Seguridad Social

Los trabajadores construyen democracia

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En México las cosas cambiaron. Y cambiaron para bien. Y si no lo quieren creer, pregúntenles a los millones de trabajadores que han tenido que esperar muchos años, muchos sexenios, para que los voltearan a ver.

Y es que, gracias al presidente Andrés Manuel López Obrador, a los trabajadores se les está reconociendo su lugar como pieza clave de la economía y como actores principales dentro de la escena política.

Han sido muchos años de lucha para que nuestra voz sea escuchada; pero ya entendimos que la unión hace la fuerza, que juntos debemos llevar nuestras demandas a los que toman decisiones sobre nuestros ingresos, nuestra seguridad social, la educación de nuestros hijos y la calidad de la atención médica.

El presidente nos entiende bien porque él también ha luchado, se ha organizado y se ha movilizado hasta lograr la máxima posición política del país. Asimismo, los trabajadores tenemos la prerrogativa de agruparnos e integrar las organizaciones que nos ayuden a mejorar nuestras vidas y la de nuestras familias; es un derecho consagrado en la Organización Internacional del Trabajo y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Murales de Diego Rivera
Los Murales de la industria de Detroit (1932-1933), Diego Rivera, Detroit Institute of Arts (horizontal.mx).

El resultado de todo ello es que hoy los trabajadores entendemos que, para continuar mejorando nuestro bienestar, es importante que participemos y entendamos más de la política de nuestro país. De hecho, lo hacemos día a día desde nuestros empleos, al defender a compañeros de injusticias, al elegir libremente a nuestros dirigentes y al negociar nuestras condiciones en contratos colectivos –o individuales– de trabajo.

Hoy preferimos dialogar, reclamar y hasta litigar, si es necesario, por defender nuestros derechos, pues sabemos que la clase trabajadora debe continuar la lucha por aportar a la conformación de un país más justo, más incluyente y próspero.

La Reforma Laboral garantiza que los trabajadores puedan ejercer –libremente– su derecho a la asociación y a cambiar de líderes si no se sienten bien representados; por ello creo firmemente que la modernización de los sindicatos los convierte en factor de cambio legítimo para lograr avances sociales que beneficien, no sólo a la clase trabajadora, sino a la población en general, y a los factores de la producción en lo particular.

Sacar adelante al país pasa por la participación social, por una comunidad informada y participativa. Sacar adelante la economía también requiere que los factores de la producción estén alineados en torno a la productividad; y ello, imperativamente, requiere de una clase trabajadora activa, que colabore en la construcción de políticas públicas que beneficien a todos, no a unos cuantos, como era en el pasado.


Mayor inversión en Salud para los mexicanos

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Entre los muchos rubros presupuestales que tiene un gobierno, están los de educación y los de salud, los cuales me parece que no deberían considerarse como gasto sino como inversión, no hay duda de que los cambios trascendentales sólo se pueden alcanzar a través de mejorar el nivel educativo, especialmente en los niños, y aunque los cambios vendrán a mediano y largo plazo, es una de las pocas formas de aspirar a un futuro mejor como sociedad. El presupuesto en salud también como una inversión y no como un gasto, si bien es una obligación del Estado procurar servicios de salud, el conseguir que la población se mantenga en las mejores condiciones además condiciona que tengan una mejor y mayor productividad que es el inicio de un circulo virtuoso.

Mucho se ha hablado, con el inicio de las funciones del INSABI, de la atención universal y gratuita de toda la población mexicana que no tiene Seguridad Social, decíamos en la nota de la semana pasada que indudablemente es una utopía y que a las utopías hay que perseguirlas pero desde la realidad. El Seguro Popular quedó desmantelado, pero además se le ha intentado desprestigiar, desde luego que era incompleto, era un sistema de financiamiento, no de atención, brindaba apoyo a todos los padecimientos; estaba planeado para cubrir diferentes situaciones de quienes tenían suficiencia presupuestal. Venía acompañado de una descentralización de los servicios de salud a las entidades federativas.

Es posible que se hayan cometido faltas, quizás graves o muy graves, pero muchas de las que se han comentado no tienen sustento, cuando menos suficientemente. Esto ha sido la justificación para que los servicios hayan sido centralizados, aunque algunos Estados no han aceptado y el proceso se encuentra en negociaciones, aunque es muy probable que el programa sea plenamente instalado. Mucho se ha hablado de que se busca servicio como el que existe en Noruega, Suecia, Canadá, Reino Unido o España; como si eso fuera posible sólo con buenas intenciones, organización, y muchas acciones políticas.

Para proporcionar atención médica, establecer medidas preventivas de salud, y acciones de promoción de la misma, se requiere dinero. Las medidas terapéuticas van siendo cada vez más eficientes pero cada vez más costosas. Llevarlas a toda la población exige una inversión sumamente elevada; las medidas preventivas exigen también cubrir gastos muy cuantiosos y que además son crecientes porque la población aumenta y el costo se incrementa, aunado a que los precios de algunos de los insumos se elevan, como es el caso de las vacunas.

Lo primero a comentar es que en España los servicios se encuentran desconcentrados y cada comunidad autónoma ejerce su presupuesto, y es más, los habitantes de esa comunidad sólo pueden asistir a las instalaciones que les corresponden, eso si la cobertura de la demanda es absoluta, es decir, si se atienden todos los problemas; los ingresos provienen de cuotas laborales y patronales y fondos estatales. En Canadá la forma de otorgar el servicio es de manera diferente, los médicos de primer nivel son privados y son seleccionados por los pacientes, la atención de segundo y tercer nivel es decidida por el médico y el paciente. Los costos son cubiertos por reembolso del Estado, los ingresos provienen de cuotas laborales y estatales. Cada país tiene particularidades especiales, en su funcionamiento y en la procedencia de los fondos.

inversion en salud

Me dí a la tarea de comparar la cuantía de los fondos destinados a la salud de los países a los que pretendemos emular en sus servicios de atención, hay varias formas de hacerlo pero me pareció que comparar el gasto per cápita es la mejor manera. En la tabla 1 aparecen comparativamente los datos de México, los de los países que he mencionado y los de algunos otros pertenecientes a la OCDE, la comparación se hace en euros, lo que parece correcto, porque si bien los gastos se hacen localmente, muchos de los insumos se adquieren en otros sitios y el mercado internacional establece precios comparativos.

Podemos ver la diferencia abismal entre el gasto per cápita de nuestro país y el de los otros países inclusive con Chile, que también es de la OCDE, y que es tres veces mayor; los de Noruega, Suecia, Reino Unido, Canadá y otros, es diez veces mayor. En la tabla 2 incluí algunos países de Centro y Sudamérica, y tomé en cuenta a la India por tener problemas de desarrollo similares a México; podemos observar que Bolivia, Guatemala, India, Honduras y Venezuela tienen inversiones muy bajas, además de que Argentina, Colombia y Cuba su gasto per cápita es mayor que México.

En salud es muy difícil comparar los resultados, pero hay dos indicadores que han sido utilizados para medir su eficiencia, la mortalidad infantil, la mortalidad materna y agregué la esperanza de vida. Para comparar los resultados en situaciones diferentes elegí los resultados en infarto del miocardio, el tratamiento de este problema requiere la coincidencia de amplios recursos humanos, la instalación de muchas instalaciones y la adquisición de insumos de alto costo; asimismo, el éxito requiere de actuar oportuamente, las acciones deben emprenderse en tiempos muy breves después de haberse iniciado el cuadro clínico; todo esto pone a prueba al sistema de salud.

salud y mortalidad

En la tabla 3 destaca que la mortalidad infantil en México es bastante más elevada que en el resto de los países de la OCDE, en la tabla 4 se observa que los resultados son comparables e incluso mejores que los obtenidos en países con inversiones similares o mayores. En la tabla 5 los resultados en mortalidad materna son considerablemente menos favorables que los que se logran en los países comparados. En la tabla 6 se constata que los resultados son mejores que en los países con mayores niveles de inversión. En las tablas 4 y 6 los resultados son muy negativos para los países con bajos niveles de gasto per cápita como Bolivia, Guatemala e India.

mortalidad materna

En la tabla 7 se compara la mortalidad por infarto del miocardio y las cifras en México que denotan la falta de recursos humanos, infraestructura hospitalaria, y recursos financieros para los insumos necesarios cuyo costo es muy alto.

infarto microcardio

Con estos datos no quiero mencionar que la atención médica se encuentre únicamente basada en los recursos financieros, pero quizá la suficiencia económica sea una condición necesaria pero no suficiente. Sin presupuesto adecuado es muy difícil mejorar sustancialmente, el presupuesto para 2020 es menor, de manera muy pequeña, que el 2019, y 40 mil millones que se piensan agregar, sólo significan 33 euros per cápita de la población a la que se destina, con lo que seguramente seguirá siendo insuficiente.

Seguramente no todo el sistema de salud construido durante los últimos años era malo, tuvo logros destacables, es posible que la mayor falla de los directivos fuera no haber convencido al resto del Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo que se requerían mayores recursos para atender a los mexicanos.


Lecturas recomendadas:
~ Expansión | Datosmacro.com
~ IndexMundi
~ OCDE. Panorama de la Salud 2017. OCDE México 2018.