veinte del pasado siglo, concluida durante el gobierno del presidente Emilio Portes Gil, mediante el convenio de cohabitación entre el poder político y el poder religioso.

 Como diría el popular cantautor Juan Gabriel: ¿Pero qué necesidad?

#PapaFranciso y el secreto pontificio

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El Papa Francisco logró volverse tendencia al pugnar por la transparencia en los casos de abusos a menores por miembros de la iglesia.

Ante los numerosas denuncias en contra de abusos a menores por parte de miembros de la iglesia el Papa Francisco promulgó dos nuevas leyes que permiten levantar el secreto pontificio.

La instrucción “Sobre la confidencialidad de las causas” entró en vigor inmediatamente y establece que las diócesis de cada país, deben proporcionar toda la documentación sobre los procesos y denuncias que solicite la autoridad judicial.

Especifica que “no puede imponerse ningún vínculo de silencio con respecto a los hechos encausados ni al denunciante, ni a la persona que afirma haber sido perjudicada ni a los testigos”.

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La segunda ley considera que un clérigo comete delito de pornografía infantil con “la adquisición o posesión o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores de 18 años”, informa la agencia católica aciprensa.

El Motu Proprio, promulgación de la ley, eleva formalmente a 18 años la edad mínima para que la pornografía no sea considerada infantil, que hasta ahora eran 14 años.

Con ello se modifican los artículos sexto, decimotercero y decimocuarto del Sacramentorum Sanctitatis Tutela, legislativo que delinea los delitos que deben considerarse reservados. Con ello también se elimina la obligación de que el abogado y procurador sea un sacerdote.

Hasta ahora, el Derecho Canónico imposibilitaba compartir las denuncias, informes y documentaciones en posesión de la iglesia con las autoridades civiles.

Este anuncio se dio en el marco del cumpleaños 83 del pontífice.

Con información de Notimex.