La inflación en México mostró avances positivos en el mes de febrero, desacelerándose más de lo esperado a una tasa anual del 5.34 por ciento; según reporta INEGI.
Ciudad de México.- El gran dolor de cabeza de las autoridades financieras mexicanas parece responder a los incentivos aplicados por el Banco de México para controlar los precios. Al mes de febrero, la inflación deportó una desaceleración por arriba de lo esperado por analistas.
De acuerdo a datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación interanual en México al cierre del segundo mes de 2018 fue de 5.34 por ciento, mejor al 5.37 por ciento esperado por especialistas consultados por Reuters.
La inflación subyacente, que considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina artículos de alta volatilidad, alcanzó un 4.27 por ciento, una tasa que también fue ligeramente menor a la esperada.
La institución financiera aclaró que los precios en el segundo mes del año estuvo impulsado principalmente por el incremento del valor de la gasolina de bajo octanaje, los huevos y la carne de pollo, que fueron compensados por retrocesos en el precio de algunas frutas y verduras y del gas licuado de petróleo (GLP).
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Luego de tocar máximos de casi 17 años en diciembre, la inflación interanual empezó a ralentizarse en enero, ayudada principalmente por un alza más moderada de los precios de las gasolinas respecto a incrementos anteriores.
Banco de México ha fijado como objetivo una tasa inflacionaria del 3.0 por ciento +/- 1 punto porcentual, meta que podría alcanzarse hasta el primer semestre de 2019 principalmente a causa de la variación en los costos de combustibles, la variación del peso frente al dólar y los acuerdos comerciales internacionales, que empujarían el alza generalizada de precios.
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