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Sheinbaum anuncia nuevas medidas para evitar contagios de COVID-19

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A partir del miércoles 18 de noviembre se implementarán nuevas medidas de prevención en locales de la CDMX a fin de reducir y mantener en control los contagios de Covid-19.

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, informó esta mañana en videoconferencia que la Ciudad de México continuará por esta semana en semáforo naranja con alerta, ante el aumento de casos positivos en la capital.

Asimismo, anunció los protocolos obligatorios a implementarse para identificar y cortar cadenas de contagio como el cierre de bares, antros, restaurantes y cantinas durante los próximos 15 días a partir de mañana.

Entre estas medidas, se preveé un sistema de check-in digital mediante código QR en cual las personas al escanear el código serán informadas vía SMS o Locatel, si estuvieron en el mismo lugar y hora que una persona con diagnóstico positivo a Covid-19, para orientarlas en la toma de la prueba y darle seguimiento médico respectivo.

Los establecimientos deberán registrarse en el portal medidas sanitarias a partir del miércoles 18 de noviembre, imprimir el código QR de su establecimiento y pegarlo en la entrada para el registro de clientes; el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) realizará verificaciones a los locales para comprobar que sigan al pie de la letra las nuevas medidas.

Aquí puedes consultar las medidas a implementar: https://bit.ly/3pqwW5N

Relanzan programas preventivos a efecto de evitar rebrotes por contagio

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“No podemos bajar los brazos. Invito a todos a que recuerden esos hábitos, a que se los recuerden a los demás. Seguimos en semáforo amarillo en todo el estado, en ambas regiones y eso no debe significar un relajamiento, como si todo hubiese pasado. Eso no es así”, exhortó Carlos Joaquín.

El gobernador del estado de Quintana Roo expresó que es necesario un relanzamiento de los programas preventivos y los hábitos de higiene para evitar contagios de Covid-19 y no tener un rebrote como está sucediendo en otros países.

A su vez, explicó que la reactivación económica requiere repetir, una y otra vez, la práctica de los hábitos, como el uso correcto del cubrebocas, el lavado frecuente de manos, mantener la distancia suficiente, evitar aglomeraciones y no acudir a sitios cerrados.

El titular del Ejecutivo insistió en que, para avanzar en el crecimiento económico de Quintana Roo, se requiere alcanzar el equilibrio entre el cuidado de la salud y la reapertura gradual, ordenada y responsable de las actividades.

Dio a conocer también que se reanudarán las reuniones con los presidentes municipales para que los protocolos que se llevan a cabo en las playas y en los parques, se retomen de manera mucho más sólida, sin bajar los brazos, sin relajarse, porque no hacerlo puede generar muchos problemas.

Para recordar a la gente la aplicación de los hábitos, los miembros del programa “Enlaces de Participación Social” (jóvenes que usan gorras amarillas) ya están presentes en nueve de los 11 municipios: Benito Juárez, Othón P. Blanco, Cozumel, Isla Mujeres, Tulum, Solidaridad, Felipe Carrillo Puerto, Lázaro Cárdenas y Puerto Morelos. Son un total de 535 brigadistas.

Con el apoyo de los brigadistas, se ha logrado intervenir a 18 colonias con más números de casos, de las cuales cinco están en Benito Juárez, una en Tulum, dos en Isla Mujeres, dos en Cozumel, cinco en Othón P. Blanco, una en Solidaridad y dos en Felipe Carrillo Puerto.

Hasta la fecha se ha interactuado con 162 mil 373 personas entre Cancún y Chetumal. Entre un 70%-87% de ellas usa adecuadamente el cubrebocas y entre un 61%-85% guarda su sana distancia. Ya se han entregado 180 mil 700 cubrebocas.

La presencia de los jóvenes de gorras amarillas es de gran importancia para exhortar a la población sobre el uso correcto de cubrebocas y para dar a conocer los protocolos de desinfección. Además, se incrementará la vigilancia en los filtros.

Con el relanzamiento de los programas de prevención, se realizarán diagnósticos para conocer el estado de salud de la gente, el uso de pruebas rápidas, la toma de temperatura y la aplicación de todos los protocolos establecidos en los diversos negocios, hoteles y restaurantes.

Refuerzan acciones contra el delito en Cd. Juárez

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El Presidente Municipal de Ciudad Juárez, Armando Cabada Alvídrez, y el secretario de Seguridad Pública del Estado de Chihuahua, Emilio García Ruiz, firmaron este martes un convenio para trabajar de manera conjunta en actividades destinadas a la sensibilización, prevención del delito y proximidad social.

La firma de colaboración entre los representantes del Gobierno Municipal de Juárez y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, tuvo lugar al finalizar el recorrido que esta tarde realizaron las autoridades encabezadas por el Gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, en las instalaciones de la nueva Academia de Policía.

Con la formalización del documento, ambas partes se comprometen a llevar a cabo la utilización de bardas, fachadas, portones entre otros espacios que sean del dominio del Municipio, para ser utilizados mejorando su imagen y colocando temáticas de prevención de delitos.

Entre los temas que serán abordados se encuentran: abuso sexual, violencia familiar, violencia en el noviazgo, violencia contra la mujer, trata de personas, acoso escolar (bullying), delitos cibernéticos e informáticos, adicciones, así como la denuncia anónima ciudadana.

La participación de ambas esferas de gobierno permitirá una mayor organización del personal que se encargará de realizar en conjunto capacitaciones y foros que sean de utilidad para el desarrollo y promoción del programa, entre otras actividades que se irán dando a conocer.

Una iniciativa para prevenir el suicidio

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El 29 de julio pasado se aprobaron en el Senado, por unanimidad, dos iniciativas que  reforman la Ley General de Salud con el fin de tomar las medidas necesarias para la prevención del suicidio, la asistencia a personas que fallaron en sus intentos de suicidio y a las que están afectadas por la pérdida de un familiar fallecido por esta causa. Con esta reforma, que aún debe aprobar la Cámara de Diputados, se propone la creación del Programa Nacional de Prevención del Suicidio y se establece que en cada entidad federativa deben constituirse programas estatales y municipales de acuerdo con el nacional.

Igualmente, se determina crear el Consejo Nacional para la Prevención del Suicidio que buscará disminuir, como materia de salubridad general y a través de un abordaje interdisciplinario, la incidencia del suicidio, un problema que ha aumentado de manera alarmante según reconoció el presidente de la Comisión de Salud en el Senado, Miguel Ángel Navarro Quintero. La senadora Mónica Fernández Balboa, del Grupo Parlamentrio de Morena y promotora de una de las iniciativas, conminó a reconocer este terrible problema que padecen niños, adolescentes, adultos y adultos mayores como consecuencia de un sufrimiento que muchas veces pasa desapercibido por familiares, maestros, médicos e incluso especialistas. La otra iniciativa fue promovida por la senadora Verónica Martínez García, del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.

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Mónica Fernández Balboa, política y arquitecta mexicana (Imagen: Hoja de Ruta).

Es de celebrar la aprobación de estas iniciativas que buscan atender el suicidio como un problema de salud pública y que se define como “la acción autoinfligida y deliberada de una persona causante de la pérdida de la vida”. Se reconoce que la muerte por suicidio significa, por un lado, el desesperado desenlace de la vida de una persona que no vió otra salida al sufrimiento con que vivía; por otro, una dolorosa experiencia para sus familiares, cuya afectación puede perdurar por mucho tiempo. La reforma aprobada busca ocuparse de lo que ha sido una falla de la sociedad que ha ignorado y desatendido estos problemas o lo ha hecho de manera insuficiente.  

Para darnos una idea de la dimensión del problema, sirven los datos que proporciona la Organización Mundial de la Salud: aproximadamente 800,000 personas se suicidan cada año en el mundo, lo que equivale a que cada 40 segundos haya un suicidio. Los métodos más utilizados son el ahorcamiento, las armas de fuego y la ingestión de plagicidas. El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años.

Al enfocarnos a la situación en nuestro país, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó 6,808 suicidios en 2018 (5,540 hombres y 1,265 mujeres). Si bien son más los hombres que se suicidan y más las mujeres que lo intentan, la diferencia en la prevalencia de suicidios entre hombres y mujeres ha ido disminuyendo en los últimos años. Según el INEGI, el mayor número de casos de suicidios en 2018 correspondió a jóvenes de 20 a 24 años (1,035), seguidos por jóvenes de 25 a 29 (890), 30 a 34 (810) y 15 a 19 (800). Incluyendo los menores de 10 a 14 años (229), los suicidios de jóvenes y menores representan el 30.3% del total. Vale la pena comentar que encuentro estos datos en el artículo COVID19, depresión y suicidio que también comenta que la afectación en la salud mental de muchas personas, provocada por la pandemia, podría llevar a algunas a buscar el suicidio.

Carmen Fernández, directora de Centros de Integración Juvenil, señala que esto ha pasado y que el suicidio ha aumentado entre los jóvenes, la población con el mayor impacto emocional durante la pandemia (Excelsior). Es importante mencionar la relevante respuesta que se ha dado en los últimos meses, de manera pública y privada, para ofrecer ayuda a quienes sienten afectada su salud mental. Hay una lista importante de líneas de atención para brindar orientación y apoyo. Los objetivos que se incluyen en la reforma aprobada en el senado (prevenir el suicidio, atender a quienes sufran secuelas por un intento fallido o por perder a un familiar que se suicidó) plantean un reto complejo. Estamos ante un tema muy estigmatizado y esto representa un obstáculo para que las personas que piensan en el suicidio pidan ayuda.

Si en nuestra sociedad la muerte es un tema tabú del que no se puede hablar abierta y directamente, el suicidio lo es doblemente. Y esta dificultad para hablar de la muerte y del suicidio lleva a ideas muy equivocadas. Se cree, por ejemplo, que hablar de la muerte es una manera de invocarla (que a su vez incluiría la idea errónea de creer que no hablar de ella la aleja); igualmente, mucha gente cree, incluso entre profesionales de la salud, que no debe preguntarse a alguien que pasa por alguna crisis o padece algún problema mental si tiene ideas suicidas porque esto podría inducir a que las tenga. Esto es un grave error; si alguien no ha pensado en el suicidio, no va a empezar a hacerlo porque se le pregunte, pero sí alguien lo ha hecho, representará un gran alivio poder compartir sus ideas y poder hablar de los problemas que han llevado a esa persona a considerar el suicidio como única salida a la situación que vive.

Son diversos los factores que provocan un suicidio: biológicos, psicológicos, sociales, ambientales y culturales. Como señala María Elena Medina Mora, es importante reconocerlos y nombrarlos para poder trabajarlos y poder prevenir el suicidio. ¿Influyen más los problemas sociales con repercusiones psicológicas o los biológicos que causan enfermedades mentales? En realidad es una combinación de ambos; ciertamente se ha encontrado que las personas que se suicidan o lo intentan, en su mayoría padecen alguna enfermedad mental; pero también hay suicidios que responden a la desesperanza, impulsividad y estrés sin que las personas sean diagnosticadas con un trastorno mental. Es fundamental identificar las condiciones que podrían llevar a un suicidio y ofrecer apoyo oportunamente, con empatía, respeto y con la necesaria preparación. Es importante hacer un seguimiento a las personas que han intentado suicidarse, porque los intentos previos son un fuerte predictor de riesgo de suicidio.

Maria Elena Teresa Medina-Mora
María Elena Teresa Medina-Mora Icaza, psicóloga mexicana (Imagen: Gaceta UNAM).

Por otra parte, el problema debe atenderse con perspectiva de género porque se manifiesta de diferente forma en hombres y mujeres. Finalmente, es muy importante que los medios manejen adecuadamente el tema para evitar tanto la estigmatización como la banalización del mismo. Recomiendo la conferencia que la doctora Medina Mora impartió en El Colegio Nacional en la que trató estos y otros elementos sobre el suicidio comentando especialmente el problema en los jóvenes por ser la población más afectada, lo que se debe, en gran medida, al hecho de ser un grupo muy expuesto a la violencia.

Para poder seguir las recomendaciones de los expertos para prevenir el suicidio y para atender las secuelas de muertes por suicidio, se necesitan programas que cuenten con un presupuesto que garantice que se lleven a cabo. La reforma que comentamos representa un paso fundamental para hacer esto posible. Entre otros objetivos, busca concientizar a la sociedad en general sobre los factores de riesgo del suicidio apoyándose en medios masivos de comunicación y en el uso de las nuevas tecnologías, así como habilitar líneas telefónicas y chats de atención para el tratamiento de situaciones críticas. Se trata de hacer llegar el mensaje, a quienes han considerado suicidarse o han padecido la muerte por el suicidio de un ser querido, de que no están solos. Como han recomendado los especialistas, se buscará que el personal de salud del primer nivel de atención esté preparado para identificar a las personas que presenten síntomas y situaciones conflictivas que impliquen el riesgo de tener ideas y conductas suicidas, sea para atenderlas o referirlas. 

Además de la definición que se manejó en las iniciativas aprobadas en el Senado, el suicidio puede entenderse como “el acto deliberado de quitarse la vida” en que se excluye la noción de lesión autoinfligida. Y esto permite reflexionar sobre un aspecto del suicidio que no se incluye en la reforma ratificada (no tendría por qué), pero que sí se relaciona con el tema central de esta columna que es buscar el mejor final de vida. El suicidio, un término cargado de una connotación negativa, en realidad puede ser una forma de muerte voluntaria. Esto, claro, en la medida en que haya deliberación, libertad y elección, elementos éstos que pueden faltar en situaciones en que las personas están atormentadas o que padecen una enfermedad mental, aunque tampoco esto es una regla. Esta aclaración me lleva a señalar que así como hay sucidios que la sociedad debe prevenir, hay otros que debería respaldar como es el caso de quien padece una enfermedad que le provoca un sufrimiento intolerable y desea el suicidio médicamente asistido (prohibido en nuestro país) para tener una muerte segura y sin dolor.

Como vemos, el término “suicidio” puede referirse a acciones muy distintas. Unas, que resultan muy dolorosas porque son el desenlace de un sufrimiento solitario, que dejan un inmenso dolor entre los sobrevivientes y que no se hubieran tomado si las personas hubieran recibido una ayuda tras la cual querrían seguir viviendo. Otras, que son la conclusión de una profunda reflexión sobre la vida y el último ejercicio de la libertad de una persona que elige no vivir más de una manera que le resulta indigna. De ahí que se esperen dos actitudes de la sociedad: la de prevenir suicidios en algunos casos (la mayoría, hay que decirlo) y la de apoyarlos en otros. Desde luego, hay que reconocer que estas dos situaciones son las que claramente se pueden contrastar como los extremos de un continuo, pero puede haber en medio muchas situaciones en las cuales no sería fácil decidir si se está ante una intención de sucidio que se debe prevenir o respaldar.

prevencion suidicio
Imagen: Pinterest.

A través de los medios y películas, hemos tenido noticias de que la organización suiza Dignitas ayuda a suicidarse a personas, tanto suizas como extranjeras, que quieren poner fin a su vida para dejar de padecer un sufrimiento. El principal criterio que debe cumplirse para que una persona reciba esta ayuda es que demuestre que tiene la capacidad mental para tomar la decisión de morir; se requiere también la evaluación de un médico, quien decidirá si prescribe la dosis letal de medicamentos que los especialistas de la organización darán a la persona que quiere morir para que ésta la tome por sí misma mientras es acompañada.

El nombre completo de esta organización es Dignitas- To live with dignity- To die with dignity y entre sus objetivos, además de la ayuda al suicidio, incluye la prevención del mismo. Promueve, sobre todo, que las personas puedan buscar ayuda para hablar de su vida y de sus planes de muerte y sean escuchadas sin tabú, paternalismo ni estigma. De esta forma, Dignitas ha ayudado a personas que siguen viviendo porque encontraron soluciones a un sufrimiento (físico o emocional) que consideraban irremediable. Desde luego, también ha asistido a morir a muchas personas convencidas de que querían tener la opción de sucidarse y que al saber que contaban con la ayuda adecuada para hacerlo, no tuvieron que buscar su propia muerte anticipadamente y de manera violenta.

En México nos falta avanzar para respaldar la voluntad de las personas que, tras una reflexión profunda y acompañada, concluyen que lo mejor para ellas, debido al sufrimiento que les causa su enfermedad, es poner fin a su vida. Por lo pronto, celebramos que en nuestro país se esté dando un paso importante para ayudar a las personas que no se encuentran en esa situación ni cuentan con una convicción meditada, discutida y asumida, sino que se sienten orillados a suicidarse por los problemas que enfrentan y por el sufrimiento que padecen en soledad y desesperanza, creyendo que la única salida que tienen es la muerte. Queremos que esas personas encuentren otro camino y puedan encontrar soluciones y vivan sin sufrimiento. Las iniciativas aprobadas nos recuerdan que, como sociedad, todos tenemos que contribuir a lograrlo.


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Hacia un pensamiento de prevención de riesgo

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Hay una famosa frase popular que reza “más vale prevenir que lamentar”, porque ya hemos vivido en múltiples ocasiones el arrepentimiento que provoca no haber contemplado y tomado medidas sobre aquello que sabíamos podía ocurrir, sin hacer algo por evitarlo. Aún cuando la mayor parte de los eventos catastróficos no podemos evitar que sucedan, la realidad es que sabemos que existe la posibilidad de que sucedan y solamente esperamos que no sea así.

Como especie humana tenemos una gran capacidad intelectual para evaluar el riesgo, medir la posibilidad de que algo pase y sus consecuencias, pero no está sujeta solamente a nuestro potencial de raciocinio, la mayor parte de nuestras decisiones las tomamos en función de las experiencias vividas y la esperanza de que los eventos siempre sean como los imaginamos. Damos más valor a la percepción que al pensamiento.

cambio de pensamiento
Imagen: Página 12.

Sin embargo, en cualquier forma siempre evaluamos dos aspectos:

*Posibilidad: aquello que puede suceder.

*Impacto: efecto que tiene un evento.

Si queremos decidir tomando como base el pensamiento racional, tendremos al menos que evaluar con datos, la posibilidad y el impacto de aquello que es posible que suceda. Empero, la mayor parte de las veces no sucede así, decidir con base solamente a las percepciones es muy peligroso.

Hoy el mundo vive las consecuencias de no calcular en forma adecuada el impacto de un evento, de no tener consistencia en las medidas que deben tomarse en conjunto por todas las naciones, y de no tomar las precauciones necesarias para prevenir lo que vivimos hoy. Pero, además, hay algo que resulta imprescindible para analizarse y no se ha hecho en forma adecuada; más allá de lo obvio de declarar que siempre es mejor “prevenir que lamentar”, hoy sufrimos el impacto de algo que se esconde sutilmente debajo de esta crisis, de cambios en la perspectiva, en el enfoque de la salud, hoy no sólo debemos evaluar el costo social de la salud, tenemos que medir el Valor Social de la Salud.

ojo que vigila pandemia
Imagen: El País.

Nos preocupa el costo de la salud, de los servicios, de mantener el personal en los hospitales o sistemas de salud, de aquellas enfermedades incapacitantes, de todos aquellos elementos que merman las capacidades físicas e intelectuales de las personas, siempre bajo restricciones presupuestales. Sin embargo, el valor social de las cosas que suceden se convierte en una catástrofe.

Hoy tenemos una pandemia que, sin haber incapacitado a las personas desde el punto de vista de salud, ha inmovilizado al mundo. Restringe la movilidad, los trabajos, disminuye la productividad, el consumo, nuestra normalidad. Hoy vivimos un impacto brutal en diversos aspectos:

*Crisis económica.

*Violencia doméstica.

*Cambio en los hábitos de comportamiento social.

*Disminución de la movilidad.

*Percepción de la vulnerabilidad.

vagabundo, sin casa, desempleo
Imagen: Revista Paula.

El valor social de la salud es mucho más grande que su costo, el no haber tomado las decisiones oportunas de prevención, no medir en forma adecuada la posibilidad e impacto de la ocurrencia de los eventos nos lleva a enfrentar lo siguiente:

*Repercusión en la riqueza desde las personas, hasta las naciones.

*Deterioro del tejido social.

*Nuevas formas de relacionarnos, trabajar, consumir, etc.

*Replantear la necesidad y formas de movilidad.

*Enfrentar nuevos enemigos.

No evaluar las condiciones de riesgo en forma adecuada (posibilidad e impacto) en todos los ámbitos de la sociedad, financieros, sociales, de seguridad, de gobierno, es devastador. Hay que tomar las decisiones y acciones oportunas para evitar el daño que hoy sufrimos. Porque es seguro que ocurrirán en algún momento en el futuro.

Tenemos que capacitar y aportar conocimiento veraz a las personas que nos rodean, que haya gente bien informada y motivada en nuestra sociedad, y quienes usualmente son, y por mucho, más efectivas y poderosas que un grupo de trabajo, sometido a un sistema, ignorante y vigilado.

Pensemos, ¿qué condiciones de riesgo tenemos en nuestro ámbito personal que no hayamos pasado por el tamiz “probabilidad e impacto”?


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Ni el coronavirus disminuye el crimen y la delincuencia

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Pensar que por esta crisis sanitaria los delitos van a bajar porque los delincuentes se encuentran en aislamiento social, es un error.

Si analizamos las últimas cifras oficiales hasta marzo, el comportamiento de los homicidios se mantuvo sin cambios notables, al ubicarse en 83 diarios en promedio, lo que hizo que fuera el mes con mayor número de muertes de este tipo en lo que va del gobierno actual.

Otros delitos tampoco parecen detenerse por la pandemia;  aunque registran bajas que pueden estar relacionadas con el resguardo que debemos seguir. Son los casos de robo de vehículo, y el Estado de México sigue siendo la entidad donde más ocurre, con 179 diarios –hasta el martes 14 de abril– e incluso el huachicoleo, que presenta una tendencia que no sube en el día a día, pero no disminuye con 6 millones de barriles robados al lunes de esta semana, de acuerdo con los datos públicos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

No olvidemos que uno de los elementos básicos del crimen es la oportunidad y, si ésta existe, entonces se planeará y se invertirá en cometer el delito.

crimen y coronavirus
Imagen: Proyecto Puente.

Es un cálculo de riesgo y de costo-beneficio. Un ejemplo: hace dos semanas y media, un grupo criminal roba un cargamento de oro de una mina en Sonora y huye en una avioneta. Hablamos de un delito muy específico, con criminales que cuentan con habilidades especializadas, pero aun así, el robo se lleva a cabo en plena pandemia y con el riesgo calculado de hacerlo en estas circunstancias.

Por eso es importante que sigamos enfocados en la prevención, que bajen delitos como el robo a casa habitación –tendremos que revisar su comportamiento ahora que mucha gente se fue de su casa a “aislarse” en la vivienda que tiene para descanso o buscó vacacionar encerrados en otro sitio–, o robo a transeúnte y en el transporte público, que podríamos pensar que tendrán un descenso por falta de víctimas a partir de la reducción de la movilidad en el país.

Entendemos que la delincuencia es una actividad ilegal que no tiene prestaciones y que vive al día sobre los crímenes que se puedan cometer para dividirse un botín entre un grupo. Si lo vemos de esa manera, entonces entenderemos que tomarán el riesgo hasta de contagiarse si es necesario para cubrir los ingresos que requieren.

¡La mejor seguridad es la prevención! No caer en engaños, ni físicos, ni electrónicos, tener cuidado con correos, idas al cajero, denunciar de inmediato si sabemos o vemos algo irregular, mantenernos en casa comunicados y atentos.

Aprovecho para reconocer la labor de todos nuestros buenos policías del país, mujeres y hombres, de los miembros de la Guardia Nacional, Ejército y Marina Armada que no han tenido un solo momento de descanso para protegernos en esta contingencia. Pues así como los trabajadores del sector salud son los héroes que combaten esta pandemia, también el crimen no parece quedarse en casa.


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De las pandemias. Hoy en día, los virus viajan en avión (1ª Parte)

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Justamente ayer martes, a través de medios de comunicación masiva, los responsables de salud a nivel federal de la República Mexicana nos informan que el brote por coronavirus ha pasado a Fase 2, ya que se han presentado los primeros 5 casos comunitarios. Es decir, se ha encontrado evidencia de la primera transmisión cuyo origen no puede rastrearse al extranjero, por lo tanto, ya hay casos que no son importados. En este momento, la estrategia masiva de mitigación de la propagación constituye la mejor barrera para el combate a la enfermedad. Esta estrategia comprende una serie de acciones en la que todos podemos y debemos participar. Además, la expectativa sería que podamos hacerlo, idealmente sin ningún tinte político, ideológico o religioso porque, lo que va de por medio es la supervivencia de una buena parte de la especie humana.

Uno de los datos interesantes, e importantes en el combate versus el COVID-19 consiste en que, a pesar de ser un virus de muy rápida propagación, se autocontrola y autolimita desapareciendo en casi el 90% de los casos. Del 10% restante, 1% o 2% puede llegar a requerir hospitalización, incluso en terapia crítica. Si vemos estos números en porcentaje podemos darnos cuenta de que, en realidad, este virus es letal cuando se le permite una rápida propagación. Sobre todo, cuando se ponen a su alcance los sujetos de mayor riesgo en la población más vulnerable ante esta pandemia que son (¿somos?) adultos mayores, personas con el sistema inmune deprimido o suprimido por otros padecimientos como diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedad renal, cáncer, VIH/SIDA, etc. Desde esta perspectiva, la principal tarea consiste en jugar a las escondidillas con el virus no dándole la oportunidad de que se aloje como huésped en nuestro organismo de forma tal que lo andemos distribuyendo, o que pueda llegar a provocarnos la enfermedad.

virus en mexico
Imagen: Revista Fortune.

Ahora bien, como hoy en día los virus viajan en avión y entran de un territorio a otro sin visa, sin pasar aduana y alojándose en muchas personas sanas, que seguramente no se van a enfermar y que, sin embargo, sí son portadoras del padecimiento, sin siquiera pagar impuestos los virus toman posesión de otros seres humanos más vulnerables y así logran conquistar ciudades, países y hasta continentes enteros. Por ello, se ha hecho necesario actuar de forma conjunta y coordinada para contenerlos. Justo la tecnología ha colaborado a una más rápida propagación. En épocas antiguas, los habitantes de la tierra no estaban exentos de estos procesos infecciosos masivos, sin embargo, la distancia entre las poblaciones y los sistemas de comunicación no favorecían el contagio con el grado de aceleración con el que sucede hoy en día.

Como he venido mencionando, la humanidad ha tenido que enfrentarse en múltiples ocasiones a estos enemigos virales o bacteriales. Para ser exactos, los mayores asesinos de masas poblacionales importantes son estos bicharajos diminutos, ya que ni las guerras mundiales han matado a tantas personas. Dada esta situación, los científicos han desarrollado programas educativos de nivel posgrado en las facultades de medicina, en muchas universidades en el mundo, específicamente dedicados al estudio de la salud pública. Este posgrado es el de Epidemiología.

covid-19 airplane
Imagen: Barron’s.

Los epidemiólogos tienen formación médica de base y luego se especializan en los temas de salud pública del tipo de las pandemias y epidemias. Con relación a éstas, han ido desarrollando, al paso del tiempo, una serie de criterios internacionales –validados alrededor del mundo– que plantean, en una primera instancia, las acciones necesarias para que, de forma razonable, podamos disponer de los recursos necesarios para la contención y mitigación de las epidemias en nuestro y en el mundo. ¿Se acuerdan cómo se criticó la reacción del gobierno mexicano cuando el caso de la influenza H1N1? Todavía hay quien considera que las acciones implementadas de reclusión y aislamiento social fueron exageradas, sin embargo, se controló la propagación y por haber hecho esto los resultados fueron buenos. Puesto que México era el país de origen y la epidemia no se viralizó desmesuradamente, tendremos que suponer que fue la mejor decisión en su momento.

En el caso del coronavirus no fuimos el país de origen, la provincia de Wuhan en China fue el epicentro y a partir de ahí se distribuyó el COVID-19 por el mundo. En un principio las autoridades chinas no creyeron –o no desearon creer–, el reporte del médico que les informó del surgimiento de esta nueva cepa que resultaba tan peligrosa. Hoy, después de miles de muertos, incluido ese médico y muchos otros profesionales de la salud, el desarrollo de la enfermedad por los distintos territorios nos permite programar con un mejor criterio basado en la experiencia generada en esos otros países, las actividades de cuidado, prevención y atención pertinentes para nuestra situación nacional. La experiencia de Italia nos permite valorar la importancia de la cuarentena y el distanciamiento social, el caso de Corea del Sur, que consiguió un pronto control estuvo basado en una elevada inversión en pruebas, suena muy bien pero para economías como la nuestra resulta impagable.

pandemia en aviones
Imagen: South China Morning Post.

De un extremo al otro del mundo recibimos noticias que pueden generar alarma extrema y alertar a la población o asustarla de manera muy importante y, en medio de la incertidumbre y el temor, es importante pensar si somos capaces de mirar objetivamente la enfermedad. Quizá si la entendemos mejor, sin angustia ni ansiedad, seremos capaces de actuar en conjunto en la búsqueda del bienestar común.


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