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Personas con INE vencido en 2019 y 2020 podrán votar el 6 de junio

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Las personas con credencial de elector que vencieron en los años 2019 y 2020 podrán emitir su voto en las elecciones del próximo 6 de junio. Así lo informó Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE)

Por medio de un videomensaje, Córdova Vianello explicó que el órgano electoral ha tomado medidas para facilitar la participación ciudadana en el proceso 2020-2021. En este sentido, comentó que una de esas alternativas consiste en ampliar la vigencia de los plásticos.

“Una de esas medidas es ampliar la vigencia de las credenciales del INE que vencieron en el 2019 o 2020 y que no pudieron renovarse por las dificultades de operación generadas durante la pandemia”, dijo Córdova. 

Vianello también puntualizó que las credenciales del 2019 y 2020 podrán servir como identificación oficial. Señaló que una vez pasando las elecciones, los ciudadanos tendrán la oportunidad de acudir a los centros del INE a efectuar su renovación. 

De acuerdo con Lorenzo Córdova, dicha medida permitirá dar prioridad a quienes deben realizar un cambio de domicilio o a aquellas personas que inicien su trámite por primera vez. No obstante, aclaró que la fecha límite para realizar este tipo de procedimientos es el próximo 10 de febrero. 

Para quienes hayan perdido su identificación,  Lorenzo Córdova expresó que podrán asistir a los módulos del Instituto desde el 10 de febrero y hasta el 25 de mayo del 2021. Esto, con el objetivo de solicitar la reimpresión del plástico y poder participar en las elecciones

Finalmente, el consejero presidente del INE resaltó que los comicios del próximo 6 de junio son los más grandes que ha tenido México a lo largo de toda su Historia. Expresó que la democracia es tarea de todos los mexicanos y por ende hizo un llamado a no dejar de votar en la jornada electoral de unos meses.

Más de 92 millones de mexicanos podrán votar en las elecciones 2021

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Alrededor de 92. 4 millones de ciudadanas y ciudadanos podrán participar  y ejercer su voto en las elecciones del 6 de junio del 2021. Así lo informó el Instituto Nacional Electoral (INE), quien aseguró estar preparado para la organización de los comicios

Por medio de un comunicado, el INE expresó que está listo para echar a andar el proceso “más grande de la historia”. Es decir, ese en el que están en juego 500 diputaciones; 15 gubernaturas; 30 congresos, ayuntamientos, regidurías, sindicaturas y juntas municipales. 

De acuerdo con el órgano electoral, para el desarrollo de la contienda se instalarán 163 mil 244 casillas. Para ello, agregó que estarán trabajando 1.4 millones de ciudadanos, así como 7 mil supervisores electorales y 41 mil capacitadores electorales. 

Cabe señalar que según la información del instituto, hasta el domingo 3 de enero, se tienen registrados 447 aspirantes a candidaturas independientes — 74 mujeres y 373 hombres—. Todos ellos para los distintos cargos que aparecerán en la boleta durante la jornada electoral. 

Por otra parte, el INE apuntó que hasta el pasado 18 de diciembre, recibió un total de 7 mil 820 solicitudes de voto en el extranjero. Agregó que la mayor parte de las peticiones fueron dirigidas a la elección de diputación migrante en la Ciudad de México (CDMX), la diputación de representación proporcional de Jalisco y las gubernaturas que se renovarán. 

Ahora bien, el INE alertó que para la etapa de precampaña, se tiene una proyección de 10 mil 131 precandidaturas. Mientras tanto en el caso de la campaña, se ha proyectado un total de 22 mil 829 registros de contendientes.

Finalmente, es conveniente decir que el Instituto Nacional Electoral advirtió que está trabajando con base en la “certeza, legalidad, transparencia y equidad”. Esto, sobre todo en beneficio de todos los actores que participan en el proceso 2020-2021.

¡Vota! En defensa de la democracia

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Las democracias del mundo tienen una capacidad aterradora de autofagocitarse. Hoy, en cada continente, el mejor sistema de imperfección política, el que mayor bienestar ha traído a la humanidad; el que tantas veces descuidamos y ninguneamos cuando lo tenemos y tan profundamente anhelamos y lloramos cuando lo perdemos, está en serio peligro. De extrema derecha a extrema izquierda; el populismo, sea nacionalista, anarquista, regionalista, fascista, religioso, ecologista, comunista, étnico o reformista, amenaza con destruirlo todo.

A veces olvidamos lo sencillo que es perder la democracia y lo tremendamente difícil que es recuperarla. Los latinoamericanos, en particular, sabemos muy bien lo que esto significa. Buena parte del siglo XX nos la pasamos de horror en horror, de dictadura en dictadura; incluso hoy aún quedan entre nosotros regímenes totalitarios y claramente antidemocráticos. Sin memoria se cometen siempre los mismos errores y, sin embargo, pareciera que la tozudez puede más y estamos cada vez más cerca de desaprender todo lo que, con tanto dolor, entendimos en el pasado. Esto es, que las sociedades que progresan y se fortalecen son aquellas que discuten, negocian y llegan a grandes acuerdos; que no excluyen, que celebran la diferencias que coexisten en ellas y que son capaces de hacer de la política un instrumento, que aunque imperfecto, es capaz de darle brújula, orden y sentido a los anhelos de nuestros países.

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Imagen: Clara Selina.

El progreso y la justicia se escriben con diálogo, generosidad, esfuerzo y responsabilidad. El bienestar ciudadano se construye generando riqueza; la historia así nos lo ha enseñado, los países pobres no pueden garantizar seriamente ningún derecho social. Por ello, el rol fundamental del Estado, además de ordenar y administrar la vida en sociedad, debe garantizar que existan condiciones básicas para que el desarrollo económico, científico, tecnológico y cultural sea posible en nuestros países, en el marco de una alianza público-privada virtuosa, con reglas justas y claras y con mirada de largo plazo. Así también, los empresarios y grupos económicos deben entender su rol en el desarrollo colectivo de las naciones, que al no hacerlo sabotean su propio crecimiento y estabilidad en el tiempo.

Por otra parte, hoy más que nunca es necesario que la clase política sea capaz de ponerle límites a las expectativas de sus electores, explicando a la ciudadanía que las grandes transformaciones sociales se hacen con planificación, tiempo y recursos concretos. No se trata de acotar los sueños y anhelos de progreso de nuestros pueblos, al contrario, se trata de asumir la responsabilidad histórica de conducir con seriedad esas transformaciones; no hacerlo, inevitablemente continuará horadando los cimientos de la confianza y la fe pública en el sistema representativo y en la democracia.

Desde luego, científicos, artistas e intelectuales también están llamados a contribuir al buen cuidado del debate y al diálogo ciudadano. Su labor es fundamental: dotarnos de ideas e imaginación para afrontar los grandes desafíos que tenemos frente a nosotros; advertirnos y cuidarnos de los discursos fáciles del populismo; enseñarnos el valor del rigor intelectual y darle “oxígeno” al debate político-empresarial que tantas veces se toma la agenda impidiendo analizar con perspectiva las verdaderas prioridades para el desarrollo y el progreso humano, así como el cuidado de nuestro planeta.

vota por la democracia
Imagen: The Guardian.

Entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo puedes tú, lector de esta columna, hacer también tu parte para mejorar y perfeccionar aquellos aspectos de tu sociedad que consideras deben cambiarse? La respuesta es simple: ¡vota!

Cada elección es la oportunidad de mejorar lo ya hecho.  Incluso si crees que te equivocaste la última vez, ¡vota! Si tu candidato te decepcionó, ¡vota! Si crees que todos los políticos son iguales, ¡vota! Si crees que la democracia es imperfecta, ¡vota! Si piensas que nada va a cambiar, ¡vota! Si tienes sueños, ¡vota! Si no crees en las utopías, ¡vota! Si crees en el Estado, ¡vota! Si crees en el Mercado, ¡vota!  En cada elección, local o nacional, en cada plebiscito: ¡vota!

Las naciones que no entienden la noción de reciprocidad social terminan actuando como adolescentes, es decir, con un enorme derroche de energía, grandes dosis de narcisismo y pulsiones cortoplacistas. El voto, el acto de votar es la posibilidad de que un país se haga adulto. No es casualidad que el derecho al mismo sea, en la mayoría de los casos, a contar de los 18 años. En la frontera de la adolescencia los seres humanos nos transformamos en ciudadanos. Entonces, cuida tu derecho a elegir, cuida tu derecho a equivocarte, cuida tu voto. Cada vez que puedas, ¡vota! No importa si no compartimos la misma visión de mundo, no importa si no estás de acuerdo conmigo, ¡vota! Hazte responsable de tu lugar en la historia. Cuida la democracia.


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